Capítulo 7

Hoy era 30 de Octubre. Esta última semana había pasado muy rápido. Hicimos los primeros exámenes del curso, que me salieron excelentes.

Theodore y yo hemos empezado algo estos días, me gusta mucho. Y habíamos quedado en ir juntos a la fiesta de Tom y Mattheo.

Ahora estoy en busca de Daphne, para vestirnos juntas para la fiesta. Me dirijo a su cuarto y al entrar la veo con un precioso vestido azul largo y con varias capas.

—Espectacular— digo mientras miro a mi mejor amiga de arriba abajo, admirando el cuerpo que le hacía aquel vestido.

—Ay gracias— dice. —Entra, y cierra— dice señalando la puerta. Hago lo mencionado, y me siento encima de su cama.

—¿Me prestas algo?— pregunto. —Es que no tengo ni idea de que ponerme— comentó estriándome. Ella se dirige a su ropero y saca un vestido rojo a capas.

—Pruébatelo— dice extendiéndolo, yo me quito la ropa que llevaba puesta y me pruebo el vestido. Me acerco a un espejo, para poder colocarme mejor el vestido.

Observó el vestido detalladamente. Era de un color rojo coral oscuro, sin tirantes y prieto arriba, pero después se habría y era largo. En la parte de adelante no llegaba hasta abajo del todo, y por la parte de detrás llegaba hasta abajo y ya que el vestido es bastante largo, llegaba unos centímetros detrás de mis zapatos.

—Estas preciosa— dice Daphne y yo sonrió. —Déjame hacerte un hechizo en el pelo. La rubia susurra unas palabras y mi pelo se vuelve liso.

—Gracias— digo sonriendo. —¿Me acompañas a mi cuarto?— pregunto y ella asiente.

—Vamos a maquillarnos ahí— dice ella y yo asiento. Salimos del cuarto de Daphne para ir al mío, que está justo en frente. Abro la puerta y seguido cerramos, al estar las dos ya dentro. Me siento en una silla y Daphne a mi lado. Saco mi maquillaje y me miro en el espejo, que tenemos en frente de donde estamos sentadas.

—¿Maquillaje oscuro, o claro?— le pregunto a la rubia y ella me mira.

—Yo diría que claro— dice y yo asiento.

Comienzo echándome colorete rosa en las mejillas, para que quede un tono natural. Acto seguido cojo mi máscara de pestañas, y me lo aplico detenidamente, hasta que queden a mi gusto. A mi personalmente me gustan más las pestañas largas.

—¿Tienes lápiz de labios?— le pregunto y ella asiente, sacando un lápiz de labios de su bolsa. Me lo aplico solo en los bordes de los labios, y encima de eso, me hecho aceite de labios. Me miro ya lista en el espejo, y recuerdo un regalo que me dio mi abuela hace un par de años, era un collar plateado y rosa.

Tenía perlas grandes rosas, y eso le daba un toque especial al vestido. Me lo pongo y me observo. Ahora quedaba mucho mejor. Por último me pongo unos pendientes plateados largos, que cuelgan de mis orejas.

—Me encanta— dice Daphne mirándome. Yo le mando un beso y ella se ríe. Me pongo unos tacones de color rojizos también.

(...)

Estábamos en la mansión Riddle, esperando a que nos abriesen la puerta. Habíamos ido Theodore, Pansy, Daphne, Enzo, Serena, Draco, Blaise y yo.

—Bienvenidos— dice Tom con un tono serio abriendo la puerta. Iba vestido de traje, y llevaba una máscara en la mano.

—¿La máscara para que se necesita?— pregunta Daphne a mi lado.

—Mientras entráis os lo explicamos— dice Tom mientras que aparece Mattheo a su lado, vestido también con un traje.

—Esta precioso— dice Serena apreciando la decoración de la casa.

—La mascara no es necesaria, solo la usamos algunos miembros— dice el y nosotros asentimos. Miro hacia donde está Theodore y a su lado estaba Mattheo, el inmediatamente me mira al estar mirándolos. Veo como me inspecciona con la mirada, para después posar su mirada en el suelo, yo solo decido mirar a donde están mis amigos.

