^29^

Yoongi se recostó contra su pupitre, inflando sus mejillas y frunciendo el ceño, mostrando su furia y tristeza de ésta forma.

<<No creo sobrevivir>>

-¡Min! - El maestro de literatura gritó el apellido de su alumno cuando le vio en su asiento, claramente no estando poniendo la atención que se debía a su clase. - ¡ponga atención! - Le ordenó desde delante del pizarrón, donde se encontraba escribiendo el tema de la clase del día.

-Maestro... - Yoongi se enderezó en su lugar, su mirada vacía, su rostro melancólico y el como el cielo se nublo cuando el joven volteó a mirar a su maestro, hizo al hombre retroceder unos pasos, asombrado por el aura que se formó. - ¿alguna vez se ha enamorado? - Le vio directo a los ojos, poniendo nervioso al maestro.

-¿Qué cosas dice, Min? - El hombre le miró con confusión, ocultando su nerviosismo por la extraña pregunta que le hacía su alumno.

-Es sólo... - Cerró sus ojos un momento, tomando aire profundamente. El maestro fue presente del rostro de Min Yoongi entonces, con sus ojos cerrados, esa expresión de paz en su rostro, que iba a la perfección con el cielo grisáceo fueron la causa de que las piernas del maestro comenzarán a temblar. Su corazon latió con rapidez de pronto. Se sentía como cuando era un adolescente otra vez. - es algo que ha estado rondando en mi cabeza todo el día, maestro. El amor.

-Entiendo - Tosió para disimular el que su voz haya salido inestable al principio. ¿Qué eran esas emociones que dominaban su cuerpo de anciano? No lo sabía. -, pero eso que tiene que ver con la cla--

-Maestro, ¿qué hago cuando el amor de mi vida ya no está?

El señor de casi 50 años llevó una de sus manos a su pecho, agarrando con fuerza la tela al ver la sonrisa melancólica y los ojos llenos de dolor de Yoongi, quien derramó una lágrima cuando sus ojos fueron a los de su maestro. Tragó saliva duramente, un calor subiendo a sus mejillas y sudor bajando por una de sus sienes era lo que esa expresión desolada pero hermosa de Min Yoongi había provocado en él. Es mi alumno, es mi alumno, se repetía en su mente, más sus pies ignoraron esa molesta voz y le llevaron hasta el pupitre del joven, arrodillándose ante él y tomando una de sus manos entre las suyas, viendo hacia arriba con sus ojos llenos de lágrimas, hipnotizado por el joven Min.

-Joven Min, si el amor de su vida ya no está... - Mordió su labios inferior, las palabras atascándose en su garganta con esa fastidiosa voz en su cabeza que le seguía pidiendo que se detuviera, que estaba mal.

-¿Maestro? - El angelical Min Yoongi -ese chico que claramente era un ser puro que no pertenecía ninguna secta y no tenía ninguna clase de pelea pendiente con satanás- ladeó su cabeza, mirándole con curiosidad. Les doy permiso de imaginárselo como un gatito curioso, anden, sean felices.

-¡Por todos los cielos! - El hombre lanzó un grito al cielo, sacándose las gafas y lanzándolas contra la pared, haciendo que el vidrio de estos se rompiesen. Se está volviendo salvaje. - Min, yo juro solemnemente que mis intenciones no son bue--

Justo en ese momento, la campana sonó, haciéndole saber a todos los otros alumnos en ese salón de clase que fueron presentes de la extraña escena que se hizo, pero que les valió chocolate con menta porque ya era hora del almuerzo y hoy había burritos, podían ponerse de pie e ir a la cafetería por su festín. Uno a uno fue saliendo del salón de clases, ignorando al maestro, a Yoongi y al chico castaño que era el único que se acercaba a la escena, tallando sus ojos irritados por jugar videojuegos tan tarde en la noche y no dormir.

-Hey, puddin - Hoseok se puso a un lado del maestro todavía de rodillas, quien se había paralizado cuando la campana sonó. -, vámonos antes de que se acaben los burritos.

