6 (400)

¿Sabes? A veces pienso en el futuro, y en el pasado, y no logro que pensar, en si tenerle más terror al pasado o al futuro. No puedo decir presente, ya ocupo mi mente para pensar entre dos temporadas. Confusión, lograba ahuyentar. Pero volviendo a otro tema, no sé el porque dejaste de subir frases inspirativas a la página, me apena un montón ya que luego me viene una tremenda confusión, cómo me ocurre en este momento.

A veces tengo que mantener la calma, pero pierdo la conciencia de tanto pensar. Hay momentos en dónde me pongo a ver imágenes nuevas tuyas, pero no puedo creer lo joven que eras, a mis 15 años tú tenías 18. Eras todo un caballero, todo un bondadoso hombre, con pensamientos destructivos e inspiradores. Dabas tus ideas para ahuyentar las malas cosas. Pensabas positivo para olvidar lo malvado, y me enamoré de ti. Por tus palabras, cómo siempre he dicho, en cada carta contando palabras para luego no olvidarme.

Un día de éstos me voy a volver loca, y siempre lo digo, pero tengo miedo de perder la conciencia. Dejar de pensar en ti, y decirle a todo el mundo que estoy completamente loca por un hombre del cuál no conozco en persona. Tengo un pánico enorme. A veces logro olvidarme de cosas, de lo tan nerviosa que me coloco. Por si llega a pasarme intentaré describirte, así leo esto más seguido, por si llego a olvidar esos hermosos ojos verdosos.

Tras haber visto más fotos tuyas, tu pelo era de un tono negro profundo, dando contraste a tu piel tan clara y suave. Veía tus ojos y eran tremenda-mente perfectos. Eran pardos, con tonos de café. Una pupila intensa, ya que tras la luz se volvían pequeñas. Unas cejas remarcadas, que notaban aún más tu masculinidad. Una nariz totalmente redondeada, tan contorneada, con unos mejillas coloradas, dando un enfoque. Vestías un terno algo pequeño para tu cuerpo fornido. Posabas increíble, tenías un don del cuál dejarías sin corazón a varias mujeres, incluida a mí. Sostenías tus manos apegadas a cada lado de tu cuerpo, dejándolas al aire. Aquellos labios, eran rosáceos. Con unas tremendas ganas de saborearlos, pero sólo ocurrían en mis sueños, cómo toda adolescente. Pero me alegra saber que conocí a un hombre del cuál seguiré enamorada por el resto de lo que me quede de vida. Dichoso de él.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top