—¿Que miembros?— pregunta Pansy, Tom al parecer no se toma demasiado bien aquella pregunta.

—Es mejor que se quede en secreto— dice el.

—¿Donde está la gente?— pregunto ahora yo llevándome las miradas de los presentes.

—En la parte de arriba— dice Tom. —Podéis subir— dice él y yo le agarro de la mano a Theodore y subimos los primeros las escaleras. Subo las escaleras mientras que miro el suelo, para no tropezarme, ya que mi vestido era muy largo.

Al llegar arriba vemos a mucha gente, la habitación estaba muy bien decorada. Se acerca una chica a nosotros. Tenía la mitad de su cabello negro y la otra blanca.

—Y ella es nuestra hermana— dice Tom señalando a la chica que se había acercado a nosotros.

—Soy Delphini— dice la chica con una sonrisa.

—¿Porque no asistes a Hogwarts?— pregunto yo y ella sonríe.

—A mi padre no le gusta que vaya ahí— explica.

—Oh vaya— digo y ella sonríe. —Soy Blair— digo dándole mi mano, para que acto seguido ella estreche mi mano.

—Oh, así que tú eres Blair— dice con una sonrisa y yo la miro confundida.

—¿Ya me conoces?— pregunto y ella ríe. Mattheo se acerca a ella y la agarra del brazo.

—Ahora la traigo— nos dice llevándosela a una esquina.

—¿Un trago?— pregunta Tom y todos asentimos. Él se acerca a la barra y coge una botella para poner unos chupitos de tequila.

—Aquí tenéis— dice mientras nos acercamos todos a la mesa. Yo agarro un vaso y trago todo el alcohol de una.

—Gracias— digo al terminar. Él asiente. Delphini y Mattheo vuelven y se acercan a la barra. —¿Que edad tienes, Delphini?— pregunto y ella me mira con una sonrisa.

—Tengo 13–dice y yo sonrió.

—Yo 16– digo observando lo guapa que era. —Eres muy guapa-- comentó y ella sonríe. Veo a Mattheo tomando su bebida mientras escucha atentamente nuestra conversación, yo ruedo los ojos.

—Tu también— dice ella con una sonrisa de dientes.

—¿Quieres venir a bailar?— le pregunto y ella asiente. Nos dirigimos a la pista y ella me sonríe. Comienza a sonar una canción, y al parecer a Delphini le gustaba mucho, ya que se puso a bailar como una loca.

—¡Es mi canción favorita!— exclama la chica entre saltos. Yo me rio mientras bailo con ella. Era una chica alta, para tener 13 años. Media casi lo mismo que yo, y yo mido 1,71.

En cuanto la canción acaba me acerco a la barra de nuevo y miro a Mattheo.

—Tu hermana es muy alegre, me sorprende— digo apoyándome en la barra y el me mira frunciendo un ceño.

—¿Porque?— pregunta cortante bebiendo un sorbo de su vaso.

—Lo contrario de ti— digo con una sonrisa de labios cerrados y él mira a su hermana acercándose a nosotros.

—Matt, me duelen las piernas— dice y él sonríe, hacía tiempo que no le veía sonreír de verdad.

—Ven, te acompaño a la cama— dice el y ella me mira.

—Buenas noches, Blair— me dice dándome un abrazo. Yo le acaricio el pelo.

—Buenas noches— digo despidiéndome con la mano, veo a Mattheo curvar una pequeña sonrisa rápida, para después irse con la niña a un pasillo.

Que agradable era aquella niña, y que niña tan buena parece.

Alguien me da un golpecito en la espalda y yo me giro, para ver ahí a Theodore.

—¿Bailas?— pregunta el y yo asiento. Vamos a la pista mientras que suena una canción. El me da la mano y yo la acepto con una sonrisa.

—Estás preciosa con ese vestido— dice el sonriéndome. Yo le doy un beso en los labios en forma de gracias y los dos sonreímos, mientras que comenzamos a bailar.

