╚|Dos Locos|╝

Seungmin y Hyunjin terminaron... pero ellos seguían amándose.

Fluff, soft, sad,
un poco de lemon.

Lo nuestro había acabado hace una primavera, una loca primavera. Raro nuestro encuentro, extrañas nuestras palabras. No se quien de los mintió más esa tarde, si tú al decir que lo nuestro no estaba funcionando o yo por darte la razón y agregar que al parecer, ya no nos amábamos. 

Después de eso nos encontramos vagamente, en los pasillos de la escuela, en los bares a los que frecuentamos antes y durante nuestra relación. Todos sabían de nuestra ruptura, no se me hizo raro, éramos la pareja más famosa de todo el Instituto, envidiada incluso.

¿Por qué todo acabó?

Un mes después ambos conseguimos pareja, tú con un chico de primero, Jeongin creo que era su nombre y yo con la chica que me pretendía desde el inicio del año, Yeji.

Es gracioso ¿sabes? paramos al lado de ellos pero siempre logramos encontrarnos, siempre logras encontrarme, siempre logro encontrarte. Y volvemos a mirarnos, ¿estoy ciego acaso? por qué veo añoranza en tus ojos cada que me ves. Quiero saber, ¿algún día dejaremos de jugar?

Porque, cariño, puedo aceptarlo ahora, jamás deje de amarte en realidad.

El tiempo no ha logrado que te olvide.

Era una noche de viernes, cotidiana, natural. Una noche de adrenalina desconocida que recorría mi cuerpo y mente, invité a Yeji a salir esa noche a uno de los bares más importantes para los dos, el lugar en el que nos conocimos oficialmente y donde tuvimos nuestra primera vez. 

No se porque lo hice, no, lo siento, no se porque la lleve. 

Al llegar al lugar me sentí familiarizado y eufórico, bebé, el tiempo no ha borrado las huellas de tu amor. Avanzamos por el extenso lugar y llegamos a una mesa redonda, a un lado de la pista, me senté en el centro y ella a un lado de mí, me hablaba de cosas a las que no prestaba atención sinceramente, mi vista clavada en la pista no tardó en encontrarte. Sabía que estarías aquí, hoy era el día.

Jamás lo olvidarías y yo... aún presa del recuerdo de nuestros momentos tampoco olvido muchas cosas, todavía siento el sabor de tus besos en mi boca o la forma en la que nuestros labios bailaban juntos, todavía siento tus manos acariciandome la piel, ¿mágico verdad? todo a tu lado lo era.

Y yo no quiero seguir así...
Estando con ella y pensando en tí.

Tal vez fue ingenuo pero amor... tengo miedo de lo que conlleva amarte, de los peligros que ocasiona más para tí que para mí, no es justo, para ninguno de los dos. Se que me buscas con la mirada y sé que también lo hago... es inevitable, estamos conectados.

Te veo siempre con ella, tomados de la mano yendo a cualquier lado, ¿eres feliz? 

Sé que sabes que mentí, ambos lo hicimos, sé que es lo que sientes y piensas.

A mi me está pasando algo igual...
No dejo de pensar en tí.

Cuando mi mirada va a la mano que ahora me sostiene caigo en aquel chico de cabellos castaños que me sonríe adorablemente, dios, ¿que hice? ¿que hicimos?. El chico que me acompaña es todo color de rosa, sus sonrisas iluminan hasta el rincón más oscuro, pero no mi rincón como lo hacías tú, su voz encanta a cualquier persona que lo escucha, pero no a mi, creo que nací para caer por tu voz nada más.

No es justo para él, aún me regaño porque... los días que me levanto... contigo en la cabeza, lo llamo por tu nombre. 

Y yo no quiero seguir así...
Estando con él y pensando en tí.

Ambos amantes bajo las escasas luces se miraron entre sí, anonados, encantados, drogados de sus presencias, olvidando a las personas con las que llegaron y centrándose en aquella que los rodeaba con sus brazos.

Que tontos, que locos, son ellos dos...

No podían pensar en otra cosa que no fuera lo que sus ojos veían, perfección divina, fruto extraviado, recuerdos del pasado que volvían sin reparo. Se extrañaban, lo sabían, claro que lo hacían, porque ambos compartían sus sentimientos como de seguro no lo harían con nadie más.

Por qué seguir engañandose.

Sus rostros estaban tan cerca, sus narices se rozaban con cariño, las respiraciones de ambos, agitadas por la adrenalina que sentían al tenerse así de cerca, se mezclaban entre sí y sus manos permanecían con fuerza unas sobre los hombros del más alto y las otras sobre la cintura del más bajo.

Y solo querían sentir...

— No podemos. — era claro. — Estás con Yeji.

El de orbes verdes alzó su mirada y la conectó con los brillantes ojos azules del más bajo.

— Todavía no me acostumbro... — confesó rendido pero deseoso por un poco más de contacto, por un poco más del chico en sus brazos. — ni al cafe hecho por sus manos, me sabe mal — evitó reír mordiendo sus labios. —, no es como el tuyo.

Había sido sincero, con él siempre lo sería, ambos.

— Y yo... — Kim suspiró, sus manos acariciando los hombros ajenos sin cortar el contacto visual. — cuando siento sus caricias — el más alto se tensó — cierro los ojos y pienso en tí.

