— Y bueno, ¿Qué cuentan? — dijo Jisung.

— Miren, ¿Saben él chico ese Bang Chan? — dijo Felix.

— Sí... Ese rarito que falta medio año, ¿Qué pasa con él?

— Me dijo que sí le podía llevar las notas.

— ¿A esta hora? ¿Por qué no las toma él? ¿Por qué justo tú?

— Oye, vamos, ni que me fuera a secuestrar. Igualmente no puedo cambiar de idea, simplemente ya acepté.

— ¡Pero Felix! ¡Ni siquiera lo conoces bien!

— Me dijo que faltaba porque necesitaba cuidar de su hermano que estaba enfermo, eso es muy lindo.

— ¿Lindo? ¿Eres idiota o le tiras piedras a los aviones?

— No seas malo, Jisung.

— ¡Solamente te estoy advirtiendo!

— No me pasará nada, solo voy, le dejo mis notas y me regreso.

— Felix, yo opino que no debes ir... — dijo Jeongin.

— Tranquilo, Innie, no pasará nada.

— Felix, si vas a ir, asegúrate por lo menos de no tener el celular en silencio, porque te llamaré — dijo Jisung.

— Sí, ya entendí — revisó la hora en su reloj —. Es hora de irme, no tardo, solo voy en bus y vengo de inmediato.

— Cuídate, Felix — le dijo Jisung.

— Llama si nos necesitas — le dijo Jeongin.

— Lo haré, adiós.

Salió de la cafetería y se dirigió a la parada de bus.

El bus llegaría en tres minutos, sería muy rápido, va, le deja las notas, se despide, regresa, y todos felices.

Miró hacia la cafetería por la ventana y vio como Jisung y Jeongin lo miraban atentamente.

Definitivamente tenía muy buenos amigos. Pero, tampoco es como si Chan le fuera a secuestrar.

Lo había visto unas cuantas veces, era guapo y muy callado, no creía que fuera malo, además, si pide las notas es porque realmente está interesado en seguir a pesar de tener a su hermano enfermo.

El bus llegó y Felix procedió a subirse después de pasar la tarjeta.

¿Por qué a esta hora? Justo se preguntó Felix.

Ya eran las ocho de la noche.

Seguramente está muy ocupado con su hermano, pobre chico, se tiene que encargar de sus estudios y de su hermano al mismo tiempo.

Sí, esa era la excusa de Felix para no pensar nada malo.