-La verdad hoy tengo ganas de empanadas. - Yoongi sacó su mano de entre las manos de su maestro, ignorando al señor.

-Bien, entonces vamos primero por mi burrito y después vamos a la tienda de enfrente por una empanada. - Propuso Hoseok, dando media vuelta y comenzado a caminar a la puerta.

-Okay, bro - Yoongi colocó una de sus manos contra la mesa del pupitre para alzarse y ponerse de pie, el maestro haciéndose hacia un lado para dejarle pasar. -. Nos vemos en la siguiente clase, maestro. - Se despidió al ponerse de pie, dándole una sonrisa y corriendo a alcanzar a Hoseok.

-Ah, cierto, nos vemos, maestro - Eso fue de parte de Hoseok, quien se tambaleó hacia al frente cuando Yoongi se le subió encima de su espalda. -. Maldita vaca apestosa, ¿qué no estás consciente de las toneladas que pesas?

-¡No peso tanto!

-Siento que estoy cargando un tanque de guerra en la espalda.

-Vete a la mierda.

-Ahorita no tengo ganas de ir a tu habitación del mal.

Los estudiantes dejaron de escucharse para el maestro, quien se mantuvo en sus rodillas por unos minutos más, su mirada fija en la pared de enfrente y sus manos aún alzadas, donde antes sostuvo a Min Yoongi. Entonces muy lentamente bajó la mirada junto con sus manos, su mente en blanco y su boca seca.

El maestro le pidió el divorcio a su esposa esa misma tarde.

Volviendo a Yoongi y Hoseok.

-Ugh, no es lo mismo. - Murmuró Yoongi, bajándose de la espalda de Hoseok luego de unos minutos de ir sobre el castaño.

-¿De qué hablas? - No detuvo su caminar, los burritos le esperaban.

-Es que tu espalda no es la misma que la de... - Mordió su labio inferior, su corazón no siendo tan fuerte como para decirlo.

Entonces Hoseok tuvo que detenerse, dando media vuelta para ver a su amigo, quien tenía sus manos en puños contra su pecho, sus mejillas teñidas de un suave rosado y sus ojos lloroso, esa expresión de estreñimiento tan conocida grabada en su rostro. Hoseok sabía que Yoongi estaba por colapsar, y prefería que lo hiciera en ese pasillo donde no había casi nadie a que lo hiciera en la cafetería con un montón de gente molesta que gritarían "alguien se está muriendoooooo" cuando sólo es Yoongi haciendo berrinche. El castaño se recargó contra la pared y suspiró, preparándose mentalmente para el drama.

-¿No es la misma que la de quién? - Preguntó con cansancio, ya resignado con la vida que le tocó.

Yoongi bajó sus manos a su pantalón, tomando éste con fuerza. Soltó un sollozo y por fin pudo decirlo.

-¡No es la misma que la de Taehyung! - Se largó a llorar al suelo.

Ahí estaba Min Yoongi, echo bolita en el suelo, llorando mientras se abrazaba a sí mismo.

-Yoongi. - Hoseok le dio un patada para que se levantara.

-¡¿Qué?! - Chilló in gay rabioso. - ¡¿qué puedes decir para hacerme sentir mejor?! ¡Nada, no puedes decir nada! Porque la ausencia de Taehyung jamás será reemplazada por nada, no hay ni una sola cosa en éste mundo de mierda que me haga sentir tan lleno de alegría y lujuria como lo hace ese idiota que no se da cuenta de cuanto lo adoro ni porque se lo diga de frente porque siempre pendejo nunca inpendejo. Su lugar en mi vida es importante, es especial, no encontraré a nadie como él nunca... nunca lo podré superar.

Hoseok se rascó la oreja. -Taehyung sólo faltó hoy a clases, ¿lo sabes, no?

Yoongi guardó silencio unos segundos, sentándose de piernas cruzadas en el suelo y quitando las lágrimas y mocos de la cara.