Que tontos, que locos... son ellos dos.

Sus labios se encontraron sin esperar, ansiosos por el otro que no les importaba nada más esperando tan solo saciar sus deseos de sentirse otra vez, de volver otra vez. Fue tan suave y tierno, como si compartieran un beso por primera vez, querían saborearse y disfrutar del momento y su reencuentro pero la situación cambió rápidamente cuando la lujuria se presentó, ellos exploraron todo del otro con intensidad y pasión, caminaron a ciegas por un largo pasillo del segundo piso del bar entre risas y gemidos ahogados.

Cuando lograron entrar a una habitación Seungmin fue puesto contra la puerta con sus piernas alrededor de la cintura del más alto mientras su cuello era atacado por los labios del rubio, el dorso de su mano dejó de cubrir sus labios y cayó a un lado de él mientras su cabeza era echada hacia atrás y gemía descontrolado, podía sentir el duro miembro de su amante presionando contra su culo dando fingidas estocadas de vez en cuando, eso no ayudaba a su estado.

— La cama- Hyunjin... — gimió por último, el de cabellera rubia asintió y sin dejar la posición se trasladó con él hacia la cama dejándolo con suavidad sobre el colchón, sus brazos rodearon el cuello del más alto y sus labios chocaron con los de este demandando un beso cargado de placer, sin dejar el beso se despojaron de sus prendas mientras sus manos acariciaban las partes desnudas de su cuerpo.

Y cuando se vieron libres de cualquier obstáculo que les impidiera sentirse tocaron cada parte del otro, acariciando y besando todo lo que podían, mordiendo y marcando mientras gemían sobre la boca del contrario.

— Por favor — rogó Seungmin, sus manos apresaron las mejillas del más alto mientras lo obligaba a mirarlo, besó su frente y párpados mientras las manos de Hwang acariciaban su cintura y bajaban hasta sus piernas dando ligeros apretones. —, te necesito, tanto, tanto, de verdad.

Sus ojos suplicantes y melancólicos le dijeron que decía la verdad, el mayor besó castamente sus labios antes de suspirar sobre estos.

— Yo también te necesito, no sabes cuanto te he extrañado Seungmin, pero yo... necesito saber, ¿por qué? — no podía evitar esa pregunta, añoraba una respuesta para aquel día, por qué si era mentira que no se amaban ¿por qué le terminó?

Seungmin lloró debajo de él y en consuelo se encargó de besar sus párpados llevándose con él el sabor salado de sus lágrimas.

— Tus papás... — confesó entre hipidos. — me dijeron qu- — se quebró una vez más tratando de ahogar sus sollozos con el dorso de su mano. — si no te terminaba- ellos iban a sacarte del colegio y mandarte al extranjero... Jin, yo no quería ¡te juro que no quería! — asintió creyendo en sus palabras. — pero prefiero... perder nuestra relación... que perderte a tí, dejar de verte...

Sus labios se encontraron nuevamente, con una combinación de salado y dulce en sus paladares. Le creía por supuesto, sus padres nunca estuvieron de acuerdo con su relación queriendo para su único hijo un futuro en donde estuviera con una bella chica que pudiera darle hijos, pero a él eso no le interesaba, no si Seungmin no se encontraba en ese futuro sujetando su mano y estando con él para siempre.

— Te creo, bebé, por favor, deja de llorar. — pidió destrozado.

— L-lo siento mu-cho.

Asintió antes de besar la frente de su chico antes de quitar las manos de este que cubrían su rostro, las apartó hasta dejarlas a los costados del menor, una a cada lado de su cabeza y las unió con las suyas mientras se acomodaba en medio de sus piernas. 

— Ya pasó, estoy aquí — besó sus mejillas y bajó hasta llegar a su cuello. — y te juro que no me volveré a ir, pero prometeme que pase lo que pase... tu tampoco me dejarás ir.

Seungmin no dudó en asentir. — Lo prometo.

Una sonrisa creció en sus labios. — Bien... ahora por favor, amor, déjame sentirte. — no podría evitar jamás aquellos sentimientos que florecían solo con el menor y sabía que en el futuro no importaría lo que pasara a su alrededor o los problemas que se les presentaría, acabarían sin pensar en los brazos del otro porque era todo lo que necesitaban.

Se necesitaban.

Envuelto en un ambiente caliente y acogedor ellos se entregaron sobre las sábanas blancas, cuando Hyunjin se hundió en el menor con un gemido grave de por medio le juró incontables veces amor eterno mientras el menor le prometía su compañía eterna sin importar nada. Entre besos húmedos y el chapoteo de sus pieles al chocar se miraron a los ojos y confesaron que nada más los podría separar.

Porque eran dos tontos al mentirse, pues ellos se amaban más que a cualquier otra cosa.

Que tontos, que locos
somo tu y yo...
estando con otros y aun amándonos.



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Gente ¿que piensan cuando les digo que todas mis historias son inspiradas por canciones, películas, pensamientos al azar y sueños? además de algunos de mis deseos oscuros, es decir, yo me inspiro con respirar incluso, necesito un botón de apagado de verdad jewnfeger

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