Capítulo 22. La tierra llora
—No puedo creer que esa lagartija haya vuelto —masculló Vegeta con el ceño fruncido.
—Y no viene solo —dijo Piccolo—. Parece que tal Lensis se unió para secuestrar a ___.
Esto a la mujer no le gustaba demasiado. Por las historias que les ha contado entre Goku y Bulma, ese tal Freezer era un ser tirano y frío que no tenía escrúpulos, además de que tenía un odio profundo hacia el Saiyan y que quería vengarse. Ella tenía que tener los ojos abiertos por cualquier acontecimiento. Las dos naves atravesaron aquella capa y unos cuantos soldados del ex emperador salieron de la nave principal. Estaba claro que iban a luchar hasta el final. Los Guerreros Z y el resto de universos estarían listos para pelear. Entonces salió aquel alienígena siendo revivido por Whis por haber cumplido su parte. Freezer mantenía una sonrisa cínica mirando a sus enemigos.
—Vaya, vaya. Veo que los monos me están dando la bienvenida, nuevamente.
—¡Freezer! —lo llamó Goku que elevó el vuelo para estar enfrente suyo—. No deberías estar aquí.
—Yo tengo todo el derecho del mundo porque quiero vengarme de ti, Son Goku. —En el tono de su voz parecía molesto.
—Tu venganza no llevará a nada.
—Puede, pero cierto pajarito me ha contado que tenéis algo que me pertenece.
El moreno estaba confuso. Por el rabillo del ojo vio a Lensis junto con sus lacayos también partícipes de esta batalla. Ahora lo comprendió.
—¡No os llevaréis a ___!
—Así que su nombre es ___ —rio Freezer—. Mono estúpido. Aún no has aprendido la lección de callarte la boca.
—¡Yo rescataré a Kauneus de vuestras garras! —rugió Lensis.
Si. Sus sospechas eran ciertas. ___ se dio cuenta que Hit y Jiren se pusieron delante a modo de protegerla. Ella sabía pelear, pero se emocionó internamente al sentirse princesa siendo protegida por sus príncipes o caballeros. La peli-(c/c) miró de reojo a los Namekianos que estaban tensos también. Definitivamente habrá una pelea.
—Si me entregáis a Kauneus, tal vez os perdone. Si no, bueno, habrá consecuencias —amenazó Freezer.
—No sé cuáles son tus intenciones con ___.
—Ella sabe la ubicación de su raza. Si me lleva ante ellas, mi reino volverá vendiendo a esa raza como esclavas sexuales.
—Es lo que nos contó Whis-sama —susurró Krillin.
—No podemos permitir que le toque un pelo —comentó Tenshihan.
—¡No iré a ninguna parte! —exclamó ___ revelando su posición—. ¡Prefiero morir aquí antes que entregarme a un tirano y a un rey que no se dan cuenta de las consecuencias!
Freezer se calló ante la decisión de Kauneus. Con un solo chasquido fue suficiente para que los soldados se lanzaran para atacar a los guerreros. Goku y Vegeta se transformaron en Super Saiyan donde su orgullo floreció. Ellos se encargaban de golpear a un grupo. Krillin, Tenshihan, Son Gohan y Toppo fueron directos también para ayudar; Piccolo, Saonel, Hit y Jiren se quedaron quietos en su sitio rodeando a ___. El Namekiano del universo 6 se dio cuenta que los lacayos del Rey de Animaladai fueron tras ellos para capturar a Kauneus. El alienígena del universo 11 usó sus poderes telepáticos impidiendo que esos guerreros no se acerquen y volasen lejos. Menos mal que tenían a alguien poderoso. Saonel y Piccolo combinaron sus ataques de energía para echarlos hacia atrás. Y Hit usaba su técnica para matarlos, como sicario que era.
Freezer se estaba desesperando porque se estaba repitiendo lo mismo de las otras veces. Por el rabillo del ojo vio a Lensis junto con Hyani descender hacia el suelo para enfrentarse a los guardianes de Kauneus. Eso iba a ser interesante. El tirano no tenía ningún interés, sin embargo, dudaba que pudieran hacer algo con esos dos alienígenas de los otros universos. Su verdadero enemigo era Son Goku quien peleaba codo con codo con Vegeta. Esos dos insectos deberían desaparecer de la faz de la tierra. Entonces se metió en la pelea, pero para enfrentarse a su enemigo número uno. Goku notó su ki y bloqueó el ataque a tiempo con su brazo. Estaba claro que no iba a esperar más y esto emocionaba mucho al Saiyan. Esto molestó demasiado a Vegeta.