-Pero lo extraño. - Formó un puchero.

-Seguro viene mañana - Le sonrió un poco. -, ¿ya intentaste llamarle? - Se sentó a su lado en el suelo.

-Uh... - Un sonrojo más fuerte llenó sus mejillas. - e-es que cuando yo le llamó me tiemblan las manos.

-Ah, puddin, no debes de ponerte nervio--

-Y también me tiembla el ano.

-Me das perro asco.

Hizo una mueca, su cerebro de maní tratando de pensar en un buen plan.

-¡Ya sé! - Yoongi sacó su teléfono, Hoseok recargando su cabeza en el hombro del chico pálido para ver lo que hacia.

Yoongi le iba a mandar un mensaje a Taehyung.

Meow:

Ontas?

Te pago el uber?

Hoseok se preguntaba dónde es que Yoongi había aprendido esa increíble técnica de coqueteo.

-No responde. - Formó otro puchero, ahora enojado.

-Literal le acabas de mandar el mensaje.

-Voy a ver dónde está.

-La verdad es que no te lo quería decir antes, pero me comienza a preocupar el que pongas dispositivos de rastreos en tus presas.

-A ti también te puse uno.

-Ah chinga.

Ambos chicos guardaron silencio cuando la pantalla de teléfono de Yoongi mostró el lugar donde se suponía Taehyung se encontraba.

-¿La casa de Jimin? - Hoseok frunció el ceño. -, pero...

-Miré a Jimin esta mañana. Él si vino a clases.

Hoseok se alejó un poco de Yoongi, mirando al chico a los ojos.

-¿Tú crees que...

-No nos adelantemos a pensar en cosas que me pueden partir el alma, Hobi - Yoongi se apresuró a buscar algo en su teléfono. -. Ese grandísimo bastardo - Llevó el teléfono a su oreja. Había marcado el número de Jimin. -, cuando lo vea le voy a meter un chile habanero por el culo a ver si así se sigue metiendo con el macho de otro, maldito hijo de... ¡Jimin, amigo del alma, pero que gusto oír de ti! Hace tanto que no hablamos, ya sabes, la secta nos mantiene algo ocupados, pero deberíamos de tener tiempo para nosotros y, no sé, salir por ahí a tomar el té y rezar por nuestras familias.

Hoseok entrecerró sus ojos al ver el cambio en Yoongi.

-Entonces, Jimin - Yoongi continuó. -, aquí estaba yo, sentado en el suelo del pasillo, pensando en ti.

-¿Pensando en mi? - Se escuchó un deje de sopresa en la voz de Jimin, el chico casi nunca se sorprendía.

-Si, si. Es sólo, tuve como una especia de visión en mi mente, ¿sabes? Y en ella miré algo sobre ti.

-¿Qué cosa?

-De casualidad, así nomas de pura casualidad, ¿no se te olvidó algo ésta mañana?

Hubo un momento de silencio en lo que Jimin parecía recordar algo, Yoongi mordiendo la uña de su pulgar con Hoseok a su lado pasando hambre. Seguro ya no habrían burritos a estas alturas.

-¡Ya lo recuerdo! - Gritó del otro lado de la línea. -, creo que dejé la puerta del refrigerador abierta...

-¡Eso no! - Fue su turno de gritar, golpeando su frente contra la pared. Hoseok comenzaba a preocuparse por la salud de la oruga esa. -. Me refiero a un ser vivo, de cabello café, ojos bonitos, una bandana en su cabeza y su nombre empieza con T. Ya sabes, el papucho.

-Uh... - De nuevo pensó. - No, no recuerdo nada a--

-¡Taehyung, maldita sea! ¡¿no olvidaste a Taehyung en tu casa de pura casualidad?!

Yoongi no había podido contenerse más, por lo que terminó gritando, algo que hizo a Hoseok alejarse un poco de su amigo. Si les regañaban por estar haciendo escándalo en medio del pasillo, le echaría toda la culpa a Yoongi.

