➤ 15 | SUCIO SECRETO

❧ OBSESSION

O15. SUCIO SECRETO.

JEON JUNGKOOK


Pequeña molesta basura.

Park Jimin está jodiéndome la existencia al estar la mayoría del tiempo junto a Haneul.
¿En qué momento dejó de molestarle la existencia de su madre? ¿Acaso quiere robarme su atención? Me he cansado de pensar una y otra manera de acercarme a ella, cómo para que cuando lo estoy logrando, él decida acercarse a ella.
No puedo permitir por ningún motivo que busque tener toda su atención, no puedo perder la poca que me da por su culpa. El sólo hecho de pensarlo hace que sienta mi sangre hervir, que se me dificulte respirar.

Detesto verlo reírse junto a ella, detesto ver las sonrisas que le roba, la manera en la que ella revuelve su cabello y acaricia su mejilla. La maldita forma en que lo mira con cariño, como sus ojos parecen brillar. Eso me hace querer enloquecer.

¿Por qué no puede verme de la misma manera? ¿Acaso no se da cuenta que necesito su atención? No quiero seguir viendo como Jimin me roba toda su atención. No quiero que siga siendo una molestia que impida que consiga lo que tanto anhelo.
De tanto darle vuelta al asunto durante la madrugada me di cuenta que, a veces, aunque uno no quiera, debemos hacer cosas que nos disgusta por completo si eso significa que podemos conseguir lo que queremos. Y eso haré.

Ahora me encuentro en el gimnasio, ya que Jimin me convenció de entrenar juntos, pero nunca mencionó el hecho de que Taehyung estaría aquí.
Claro que no quiero estar aquí, pero Jimin me había insistido, yo intenté negarme, más al darme cuenta que podría quedarme a solas con Haneul, pero fue tan insistente que ella acabó también diciéndome que debía acompañarlo, que eso me haría bien. Pero claro que ella no sabe un carajo que es lo que me hace bien, porque lo único que lo logra es ella. Es simplemente, Haneul.

Una vez que me encontraba haciendo ejercicio, podía sentir la intensa mirada de Taehyung. No recordaba con claridad porqué era que me odiaba tanto, pero habíamos tenido tantas discusiones que me daba cuenta que era normal.
De todas formas, no es mi culpa que esté enamorado de Jimin y se sienta frustrado porque él sólo tiene ojos para mí. Eso hace que disfrute cómo siente su sangre hervir cada vez que me ve, más estando al lado de la pequeña basura de Jimin.

Jimin ha estado buscando excusas para hablarme, puedo sentir cómo me mira, cómo me desea, lo cual hace que quiera apartarlo de una vez por todas, pero intento mantener la calma.
Estoy haciendo dominadas en la barra, por lo que él se acercó con la excusa de tomar agua, ya que la botella está a un lado de donde estoy yo. Puedo sentir su mirada, pero decido concentrarme en seguir con las dominadas, hasta que Taehyung también se acerca.

—¿Por qué rayos lo invitaste? —pregunta frustrado.

—¿Sigues con eso?

—Este era nuestro lugar, Jimin.

—¿Puedes callarte? Puede escucharnos —intenta bajar la voz, mirándome preocupado, pero yo gruño siguiendo con el ejercicio, hasta que no puedo soportarlo más y suelto la barra volviendo a aportar los pies en el suelo—. ¿Qué tal vas, Jungkook?

—Bien —respondo intentando recuperar el aliento y él me pasa la botella, pero observo a Taehyung, el cual parece molesto—. ¿Sucede algo?

—No. Está todo bien —me regala una sonrisa tranquilizadora, la cual ignoro dándole un gran sorbo al agua.

—Es sólo un gimnasio. Cálmate —escucho que le dice a Taehyung—. Ya vuelvo.

Veo a Jimin marcharse, quizás a buscar mancuernas, aunque tampoco es de mi interés, pero siento a Taehyung acercarse lo que me hace sonreír con cinismo. Giró mi cabeza a verlo, observando su cabello rizado desordenado y algo húmedo por el sudor, como también su rostro lo está.
Puedo notar con facilidad el odio en sus ojos cafés, en sus facciones endurecidas, que aprieta tanto la mandíbula que podría rompérsela.

—¿Ahora qué quieres, Taehyung? —alzo una ceja.

—¿Qué es lo que quieres, Jungkook?