Por otro lado, Lensis rugió a los lacayos para que le dejasen enfrentar a sus enemigos o, más bien, a los raptores de Kauneus. Esos maleantes le lavaron el cerebro a su futura esposa y no iba a permitir que esos tipos se la arrebataran. Piccolo se tensó al notar cierta cantidad de ki que estaba liberando aquel león humanoide.
—¡Os voy a castigar! ¡No permitiré que mi futura reina sea encarcelada por unos malditos como vosotros!
—Dejadme golpearlo —sugirió ___.
—Será mejor que te quedes atrás —le pidió Piccolo—. Su ki está cambiando.
—Tiene razón —añadió Saonel con una gota resbalando por su sien—. No parece ser el mismo que hace unos días atrás.
—Y yo os recuerdo que sé defenderme.
—Y no lo dudamos.
—¡Habéis enfadado muchísimo a su majestad! —gritó Hyani—. ¡Está liberando su verdadero poder para acabar con todos vosotros!
Hit estaba harto de escuchar muchas palabrerías por lo que usó su Salto Temporal para asestar un golpe en su hombro, no obstante, se llevó una grata sorpresa cuando Lensis agarró su muñeca impidiendo que hiciera ese movimiento. En ese mismo instante, el rey aprovechó a lanzarle una ráfaga de ki que no pudo escapar el sicario. Saonel se puso detrás y agarró a su compañero. Los dos estaban sorprendidos, sobre todo, Hit. Esto pasó con Son Goku y con Jiren. Ahora todo el mundo sabía sus trucos. Piccolo aprovechó esa oportunidad para lanzarse hacia el enemigo. Golpes se intercambiaban salvajemente y, en una de estas, Lensis mordió con fuerza su brazo y lo arrancó cual chicle. El Namekiano se quejó por lo bajo y usó su energía para crear otro nuevo.
Estaba claro que su fuerza era descomunal. No era comparado con la otra vez. El león se movió con mucha rapidez a punto de tocar a ___, pero Jiren lo detuvo dándole un puñetazo en la cara. Lensis no se movió de su sitio. Aguantó tal paliza. Y sacando todas sus fuerzas, un golpe en el estómago del alienígena recibió escupiendo saliva. Si, la fuerza de aquel león primitivo no era normal. Jiren se mantuvo en pie no atreviéndose a caer porque tenía que proteger a ___. Unos brazos detuvieron al león no moverse de su sitio. Saonel no iba a permitir que se acercara a la mujer. Y ella, aprovechando esa ocasión, le dio una patada en su cabeza para alejarlo.
—¡Kauneus! —gruñó adolorido—. ¿Por qué? Yo te quiero salvar de tus secuestradores.
—No quiero emparejarme con alguien a quien no tengo sentimientos —informó—. Moriré si lo hago.
—Serás más feliz conmigo.
—¡No lo estaré!
Lensis estuvo a punto de agarrarla, pero no se esperó que Jiren le devolviese la paliza. El león echó a volar hacia unas rocas, destruyéndolas completamente. Se quejó por lo bajo y se levantó de los escombros para echar una mirada asesina hacia su golpeador. No obstante, Jiren se dio la vuelta bloqueando la patada de Hyani que no se iba a quedar atrás.
—¡Defenderé con uñas y dientes a su majestad!
___ notaba un dolor agudo en su pecho que era difícil de explicar. No era a causa de que los chicos estaban siendo golpeados, sino que pocos recibían. Era otra cosa. Un ser fantasmal estaba llorando, suplicándole que acabase con esto. Se llevó las manos a las orejas para no escuchar aquel llanto que estaba causando un terrible mal.
Una explosión la alarmó demasiado que miró la causa. Goku fue lanzado por Freezer creando un agujero enorme destruyendo la zona. El Saiyan se incorporó, transformándose en Super Saiyan Blue. Estaba satisfecho de este combate y lo iba a dar todo.
«Detenlos, por favor».
