➤ 11 | IRA

❧ OBSESSION

O11. IRA.

JEON JUNGKOOK

La puerta se abrió permitiéndome ver a Haneul, que parece asustarse en cuanto me ve. Quizás por el hematoma y la herida que tengo en el labio o podría ser por el bolso que llevo en mi mano, porque sabe que ahora tendrá que verme la cara bastante seguido y no podrá ignorarme como tanto ha intentando hacer.

—Jungkook, ¿q-qué te sucedió? —me mira de pies a cabeza con sus ojos abiertos a la par.

—¡Jungkook! —alza la voz Jimin, por lo que entro haciendo que Haneul tenga que abrir más la puerta. Un jadeo escapa de mis labios al sentir como Jimin se aferra a mí con fuerza de manera sorpresiva—. Estaba muy preocupado por ti. Mierda, ¿cómo pudo ser capaz de golpearte? —esa pregunta suena más como si fuera para sí mismo. Se separa un poco tomando mi rostro entre sus manos, observando el golpe arrugando el rostro.

—¿Fue tu padre? —escucho la voz de Haneul a mis espaldas.

—Mamá, no debe querer hablar de eso. No debe ser fácil —interviene su hijo, antes de que pueda decir algo—. Ven aquí.

Vuelve a abrazarme con fuerza y lucho con todas mis fuerzas para ser capaz de corresponderle, pero lo que más quiero es empujarlo muy lejos de mí.
No puedo soportar que me toque, no puedo soportar absolutamente nada y me siento incapaz de moverme, mientras observo a Haneul que pasa por nuestro lado y voltea a verme.

Le sostengo la mirada y puedo notar que parece preocupada por mí, que tiene la intención de acercarse, pero quizás no lo hace por Jimin, lo cual sólo logra que lo quiera aún más lejos de mí.

—¿Quieres comer algo? —pregunta separándose—. Oh, tu bolso. Mamá, ¿puedes llevarlo a la habitación de huéspedes?

—Claro.

—Puedo llevarlo...

—Deja que lo haga mi madre.

—No te preocupes —habla ella acercándose extendiendo su mano, por lo que le doy el bolso conectando nuestras miradas.

Ella comienza a subir las escaleras y sigo sin apartar la mirada, hasta que mi amigo llama mi atención tomando mi brazo, logrando que me sobresalte y me aleje, por lo que me mira confundido.

—¿Estás bien? -pregunta preocupado.

—C-Claro.

—Entonces, ¿quieres comer?

—No.

—¿Estás seguro?

—La verdad es que sólo quiero descansar.

—Permíteme al menos hacerte un sándwich -sonríe a medias.

—Jimin...

—Por favor.

—Está bien.

—Tú sube que yo te lo llevo.

—Está bien.

—La habitación es la que está cerca de la mía.

—Perfecto. Gracias, amigo —trato de sonreír, pero me sale más una mueca, me doy cuenta por como presiona los labios y desvía la mirada antes de voltear.

Cuando este empieza a caminar hacia la cocina, no dudo en subir rápidamente las escaleras tratando de no tropezarme y dirigirme a la habitación que me ha dicho Jimin. Pues, lo que más quiero es tratar de hablar con Haneul, tratar de descifrar más lo que siente.

En cuanto estoy por abrir la puerta, esta se abre y me encuentro con ella que se sorprende y un jadeo escapa de sus labios, por lo que trato de reprimir una sonrisa.

—Jungkook...

—Le dije a Jimin que sólo quiero descansar, por eso estoy aquí —explico entrando.

Paso por su lado sin decir nada más, ni siquiera la miro y me acerco a la cama para tomar el bolso que está sobre esta, sintiendo su mirada en todo momento. Seguramente está preguntándose porqué no parezco interesado en hablar con ella y lo confirmo cuando levanto la mirada. Parece realmente confundida por mi manera de actuar, estoy seguro que su cabeza es un caos y se siente enloquecer, por lo que presiono los labios por un momento tratando de reprimir la sonrisa de satisfacción.

—Jungkook...—da unos pasos hacia adelante, pero luego se detiene como si se hubiera arrepentido.

—No le parece bien que me quede aquí, ¿cierto?

—N-No es eso.

—¿Entonces? —inquiero alzando una ceja.

Ella se acerca insegura y con su mano temblorosa me toma de la barbilla observando el golpe, mi labio inferior roto, pero giro el rostro.

—Tu padre te ha hecho eso, ¿no es así?

—¿Qué importa? —pregunto en un murmuro casi inaudible mirando la mesa de noche.

—Me dijiste que había cambiado.

—¿Realmente le importa lo que suceda en mi vida? —volteo a verla atento con el semblante serio.

Ella me observa molesta y quiere responderme, pero unos pasos la hacen sobresaltar y que desvíe la mirada pasando los dedos por su cabello suelto.

—Aquí está tu sándwich, Jungkook —habla Jimin al entrar, por lo que volteo observando como este frunce el ceño al ver a su madre—. ¿Qué haces aquí, mamá?

—Y-Yo...sólo estaba diciéndole a Jungkook que puede quedarse el tiempo que sea necesario —trata de sonreír pero le sale más una mueca y pasa por mi lado acercándose a Jimin—. Me voy a dormir. Descansa, hijo —acaricia su cabello.

—Tú igual. Gracias —le sonríe, por lo que frunzo el ceño confundido.

—Descansa tú también, Jungkook —me mira por un momento permitiéndome notar sus nervios y sale rápidamente.

Jimin se acerca al bolso dejándolo en el sofá para luego abrir las mantas y palmear el colchón.

—Recuéstate, Jungkook.