—No sé a qué te refieres.

—Con Jimin.

—Con él no quiero nada —respondí con simpleza y sonriendo, pero luego doy un paso hacia adelante acercando más nuestros rostros, por lo que él me mira con algo de temor por más que intenta ocultarlo—. O tal vez sí.

Observo como todas las inseguridades en ese momento comienzan a atacarlo y quiere decir algo al respecto, pero volteo viendo cómo Jimin se acerca con unas mancuernas. Cuando nuestras miradas se encuentran, este no puede evitar preocuparse y ver también hacia donde está Taehyung, pero me acerco a él con una sonrisa haciendo que se olvide por completo de su amigo.

—¿Quieres que te ayude en algo, Jiminnie? —pregunto sacándole una sonrisa que hace que sus ojos se cierren y sus mejillas se tiñan de un rosado.

—¿Jiminnie?

—¿No te gustaba cuando te decía así de pequeños? 

—No. Digo, claro que sí. Me encanta viniendo de ti —confiesa asintiendo, por lo que suelto una risilla.

—Entonces, ¿te ayudo?

—¿Estás cansado? Puedes ayudarme a contar si quieres.

—Claro.

Jimin comenzó con sus series, por lo que se supone que debo ayudarle a contarlas, pero por momentos no puedo evitar desviar la mirada hacia donde se encuentra Taehyung. Este nos observa con sus facciones endurecidas, su respiración pesada y sus manos empuñadas.
Sé que debe tener un caos en su cabeza, debe estar volviéndose loco porque no comprende qué es lo que quiero con Jimin. El sólo hecho de pensar que podría arrebatarle a Jimin debe hacerle hervir la sangre, y claro que lo comprendo, porque así me siento con Haneul cuando alguien más tiene su atención.









(...)








Me sentía agotado luego del entrenamiento, y la verdad era que no me había ayudado para nada a distraerme porque mis pensamientos sólo eran invadidos por Haneul. Además, el hecho de que estuviese Taehyung ayudaba menos, ya que se la había pasado intentando llamar la atención de Jimin. Sé que quiere alejarlo de mí y no me molestaría para nada si no fuese que dice mierdas de mí, las cuales podría llegar a oídos de Haneul si él llegara a creerlas.

Eso sí que no podía permitirlo, así que no me queda más que joder aún más su vida, lo cual voy a disfrutarlo.

Me dirijo a la cocina echando mi cabello húmedo hacia atrás, aunque el flequillo cae rápidamente por mi frente, y al entrar me encuentro con aquella mujer que no sale de mi cabeza.
Lleva un vestido negro apegado a su figura que hace que sus curvas resalten, por lo que relamo mis labios, mientras intento borrar los recuerdos que invaden mi cabeza.

¿Cómo podía enloquecerme tanto, aún cuando hemos follado algunas veces? Jung Haneul podría ser mi perdición y no me importaría en lo absoluto, porque siento que vivo por ella y su sexo.

Camino lentamente hacia ella que parece estar sirviéndose café, perdida en sus pensamientos como para no haberme escuchado. Y cuando estoy lo suficientemente cerca, entierro mi nariz en su cabello, mientras mis manos se dirigen a su pequeña cintura a la vez que me apego a ella, provocando que un jadeo de sorpresa escape de sus rosados labios.

—Jungkook...

—La he echado de menos —confieso apegándome más a ella, restregándome en su trasero, sintiéndome embriagado por su dulce aroma.

—¿Qué haces? —pregunta por lo bajo, jadeando al sentirme, por lo que pasó mis manos por su abdomen subiendo mientras reparto besos húmedos por su cuello.

—La necesito, Haneul —digo en su oído con voz algo profunda—. La necesito tanto.

Subo mi mano a uno de sus senos apretándolo, escuchándola suspirar a la vez que inclina su cabeza hacia atrás por mis besos para así darme más acceso, por lo que no dudo en lamerlo. Siento mi erección crecer por la forma en la que ella ahora busca restregarse, y juro que soy capaz de subirla a la isla de la cocina para follarla, pero un grito nos hace sobresaltar.

—¡¿Mamá?! ¡¿Estás en casa?!

Siempre esa pequeña basura.

En ese mismo momento nos separamos y acomodo mi pantalón como también mi camiseta, la cual parece ser el doble de mi tamaño, pero lo agradezco por la forma en que mi erección parece no notarse. Aún así, me coloco detrás de la isla de la cocina, escuchando la puerta abrirse.