-Ah, TaeTae, cierto, lo dejé en mi sótano por accidente el otro día, jeje.

Yoongi creía que podía incendiar toda la escuela en ese mismo momento.

-Tu sótano... - Su voz salió baja, tratando de no hacer una estupidez.

-Si, mi sótano - Podía jurar que Jimin estaba sonriendo en este mismo instante. -. Él llegó el viernes en la noche, pero yo tenía que salir en fin de semana, así que le dije que podía quedarse en mi sótano hasta entonces. Llegué ayer por la noche, en domingo, pero como que lo olvidé y, bueno, ahí a estado desde el viernes. Me pregunto si ha comido algo... creo que le dejé antes una botella de agua y un par de quesadillas. ¡Creo que está bien!

Yoongi masajeó sus sienes.

-Me gustaría ir en este momento - Murmuró el chico, hablandose a sí mismo. -, pero no puedo salir de la escuela, además de que no sé dónde queda la casa de éste maldito loco. Seokjin mencionó que la casa de Jimin es mas grande que la suya, me voy a perder si entro yo así como así, necesito que ese malvado sea mi guía, pero no puedo ir solo con él, en la actualidad no cuento con todo mi poder como para combatir contra Jimin si se pone salvaje, maldigo haber dejado que Hoseok sellara mi poder.

-Bro... yo no hice...

-Tendré que ir después de la escuela, quedan como tres horas, faltaré al trabajo, le diré a Suran que le diga al jefe que me morí pero que mañana si podré ir. Me llevaré de refuerzos a Seokjin, Hoseok, Hyuna, Namjoon y si Jungkook jala pues okay. Bien, tengo todo listo.

-¿Ya terminaste de murmurar?

-Si.

-Entonces... ¿vendrás a mi casa después de la escuela por TaeTae junto a toda la secta?

-Si.

-Bueno.

-Ajá.

Colgó.

-Yoongi. - Hoseok tomó los hombros de su amigo, mirándole con seriedad una vez la llamada finalizó.

-Lo sé, Hobi - Hizo una mueca. -, no debí comprometernos en una misión tan espeluznante, pero de verdad estoy preocupado por Taehyung y no puedo--

-¿Eh? No, eso no. Quedan 10 minutos para que el receso acabe. Vamos volando por las putas empanadas, seguro ya no hay burritos.

-Cámara, te sigo, bro.

[ ... ]

-Entonces - Jimin sonrió, mirando a las 6 personas detrás de él. -, ¿nos vamos?

-Hace mucho no voy a tu casa - Seokjin era algo así como el líder en ésta travesía, quien caminaría al frente junto al malvado ser y dirigiría a su tribu a la cueva del inframundo con la promesa de protegerlos a todos. -, aún recuerdo todas las pijamadas y reuniones de estudio que tuvimos cuando niños. Tú madre hace unos espléndidos postres.

<<Coño, ¿viene de familia ese afán de envenenar a la gente?>>

-¿Postres? - Namjoon dio saltitos hasta quedar en medio de Jimin y Seokjin, sonriendo con emoción. -, ¿habrá postres? - Les vio con ojos llenos de brillito.

<<Coño, otra vez el niño se me va a morir.>>

-Todos los que tú quieras, Namjoonie. - Jimin le sonrió dulcemente, dando caricias en los cabellos del más alto, haciendo que éste cerrase sus ojos ante el tacto.

-Namjoon - Yoongi le llamó, dando unos pasos al frente mientras una sonrisa igual a la de Jimin se formaba en su rostro. -, ¿sabes lo qué escuché de Hoseok? Él me dijo que te comentó el otro día sobre cierto día de ciertas vacaciones de verano donde me quedé a dormir a su casa porque sus padres no estaban y a el bobo le da miedo la oscuridad. Dime, Namie, ¿Hobi te terminó de contar lo que hicimos esa noche?

