Obsessed
primavera
viernes 14 de Junio de 2013.
La clase de Cálculo se había hecho más larga de lo común, y no larga porque estaba aburrida, literalmente larga. La profesora había decidido robarnos 20 minutos más de nuestras vidas por "haber demorado en empezar la clase".
Ella había llegado tarde y nos castigaba a nosotros por su propia impuntualidad. ¿Justo? Para nada.
En ese tipo de momentos era cuando se necesitaba algún justiciero en la clase, pero ninguno se atrevía a siquiera mirarla. Así de espeluznante era la cincuentañera mujer.
- ¿Vendrás hoy, verdad? -susurró Liam, que estaba sentado al lado mío. Arrugué mi nariz y sacudí la cabeza- Mollie, no podrás evitarlo toda la vida.
-Louis no me importa. Sólo no tengo ganas de salir, Liam.
-Eso no tiene sentido.
-Payne, Colt, terminen con los susurros. ¿O quieren veinte minutos más? -nos regañó la profesora. Negué con la cabeza y volví mi vista al cuaderno.
Escuché a Liam tomar una gran bocanada de aire y bufar. No me entendía, nadie entendía cómo me sentía.
Me faltaba un pedazo de mí misma, mi otra mitad... Me hacía falta mi Tommo.
Se supone que los mejores amigos son para toda la vida, y jamás hubiera pensado que Louis y yo nos pudiéramos pelear. Por mucho que intentaba odiarlo, no podía. Se había comportado como un completo imbécil, ¡había elegido a su novia por sobre mí, su mejor amiga! Pero, mierda, no lo odiaba.
-Hace una semana se pelearon, Mo. Estoy seguro de que Louis ya se arrepentirá y volverá para pedirte perdón. -dijo Liam recogiendo sus cosas, sacándome del trance en el que me encontraba.
-Yo no, Liam. ¿A caso no ves cómo me ignora? Parece haberse olvidado de todas las cosas que vivimos en estos malditos 6 años. -Presioné mis labios y cerré los ojos, intentando retener las lágrimas que ya veía venir. Él acarició mi espalda y caminamos juntos hacia la salida del colegio. Hasta ese día no había llorado por el asunto y no estaba en mis planes hacerlo, por lo que moví mi cabeza rápidamente y sonreí- Voy a ir.
-Esa es mi Mollie. -bromeó.
Llegué a mi casa agotada como cualquier otro viernes, dispuesta a almorzar y dormir una larga siesta hasta que fuera hora de ir a casa de mi mejor amiga, Francesca, donde nos prepararíamos para salir a bailar como acostumbrábamos hacer casi todos los fines de semana. Mis ganas de salir seguían siendo mínimas, pero no quería que una pelea afectase mi vida social.
Para ser honesta, yo era todo lo contrario al estereotipo de la adolescente solitaria de diecisiete años que se sentía incomprendida y fuera de lugar. Por ejemplo, prefería mil veces tomar y divertirme con amigos antes que quedarme sola en casa mirando películas.
Mis planes de siesta se arruinaron en cuanto encontré una pequeña nota en el refrigerador. La despegué con rabia y la releí unas dos veces.
"Retira a Hannah por mí, Molls. Hoy no llegaré al almuerzo. Y lleva a las mellizas a su casa. Por favor.
Mamá♡"
Resoplé y tomé una manzana de la heladera. No sólo no iba a poder almorzar tranquila si no que tendría que ir a buscar a la escuela a mi hermana. ¡Y a las de Louis! ¿Qué tan ocupado podía estar para no ir a retirar a sus hermanas? No tenía ni un poco de ganas de verle la cara, pero debía ir acostumbrándome debido a la amistad que mantenían nuestras hermanas menores.
Llegué a las dos en punto, las niñas esperaban sonrientes sentadas en los escalones de la salida de la que había sido mi escuela primaria. Abracé a Hannah y luego a Daisy y Phoebe, que se abalanzaron contentas hacia mí para abrazarme, casi tumbándome al piso. Nunca dejaría de sorprenderme lo parecidas que eran a su hermano mayor, en todo aspecto posible.
Eran tan o más hiperactivas que él, siempre bromeaban o peleaban entre ellas. Nunca permanecían más de un minuto de silencio, y amaba cuán bien se llevaban con mi hermana.
Con el idiota solíamos decir que nuestras familias estaban destinadas a llevarse bien por cada generación que hubiese.
Hasta que él mismo decidió romper con dicha "creencia".
Fue complicado estar sola con las tres en la calle, a pesar de estar tan sólo a unas cuadras de nuestras casas, el camino fue difícil considerando lo inquietas que eran. Si había algo que no se me daba, definitivamente era ser niñera.
-Aquí estamos pequeñas Tommo. -canturreé tocando timbre. La puerta se abrió y, para mi sorpresa, una castaña apareció con su peculiar sonrisa.
Eleanor.
¿Qué rayos hacía ahí? ¿Por qué abría ella y no cualquier otra persona perteneciente a la familia, Louis, por ejemplo?
Las mellizas corrieron a abrazarla y por un instante sentí completa rabia. ¿Acaso la querían tanto como a mí?
¿O más?
-Gracias por traerlas -dijo cortésmente. Asentí tratando de no hacer contacto visual-. ¡Adiós Hannah!
-Chau, Ellie. -susurró mi hermanita y se acercó a abrazarla.
Ahora sí había cruzado un límite. Las hermanas de su novio, vale, vaya y pase. ¿Pero la mía? ¿Quién se creía que era?
-Chau, Ellie. -imité su voz en un tono burlón una vez que empezamos a caminar para casa.
-Es buena... -contestó la pequeña encogiéndose de hombros.
-Buena es Cruella de Vil, Han. Y veo lo ocupado que Louis estaba como para no ir a buscarlas.
-Daisy mencionó algo sobre una práctica de fútbol o algo así... No me gusta que estén peleados, Mo.
Suspiré mientras metía la llave en la cerradura de la puerta de nuestro hogar. Apenas entramos, dejé la mochila de Hannah en el sofá y me desplomé en éste largando otro gran suspiro.
-A mí tampoco.
# - # - # -
Este es el comienzo (como una mini intro) de mi nueva fanfic, es principalmente de Louis ♡. Y es un a.u.
Primero que nada, tengo que decir que no tengo nada nada en contra de Eleanor ni de nadie que pueda llegar a aparecer acá, ¿sí?.
Espero que les guste :)
Pd:
Las actualizaciones no van a ser taaaan seguidas como TWC.
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