—Mamá, aquí estás...

—¿Q-Qué sucede, Jimin? —pregunta intentando actuar con normalidad, pero falló al titubear.

—¿Estás bien? ¿Está todo bien aquí? —examina curioso, observándola primero a ella que puedo notar que tiene sus mejillas sonrosadas y que parece estar temblando por la forma en la que toma la taza con café.

—Claro, ¿por qué no lo estaría, Jiminnie? —pregunto arrugando levemente la frente. Este al escuchar mi manera de llamarle no puede evitar sonreír, olvidándose por completo de las ideas que podrían cruzar por su cabeza.

—¿Sucede algo, cariño? —su voz sale más dulce y se acerca a él mirándolo con una sonrisa.

—Oh, sí. Quería saber...hm...

Al darme cuenta que Jimin me mira por un momento algo incómodo, como si quisiera privacidad, le regaló una sonrisa tranquilizadora por lo que él sonríe relajado. Camino tranquilamente hacia la salida de la cocina, pero no sigo, me detengo al cruzar la puerta porque mi curiosidad era demasiada.

—Hey, ¿qué pasa, cariño? —pregunta preocupada, mientras empuño las manos porque detesto que sea tan cariñosa con él.

—¿Mañana estarás ocupada?

—No. ¿Necesitas algo?

—Es que...yo...¿Quieres que pasemos tiempo de madre e hijo? —pregunta nervioso.

—¿Hablas en serio? —no me hacía falta entrar para saber que debía estar sonriendo ilusionada, porque la conocía tan bien que podía imaginar cada mueca que hacía.

—S-Sí, pero sólo si también quieres.

—¡Claro que quiero, cariño! —pude escuchar como Jimin soltaba una risilla, seguro ella estaba abrazándolo y eso hace que quiera entrar para apartarlo—. Mañana pasaremos la tarde juntos, no puedo creerlo.

—Pues, supongo que tenemos muchas cosas de las que hablar aún, ¿no?

—Gracias, Jimin.

Quise seguir escuchando, pero al escuchar unos pasos acercarse, me dirigí rápidamente hacia el sofá para sentarme en este, observando como salía Jimin seguido de Haneul, los cuales tenían una gran sonrisa en el rostro.

—Está bien, cariño. Volveré en un rato  —escucho decir a Haneul, lo que hace que fije mi vista en ella.

—Oh, ¿a dónde irás, mamá?

«Gracias, imbécil» pienso al escuchar su pregunta, porque me encuentro mirando interrogante a Haneul que desvía su mirada carraspeando la garganta.

—Ya sabes, con Youngmi —sonríe, aunque puedo notar sus nervios, mientras que Jimin se sienta a mí lado.

«¿Acaso estás mintiendo, mi amor? ¿Serías capaz de hacerlo?»

«Claro que lo serías»

El sólo hecho de pensar que estaba mintiendo hacía mi sangre hervir porque la conocía tanto. Ella vive para mentir, y sólo puedo imaginarla siendo follada por otro hombre, lo que hace que comience a masajear mi nuca porque siento que se me ha formado un nudo por lo tenso que estoy, y no soy capaz de disimularlo.
Jimin rápidamente se da cuenta y observa atento el movimiento de mi mano.

—¿Estás bien?

—Sí. Es sólo que creo que debo tener un nudo —respondo sintiendo la mirada de Haneul.

—Oh, te haré masajes —sonríe levantándose.

Quiero negarme, pero lo mejor era no hacerlo teniendo a su madre allí, por lo que permito que este comience a masajear mi nuca bajo la atenta mirada de ella.

—Bien, volveré pronto.

—Está bien, mamá. Pásala bien.

—Ustedes igual —dice dirigiéndose hacia a la salida.

—Cuídese, señora Haneul —hablo sintiendo su mirada, mientras finjo estar concentrado en los masajes que me estaba haciendo su hijo, como si en realidad no sintiese que perdería la cabeza al pensar con quién puede irse.

Puedo sentir cómo Jimin intenta ser lo más suave posible, y la verdad que tiene buenas manos porque está logrando relajarme, hasta un sonido involuntario escapa de mi garganta. Podría pasar un rato largo sintiendo sus masajes, pero escucho su risilla, lo que hace que vuelva a tensarme.

