Al fin había llegado la hora en dónde pudiera tener alguna oportunidad en la que te conociera. Era raro expresarme en dónde me encontraba, estaba aquí, en el aeropuerto esperando mi próximo avión del que llegaría en menos de 6 horas. Llegué temprano por lo mismo, nunca había experimentado una sensación así, ni siquiera haber viajado, sólo vi algunas informaciones en Internet y pregunté a la madre de los hijos de los que cuidaba. Me explicó perfectamente pero no logré intentar decirle en cómo era luego para irse de aquél lugar. Habían llamado al avión con su número y lugar respectivo.

Ahora me encuentro en el avión, lo raro es que no dejan encender nada tecnológico, quizás era por la señal. Pues, quién sabe. Acababa de comer y realmente me habían servido una buena porción de alguna hamburguesa con un frasco de jugo. Y lo raro fue que venía poca gente, era lo suficiente para no completar el avión, así que podía comer cómo en casa.

El viaje duro aproximadamente 2 horas y media. Y luego de aquéllo era realmente enredado. No entendía la razón por la que la gente se le ocurrían éstas cosas. Por lo que sólo me dedique a seguir personas, aunque no tenía problema en preguntarle a algún guardia, pero realmente el miedo me sobrepasaba. En lo que me dedique a llamar al cineasta, en éste mismo instante.

Y pues, tras la conversación que tuve con mi único amigo, que aún no conocía ni en carne y hueso. Sólo se había desdichado a decirme que estaba muy ocupado, y que no le hubiera gustado saber con quién estaba. A lo que deduje que eras tú. Y pues sólo busque algún hotel en dónde hospedarme del cuál sólo sería una noche.

En lo que después de haber caminado lo suficiente durante todo éste tiempo con maletas a los lados, el cineasta llama. Me avisó diciéndome que había arrendado un departamento cerca de dónde se hospedaba él junto a el escritor, a lo que obviamente un fuerte escalofrío me recorrió. Quizás no este lista, ni siquiera para poder ver mi amigo, y el único del cuál conoceré uno de éstos días, sabiendo que ha respirado el mismo aire del tuyo, han compartido palabras, y han sabido interactuar. Quizás en éste momento estén ligeramente hablando de sus planes o de ti, ya que habías terminado con tu novia. Por lo que creería que estaría cuidandote para que no hicieras ninguna locura.

Hice una caminata pronta para poder llegar al departamento. Y sí, era lo suficientemente lujoso para que pudiera pagar ésta porquería. Y sí, digo porquería por el hecho de que perfectamente podrían darle de el dinero en que se hizo éste edificio a niños que sufren o por lo menos a niños huérfanos, cómo lo fui yo.

El edificio constaba de décimos pisos, lo suficiente para ser llamativo de lo alto que era, con unas grandes ventanas a las entradas, y el tono dorado a la entrada, todo, en realidad. Unas escaleras bastante limpias, mejores de las que había visto en mi vida. En lo que perdí la cuenta en lo que ya me encontraba en el escritorio, en la que una chica me miraba directamente, bastante amistosa, por lo que recuerdo.

Luego de haber hecho un ridículo, sólo me digne a irme a sentar en algunas sillas que se encontraban a los lados. En lo que aparece, un hombre bastante mayor con ya canas al aire, un terno completo, y ya recién bañado ya que desde dónde me encontraba a unos 4 metros se sentía el olor a perfume. Pero se veía que era un buen tipo. En éste mismo instante se veía que estaba mirando hacía acá, en lo que pronto tendría que dejar de escribir en un instante.

Y sí. Era él, apenas me vio, habia sentido un escalofrío, y sonrió al verme. En lo que sólo abrió sus brazos para darme un fuerte abrazo, me saludó y todo, me explicó sobre ti, que simplemente quería estar sólo, en lo que sabía la razón. Pero, me decía que se sentía muy feliz por haberme conocido ya. Estoy en el departamento, y se siente realmente bien.