capítulo tres
La brisa hacia danzar sus rechonchos mofletes. Podía sentir su cabello enredarse entre sí como si de una pelea callejera se tratase, sus manos se extiraban a cada lado de su cuerpo y los ojos qué habían estado cerrados con fuerza, se abrían lentamente al escuchar el vibrato de su nombre perderse a lo lejos.
El viñedo era por mucho el mejor lugar de la casa, estaba lleno de mastiles coloridos y aves que cantaban con pulcritud idónea de un lado a otro, todo en ese lugar caía sobre él como un colchón de plumas infraganti. Como mayordomo tenía más tiempo para preocuparse por nada que cualquier otra cosa, pero debía agradecer que todo aquello que tanto le pesaba ya se había terminado gracias a la ayuda del personal.
Baekhyun admitía que esa carga pesada que derrochaba penumbra y oscuridad se perdía al momento en que todo ese mar verde allanaba su vista, pues las lágrimas oprimidas se habían secado gracias al sol y sus pensamientos intrusivos intercambiados por una increíble melodía sonora.
El lugar ya estaba empezando a dar los primeros frutos, podía ver como los racimos colgaban de las delgadas ramas con total fuerza sin lograr fracturarlas. El tiempo manejaba todo con control autónomo, era la primera vez que veía tal cosa. Los vinicultores parecían ser selectivos al momento de seleccionar sus uvas y eliminaban las mismas que no les agradaban, desechandolas o aplastandolas contra el suelo. Tenía entendido que la cosecha de su jefe era tan descarada que tenía un promedio de maduración de dos años, hacía más de veinte meses esas semillas habían sido sembradas y un día como ese que todo parecía manejarse con total normalidad, por fin podrían ser recolectadas.
Podía sentirse un poco melancólico recordando pero no quería compararse con una mata de vid, eso no tendría nada de sentido.
─ Señor Byun ¿Cómo ha estado?
El viento sin duda habia empezó a rugir pero no lo suficiente para no ser notado, Jiwon se acercó a él de inmediato al notar su solitaria presencia. El señor podía fácilmente ser su padre y se habían conocido luego de que tontamente Baekhyun se perdiera una tarde luego de tratar olvidar una reprimenda, estaba llorando ese día y se había empezado a comer las uvas qué creía ya estar lo suficientemente maduras, más tarde su estomago le recriminó, porque después de todo la maduración de esas uvas eran tan estrictas como su jefe. Fue justo ahí cuando Jiwon lo ayudo, rescatandolo como a un gatito encima de un árbol.
─ Señor Jiwon.
Baekhyun sonrió al susodicho con sinceridad, todos en la casa eran tan buenos en el trabajo como formando su personalidad, claramente exceptuando a su jefe.
─ Exactamente hace dos años yo mismo sembré estas semillas y ahora, dos años después, yo mismo las estoy cosechando ─ Jiwon parecía feliz por su hazaña, un hombre que pintaba los cincuenta y que trabajaba con felicidad espolvoreada como un total joven ─ estas son mías y ya están para el consumo. Toma estas, tu estómago te las va a agradecer.
El vinicultor alzó las manos qué habían estado ocultas por culpa de la vid y le ofreció un racimo de uvas que rápidamente se obligó a rechazar con la cabeza, Baekhyun se sentía un poco avergonzado al pensar que podría estar robandole lo poco de la cosecha que el señor recibía, sin embargo Jiwon cruzó la panorámica y no sin antes tomar un cuenco tejido de mimbre se lo extendió con una sonrisa.
Jiwon estaba completamente arruinado, se podía ver lo cansado que estaba y sin embargo sus ojos parecían querer seguir ahí, se encontraba sudando sin más y podía ver manchas de insolación qué antes por culpa de la tarde y neblina no había logrado divisar.
─ Si no quisiera que las tuvieras entonces te hubiera preguntado, estas te pertenecen así que solo tómalas. No desprecies este junco.
La sonrisa del señor se hizo más grande al mismo son en que su corazón se apachurro como un papel, no recuerda haber recibido algo sin tener que dar su tiempo o sudor a cambio, por lo que sus ojos empezaron a retomar un camino de pequeñas lágrimas y su boca temblorosa a acumular un poco de babas. Tomó el canasto entre sus manos y agradeció con lo poco que podía dar en ese momento, palabras de hombre.
─ Diablos muchacho, no llores, son solo uvas.
Para él no solo eran uvas. Ni siquiera recuerda cuando fue la última vez que su familia le había regalado algo porque de por sí no tiene la certeza para afirmar que fue así, desde que tiene memoria sabe que nunca han tenido nada y que nunca iban a tener para un regalo.
