Aguanta princesa
-Erick...yo...no puedo-se lleva una mano a su cabello, agarrándose la cabeza.
-Grace...-me interrumpen.
-Mira bonita no tienes que hacerlo, yo perfectamente puedo rajarle la garganta de una y listo. ¿Qué te parece? -se acerca agarrándola con rudeza por la barbilla.
-No la toques, te lo advierto-escupo con enojo.
-¿O sino qué?-me reta.
-No queras averiguarlo, pero si lo quieres saber acércate-incito sin apartarle la vista de encima.
Lo veo dudar, mira hacia el pelirrojo que permanece sentado en la silla comiendo sus palomitas con suma diversión.
-Adelante Ale si es lo que quiere, te doy permiso-dice con un tono amargo.
El tal Ale da unos pasos hacia donde estoy, se detiene a una distancia prudente de donde estoy retándome con la mirada.
-Aquí estoy, no veo que hagas nada-en su voz hay vacilación.
-No se vale estoy atado, y yo tu no me soltaría. Pero al menos acércate-lo reto con una sonrisa de diversión en mi rostro.
Da unos pasos inseguros y luego se detiene.
-Ya está-me mira enarcando una ceja.
-Venga hombre, no seas cobarde estoy atado que podría hacerte-sueno tranquilo-Además podrías matarme si intento algo más-sueno convincente-o me dirás que me tienes miedo-termino dando justo en el clavo.
Se acerca a mi con seguridad y justo lo tengo como quiero. Siento la risa en mi cabeza, los susurros, la sangre bombear.
-Aquí me tienes, quieres que te cuente un secreto-se acerca a mi oreja-cuando acabe contigo me follare tan duro a tu novia encima de tu cuerpo muerto.
-Dime algo que tan rápido, o con que presión sale la sangre de tu cuerpo-fruñe el entre cejo sin saber.
Aprovecho su conmoción lanzándome a su cuello, mordiendo en ese costado del cuello donde esta la vena. Grita y intenta apartarse de mi golpeándome en el estómago.
-¡Suéltame, maldito psicópata!-grita con dolor.
Cierro más fuerte mi mandíbula, afincando mas mis dientes sintiendo el leve sabor de la sangre. Grita desesperado, sin más tiro hacia mí. Los labios se me llenan de sangre y con la presión que sale me macha la cara. Escupo al suelo y miro como sus ojos se fijan en mi con el último suspiro de vida, las palabras se quedan atascadas. Una sonrisa de malicia se dibuja en mi rostro, con mi lengua limpio mis labios.
-Te dije que no la tocarás-espeto con el sabor de sangre en mi boca, viéndolo caer al suelo.
Miro hasta el segundo en que convulsiona y sus ojos se cierran, disfruto con la escena. Con la lengua limpio mis labios, luego miro hacia Grace quien esta aun en estado de shop.
-Lo sabia eres un jodido psicópata de mierda-divulga al aire con una sonrisa.
Se levanta de la silla dejando las palomitas en ella. Da unos pasos lentos hacia Grace tomándola de los hombros, me asusta que podría hacerle.
-tranquila...lo ves es un monstruo-suelta quitando con cuidado el cuchillo de su mano.
-Erick...no es un monstruo. Monstruo eres tú-masculla con enojo.
-¡Oh, pero que maravilloso!-aplaude acercándose a mi-viste aun te defiende, aun después de ver como le acabas de arrancar la vida a alguien-expresa con fascinación.
Se aleja sentándose en la silla devolviéndole el cuchillo a Grace en sus manos. Se acerca susurrándole algo en la oreja que no logro oír. Esta abre sus ojos como platos, se detiene justo donde estoy y con lágrimas en mis ojos entierra el cuchillo en mi abdomen.
-Lo siento-murmura con dolor.
Niego con dolor, el cuchillo se mueve una y otra vez en distintas partes de mi cuerpo. Aprieto mis dientes aguantando el dolor, me niego a darle el gusto de verme como quiere. Los sollozos de Grace se hacen fuertes la sangre gotea al suelo, poco a poco mientras los minutos pasan y la sangre gotea haciendo que un gran charco de sangre se cree en el suelo mis ojos se me entre cierran. El sudor empapa mi cuerpo, la debilidad que siento en el cuerpo se hace presente. Mi cuerpo tiembla bajo el frio que siento, muevo ligeramente mi cabeza intentando mantenerme despierto.
-¡Por favor, se esta muriendo!-exclama Grace girándose hacia el con el cuchillo ensangrentado.
Su ropa esta teñida por mi sangre, sus manos tiemblan, sus ojos están rojos e hinchados. Su voz esta inentendible por las lágrimas. La mira y luego me mira a mí, se levanta sin prisa caminado hasta donde estoy.
-Si esta pálido ¿verdad?-me toma barbilla para luego mirarla a ella-ahora...estas dispuesta a hacer un cambio con él-niego.
-No...lo...hagas-musito con debilidad.