¿Quién era? ¿Por qué estaba hablando con ella? Se arrodilló en el suelo con tanto dolor que era difícil ignorarlo. Piccolo se dio cuenta de ello y fue tras ella, no obstante, sintió una presión en su cuello. La cola de Lensis lo estaba ahorcando y no podía respirar.
—¡No tocarás a mi futura esposa!
Piccolo estaba agonizando por la tortura de no poder respirar. ___ lo vio indefenso y salió volando para salvarlo, y la única manera era morder la cola de aquel león. Lensis se quejó, soltando de golpe al Namekiano. La mujer cayó de nuevo lamentándose de esa voz que le estaba hablando. Piccolo ya recuperado, se puso a su lado para ver si se encontraba bien.
—___ —la llamó.
—P-Piccolo me duele.
—¿Qué te ha hecho ese malnacido? —Se notaba que estaba molesto.
—N-No. Él no hizo nada —aclaró—. Hay una voz que no para de hablarme. Me pide que los detenga —intentaba hablar.
—¿Una voz? —Eso lo preocupó demasiado.
—Paralo, por favor. No lo aguanto.
El Namekiano no estaba seguro a lo que se refería ___ porque no lo estaba ayudando mucho. De repente, tomó a la mujer en brazos porque estuvieron a punto de recibir una ráfaga de energía por parte de uno de los lacayos del rey. Lensis se dio cuenta de ello y lo gruñó con mucha molestia.
—¡Como se os ocurra hacer daño a Kauneus, os castigaré sin piedad!
«Como si a ellos les importase», pensó Piccolo quitándose la capa y el turbante para estar más cómodo en la batalla. Aún tenía a ___ en sus brazos que no paraba de quejarse. No estaba entendiendo nada. No se le ocurrió otra cosa que sacarla de ese lugar cuanto antes.
—¡Cubridme! ¡Llevaré a ___ a un lugar seguro!
—¡¿Le pasa algo?! —preguntó Saonel no apartando la mirada en la pelea.
—¡No lo sé! ¡Eso quiero averiguarlo!
—¡Pues te cubrimos las espaldas, Piccolo!
El Namekiano emprendió vuelo hacia el sur, mientras que los alienígenas, incluyendo los Guerrezos Z y Toppo los protegían. Hyani no perdió de vista al hombrecillo verde. No iba a permitir que su misión fallara, así que, fue detrás suya intentando todo lo posible para no ser detectado. Pero lo único que no contaba era el súper oído de los Namekianos. Piccolo miró por el rabillo del ojo viendo como ese animal se acercaba sigilosamente.
Por otro lado, Goku y Freezer no paraban de intercambiar puñetazos. Ninguno de los dos quería. El tirano se transformó en Gold Freezer sabiendo perfectamente las consecuencias de usar este poder, pero no le importaba. Su deseo de vengarse era más importante que eso. Vegeta se unió a la pelea no quedándose atrás, también metamorfoseado en Super Saiyan Blue. Los dos únicos supervivientes enfrente de su enemigo número uno. Freezer echó un vistazo a un lado sintiendo unos ki alejarse de su posición. El Namekiano estaba huyendo con Kauneus en sus brazos.
No iba a permitir que esa escoria huyera con su botín. Con una sonrisa torcida en sus labios extendió su dedo en aquella dirección y usó su rayo mortal bastante rápido atravesando el hombro de Piccolo y rozó el rostro de la mujer. El Namekiano no pudo sostener el vuelo y cayó en picado y protegió a ___ de aquel golpe en el suelo para que no recibiera ningún tipo de daño.
—¡Piccolo! ¡___! —gritó Goku—. ¡Eres un miserable, Freezer!
—No iba a permitir que ese gusano se la llevase.
Con la pareja, ___ apartó a un lado el cuerpo de Piccolo que no paraba de sangrar. Sus ojos se llenaron de lágrimas al verlo en un estado de debilidad.
—¡Piccolo! —lo llamó—. ¡Piccolo!
—Tienes… que huir…
—¡No! ¡No voy a dejarte!
—Por favor, huye… Yo me encargaré de la… sabandija que nos estaba… siguiendo —comentó, viendo como Hyani hacía acto de aparición.
—El rey Lensis no va a tolerar que Lord Freezer haya herido a Kauneus —añadió—, pero no podemos decir nada. Sin embargo, agradezco que te haya herido. Kauneus, por favor, ven conmigo. —Hyani estiró su brazo a modo de invitación, pero Piccolo se lo impidió, lanzando una ráfaga de energía.