─ No dejes que una buena chica te vea llorando, puede que la espantes.
El señor sonrió con amplitud a lo que Baekhyun no pudo evitar seguirlo, llevó su mano desocupada hasta su rostro y lo limpió con suavidad bajo la mirada de su ahora amigo agricultor, quien le dio dos palmadas en su hombro antes de despedirse. Estaba tan descolocado que no sabía si catalogar sus lágrimas como buenas o malas, habían pasado por acciones correctas pero se iban transformando gracias a los pensamientos incorrectos sobre su familia.
Ahora estaba ahí planchado con una canasta de uvas maduras viendo como los vinicultores se despedían entre ellos y se alejaban hasta las cabañas al otro lado del vid. Realmente quería pensar que esas uvas no le traerían el mal a su estómago luego de la pesadilla que pasó la última vez por culpa de su preocupación. Esa noche su cuerpo había estado vibrando hasta las primeras horas de la mañana.
Alzó su brazo derecho y miró el reloj de muñeca, estaba seguro que su jefe estaría pronto en llegar a casa, ya eran pasadas las dos de la tarde y por lo que le mencionó la ama de llaves de Mina, a de estar a dos respiros de sucumbir el terreno.
Su cuerpo giró con lentitud no sin antes ver por última vez aquel tumulto de ahora solo hojas verdes inhóspitas balancearse como un columpio de un lado a otro, sonrió ante aquello porque podría estar presenciando su última recolección de vid si llegado el caso no seguía más en esa casa. Sin embargo, no había podido dar con la presencia de su jefe quien estaba ahí en el marco de la puerta frente a él con las manos atrapadas dentro de sus bolsillos y mirándolo fijamente como si fuese el próximo movimiento dentro de una partida de ajedrez.
Chanyeol estaba un poco lejos pero lo suficientemente cerca como para notar la suavidad en sus facciones endurecerse apenas sus miradas chocaron, él no estaba obligado a estar pegado a Park como un chicle por lo mismo en que no era un guardaespaldas pero si debía ser lo suficientemente prudente como para estar a diez pasos a la redonda, a su orden.
Sus pasos se aceleraron sin dejar un poco el temor, las palabras de Minseok comenzarón a retumbar en su cabeza nuevamente, la idea del perfil de un hombre valiente quería impregnarse en él. Los ojos oscuros de su jefe lo siguieron en su camino cojeante y en el momento en que la cabeza de Chanyeol se inclinó un poco hacia abajo supo que era momento de detenerse.
Ni siquiera tuvo el tiempo para deshacerse del cesto lleno de las uvas de Park; Que seguramente ya estaba pensando que se las estaba robando en lugar de realizar su trabajo, o que se estaba tomando atribuciones que no le pertenecían. Se encontraba un poco abochornado por eso, agradecía las uvas realmente pero no estaba seguro de que tanto bien podían al final darle. Por lo que instintivamente su mano izquierda se fue tornando hacia su espalda, con una lentitud no tan sospechosa pero lo dabondo para que Chanyeol carraspeara y frunciera un poco el ceño.
─ Se supone que intentas esconder el canasto de uvas detrás de ti.
Por mucho miedo que estuviera sintiendo la pena llegó primero, Baekhyun sintió sus mejillas calentarse cuando su mano cayó por donde vino, posandose en su lugar de inicio y dejando entre ver las uvas color verde manzano ante Chanyeol.
─ Realmente no lo intentaba.
Las palabras de Byun salieron arrebatadas, unas encima de otras como un recién parlante. Si sus mejillas estaban posteriormente calientes podía asegurar que en ese momento todo su rostro se coloreo de tonos rojos.
Chanyeol sonrió dejando ver toda la cajetilla de dientes, su ceño fruncido se dejó caer en algún momento entre toda su vergüenza, pues por mucho que se le dificultaba creer ahí estaba sonriendo como si nunca en la vida hubieran chocado y por el contrario, como si fuera un amigo de toda la vida.
Sus manos ya tampoco estaban arrinconada en los huecos de sus pantalones, simplemente se posaba ahí con una amplia sonrisa chocando sus manos en aplausos estridentes.
Baekhyun no podía evitar pensar si podría quedarse a fin de cuentas con esas uvas, Chanyeol era un loco que cambiada de humor tan rápido como el cambio de los minutos. En un momento podría estar diciendole que se sentía loco por dejar que él trabajará ahí y al otro riéndose a carcajada por intentar esconder unas uvas.
─ ¿Crees que me voy a enojar porque tienes unas cuantas uvas?
