capítulo dos
Se había levantado en medio de la noche con sus párpados colgando con fuerza hacia abajo, se encontraba visiblemente agotado y mientras trataba de incorporarse en la esquina de la cama, sostenía su cabeza para que esta misma no se le desprendiera por la pesadez. Su cuerpo dolía por todos lados pesé a la comodidad de la cama y no tuvo más remedio que recriminarselo a su mala postura al dormir. Su jefe salía ese lunes muy temprano puesto a que debía tomar un viaje corto de entrenamiento militar según lo que oyó, por tanto debía despedirlo y tomar nota de algunas órdenes antes de su partida. Generalmente Chanyeol salía a trabajar a la una de la tarde por lo que temía que lo tendría de vuelta más temprano de lo normal ese día.
Sus ojos divagaban entre el reloj y la almohada, analizando la hora y tratando de jalar cierto objeto de algodón que yacía sobre su lecho con su mente, pero no pudo. Tristemente se arrastró hasta el baño sabiendo que tenía los minutos contados antes de que al señor le comenzará a joder la mente y lo llamara con gritos y resoplos. No quería ser una molestia para los otros empleados por lo que se bañó con cierta rapidez, cepilló sus dientes y peinó su cabello negro luego de colocarse el uniforme con pulcritud. En menos de treinta minutos abandonó su habitación.
─ Pensé que me tocaría ir a despertarte.
Su jefe soltó con burla luego de que el cuerpo de Baekhyun se reflejará en el espejo de la habitación. Chanyeol parecía ya tener todo listo, portaba su uniforme verde y sus zapatillas bien pulidas. Un cabello prolijo tirado para atrás le dio la bienvenida al momento en que Park volteó a verlo.
─ No te quedes ahí, entra.
El alto ordenó ante la dejadez de Baekhyun quien se negaba a entrar al cuarto sin permiso previo, nunca había pisado ese lugar en su vida y si le tocaba ser sincero tampoco lo deseaba. Chanyeol chasqueo los dedos y al segundo lo tuvo dentro, Byun no pudo evitar que sus ojos bailaran entre cada mueble de ahí, desde el tocador color hueso de la señora Mina hasta la cama curiosamente ordenada y despejada. El ambiente tétrico se volvió aún más pesado de repente cuando sus ojos chocaron con los de su jefe, quien lo miraba con rudeza y se acercaba con cierta penumbra oscura.
Comenzaba a sentir un déjà vu, más cuando en menos de cinco días habían sostenido unas cuantas mirada por mucho más tiempo de lo normal, sin embargo Baekhyun no quería retarlo, pues bajó la cabeza y se disculpo por lo entrometido que pudo haber llegado a ser.
Pesé a esto Chanyeol no se detuvo en ningún momento y cuando se posó frente al cuerpo de su mayordomo volvió a soltar una sonrisa qué se vio apresurado a cubrir con sus dedos, los ojos de Baekhyun volvieron a divagar extrañados. Su jefe demostraba señales erraticas que se forzaba a ignorar por su bien en esa casa, pero aparte de la incesante burla detrás de sus comentarios también comenzaba a fijarse en otro tipo de acciones mezclados con locura y no solo debido a sus miradas incómodas; Lo que soltaba con la boca era mordaz peros sus ojos parecían ser la puerta detrás de su alma y esa puerta estaba totalmente abierta.
─ Puedo ver que crees que estoy completamente loco.
Sus ojos se tornaron aún más negros que un carbón y su sonrisa cayó tras el arqueo de sus cejas.
─ Lo que es realmente loco es dejar que un cojo me sirva.
De nuevo sus rostros estaban a escasos milímetros mortales, las palabras de Chanyeol salían atropelladas una tras otra con rabia, Baekhyun comenzaba a sentir el desespero detrás de esa fachada espeluznante y no sabía precisamente que decir. Estaba en medio de un limbo porque mientras que el olor del perfume de su jefe lo tenía embriagado, sus palabras foraces lo devolvían a la sobriedad. No estaba seguro de que debía discúlparse pero esa parecía la salida más viable ante los puñales qué Park dejaba ver en su rostro.
Baekhyun arqueó su espalda con delicadeza y cerró los ojos por un momento, trató de prolongar tanto como fuera posible su posición. Después de todo Chanyeol estaba regido por ciertas leyes militares y demás. Mostrarle que era superior debería poder ser suficiente para que lo deje de molestar por el momento.
─ ¿En serio crees que mostrándote miserable ante mi es suficiente?