-¿Eh? Ahora que lo dices... - Ladeó la cabeza, de esta forma haciendo que Jimin dejara de tocarle. -, no, no quiso continuar, dijo que eso no se podía decir, algo sobre que podían ir a la cárcel si mucha gente se enteraba.

-A eso me refiero, pero dime, ¿no te da curiosidad saber cómo continúa?

-¡Si, si!

-Entonces, si quieres saber cómo continúa, ve atrás, no te acerques a Jimin, camina en medio de Hoseok y Hyuna y por nada del mundo te sueltes de sus manos. Tu papá no me va a comprar esa cama de agua que me prometió si algo te pasa.

-¡Okidoki!

Sin decir más, Namjoon corrió hacia donde Hoseok y Hyuna, colocándose entre estos y tomando sus manos.

Vaya... creo que Namjoon es el personaje que más a cambiado desde los primeros capítulos.

Yoongi suspiró de alivio, volteando a ver a Jimin con cautela, quien ya se encontraba viéndole. Esa sonrisa que para muchos era adorable, para él era todo lo contrario. Seokjin tan sólo reía en voz baja por los dos enanos, divertido con esa inofensiva pelea que tenían entre ellos.

-Interesante, no sabía que eras uno de esos hermanos sobreprotectores. - Jimin le sonrió aún más.

-Algo así, sólo no quiero que le chupes la vida como sanguijuela. - Dijo Yoongi en tono de broma, caminando hasta estar al lado de Jimin.

-Yo no haría algo como eso. - Le dio un golpecito en el brazo, de forma juguetona.

-Eh, no puedo confiarme en tus palabras, Park. - Le devolvió el golpecito juguetón, sólo que este siendo más fuerte que el que Jimin le dio.

-Con que ahora soy Park, si antes era tu amigo del alma, ¿no, Min? - Jimin devolvió el golpe con más fuerza.

-Suena mejor Park. - Otro golpe.

-¿Tú crees? - Otro golpe.

-Si. - Otro golpe.

-Entonces yo te diré Min. - Otro golpe.

Se quedaron en silencio, viéndose fijamente con su mano en forma de puño, listos para dar el siguiente otro golpe. Cuando volvieron a alzar su brazos, apunto de dar el siguiente golpe ahora sin esconderlo como un golpe de broma, Seokjin intervino, colocándose en medio de ambos y tomando la muñeca de ambos, sonriéndoles.

-Deberíamos irnos de una vez, ¿no? - Dijo con suavidad, haciendo que ambos chicos chasquearan la lengua y desviaran la mirada.

-Ajá.

-Okay.

Mientras todo eso sucedía adelante del grupo, Hyuna miraba detrás de ella, al chico vestido con ropa estilo militar y con un montón de armas extrañas en sus ropas.

-¿Jungkook? - Dijo la chica al tratar de adivinar a la persona bajo la máscara de chacal.

-Oh, al fin alguien se da cuenta de mi presencia - Dijo el chico quitándose la máscara, mostrando su rostro lleno de pintura oscura y con jeroglíficos raros. -, llevo aquí desde mucho antes que todos, la máscara da calor y nadie se la había ocurrido preguntarme algo o siquiera saludarme.

-¡Es que nos vales verga! - Gritó Yoongi desde enfrente.

-Ese maldito... - Jungkook tiró la máscara al suelo con furia y sacó una pistola de agua. -, lo voy a matar.

-¿Con agua? - La pelona se burló.

-Es agua bendita, perfecta contra los demonios como Min.

-¿Por qué estás vestido de esa forma? - Señaló su vestimenta, ignorando la pistola de agua.

Jungkook se vio a sí mismo, sus pantalones estilo militar, una camiseta de tirantes color blanca, mostrando sus trabajados brazos -los cuales tenían más jeroglíficos-, en el cinturón de su pantalón colgaban un montón de bolsillos pequeños con armas dentro, en sus botas de cuero habían pequeñas cuchillas por si las cosas se ponían creisi y en su frente había una bandana estilo rambo.

