No es la primera en la que he escrito, pero mis ganas de expresar lo que siento son míseras en persona, y prefiero dar a cabo éste sentimiento peculiar por medio de palabras cómo demostraste en aquéllas historias, y en consejos.

Leo en ti lo que no puedo leer en personas que se encuentran a mi alrededor, te encuentras lejos de mí y sé que no puedo hacer nada.

Es extraña la emoción que tienes, te expresas dando a cabo un tema, en el cuál piensas lo que dirás. Para que luego no llega tanta persona a insultar. Sabes que al fin tendrás enemigos, pero te sientes seguro con tanta gente que te quiere, ya que el amor es lo principal en ti. Hay veces en las que intento mandar aunque sea algún mensaje de intento de ayuda. Pero hay personas que tienen suficiente valor para hacerlo.

Pero es diferente en la forma en la que se expresa, en la mirada que otorga que provoca tantas manías en mi interior. Es un hecho que cambia la consistencia de mi ánimo, una dichosa manera de manipularme con sólo sus ojos, una realidad que me deshace, y que me afecta profundamente. Una opinión doy, pero no vale más que mil palabras ante su mirada

Tan angelical mi preciado hombre ¿Qué estás haciendo conmigo?
Me estas destruyendo, me aventuras a ver que se siente enamorarse, lamento mucho haber cometido aquello, pero su belleza clandestina es incomparable.

Nunca supe cómo aventurarme al hablar contigo, muy pocas veces te veía, pero tu hermosura no se iba. Aún así te veré, pero jamás tendré la oportunidad de tocarte. Ni siquiera de poder acercarme lo suficiente. El temor me inunda todos los días.

Siento que cambiarás parte de mi vida, una gran sección. O quizás toda, por miedo a algo que creo que se acerque, y que no podré soportar lo suficiente. E intentaré estar al tanto para que no me ocurra nada, y ojalá nada a ti.

Vuelves loca mis sentimientos, y un miedo se apodera; crece un poco a diario, y sé que terminaré mal algún día de éstos. Será porque habré tenido la oportunidad pero no la supe ocupar. Siempre ocurrirá, manteniendo el anonimato, cómo forma de vida.

Siento tristeza de Otoño, y corre por mis venas un fuerte soplido de adrenalina que lo he llevado acabo durante todo éste tiempo. Pero es más que adrenalina, es cómo si alguien volcara tu corazón y que intentaras hacer lo posible para poder recuperarlo, volverlo a ordenar y nunca más arriesgarse.

Tener un trauma del cuál nunca has tenido es un reflejo a las personas que murieron de esa forma, una simple teoría en la que he llevado pensando en años, me rayo en ella que me descoloca de mis pensamientos habituales, que tortura lo suficiente.

Uno busca amor, y lo recibe. Pero conmigo no da resultado, quizás me enloquecí por ti, y que tú no lo sepas. Pero yo estaré bien, sabiendo que me enamoré.