—¿Tú qué harás? —pregunto acercándome inseguro cuando lo veo sentarse del otro lado.

—¿Quieres que duerma aquí contigo?

—No —respondo sin más notando como la ilusión en sus ojos mieles desaparece.

—Entonces, me quedaré aunque sea hasta que te acabes el sándwich —sonríe.

Suspiro cerrando los ojos por un momento porque realmente sólo quiero que se vaya de una vez. La verdad es que siento que necesito a mi madre, un abrazo de ella que calme mis demonios porque si me quedo solo tengo miedo de reventar, por lo que quiero buscar a Haneul, pero no puedo hacerlo si Jimin está aquí.

Me acuesto como tanto insistió Jimin y él me cubrió con las mantas como si fuese un niño, para luego tomar el plato con el sándwich que estaba en la mesa de noche y colocarlo en mis piernas, observándome con una sonrisa.

—Come.

Ten paciencia, Jungkook.

Me repito una y otra vez llevando el sándwich a mi boca para darle un mordisco. Sé que debe estar delicioso, pero no puedo sentirlo así luego de todo lo que sucedió, sólo tengo un amargo sabor de boca y no puedo dejar de recordar ese momento en el que sentí muchísimo miedo.
Sin duda mucho más de lo que me ha hecho sentir antes y ahora me asusta pensar que quizás nunca pueda olvidar eso, que quede grabado en mi cabeza.

— ¡Muy bien! Comiste todo y eso que dijiste que no tenías hambre —ríe dejando el plato con algunas migajas en la mesa de noche que está a su lado.

Los minutos habían pasado y perdido en mis pensamientos no me di cuenta cuando comí todo el sándwich, al que no pude saborear para nada.
Voltee a ver a Jimin tratando de sonreír, esperando que se vaya de una vez, pero no parece para nada tener la intención.

—Sabes que puedes hablar conmigo de lo que sea, ¿cierto? —pregunta acariciando mi cabello, por lo que me siento estremecer recordando ese momento que me hace cerrar los ojos con fuerza—. Todo va a estar bien. No va a volver a golpearte porque ahora estás aquí. Estás conmigo y mi madre —murmura abrazándome y siento las lágrimas brotar otra vez aunque no lo quiero—. Nadie más va a hacerte daño, Jungkook. Lo juro.

Sólo deseo jamás volver a verlo, volver sentir su tacto, ni que volviera a marcarme como lo hizo. Aún siento mi piel arder por la fuerza que había ejercido en mis brazos, la manera en la que apretaba mi cabeza y como se me dificultaba respirar.
Por más que trato de impedirlo los sollozos desconsolados escapan de mis labios, mientras ruego poder olvidar toda esa situación, aunque logré hacer que cayera al suelo antes que pudiera hacerme algo como eso. Pero el sólo hecho de recordar el terror que sentí, sus gritos, su manera de tocarme me hace estremecer y que mi corazón dé un vuelco.





(...)





Ya es otro día y decidí no ir al instituto por más que Jimin había tratado de insistir al despertar, pues sin quererlo me dormí siendo abrazado por él, lo cual al abrir los ojos provocó que la rabia me invadiera, pero traté de fingir que eso no me molestaba. Él en cambio asistió sólo porque no quiere que me atrase así como lo está luego de haber faltado unos días.
Me levanté después de unas horas aún sintiéndome agotado por más que había dormido bastante, más de lo que lo hago normalmente.

Ni siquiera el hecho de pensar que iba a estar solo por horas con Haneul había logrado que pudiera levantarme de la cama, hasta que decidí tomarme una ducha para así tratar de despejarme y volver en sí.
Al estar frente al espejo paso la mano por este ya que se encontraba empañado. Apoyo las manos en el lavabo y me observo con atención, los rizos húmedos caen por mi frente, la herida en mi labio como el hematoma se notan aún más, como también las marcas en mis brazos.

Mi pecho sube y baja por mi respiración que se ha vuelto pesada, siento mis ojos arder por las lágrimas retenidas, pero por más que trato de quitar aquellos recuerdos de mi cabeza no puedo.
Siento que estoy enloqueciendo, la ira está invadiéndome, tanto así que me siento capaz de acabar con todo.

La puerta se abrió sobresaltándome, pero al voltear y ver que se trata de Haneul, la cual me mira detenidamente boquiabierta, como si no se hubiera esperado para nada verme así, trato de relajarme pero no lo estoy consiguiendo.

—Oh, l-lo siento —titubea sin poder apartar la mirada de mi cuerpo—. N-No sabía que estabas usando este baño. En serio lo siento.

—¿Por qué miente, Haneul? —sin más me quito la toalla que estaba enrollada a mi cadera, provocando que ella abra los ojos a la par por la sorpresa.

—¿Qué carajos haces, Jungkook? —pregunta con la respiración pesada. Al verme acercarme, intenta alejarse, pero la tomo bruscamente de los brazos y un chillido escapa de sus labios—. ¡¿Qué haces?! ¡Suéltame!

Noto como traga con dificultad y me mira asustada aunque quiere fingir que no lo está. Siento como la rabia sigue apoderándose de mí por lo que necesito descargarla de alguna manera. Olvidar todo lo que sucedió la noche anterior y volver a ser yo.

—Esta vez no permitiré que huyas de mí.

—¡Suéltame! —grita enfurecida intentando forcejear, lo cual hace que apriete más el agarre y gima de dolor—. Déjame ir. Hablo en serio, Jungkook.

—Va a ser mía, Haneul.

Sin más estampo mis labios sobre los suyos en un beso brusco, llevando la mano a su nuca buscando la manera de ser correspondido por más que ella no lo quiera.

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