La cama no era cómoda en ese momento, miró el reloj que yacía en la mesa de noche y pudo notar que eran la 1 de la mañana y ella aún no podía pegar ni un solo ojo. Esa guerra interna entre su mente y su corazón se hacía intensa ya que su razón le decía que Jack iba hacer su verdugo, pero su corazón le decía que él era quién la sacaría de esa oscuridad que tanto la atormentaba ¿entonces a quién le creía? Su cabeza estaba hecha un lío, no quería confiar en alguien que la trató como si de una prostituta se tratará al ofrecerle acostarse con él, pero por qué sentía esa necesidad de estar cerca de él, por qué sentía que debía estar cerca de él sin importar el futuro, pero ese miedo de afrontar las concecuencias en el futuro era quién la detenía a no entregarse por completo a ese hombre que dormía a tan solo dos habitaciones de la suya. Ella sabía que una más y no aguantaría tanto sufrimiento, pero por qué razón quería creer en él y eso estaba empezando a crecer, necesitaba alejarlo, pero por qué le dolía con tan solo pensarlo.

Se levantó de la cama ya que necesitaba relajarse y dejar de pensar en el hombre que estaba convirtiéndose en sus sueños o pesadillas. Se encaminó por el oscuro pasillo y bajando las escaleras se dirigió a la cocina por un vaso de agua. El líquido recorrió su garganta con exquisitez saciando lo seca que estaba, pero una mano se colocó en su hombro y una sensación única y profunda recorrió todo su cuerpo, por la calidez que sintió reconoció que Jack Miller estaba detrás suyo y pudo sentir como los brazos rodeaban su cintura y su espalda chocaba con ese escultural pecho que se aferraba a ella sin querer soltarla.
-¿Qué me estás haciendo Sabana?¿Por qué no puedo sacarte de mi cabeza?- preguntó él susurrándole al oído y ella se estremeció al sentir su respiración en su cuello. - me vuelves loco- dijo haciendo que la pelinegra sintiera una opresión en su abdomen. - tu cuerpo, tus labios, tus ojos, tu voz, tu piel, tu calor, tu cabello y dime Sabana ¿Por qué me vuelves loco?- preguntó de nuevo y ella no podía ni respirar con su cercanía. Él hizo que ella quedará de frente y al encontrarse con esos ojos azules que en ese momento parecían negros y llenos de lujuria su cuerpo tembló y sus piernas fallaron, agradeció que su cintura estuviera rodeaba por esos dos brazos fuertes que la sujetaron sino hubiera caído al suelo.
-Jack- susurró ella un poco asustada por la sensación que solo ese hombre podía trasmitirle. El rubio tenía su mirada en la boca de la pelinegra y sonrió al sentir el cuerpo de Sabana arder de deseo, sabía que entre los dos había mucha atracción y eso no lo podía negar, esa mujer era su maldita obsesión desde que era un adolescente, pero debía seguir firme, debía hacerla pagar por todas las humillaciones que ella lo había hecho pasar y también pagaría por haber destrozado su corazón cuando él era solo un niño inocente y leal.

Ahora sabía que tenía poder sobre ella, sabía que Sabana Williams, esa chica que alguna vez lo humilló, se burló y lo destrozó estaba a sus pies y la haría rogar e arrastrarse como la víbora que era.

Ella parecía un ángel y no lo negaría su maldito pene estaba rogando por entrar en ella, pero claro tampoco haría nada que ella no deseara tampoco era tan cabron para obligarla a algo, aunque eso no le preocupaba por que sabía que ella se entregaría a él sin objeción como alguna vez lo hizo en el baño de aquel bar donde pudo disfrutar de esa bella y hermosa mujer. Sus labios chocaron contra esa boquita rosada que se abría para él aceptaldole el beso y eso lo hizo sonreír disfrutando como Sabana estaba cayendo en su juego.

¿Quiero saber qué piensan?

Les quiere Yarlin 💜