—¡Piccolo! ¡No te esfuerces, por favor!
—Haz caso a Kauneus.
—¡Tengo nombre! —lo encaró con rabia—. ¡Y no me iré a ninguna parte porque este es mi hogar y encontré mis medias naranjas!
—Por favor, no haga las cosas más difíciles, Kauneus.
—¡Mi nombre es ___!
«Por favor, Kauneus. Protege mi hogar».
Un grito de dolor salió de sus entrañas cayendo al suelo. El Namekiano hizo todo lo posible para moverse, pero Hyani se lo impidió, aplastando con el pie su hombro. Estaba sufriendo de agonía que hasta sus manos cogieron la pierna del animal con intenciones de quitarlo.
—¿Sabes lo que pasa cuando un carnívoro huele sangre? Pues nuestro instinto depredador se activa —iba hablando—. Los habitantes de Animaladai somos pacíficos en todos los sentidos, pero cuando un ser vivo está herido, nuestros instintos nos gritan pidiendo matar y devorar a nuestra presa. —Los ojos de la hiena eran de pura maldad y desquiciada, incluso de su boca no paraba de salir saliva—. ¿Cómo sabrá la carne namekiana? ¡Pronto lo descubriré! ¡Con una simple mordida en tu cuello acabaré con tu vida!
Eso alertó a ___ que miró a ambos individuos. Piccolo hacía todo lo posible para quitarlo de en medio, pero la fuerza de Hyani incrementó demasiado que sostuvo con sus manos la cabeza del Namekiano con intenciones de morderlo en la yugular. Esos colmillos prominentes estaban listos para profanar la carne. No. No iba a permitir que le hiciese algún daño. Aún así la voz seguía torturando su cabeza pidiendo el gran favor de ayudarlo. Pero ¿quién era? ¿Por qué la estaba torturando?
Salvar su hogar. Su hogar. Esa palabra se rebobinaba una y otra vez en su cabeza intentando comprender. ¿Era el planeta Tierra quien estaba hablando? ¿Sabe perfectamente la amenaza que se cernía ante la presencia de Freezer? Cuando lo comprendió todo, la voz desapareció. Whis siempre lo dijo: su raza era cercana a los ángeles y tenían un don especial. Ella nació y se crió en el planeta, y hubo una conexión especial.
Hyani estuvo a punto de morder el cuello de Piccolo, pero un viento atroz impidió a la hiena cometer su acto criminal. La espalda de la hiena chocó con un árbol y, en él, crecieron raíces fuertes que sostuvieron al depredador, incluso amordazaron su boca. El Namekiano miró a la causante. Los ojos de ___ se tornaron de color blanco mostrando su habilidad y el aura de energía que desprendía era idéntico a ese color. Estaba furiosa, enrabetada de que unos seres hayan intervenido en su hogar.
La humana, a quien se consideraba una, se aproximó a Piccolo para posar la mano en su hombro herido. Él se quejó por lo bajo al sentir un pequeño dolor. Se dio cuenta que ella lo estaba curando. Esa habilidad era parecida a Dende, pero mucho más fructífera. La energía que liberaba era distinta. Era mucho mayor que antes; diría que más poderosa que los propios dioses de la destrucción.
Todos los luchadores notaron esa energía que a más de uno le hizo temblar. Goku y Vegeta se emocionaron a más no poder queriendo luchar. ___, como todos la llamaban Kauneus, en un abrir y cerrar de ojos se puso enfrente de Freezer y, sin realizar ningún tipo de movimiento, realizó una onda expansiva con la mirada haciendo que el reptil volase sin darle la oportunidad de bloquear ese ataque.
—¡La Tierra sufre ante tu presencia, Freezer! ¡Ya ha sufrido suficiente! ¡Vete ahora o serás enterrado!
—Así que despertaste tu gran poder. —La lagartija tenía cortes profundos en su cuerpo, pero no eran letales—. Cuando el espíritu de cierto planeta nota el peligro acude a las Kauneus para que lo ayuden y, de ese modo, su gran poder monstruoso despertará. Es como si se unieran formando a un ser único.
—Veo que sabes muchas cosas que yo no sé.
—Ventajas de venir de una familia conquistadora de planetas —ríe cínico—. Y, con respecto a tu propuesta, no me iré. No sin antes acabar con esos monos y llevarte conmigo para que me digas dónde está tu raza.
