➤ 3 | VICIO

OBSESSION

OO3. VICIO

JUNG HANEUL


Al voltear nos encontramos con Jungkook, que mira la situación boquiabierto por la sorpresa. Me separo rápidamente para salir del baño, mientras que Taehyung casi cae al suelo, pero apoya una de sus manos en la pared, tragando en seco como si estuviera por vomitar de los nervios, pero aun así, vuelvo mi mirada al pelinegro, que tiene sus facciones endurecidas sin quitarle la mirada al de cabello ceniza.

―J-Jungkook, por favor no le digas nada a Jimin. E-Es todo un malentendido ―titubeo juntando las manos. Él me observa alzando una ceja, lo que me hace estremecer, pues, siempre lo he visto tan tierno, tan dulce y ahora su mirada es completamente oscura, sin una pizca de esa ternura que ablande mi corazón―. No quiero que me odie aún más...

―E-Es cierto. Es mi error ―interviene Taehyung, lo cual agradezco.

―¿Jimin no es tu amigo, Taehyung? ―suena tan tranquilo al hablar, lo cual me hace confundir.

―¡Lo es! ¡Claro que lo es! ―responde rápidamente alterado―. Estoy ebrio, n-no sé qué hago. Lo siento demasiado, señora ―intenta acercarse, pero me alejo por el temor de que Jungkook siga malinterpretando la situación―. Carajo, lo siento tanto...

El timbre nos hace sobresaltar, al menos a Taehyung y a mí, mientras que Jungkook sigue observándolo con intensidad, que me hace tragar en seco.

―Es tu hermano, Taehyung. Vete.

―¿M-Mi hermano? ―frunce el ceño―. Pero...pero si no lo he llamado. Iba a quedarme a dormir...

―Lo he llamado yo. ¿No que estabas muy ebrio? ―pregunta sarcástico―. No quería que le dieras problemas a la señora Haneul, pero ya lo has hecho. Vete de una vez.

Decido apresurarme para abrir la puerta, ya que no soporto más la tensión y necesito hablar a solas con Jungkook, para así tratar de convencerlo de que no diga nada al respecto. Necesito que me crea, que me ayude a no seguir arruinando mi relación con Jimin, que trate de hablar con él, porque sé que sola jamás voy a poder recuperar nuestra relación.
Al abrir la puerta me sorprendo de ver a un joven alto, de cabello oscuro que cae por su frente, sus ojos son cafés e intimidantes, sus labios carmesí son esponjosos logrando llamar la atención.
Jamás había visto a alguien tan atractivo, su rostro parece una obra de arte, es realmente perfecto ante mis ojos, por lo que lo observo asombrada y él se da cuenta, me lo confirma con una media sonrisa socarrona.

―Te entiendo, siempre quedan así al verme ―murmura divertido, alzando una ceja―. Soy Kim Seokjin. Lamentablemente, hermano de Taehyung.

Observo su mano estirada y luego sus ojos que esta vez ya no se me hacen intimidantes, lo que hace que toda la tensión disminuya, olvidándome por completo de la situación que antes me rodeaba.

―Jung Haneul ―tomo su mano y para mi sorpresa la levanta un poco, para luego inclinarse dejando un beso sobre el dorso de mi mano, que me hace abrir los ojos a la par al sentir sus suaves labios.

―Es un placer conocerla, Haneul.

Quiero decir algo al respecto, pero escuchamos unos quejidos que llaman nuestra atención y, al voltear me encuentro con Taehyung que camina siendo ayudado por Jungkook, al cual parece no agradarle para nada la situación.

―Realmente bebiste, hermanito ―habla divertido―. No has seguido mis consejos respecto a que tu primera vez no debes excederte. Permiso, Haneul ―pasa por mi lado para acercarse, pasando uno de sus brazos por la cintura de Taehyung, para luego pasar el brazo de él por sus hombros―. Gracias por llamarme, JK.

―No hay de qué, Jin.

Siento la penetrante mirada del pelinegro, que me hace voltear a verlo, ¿por qué este maldito adolescente se me hace tan intimidante? Detesto lo que comienza a provocarme, porque siempre he sido una persona intimidante, pero este chico me gana.

Resoplo volviendo a ver a Seokjin que comienza a caminar hacia su coche, por lo que no dudo en seguirlo escuchando los pasos de Jungkook.
Al ver una moto estacionada detrás de su Lamborghini, hago una mueca de disgusto, pues siempre me han disgustado.