-Una vez me quedé a dormir a casa de Jimin - Dijo con la mirada perturbada. -, yo... - Tragó saliva duramente, recordando el trauma. - no quiero hablar de eso, pero te aseguro que necesitamos esto para sobrevivir. Ten - Le dio un rosario mirando seriamente a la pelirroja. -, úsalo con sabiduría.

-Ah... - Hyuna vio el rosario en su mano, pasandole éste a Namjoon para que jugara con algo un rato. - ¿gracias?

-De nada. - Y Hyuna se preguntaba si Jungkook había ido vestido de esa forma a la escuela o corrió a casa a cambiarse rápidamente cuando Yoongi les avisó de la aventura.

[ ... ]

Bienvenidos a la casa Park♡.

Yoongi entrecerró sus ojos ante la tabla de madera con letras doradas que colgaba del muro de concreto frente a él, ese que le doblaba el tamaño por mucho y tenía barrotes con punta filoza saliendo de estos.

-¿A dónde se supone que entraremos? - Murmuró Hoseok detrás de Yoongi, con Namjoon aún a su lado tomandole de la mano.

-Creo que estamos por entrar al culo del diablo - Respondió Hyuna, apretando la mano de Namjoon. -, puedo oler el azufre.

-Esto no es nada - Ahí estaba Jungkook, abrazando una cruz. -, ustedes... no han visto nada.

-¡Ay, Kookie, ¿qué cosas dices?! - Jimin, quien había mantenido su sonrisa en todo el viaje, se lanzó a Jungkook, abrazando al chico por la espalda. Jungkook abrió sus ojos como búho, asustado por la repentina acción. - No asustes a mis invitados, no es divertido de esa manera - Entonces su sonrisa desapareció, sus ojos volviéndose sombríos. -. Ten cuidado con lo que haces, Kookie.

-¿Están tus papás en casa? - Preguntó Seokjin, nuevamente interviniendo entre las pequeñas disputas que se armaban. Siempre salvando a los pendejos, por algo la secta digo club lleva su nombre.

-No, ellos están en... algo de negocios, nada que les interese - Soltó a Jungkook, riendo tontamente mientras dejaba atrás al chico paralizado. -, entremos de una vez.

-De vuelta al infierno. - Murmuró Yoongi cuando las enormes puertas fueron abierta luego de que Jimin presionara unos botones en el muro.

La pandilla caminó por un largo camino de tierra, árboles rodeando los lados, eran tantos y eran tan altos que los jóvenes no podían ver lo que había más allá de ellos. Luego de caminar por al menos 10 minutos, por fin llegaron a la mansión de Jimin, una casa enorme y con un increíble jardín se alzó sobre ellos, Yoongi odiando su vida de pobre sólo de ver la fuente en el centro del jardín. Él podía tomar una cómoda y humilde ducha en esa fuente si se lo proponía.

Con una sonrisa entre linda y satánica, Jimin abrió la puerta de entrada, los campesinos quedando de boca abierta cuando vieron el interior, sin poder creer lo que sus ojos veían. Menos Seokjin, claro, la realeza entró a la mansión como si nada, siguiendo a Jimin mientras hablaban de algo que hicieron en el campamento al que fueron el fin de semana.

-¡Pasen y siéntanse como en casa! - Invitó Jimin, dando un radiante vuelta en el centro de la entrada.

-¿Cómo carajos pide que me sienta como en casa cuando en mi casa lo más valioso que tenemos es ese cupón para comer sin pagar en panda express? - Susurró Hoseok, entrando a la mansión con pasos lentos.

-¿Ese candelabro que cuelga del techo está echo de diamantes? - Dijo Hyuna, sus ojos fijos en el adorno.

-Oh, ¿remodelaron desde la última vez que vine? - Preguntó Seokjin mirando con interés el lugar.

-Si, ya sabes, las paredes se manchan muy fácilmente. - Guiñó un ojo.

-Comprendo - Sonrió, para después voltear a ver a Yoongi. -, así que, ¿vamos por Taehyung de una vez o...