Baekhyun mantuvo la compostura pese a sus ganas de dejar muchos de sus pensamientos al aire, estaba agotado de su jefe y sus palabras, Chanyeol parecía querer decir y hacer cosas totalmente diferentes, como si dibujara algo con una mano para posteriormente borrarla con la otra. Ni siquiera quería pensar en renunciar, necesitaba el dinero más que nadie en esa casa pero su corazón se volvía realmente pequeño cuando escuchaba las cosas por la que tanto le ha tocado soportar. Y eso era mucho más de lo que podía aguantar.
Nadie debía decirle si era miserable, pobre o cojo. Porque ya lo sabía.
Sentirse humillado no era cosa de los últimos meses, hasta donde tiene memoria en toda las facetas de su vida había recibido ofensas y lo habían apuntado con el dedo por su cojera. Recuerda haber sentido mucho rencor hacia su padre cuando aún era muy chico pero a medida que fue creciendo se dio cuenta de lo mal que su papá se sentía y el como constantemente se castigaba a sí mismo por dejar a su hijo con una lesión que nunca pudo ayudarle a superar.
Luego de eso su madre los dejó, no soportaba lo bajo que había caído su marido luego del trauma, pues se había vuelto un alcohólico irremediable. Y a él lo había abandonado sin ningún remordimiento, como si no se tratase de su propio hijo.
─ Acaso se sentiría mejor si me voy ¿debería irme para que me trate como un humano?
Baekhyun murmuró así mismo para no ser percibido pero pese a eso, Chanyeol ya había logrado mezclar ambas respiraciones por lo que no le fue difícil escuchar aquellas palabras tranquilas que sonaban con cierto dolor.
Eso poco o nada le importaba realmente pues Byun había demostrado lo débil que era desde el primer día que lo había visto, un chico sensible y pequeño como un animal. Un niño que parecía tener una vida perfecta incluso con una jodida pierna defectuosa.
─ ¿Quién te dio el permiso de siquiera hablar?
Los ojos de Chanyeol parecieron llenarse de ira, su rostro se transformó tras el coloreo de sus orejas y no demoró en alzar su mano para estrellarla en la mejilla de su mayordomo quien flaqueo por lo inesperado del golpe. Baekhyun tomó su mejilla entre sus largos dedos con sorpresa, sin embargo no se puso a meditarlo y se recompuso de inmediato. Si su cuerpo dolía desde antes ahora su cabeza iba por el mismo camino. La pequeña sensación de agujas clavandose en su cachete por el escosor de la cachetada comenzaba a afectarle.
Chanyeol se alejó a pasos firmes luego de dejarlo ahí, no se sentía tranquilo luego de dejar aquella estridente cachetada, su rostro estaba coloreado y a medida que avanzaba se podía casi sentir el humo saliendo de ambas orejas. Byun ya se había comprometido a servirlo y la única persona que podía decidir su futuro era él. Si Baekhyun seguía o no en esa casa solo Park lo podía determinar, tales pensamientos de abandono eran una simple ridiculez.
Baekhyun quedó de pie junto al marco de la puerta luego del empuje que le dio el contrario al momento de salir de la habitación, aún estaba estupefacto pues nunca creyó poder recibir un golpe por decir algo que pensó que a Chanyeol le agradaría oír, incluso si fue un accidente que él lo escuchara. Sus ojos se llenaron de lágrimas al llegar a pensar que a lo mejor desde ahí comenzaría una relación agresiva hacia él, podría soportar que se burlaran por su condición pero nunca había recibido un totazo insensato por parte de sus jefes.
Sus pies lo condujeron después de unos minutos al primer piso, ahí la ama de llaves de la señora Mina le había informado que Chanyeol ya había salido junto a su chófer. Sus ojos parecían transmitir mucho más de lo que quería pues la señora se acercó a él y le brindó una sonrisa acogedora qué extrañaba desde hace mucho tiempo.
─ Oh joven ¿le gustaría un té de manzanilla?
Asintió lentamente mientras la mano de la señora le sobaba la espalda con delicadeza, desde que llegó la señora Kim parecía haberlo adoptado como a un hijo. Su rostro le reflejo que estaba preocupado por él en ese momento. Baekhyun no quería inquietarse pero ella daba a entender que había presenciado todo y ante esto cabía la posibilidad de que unas cuantas personas más habían escuchado su reprimenda.
Ella no preguntó, solo estaba ahí a su lado apoyándolo como siempre. Con un pequeño porte señorial, vibrando mientras sonreía. La señora Kim le había dado el mensaje del jefe, al parecer se había demorado un poco más de lo que pensó y al final por lo que tanto madrugó no terminó en nada. Con aquello dicho todo lo que debía estar listo para antes de que él llegara ya lo tenía claro.
En tiempos como esos extrañaba a la señora Mina quien de seguro hubiera estado de su lado en silencio, mostrando esa mirada de fortaleza que tanto apreciaba y discutiendo con su esposo por un completo desconocido que no llevaba mas de dos meses ahí.