―¿En serio eres su hermano mayor? Pareces más joven, como de su edad ―admito cruzándome de brazos volviendo mi atención a él.

Observo como sube en el asiento trasero a su hermano que no duda en recostarse y eso me hace pensar que quizás no estaba fingiendo, sino que si se encuentra demasiado ebrio.

―¿Qué puedo decir? Tengo el privilegio de mantenerme joven ―voltea a verme con una sonrisa seductora que me hace soltar una risilla por lo bajo.

Escucho la voz de Jungkook a mis espaldas, pero no soy capaz de prestarle atención a pesar de que escucho que nombra a Jimin. Seokjin tiene toda mi atención y yo la suya, lo noto porque no deja de verme a los ojos y se puede sentir la tensión sexual que ha comenzado a formarse.
Sé que no debería fijarme en él, que debería aprender de mis errores, pero mierda, Seokjin es jodidamente caliente y me hace desear estar sobre él montándolo, escuchándolo gruñir.
De sólo imaginarlo siento como un cosquilleo baja por mi vientre hasta llegar a mi feminidad, por lo que muerdo mi labio inferior por un momento.

―¿Qué edad tienes? ―pregunto curiosa, pues sólo sé que es mayor que Taehyung, y no quiero estar con alguien tan joven, aunque él podría ser la excepción. Claro que sí.

―Tengo treinta años ―responde cerrando la puerta escuchando un quejido de parte de Taehyung, pero a ninguno parece que nos importe―. No voy a preguntarle la suya, porque dicen que preguntarle eso a una dama es de mala...

―Tengo treinta y ocho ―lo interrumpo sorprendiéndolo.

―Oh, vamos. Esa es una mentira.

―No lo es.

―Mierda, pero aparenta mucho menos. Ni siquiera parece la madre de Jimin, usted parece la hermana ―murmura mirándome de pies a cabeza.

―Tengo el mismo privilegio que tú.

―Ya lo veo ―humedece sus labios soltando un suspiro, y levanta la mirada a la ventana del segundo piso de la casa, lo que llama mi atención. Volteo, pero al sólo ver la cortina moviéndose, seguramente por la brisa, vuelvo a ver a Seokjin―. Bien, ya debo irme.

―Está bien.

―Lamento si mi hermanito le causó algún inconveniente. Ya sabe cómo son de idiotas los adolescentes cuando beben y más si es la primera vez ―rodea los ojos y rio.

―Espero verte de nuevo.

―Adiós, Haneul ―toma delicadamente mi mano dejando nuevamente un beso sobre el dorso, para luego guiñarme el ojo, que provoca que me estremezca.

―Adiós, Seokjin ―murmuro tratando de reprimir una sonrisa.

Al ver como se sube al auto regalándome una sonrisa, me muerdo el labio inferior para luego soltar un suspiro y comenzar a caminar nuevamente hacia mi casa.
Maldición, ahora no sé cómo qutaré aquel hombre de mis pensamientos, porque siento que no pasará hasta poder sentirlo dentro de mí.
De todas maneras sé que lograré que eso pase, porque he logrado llamar su atención como él lo hizo con la mía.

Sé que no podré dormir recordando su mirada café lujuriosa, sus labios esponjosos carmesí imaginando lo que sentiría al tenerlo sobre los míos, imaginando su gran cuerpo sobre el mío. ¿Acaso Kim Seokjin será mi nuevo vicio?

Al cerrar la puerta a mis espaldas no puedo evitar sobresaltarme al ver a Jungkook, sentado en el sillón con sus piernas abiertas, inclinado hacia adelante, sus manos juntas y las expresiones de su rostro endurecidas.
Eso me recuerda a las películas donde el novio o padre espera realmente molesto a la protagonista que llega a escondidas, lo cual me hace reír, mientras él me observa con intensidad y fruciendo el ceño por la confusión a mi reacción.

―Es realmente agradable Seokjin, ¿no es así? ―se levanta.

―Lo es. No sabía que tiene treinta años, parece más joven.

―Sí, tiene treinta años y una novia ―alza una ceja.

―¿Tiene novia? ―pregunto sorprendida.

―Hace dos años.

―Vaya ―murmuro maldiciendo en mi interior, pero luego vuelvo a la realidad mientras comienzo a caminar nerviosa hacia la cocina.