—Hey, tranquilo. Relájate —dice apoyando las manos en mis hombros al sentir como estoy tenso nuevamente.

—Ya estoy mejor. Gracias, Jimin.

—Pero...

—Ya, en verdad.

—Está bien.

Jimin volvió a sentarse al lado mío, apoyando su brazo en el respaldo y su mejilla en la mano, observándome con atención, lo que hace que me irrite, pero conecto nuestras miradas recordando mi objetivo. Un suspiro escapa de mis labios lo que hace que él ponga aún más atención en mí.

—¿Qué sucede? ¿Qué pasa por esa cabeza, Jungkook?

—No es nada —desvío la mirada.

—Vamos, dime —apoya la mano en mi pierna, por lo que no puedo evitar removerá así que la aparta y carraspeo la garganta—. ¿Qué sucede?

—No entiendo porqué Taehyung se ha vuelto...así —él me mira confundido—. Ya sabes, conmigo. No entiendo porqué parece odiarme.

—Yo tampoco lo sé.

—Te habla de mí, ¿no es así? —indago volviendo a conectar nuestras y él no puede evitar tensarse.

—N-No...

—¿Vas a mentirme? —frunzo el ceño—. Lo he escuchado.

—Está bien. A veces lo hace, pero no le doy atención. En verdad...

—Jimin...—lo tomo de la muñeca lo que hace que este se incline hacia adelante, mirándome con atención, sintiendo algo de nervios por la cercanía—, júrame que aunque te diga mierdas de mí no vas a creerle.

—Jungkook, por Dios...—ríe—, jamás podría...

—Júrame que no va a lograr separarnos. Hablo en serio —digo con seriedad—. Tú eres muy importante para mí.

—¿En verdad? —pregunta observándome fijamente lo que hace que pueda notar un brillo de ilusión.

—No tienes idea de cuánto me importas, por eso no quiero que él nos separe, Jimin.

—Ni él, ni nada va a poder. Lo prometo —habla con suavidad y una pequeña sonrisa, mientras desliza su mano para poder tomar la mía—. No permitiré que intente llenar mi cabeza. Yo sí te conozco.

—Eso espero —intento sonreír, pero el sentir como acaricia mi dorso con el pulgar hace que sienta mi estómago revolverse.

—Tú tranquilo. ¿Tienes hambre? Porque yo sí —ríe levantándose.

—¿No esperaremos a tu madre?

—Oh, ella no cenará con nosotros —responde restándole importancia, sacando el celular de su pantalón de algodón negro—. ¿Te parece si ordenamos pizza?

—¿Por qué?

—¿No escuchaste? Fue con Youngmi —dice riendo, mientras parece buscar algún contacto en su celular.

—¿Y tú le crees? —arrugó levemente la frente y él me observa por un momento con algo de confusión, pero vuelve su mirada al celular.

—¿Por qué no debería?

—Dijiste que siempre ha sido algo...mentirosa.

—Eso fue en el pasado —responde sin quitar la mirada de su celular aunque parece estar pensando en mis palabras.

—¿Y tú crees que el pasado no puede repetirse? —aquella pregunta hace que él se tense.

Jimin era demasiado fácil de leer, al menos para mí, y podía notar que parecía estar perdiéndose en él pasado. Quizás cuando su madre estuvo en esa relación con alguien más joven, la cual según ha dicho fue traumático para él, ¿y cómo no? Él siempre ha sido demasiado sensible, así que imagino que vivir en un hogar con violencia había logrado que esas situaciones quedaran grabados en su cabeza, por lo que había llegado a odiarla demasiado, además que no había respetado por un buen tiempo el "luto" a su padre.

¿Qué podría pasar si él piensa que esa situación puede volver a repetirse? Justamente lo que yo quiero.

—No lo creo. Ella ha cambiado —intenta sonar convencido, pero sigue sin mirarme. Parece mirar el celular, pero ya no está buscando nada y está perdido en sus recuerdos.

—¿Qué tan seguro estás de eso, Jimin? —pregunto levantándome para acercarme a él, por lo que me mira por un momento—. ¿Sabes? Realmente espero que ella haya cambiado porque tú te ves más feliz y no me gustaría que eso se acabara. De cualquier forma, estoy aquí contigo para apoyarte, Jiminnie —sonrió de manera tranquilizadora, apoyando la mano en su hombro—. Es una promesa.