Seokjin paró de hablar cuando sus ojos miraron como Yoongi trataba de meter un huevo de oro con diamantes incrustados a sus pantalones de forma sigilosa alejado de todos.

-Hey. - Sonrió con inocencia la florecita.

-¿Estás... tratando de robarme? - Jimin se cruzó de brazos.

-Noooooooooooooooo, mi amigo del alma - Yoongi llevó su mano a su pecho, totalmente ofendido. -, lo que hago es tratar de llevar a éste chico devuelta a casa.

-¿A casa?

-Ajá.

-¿Dentro de tu pantalón?

-Bueno, Park, es un puto huevo, ¿sabes dónde tengo yo mis huevos?

Antes de que los chicos volviesen a darse golpecitos juguetones, un olor dulce llenó el lugar. Yoongi frunció el ceño, reconociendo el olor de inmediato, dejando el huevo en la mesa donde le encontró y volteando a ver a Namjoon, a quien comenzaba a afectarle el aroma.

-Bro-brownies...

Hyuna y Hoseok voltearon a ver con cierto temor al lugar donde aquella voz baja y profunda se escuchaba, justo en medio de ellos, sus ojos llegando a Namjoon, quien se estaba transformando en eso a lo que todos temían. La bestia Kim.

-¡Tomenlo con fuerza! - Gritó Yoongi, pero era demasiado tarde, pues la transformación estaba hecha.

La bestia Kim lanzó un rugido al aire, soltándose de las manos de los doble H -ya les encontré una abreviación- bruscamente y corriendo en cuatro hacia la izquierda, pasando por una puerta que abrió con la fuerza de su cuerpo, posiblemente corriendo hacia el lugar de donde provenía aquel aroma adictivo.

-Maldita sea, mamá va a enojarse conmigo si vuelvo a llevar a Namjoon al doctor para que le hagan un lavado de estómago. - Yoongi se desesperó.

-No te preocupes - Dijo Hoseok. -, Hyuna y yo iremos por él, tú puedes ir por Taehyung y...

-¡Perdí a mi bebé! - Hyuna ya estaba en pánico.

-Joder, mujer, me di cuenta que lo perdiste, no me interrumpas cuando hablo.

-¡Lo perdí frente a mis ojos!

Hoseok suspiró con cansancio, cada día se rodeaba más de idiotas. Frotando sus sienes, miró a la pelirroja que chillaba como desgraciada y al puddin que entraba desesperado. Jungkook seguía paranoico, sus ojos yendo de un lado a otro en todo momento, lanzando cuchillos pequeños a cada lugar donde escuchaba el más mínimo ruido -ya había perforado dos cuadros que se veían relativamente mas caros que su asquerosa vida-. Jimin estaba conteniendo su risa malévola, cubriendo su boca con sus manitas, y Seokjin se encontraba de pie, sin hacer mucho, sólo viendo el mundo arder.

-Acabamos de entrar y ya perdimos a un hombre - Jungkook hizo ojos de loco. -, sabía que era mala idea venir. No debimos pisar ésta tierra maldita. ¡Moriremos todos aquí!

-Bien, bien - Seokjin levantó sus manos delicadamente, llamando la atención de sus campesinos -de Jimin también aunque él no sea campesino-. Sonrió amablemente y volvió a hablar con su encantadora voz. -. Veo que no llevamos ni 10 minutos aquí y ya nos estamos yendo a la mierda. En realidad, esperaba que a los 5 minutos todos murieran, pero duraron más, lo que me hace creer más en ustedes, inútiles.

-¿Está... tratando de subirnos la moral? - Preguntó Yoongi a Hoseok.

-Al menos pararon de gritar. - Respondió Hoseok, alzando los hombros.