—No traicionaré a los míos por meros caprichos —le advirtió—. Por última vez, si quieres vivir, lárgate.
Freezer no era idiota. Sabe que si se quedaba moriría otra vez y pasaría el mismo infierno. No. De nuevo ese mismo suceso. Una gota resbaló por la sien de Freezer con cierto miedo. Chasqueó la lengua con cierta molestia y se iba retirando lentamente hacia la nave nodriza. Todos los soldados se sorprendieron, pero entendieron la situación. Los únicos que no se movieron fueron los lacayos del rey Lensis porque no obtuvieron ninguna orden.
Sin embargo, ___ sintió un gran peligro proveniente del tirano que se giró bruscamente y de su dedo creó una bola de energía gigantesca capaz de destruir el planeta en un santiamén. La sonrisa cínica de Freezer hizo notar que no tendría piedad.
—¡Pues cavaré tu propia tumba aquí mismo!
—¡___! —Saonel voló hacia ella para alejarla de ese ataque.
Freezer lo lanzó directamente hacia la mujer, cegado de la ira y de la venganza. Ella no se movió de su sitio. Estaría dispuesta a recibirlo con los brazos alzados. Uno estaría pensando que estaba loca de remate, pero no se esperarían lo siguiente. Las manos de ___ no tocaron esa bola de energía que se paró definitivamente. Freezer amplió los ojos no creyendo que Kauneus estaba empleando su fuerza mística en él.
—¡Te lo advertí, Freezer! ¡No tocarás a mis amigos y a mi hogar nunca más!
Ella le devolvió su ataque con esa gran determinación en su cuerpo. El tirano iba a detenerlo con sus propias manos porque era su ataque, pero falló debido a que fue manipulado de alguna manera. Él y sus soldados junto con la nave nodriza fueron engullidos por el gran poder del ex emperador y de Kauneus. Un grito desgarrador salió de las entrañas de Freezer maldiciendo a todos. Y una explosión se creó en el cielo dándole un toque iluminante cual estrella. ___ iba cayendo lentamente a causa de la falta de energía, no obstante, unos brazos se lo impidieron. Giró un poco la cabeza para ver al responsable y era Saonel quien le dedicaba una pequeña sonrisa.
Lensis estaba temblando de miedo. Nunca pensó que Kauneus fuera tan poderosa. ¿Eso pasaba cuando se enfadaba de verdad? Vio como esos dos bajaban lentamente hacia el suelo y el resto de guerreros fueron hasta ellos para ver si todo iba bien. Krillin no paraba de felicitar por ese gran esfuerzo y Goku emocionado de pelear con ella, pero Piccolo le dio un golpe en la cabeza para que dejase esas estupideces a un lado. ___ miró enfrente encontrándose al rey de Animaladai. Le pidió a Saonel que la acercara hacia él. El Namekiano no estaba seguro de ello, pero no iba a objetar su petición. El león se dio cuenta de que el grupo se aproximaba hacia él y todos los soldados estaban atentos a cualquier movimiento.
—Rey Lensis —lo llamó ___. De la nada, apareció Hyani volando desde el cielo porque fue lanzado por la naturaleza demostrando que estaba débil—, le pido por favor que se marche y olvídese de mí.
—P-Pero… ¡Estás raptada!
—No estoy raptada —aclaró—. Yo nací aquí y viviré hasta el final. Además, yo no puedo enamorarme de ti porque no seré feliz. Mi raza estamos destinadas a estar con alguien que nos haga latir el corazón a mil. Yo eso no siento en ti. Mi corazón ya escogió.
—... ¿Quienes?
—Eso ya no importa.
—¡Claro que importa! Si lo mato, puede que…
—Lo seguiré amando hasta el final.
El león se quedó callado. No podía tolerar que ___ siguiera amando a un muerto. Lensis dio un suspiro con cierta rendición asintiendo levemente.
—Está bien. Aceptaré las condiciones. Nos retiraremos y os dejaremos tranquilos.
___ esbozó una pequeña sonrisa y asintió levemente. El rey de Animaladai dio una orden a sus soldados para que se retiraran y se dirigieran a la nave. Los guerreros observaban cómo entraban y se iban alejando hasta el cielo.
La paz volvió a reinar en la tierra.
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