—Voy a por un vaso— digo después de haber bailado ya unas cuantas canciones. Cojo un vaso de vodka, y vuelvo a la pista con Theodore.

—Vamos a algún sitio— dice Theodore acercándose a mi. Yo me rio y bebo un trago.

—Vamos— digo comenzando a andar tambaleándome un poco. Sigo a Theodore y el me lleva aún pasillo algo oscuro de la casa. El me deja contra la pared y me da besos por el cuello. Yo paso mis manos por su pelo, mientras que él pone sus labios en los míos. Unimos nuestros labios en un beso algo intenso y con pasión. El pasa su mano por mi cuello, mientras nos besamos. El apoya su mano en mi cintura queriendo llegar a más.

—Theo— digo separándome de él. —Ahora no me apetece— el moreno me mira y frunce el ceño.

—¿Porque?— me pregunta y yo niego.

—No me apetece—comentó de nuevo y él resopla.

—Vamos— dice el y yo niego. Veo a alguien acercándose en la oscuridad.

—Ella te ha dicho que no quiere— dice la voz de Mattheo y al llegar le empuja lejos de mi.

—¿Estas loco?— pregunta Theodore empujándole de vuelta.—Mira, paso de rollos, ya hablaremos Blair— dice el yéndose de ahí, y entrando de nuevo a la fiesta.

—Gracias— susurró avergonzada cruzándome de brazos. El simplemente se va de ahí sin decir una palabra, yo ruedo los ojos. Vuelvo a dentro y me acerco a las chicas y a Draco.

—¡Que guapa!— dice Draco mirándome y yo me rio.

—Serena si que va guapa— comentó mirándola y él asiente.

—Serena— dice Draco haciendo que ella le mire. —¿Quieres ser mi novia?— pregunta el y nosotras nos miramos con una sonrisa.

—¡Claro!— dice ella acercándose a él y se dan un corto beso.

—Que monos— dice Daphne. —Yo también quiero— dice fingiendo tristeza, yo me rio ante su comentario.

—Ya llegará— digo dándole palmadas en el hombro.

—Me la llevó— dice Draco guiñándonos un ojo y acto seguido desaparecen.

—¿Donde están Tom, Mattheo, Blaise y Enzo?— pregunta la rubia y yo elevo mis hombros.

—¿Vamos a buscarles?— pregunto y ella asiente.

—Vamos por ahí— dice señalando la parte izquierda de la casa. Vamos hacia el pasillo y ahí comenzamos a oír murmullos.

—¿Que pasa?— susurró yo y ella me manda callar con el dedo.

—Creo que es la voz de Mattheo— dice Daphne y yo enarco mis cejas con confusión.

—¡No haces nada bien!— escuchamos a Mattheo gritar, nosotras decidimos acercarnos más y Daphne usa un hechizo, con el cual nos podemos volver invisibles.

—Lo siento— escuchamos la voz de Pansy.

—Solo tenias que hacer una cosa— dice entre quejidos.

—El no se alejaba de ella— dice ella.

—¿De quien hablan?— pregunta la rubia y yo elevo mis hombros.

—¡Solo tenías que conseguir que se separasen!— dice el. —No es tan difícil, Parkinson

—¡Pero que más te da ella!— grita ahora la morena.

—¡Ella no me importa!— grita y nosotras nos miramos. —Ella no merece ser feliz— dice el.

—¿Porque?— pregunta ahora la morena.

—Porque está jodiendo todos los planes— dice el y escuchamos pasos.

—¿Que planes?— pregunta Pansy.

—Los de mi familia— dice el y se acerca a cerrar la puerta. Y ya no escuchamos más la conversación.

—¿Quien crees que sería?— pregunto ahora ya quitando el hechizo de invisibilidad.

—Yo que se— dice la rubia comenzando a andar. —Riddle y sus mierdas— escupe la rubia.

(...)

Y la noche continuó, y al anochecer echaron a todos los invitados, excepto a nosotros y nos dejaron quedarnos a dormir.

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