Capítulo 6: Momentos felices
Desperté con un dolor de cabeza horrible, sentía que todo me daba vueltas y que en cualquier momento mi cabeza explotaría, solté un quejido, vaya que dolía.
Joder, pero que hice ayer o qué - murmuré enojada mientras me levantaba de la cama sobándome la cabeza.
Salí de mi cuarto y me dirigí a la cocina a prepararme algo de comer y así poderme tomar una pastilla para el dolor. Agarré unos huevos y los batí en un tazón. Quería comer huevos revueltos con salchichas.
Puse un poco de música muy leve para no sentirme sola mientras cocinaba.
Wine pon you de Doja Cat sonaba levemente por toda la cocina, realmente me gustaba mucho esa canción.
Vamos a poner manos en acción.
•••
Después de terminar todo y comer, tome mi bolso y salí del apartamento. Hoy iba a comprar unas cosas para los chicos, ellos siempre me regalaban cositas y yo no, eso me hacía sentir mal en cierto aspecto.
Al llegar al centro comercial entré en cada tienda que veía pero simplemente no encontraba algo que comprarles, seguramente ellos ya lo tendrían, después de todo son exageradamente ricos.
Me quedé parada en medio de todo y una idea se me alumbró en la cabeza.
¿Y si mejor les tejía unos muñequitos de sus personajes favoritos? a mí me encanta tejer y aunque me lleve tiempo haciéndolos siento que sería la mejor sorpresa o el mejor regalo que yo les podría dar a ellos.
Sonreí para mis adentros y entré a una tienda de telas y eso, dónde seguramente venden las cosas que utilizaré.
Compré lo necesario y regresé a mi casa para empezar a elaborar los muñecos, esto iba a tomar un tiempo.
•••
Como dije, me tomé mi tiempo haciendo los muñequitos que quería hacerle a los chicos y realmente mis dedos terminaron entumidos por tanto trabajo con ellos, pero estoy feliz con el resultado.
Hice en total 13 muñequitos.
Ahora me encuentro en camino a la torre en dónde ellos se hospedaban, iba muy feliz
Llegué a la torre donde se hospedaban los chicos, cargando con los muñequitos que había tejido con tanto esmero. Mi corazón latía rápido por la emoción y los nervios de ver sus reacciones.
El ascensor se abrió, y allí estaban, sorprendentemente sonrientes al verme. Me hicieron sentir bienvenida de inmediato.
- ¡Hola! -exclamó Wanda mientras se acercaba a mí y me daba un pequeño abrazo.
- ¿Qué nos traes hoy? -preguntó Peter con curiosidad, era claro la pequeña bolsa que traía conmigo.
Sonreí y les mostré los muñequitos que había tejido con tanto esfuerzo. Sus ojos se iluminaron al ver los pequeños personajes que había recreado con hilos y agujas.
- Son para ustedes, espero que les gusten -dije tímidamente mientras les entregaba los muñecos.
Los chicos tomaron los muñequitos con asombro y gratitud. Se veían sorprendidos por el detalle y el trabajo que había puesto en ellos.
- ¡Son increíbles! -exclamó Natasha mientras sostenía un muñeco.
- No puedo creer que los hayas hecho tú misma, son geniales -dijo Tony con una gran sonrisa en su rostro.
Me sentí aliviada y feliz al ver sus reacciones positivas. Saber que apreciaban mi esfuerzo era recompensa suficiente.
- Los hice pensando en sus personajes favoritos. Espero que los disfruten -comenté con una sonrisa.
Los chicos asintieron emocionados y me agradecieron nuevamente. Pasamos un rato agradable, charlando y riendo mientras admiraban los muñequitos. Fue un gesto sencillo, pero me hizo sentir más cerca de ellos y me recordó que los verdaderos regalos son aquellos que vienen del corazón.
Realmente adoraba estos pequeños momentos con ellos donde todo era felicidad, me hacían sentir de cierta forma amada.
Realmente los quiero mucho, no sé que haría sin ustedes. - Les sonreí y me lancé a ellos.
Todos rieron ante mi acción y me abrazaron grupalmente.
Y son estos momentos en las que me doy cuenta lo feliz que ellos me hacen sentir.
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