Sinceramente sí, no eran en retrospectiva unas cuantas uvas sino unas cuantas decenas de ellas, Chanyeol se volvía paranoico por cosas que él ciertamente no podría controlar como lo era su cojera, no podría creer que no se enojaría por tener uvas de su viñedo sin su permiso, si eran regaladas o no, él se lo recriminaría.
Baekhyun asintió con rapidez, sentía que se estaba quedando corto ante los consejos de Minseok, no quería darle más vuelta al asunto y trataría de ser lo más sincero que pudiera incluso si esto no era exactamente lo que Chanyeol necesitara.
Y lo notó, porque su jefe volvió a mover sus cejas pero esta vez hacia arriba. Sorprendido un poco a lo mejor.
─ Conociendo lo débil que eres supuse que dirías que no con tal de no hacerme quedar como un hijo de puta.
Chanyeol levantó una de las comisuras de sus labios antes de girar para entrar por la puerta, vestía del mismo modo en que salió esa mañana, con su uniforme verde sin arrugas y sus zapatos tan limpios como siempre. Lo único diferente era su cabello oscuro qué ahora tiraba para delante haciéndolo lucir mucho más juvenil, dejando atrás aquel porte elegante que lo había impresionado horas antes.
Park había empezado su andar hasta el segundo piso, subiendo las largas escaleras como si fuera nada y adentrandose en el pasillo que daba hasta ambas habitaciones, él venía de paso silencioso a cuatro zancadas detrás.
A ciencia cierta no podía lanzar el dígito exacto de la estatura de su jefe pero le sacaba una cabeza y media de diferencia y como si fuera poco, el tamaño de su espalda podrían fácilmente ser dos del suyo. Esto solamente sumándose a esa intimidación constante qué sentía sobre él.
─ Realmente no creo necesitarte por el momento. Puedes irte a tu habitación si así lo deseas. Cuando salgas avísale a mi ama de llaves que prepare un baño
Baekhyun seguía detrás de aquella ancha espalda, su jefe en ningún momento se dio la vuelta a dirigirle la palabra porque así era como normalmente pasaban las cosas y como preciso le gustaba, sin sentir aquella presión que la burla en sus ojos jalaba ni el peso de aquellos arcos frondosos que chocaban encima de su nariz.
Su cabeza había dejado de doler hacia un tiempo pero su cuerpo parecía no querer ceder ante los nudos que se habían creado tras su mala postura esa última noche. Se sentía estrasnochado y agradecería con pesadez que ya lo dejara dormir. Cuando Chanyeol se giró a verlo y le asintió una vez con la cabeza, Baekhyun solo pudo atinar a hacer lo mismo, asintió seguida de una reverencia y dibujó con pincel su salida de la habitación.
─ Por cierto, te necesito esta noche.
Los ojos de Chanyeol ni se limitaron en verlo al momento de soltar aquello, su jefe ya había empezado a desvestirse para su desgracia y cuando su camisón lleno de medallas cayó al suelo fue ahí cuando Park lo miró a los ojos. Se sintió pesado de repente y arrastrando su cabeza volvió a moverla de abajo hacia arriba.
─ Entonces lo veré esta noche.
Baekhyun salió de la habitación, solía ver hombres sin camisa constantemente donde vivía, hombres gordos, flacos, rellenos y demás. Chanyeol no era gran cosa.
🍓
Volví luego de una muerte en vida jajajan't
Les dije que iba a publicar un oneshot chanbaek que ya estaba escrito y editado hace unos días por el mismo tema de que no podía escribir este capítulo pero al momento de dar la última ojeada me di cuenta de los mil y un errores que tenía esa historia y no podía publicar tal cosa :'(
Al mismo tiempo me re leí los dos primeros capítulos ya publicados de esta historia y me fijé en errores que antes no había notado, todo eso lo pienso corregir una vez que termine con esto. Hace falta algunas cuantas tildes y unas muy necesarias comas.
Posiblemente me extienda un poco más con la cantidad de capítulos para obsesive soul porque soy intensa y una historia que quería que fuera corta de 6 capítulos con una extensión de aprox 1.000 palabras por cap ahora extrañamente por alguna razón terminó en una explotación de recursos de 2.000 palabras por cap, lo cual es bueno porque puede llegar a ser algo mucho más construido pero al mismo tiempo malo porque soy una universitaria :'p
Espero les vaya gustando la historia, todo es tan espontáneo que me toca volver a leer desde el capítulo uno para saber que esta pasando aquí.
Gracias por desearme una recuperación, los quiero mucho <333
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