―Jimin se encuentra en su habitación, lo llevé para que se recueste. Estaba dormido afuera ―informa siguiendo mis pasos.

―Muchas gracias, Jungkook ―trato de sonreír. Con mi mano temblorosa me sirvo el resto de vino que había quedado en la botella, sintiendo la atenta mirada del pelinegro.

―¿Se ha bebido toda la botella sola? ―pregunta curioso, por lo que no puedo evitar tensarme.

―No, ¿cómo crees? ―rio nerviosa―. Una amiga vino a visitarme y bebimos un poco.

―¿Un poco? ―murmura soltando una risa nasal, que quizás no tuvo la intención que lo escuchara, pero aún así decido ignorar.

―Es Youngmi. Quizás no te acuerdas de ella...

―Lo hago.

Asiento algo sorprendida y le doy un sorbo al vino, bajo su atenta mirada que me pone aún más nerviosa. Suspirando decido sacar la caja de cigarrillos del bolsillo de mi chaqueta, necesito relajarme para poder hablar con él.
Tomo con mis manos temblorosas uno, para luego llevarlo a mis labios y saco el encendedor para prenderlo, pero mis dedos están demasiados torpes lo cual me hace frustrar de gran manera.

Su penetrante mirada me hace sentir que está analizándome, que está descubriendo cada uno de mis pecados y eso me hace tensar, por lo que fallo en cada uno de mis intentos de encender el cigarrillo.
Para mi sorpresa Jungkook me quita el cigarrillo de los labios llevándolo a los suyos, luego toma el encendedor y lo enciende rápidamente dándole una calada, para luego tomarlo entre sus dedos.

―Aquí tiene ―lo acerca expulsando lentamente el humo. Lo tomo entre mis dedos con algo de torpeza, pero aún asi le doy rápidamente una calada.

―¿Fumas?

La curiosidad y sorpresa me invade, pues recuerdo que cuando era pequeño siempre que estaba junto a mí mientras fumaba, él me decía el mal que le hace a mis pulmones.

―A veces.

―¿Ahora me crees cuando te digo que me ayuda?

―Sabe que en realidad aumenta la ansiedad, ¿cierto?

―Detesto cuando me dicen eso ―murmuro expulsando el humo―. Pero si tú lo sabes, ¿por qué fumas?

―No lo sé. Estoy rodeado de personas que lo hacen ―lo miro asustada al pensar que Jimin ahora tiene mi mismo vicio―. Oh, tranquila. Jimin detesta el olor a cigarrillo.

Al escucharlo no puedo evitar suspirar aliviada, porque detestaría ver a mi hijo con algún vicio, más si es alguno de los míos.

―Sobre lo que viste...

―Sé que Taehyung la besó y usted no tiene la culpa. Tranquila.

―Pero si Jimin...

―No le diré, pero debería evitar acercarse a Taehyung. Es un idiota.

―Es amigo de mi hijo. Parece un buen chico.

―Tanto así que no pensó en que podría arruinar aún más su relación con Jimin, ¿no?

―Bebió de más. Es adolescente, así que es normal que se equivoque.

―Sólo trate de evitar que esté cerca suyo para que no vuelva a repetirse ―suspira―. Ya debo irme.

―Es muy tarde, deberías quedarte a dormir ―le regalo una media sonrisa―. Puedes dormir con Jimin o en la habitación de huéspedes....

―Vine en moto. No se preocupe.

―¿Esa moto horrible es tuya? ―pregunto sorprendida.

―¿Horrible?

―Detesto las motos.

― Ya, entiendo ―suelta una risilla y vuelve a mirarme con seriedad―. Bien, iré a casa. Que descanse, Haneul.

Voltea para comenzar a caminar, pero la curiosidad vuelve a invadirme por lo que no puedo evitar hablar.

―Jungkook...―voltea a verme alzando una ceja―, ¿sigues viviendo con tu padre?

―Sí.

―¿Por qué? ―al notar como se tensa, cierro los ojos por un momento arrepintiéndome―. ¿Estás seguro que no quieres quedarte? Puedes hacerlo cuando quieras.

―Buenas noches, Haneul.

Me regala una media sonrisa que le sale más una mueca y vuelve a caminar hacia la salida, mientras suspiro para luego tomar la copa y darle un sorbo.


¡Hola!

¿Qué les pareció el capítulo? ¿Les gustaría que el siguiente fuese narrado por Jungkook?

Espero que les haya gustado, no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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