-Lo ha...-la interrumpo.
-Ya he aguantado...yo puedo, harás que haya pasado esto por nada-Insisto, mirándola con debilidad.
-El chico tiene razón-la mira con diversión esperando una respuesta de su parte.
Duda es lo que encuentro en su rostro, el no saber que hacer. Se lleva las manos ensangrentadas a su cabeza, aferrándose a ella. Susurra cosas que son muy difíciles de escuchar, no la veo en la mejor condición. Me da miedo que se pueda perder, esto le esta haciendo daño. Su cuerpo tiembla y me estoy enloqueciendo.
-Grace-la llamo, al verla negar como loca.
-Pobrecita se esta volviendo loca-alega con esa sonrisa que estoy empezando a ver doble.
-Grace...¡joder mírame!-ordeno en suplica.
Levanta su mirada hacia mi con el cuchillo en su cuello, las lágrimas se forman en mis ojos.
-¡No lo hagas!, ¡no por favor!-suplico con lo que me queda de aliento.
-¡Hazlo!-le ordena y yo siento ese dolor.
-Escúchame con atención Grace...una vez me dijiste que me dejarías tomarte, usarte, dañarte y corromperte. Así que no lo hagas, te lo estoy ordenando-replico con enojo.
-No le hagas caso, solo hazlo-remarcó.
-Recuerda que eres mía y si tienes que morir será en mis manos-proclamo con ira.
Sus ojos se encontraron con los míos dejo lentamente el cuchillo en el suelo, dio unos pasos hacia mi cayendo de rodilla frente a mí. La con una sonrisa de alivio, pero sin poder controlar mis ojos cerrarse.
Near
Desde que se llevaron a Erick no he podido estar tranquilo, Grace tampoco esta la usaran para hacerle daño. Se que con tal de que a ella no le pase nada, él será capaz de dejarse someter a las más grandes torturas. Pero lo que más ronda en mi cabeza es lo que grito Grace antes de que se la llevaran.
<<Es tu culpa>>
Tras analizarlo después de unas horas miro hacia Kami que desde que Grace grito aquello cerro los ojos.
-Kamila, ¿a qué se refería Grace?-pregunte con la esperanza de que solo fuera un error.
-No te lo negare, yo fui la que los ayudo a ellos a traerla aquí. Y también a ustedes-soltó con malicia.
-Pero...-intervino.
-¿Por qué?, fácil. A ustedes les importo una puta mierda-hablo con resentimiento.
-No te reconozco- confese.
-Tú, si tu tan solo no me hubieras cambiado, mentido como todos tal vez las cosas fueran distintas. Esta es mi venganza desde el día uno que regrese a la casa, y por muy poco gracias a ti lo olvido-admite con molestia.
-Kam...-se quedaron sus pendidas en el aire.
-Silencio, todo...cada una de mis acciones fueron fingidas. Excepto que te quería, que llegue a sentir. Alguien como yo sintió, pero ahora ya no queda nada. Sentir te vuelve débil y aburrido. Ahora si me disculpas debo terminar mi película-menciona, zafándose.
-Nosotros confiamos en ti-confieso.
-ya, las traiciones más dolorosas vienen de quien menos esperas. Así fue como jugué con ustedes, no lo notaron-anunció con seriedad.
-Sabes, tienes razón no fuiste la única que jugo con nosotros. Nosotros también jugamos contigo-alego con diversión.
Sus ojos se llenaron de ira y ante ese gesto reí sonoramente.
-Así es...me alegro que no seas una Klein. Te queda grande, por eso nunca encajaste. Y te juro que trata que no me libere porque con tu cabeza hare una linda lampara para mi cuarto-suelto.
Antes de que pueda decir algo más la puerta se abre y alguien que reconozco demasiado bien entra. Desprende un fuerte olor a sangre y está la cubre por completa. En su rostro hay una sonrisa que da miedo, parece una total maniática, una demente. Cada suave paso que avanza hace que Kami tiemble de miedo.
-¡Ja,ja,ja!, que bonita sorpresa-exclama totalmente ida.
-Mamá...
-¡ssh!-me manda a callar con un dedo sobre sus labios-ahora... ¿en que estaba?. O si, ya recuerdo-menciono antes de que un disparo atreverá la garganta de Kami haciéndola caer al suelo.
-Mamá...-intente hablar, pero no me dejo.
-No soy tú puta madre, mi nombre es Meg...O mejor, Luna-informa tras soplar la boca de la pistola.
Me soltó y luego fue a donde Kami y con un cuchillo arranco sus ojos. Una fuerte arqueada me vino, pero la aguante mirando hacia otro sitio. El hecho de que me diga que Meg, no se que pensar. La verdad yo y Erick pensamos que tal vez carece de trastorno de personalidad.
-¿Qué haremos?-pregunto con molestia.
-Nada, por lo menos tu no-golpea mi cuello haciéndome cerrar los ojos.
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