Solo por superarse y no querer decepcionarla no debía mostrarse débil, porque él era mucho más que eso, mucho más de lo que Chanyeol creía que era. Mucho más de lo que él podría llegar a pensar.
─ La señora Mina ¿cuándo estará de vuelta?
Kim le sonrió con amabilidad y asintió repetitivamente, todos amaban a la señora Park. Incluso la ama de llaves que había trabajado con los padres de Mina desde mucho antes de que ella se aferrara a casarse con Chanyeol. La señora Kim siempre le decía lo tierna que era la pequeña niña y lo mucho que tuvo que arrastrarse por lo impulsivo de su esposo cuando aún eran novios.
─ Muy pronto joven, Mina no suele durar mucho tiempo fuera de casa.
La señora se perdió en la cocina junto a los cocineros quienes ya preparaban los platos del comensal de ese día luego de ver terminada la conversación, Baekhyun trataba se sumergirse en la tarea de ver los movimientos de los ayudantes tratando de sazonar y guisar ciertas carnes; Su mente viajaba como un explorador autónomo, pero por mucho que intentaba no podía librarse del pensamiento intrusivo sobre la cachetada que había recibido. No quería ilimitar el tema más cuando todo transcurria con normalidad, pero él no sabía si eso marcaría un antes y un después con su jefe o si todo podía irse a la jodida mierda de la nada.
Mina le había abierto las puertas de su casa con mucho amor y respeto pero su esposo parecía querer cerrarlas como fuera posible, botarlo como un miserable don nadie. Tanto como una bolsa de basura.
Su tarde se resumió en cumplir órdenes y asegurarse de que todo estuviera marchando. Todos parecían hacer tres cosas al mismo tiempo, el personal de la casa era intachable y eso solo lo hacía sentir peor. Mina había realizado un trabajo impecable al momento de elegir a su gente, como si lo hubiera hecho minuciosamente. Pero no entendía entonces por qué él.
Se preguntaba si Chanyeol también le creaba problemas a los demás o si solo era él el que tachada tal pulcritud en el espacio laboral ¿Enserió era tan malo como para recibir tanto desgaste emocional?
Su pierna siempre había sido un problema pero nunca le había pesado tanto como ahora, inclusive llegaba a pensar si todo sería mejor si no la tuviera. Después de todo, lo malo era el hecho de cojear un poco. Si esto que genera tanto repudio y rechazó no estuviera a lo mejor la gente ya no se fijaría en sus imperfectos.
Pero estar sin una pierna claramente terminaría un problema pero comenzaría otro al son de esto. No tener una extremidad es un claro objetivo de burlas. Y pensar tales idioteces no le ayudarán a terminar sus tareas a tiempo.
─ Sé que estas pasando por un momento incómodo y realmente admiro que sigas aquí luego de dos meses. Pero no te desanimes, todos los que estamos bajo el mandato del señor Park pasamos por eso alguna vez, llegará el momento en que ni la mirada te va a dirigir.
Un joven chico le dijo con su mano reposada en su hombro, Minseok llevaba más de dos años trabajando en la lujosa casa. Era un hombre que poseía una grata sonrisa y parecía agradarle a todos por su buena manera de llegar a las personas, pues era varonil con toques sensibles y parecía ser un poco más comprensivo de lo que se esperaría dentro de la solitaria mansión.
Se desconcertó un poco pues no creía manejar un rostro tan transparente como para que todos notarán qué algo pasaba, tampoco era que deseara hablar del tema a los cuatro vientos ni desahogarse con alguien al que solo había cruzado pocas veces.
─ Ahora todos ven tu discapacidad pero algún día todos te recordarán, tu pierna nunca te imposibilitó hacer tu trabajo así que no agaches la cabeza. Al jefe no le gusta cuando dejan ver su lado sensible.
No quería apoyarse en un hombro en ese momento, menos cuando estaba siendo un poco más sensible de lo que le gustaría en esa mañana, sin embargo si su pierna tuviera vida propia posiblemente agradecería por si sola, pocas veces por no decir nunca esa extremidad había recibido apoyo, por ello sus emociones se colaron por sus poros y se encontraba tiritando bajo aquellos ojos alargados.
Quizás habían sido sus cuencos llenos de agua los que atrajeron al hombre a hablarle o mejor sus manos temblorosas al ver que la hora de llegada de Chanyeol se acercaba, no sabía que fue aquel detonante para que Minseok se acercara a pesar de muy pocas veces intercambiaron palabras pero sinceramente lo agradeció profundamente en silencio. Porque como si fuera una curita no comprada, sano ciertas cosas.
🍓
Demoré un milenio para publicar este capítulo :((
Odio a Park un poco
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