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Tú seguías alegre, escribías sin parar, a lo que me motivaba a mí, aún más.
A veces veía tú página y salía que estabas cansado, aburrido de lo que pasaba en tu ciudad, que simplemente querías dejar ésta página. Decías aquello, sabiendo que había pasado un año desde que habías abierto esa página. No podía creer lo tonta que podía llegar a ser en algunos instantes, pero aún mi tontería no dejaba de volverme loca por momentos.

Tras haber transcurrido esos años, de los cuáles seguía escribiendo, que tan sólo te leía y seguía rayando tantas hojas. Llegaban muchas ideas a mi cabeza, y sólo me mantenía en línea, seguía tecleando letras.

El famoso cineasta se había aventurado al ir hacía ti, a lo que pronto supe que el le diría que gracias a mí, tú llegaste a la fama, ya que estabas en alto. Tú ya eras famoso, y tus grandes metas ya se habían cumplido. Tenía miedo, de ya no volverte a ver en esa página. Mucha oscuridad llegaba a mi lado, y eso me aterraba. Pero yo no quería qie supieras aquello. No era hora.

El día se había apagado por completo, sólo esperaba algún mensaje de aquél cineasta, ansiosa necesitaba saber algo de ti. Tenía terror. No sabes cuánto.

Hasta que un mensaje llegó y vi que habías aceptado. Nunca quise ser algo entrometida. Pero al fin y al cabo, aceptaste que tus historias se hicieran libros. Y más libros.

Y el famoso cineasta decía. Mantente atenta, pronto en los periódicos verás una cara sonriente, y será a tu propio ser que has amado durante años. Los sueños de este individuo se cumplieron gracias a ti, cariño. Deberías pensar tras los días que pasen e intentar decirle que fuiste tú el motor. Siempre fuiste, tú.

Cada vez recibía mensajes de éste cineasta, con el cuál en el tiempo me decía que debía contarte, lo que siempre quise, y sí. Siempre lo fue. Pero entiende. Que he dicho más de 10 veces. "Miedo". Y soy una cobarde pero el amor que te tengo, no va cambiar. Jamás.

Tras ver el periódico cada vez todos los días sin falta. Esperando, revisaba las páginas de noticieros en Internet. Y no, ninguno. Pero aquélla mañana, desperté y salí corriendo a la calle, en cuánto el chico que aparecía todas las mañanas lanzando diarios.

Tomé el diario, y estabas en portada. No pude explicarme en ése instante, sólo lograba mirarte. Y recordé que nunca te dignaste a subir una foto tuya. Y la nostalgia volvió a derrumbarme. Caí al suelo, con el periódico aún en las manos, apretaba con ganas, intentando no romper el papel reseco. Pero era imposible, las cosquillas eran imprescindibles. Lloraba imparable, tomando el papel con una representación tuya y lo apegué a mi pecho. Todas las memorias se retorcían por mi mente ya llena. Revoloteaban los segundos, y respiraba agitada, simplemente no podía creerlo.  Y en ese perfecto instante pensé. Eres la criatura más hermosa que llegué a ver en mi vida. Jamás olvidaría esa sonrisa deslumbrante que contorneaba esa humilde curva

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