Lo siento tensarse y un suspiro tembloroso escapa de sus labios, volviendo su atención a su celular.

—¿Quieres que elija una película? —pregunto animado. Él me mira intentando sonreír y asiente.

—Ordenaré la pizza.











(...)









Un gruñido escapó de mi garganta al pasar mi mano húmeda por el lubricante por el glande, abriéndola y cerrándola. Me encontraba sentado en lo que podía decir ahora mi cama, masturbándome, perdiéndome en los recuerdos junto a Haneul.
Sentía que no podía aguantar más sin ella, pero ya era de medianoche y seguía sin llegar. Estaba volviéndome loco el pensar que podría estar con otro hombre. Ella no podía hacerme eso, no cuando estaba dando todo de mí para que sólo tuviera ojos para mí.

Haneul no podía ser una verdadera perra y joderme así. Empecé a perderme en los recuerdos, la forma en la que me miraba cuando me encontraba entre sus piernas, como no podía mantener su boca cerrada por los movimientos de mi lengua y dedos.
Para mí no había mejor vista que esa, el sentir cómo tiraba de mi cabello, escucharla gemir mi nombre, ver cómo ponía los ojos en blanco, igual que yo en este momento porque el placer me invade.

Me concentro en los movimientos de arriba abajo, pero aún así logro escuchar el sonido de la puerta y observo de reojo por un momento aquel cabello oscuro y corto. Era Jimin.
Quizás pasaba y me escuchó, pero no me importa para nada porque lo que quiero es jugar un poco con él.

Subo la mano por el tronco con la palma, pero al llegar al glande la giro bajándola, lo que hace que un gemido ahogado escape de mis labios.
Se qué Jimin sigue viéndome, puedo sentir su intensa mirada, pero sigo actuando como si no lo supiera. Y para mi sorpresa, logro escuchar un jadeo.

¿Acaso Jimin está masturbándose al verme de esta manera?

Eso me hace querer sonreír de satisfacción, pero aumentó el movimiento mordiendo mi labio inferior mientras con mi mano libre me aferro a la manta, inclinando mi cabeza hacia atrás, aún escuchando a Jimin detrás de mí.

Recuerdo la manera en la que se siente estar dentro de Haneul, como aprieta mi miembro de una manera deliciosa, lo caliente que se siente. Mis sentidos se dispersan por lo que aumento el movimiento, pero al sentirme al tope, lo detengo, repitiendo eso una y otra vez.
El sentirme observado, el escucharlo mientras imagino las veces que he hecho gritar a su madre, las veces que he dejado marcas en su cuerpo, las veces que he estado dentro de ella, hace que no pueda resistirlo más.

Un gruñido escapa de mis labios y siento como mi mano, camiseta y pantalón se manchan con mi esencia, a la vez que escucho la puerta cerrarse, lo que hace que voltee rápidamente a ver.

Subo mi pantalón sin importar que esté manchado y me dirijo a la puerta, abriéndola lentamente, observando como una pequeña mancha blanca se encuentra detrás de esta. Una sonrisa retorcida se dibuja en mis labios al darme cuenta de lo que le provoqué.
Park Jimin se había masturbado observándome a mí hacerlo, y lo que él no se espera...es que yo sé su sucio secreto.

¡Hola!

Luego de tanto tiempo les traigo un nuevo capítulo de esta historia. Quiero disculparme si sienten que ha perdido su esencia, la verdad es me costó un poco volver a escribir un capítulo porque ya no recuerdo lo que es hacerlo en primera persona, y tampoco me acordaba mucho de lo que ha pasado JAJSJS

De todas maneras, prometo no volver a llevarla a borradores porque tengo muchísimas ideas, como inspiración y tampoco es que vaya a ser una historia larga. Al contrario, creo que no deben faltar más de unos diez capítulos para el final, veré según mi inspiración si se me ocurren más cosas.

De nuevo pido disculpas por haberla llevado a borradores por unos meses, y espero que aún existan personas que la leen

Por cierto, tengo pensado hacer que Jimin narre el siguiente capítulo, y no sé si a ustedes les gustaría que fuera así. Lo siento necesario por lo que tengo pensado que pase, pero ustedes dirán si les parece buen que el narre.
Espero sus comentarios jujuu

Luego de tanto tiempo, espero que les haya gustado este nuevo capítulo, si es así no se olviden de votar y comentar

¡Nos leemos pronto!

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