XIII

Shuuko estaba pensando.

¿Vale la pena hacer esta locura? Sí, completamente.

O al menos eso era lo que pensaba ella.

Su marido y hijos vendrían en un par de horas, ella fue avisada con antelación ante la situación.

Y eso hizo que algo en su cabeza se activará para decirle a su esposo que... Ya no quería seguir el matrimonio.

¡Ahora iba sin miedos! Ya sabe que el chico siente lo mismo así que no hay miedo de quedarse sola.

Aunque, pensó también otra parte... Sus hijos, no sabe como afectará esto en sus vidas.

Es como, te vas de viaje y cuando llegas tu madre ya no quiere nada y se divorcian tus padres. ¿Y que llegues a saber la razón? Quizás te marque.

No había nervios, solo una tranquilidad interna por parte de la mujer, pensando... Más bien, repasando que es lo que diría.

Claramente van a ver problemas, una discusión seria lo peor.

Poco a poco empezó a considerar algunas opciones, si la situación se pone muy feo podría quedarse con el chico o algo.

Solo... Como un "plan de emergencia" nada más.

Aunque la idea de vivir con él no le disgustaba... Ok, se está desviando del tema.

Ella solamente agitó su cabeza hacia los lados y miró su celular, aún quedaba una hora y media para la aproximada llegada de su familia.

También reviso un par de mensajes que estaban en buzón, y uno de ellos era del chico.

"Llámame para lo que necesites, estoy contigo"

Era un lindo mensaje que de alguna manera hizo que la mujer sintiera más alivio en esto.

Era como si le estuviera diciendo que cualquier cosa que pase, no va hacer su culpa, más o menos como un mensaje de apoyo.

Y eso que el chico no mando ese mensaje para que haya un "trasfondo" en el.

-T-Tranquila... Dejen de t-temblar...-

Esta en un tono suave susurro sus palabras, posicionando sus manos hacia sus piernas para darles suaves bofetones a ellos, que no paraban de temblar.

El tiempo pasaba, era desesperante para ella, los minutos más eternos y agobiantes de su vida, en un momento donde cambia su rumbo con su marido de manera brutal.

Al final de todo, esta pensando en sus hijos, a ellos no los abandonaría por nada, seguiría atentos de ellos y lo demás.

No era solo decirle eso y largarse a vivir de nuevo de su vida. No.

Todo ya estaba planeado de cierto modo, y ella no iba a permitir que la ausencia de una madre la sufran sus hijos.

Aunque se separe, como ya dije, estará con ellos en lo que necesiten.

En su nube de pensamientos no se dio cuenta de la hora, ya casi llegaban, un pequeño pitido de su móvil le advirtió sobre la misma sacándola a ella del mundo en el que estaba.

El sonido de un auto se escucho afuera de la casa, a la vez que ese sonido cesó, un escalofrío apareció en la espalda de la mujer.

Bien, era momento de la verdad.

Primero por la puerta salieron sus dos hijos, Shouko y Shousuke. Que solo abrazaron a su madre y salieron en una carrera algo infantil al piso de arriba.

Después de eso, Shuuko fijo su mirada a la puerta, observando a su esposo, Masayoshi, que la veía a ella con una pequeña sonrisa y con un pequeño silencio.

La mujer no sabía cómo reaccionar pero el hombre se acercó para darle un abrazo a ella, algo que esta correspondió con vergüenza y culpa.

No duró mucho ese contacto, la mujer lo rompió y suspiro, mirando a los ojos al hombre, que seguía mirándola igual como cuando entró por la puerta.

-¿Hay algo que quieras decirme?-

La voz algo ronca del hombro fue escuchada por la mujer, que se sorprendió un poco por que el haya tomado la iniciativa de la conversación... Sin saber lo que le espera.

-De hecho... Sí... Hay algo y es muy serio...-

Después de esas palabras de la mujer el hombre mostró un gesto de confusión, a lo que ella siguió hablando.

-Pasaron algunas cosas... Q-Que cambiaron algunas cosas...-

El hombre asintió con la cabeza, dejando la maleta que cargaba en mano arrecostada en la pared.

-¿Y entonces?-

Él volvió a preguntar, Shuuko tomó aire y lo solto, sintiendo que sus nervios le hacían una mala jugada empezando a apoderar su cuerpo.

Las palabras no salían de su boca, pero tuvo un pequeño pensamiento que activo toda su mente.

Paso de tener una expresión nerviosa a algo seria, y pudo soltarlo.

-Quiero pedirte el divorcio, Masayoshi-

El hombre se quedo incrédulo ante la oración, pensando que era una broma, este quiso confirmarla tratando de ver la cara de su esposa.

Pero nada, solo era seriedad, eso lo empezó a asustar.

-¿Donde e-está la cámara oculta cariño..?-

Shuuko suspiro de nuevo, tomó uno de su brazos y empezó a acariciarlo un poco.

-Esto es en serio. No bromeo-

El silencio reino en el ambiente, lo único que había era ese "duelo" de miradas entre los dos donde una mirada sería, contrarresta a una incrédula.

No dijeron nada más, el silencio siguió. Y lo hará por un buen rato.

-Fin del Capitulo-

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