-Ya que nuestro plan inicial de no separarnos por ningún motivo y sacar a Taehyung con vida de éste lugar no tuvo existo, pasaremos al plan b - Chasqueó sus dedos y levantó dos dedos, dando inicio al segundo plan. -. Los doble H irán por Namjoon, tan sólo sigan el rastro de saliva, una vez lo tengan en la mira denle un fuerte golpe en el trasero y se calmara... o les devolverá el golpe el triple de fuerte, quien sabe, ese chico tiene como doble personalidad y la verdad es que no sé cómo es que va a reaccionar la mayor parte del tiempo. Jungkook, Jimin, Yoongi y yo iremos por Taehyung, Jimin nos conducirá al sótano, yo cuidaré que Yoongi no trate de robar más huevos y Jungkook... él... hará algo, pero viene con nosotros. ¿Todos entendieron el nuevo plan?

-Iré por mi bebé.

-No quiero que me pateen el trasero.

-Los huevos y Taehyung son míos.

-Nos cuidaré de los demonios, déjenmelo a mi.

-Vamos al sótano.

-Creo que todos entendieron.

Sin agregar algo más, la pandilla se separó, cada quien yendo a cumplir con su parte del plan. Doble H siguió el rastro de saliva de Namjoon, preparados para lo peor, y los otros siguieron a Jimin, rezando por sus vidas. La casa era enorme, era un mansión, por supuesto, pero era más grande que la de Seokjin, además de que era menos tétrica, siendo los adornos más bien elegantes y ostentosos, a excepción de las pinturas que colgaban de las paredes, que eran algo grotescas. Jungkook había tomado con fuerza la camiseta de Yoongi por detrás del chico, escondiéndose y temblando del miedo, mientras que Seokjin y Jimin continuaban platicando tranquilamente delante de ellos.

Más tarde, el cuarteto llegó a una enorme puerta de madera, era vieja y algo aterradora. La hayaron en la parte lejana de la mansión, bajando muchas escaleras y doblando muchos pasillos. La puerta no tenia perilla, pero si un candado, uno grande, de metal, el cual se veía pesado y antiguo. Jimin sacó un juego de llaves del bolsillo de su pantalón, tomando la llave más grande de todas y abriendo el candado con ella, logrando empujar la puerta una vez el candado estuvo fuera y abriéndola de esta forma.

El interior era oscuro, Yoongi siendo el único en el cuarteto que miró con asombro como Jimin encendía unas antorchas con fuego, parecía que los otros dos ya estaban acostumbrados a esto.

-Dentro del sótano no hay electricidad - Explicó risueño. -. ¿Entramos?

-Los bastardos primero. - Yoongi hizo una reverencia a Jimin, quien se sonrojó por el elogio... ¿eso era un elogio?

-Min, que galán. - Cubrió sus mejillas calientes.

Se adentraron al sótano, donde bajaron más escaleras, Jimin pasandole la otra antorcha encendida a Yoongi, para iluminarles a él y a Jungkook en la parte trasera del grupo. Bajaron una escalera en forma de caracol, Jimin riendo a lo grande cuando se deslizó por el barandal de la escalera. Una vez todos estuvieron abajo, se quedaron de pie al pie de las escaleras, Jungkook aún aferrándose a la espalda de Yoongi y Seokjin haciendo una mueca a su alrededor.

-¿Y tu prisionero? - Preguntó acercándose a Jimin.

-¿Prisionero? - Yoongi frunció el ceño al escuchar como llamaron a Taehyung.

-Mi invitado, Jinnie, recuérdalo - Jimin le dio una pequeña patada inofensiva a Seokjin. -. Taehyung tiene que estar por aquí, no hay otra salida que la que por donde entramos, además de que las otras puertas de aquí abajo están cerradas con candado, no pudo ir muy lejos.

-¿Qué tienes encerrado en las otras puertas? - Yoongi sintió curiosidad.

-¡Más invitados!

Yoongi dejó de tener curiosidad.

Entonces algo en las sombras donde las antorchas no alcanzaban a iluminar se escuchó. Pasos rápidos, una respiración agitada y una vocecilla extraña hizo eco en todo el lugar, los jóvenes dando vueltas en sus propios ejes tratando de encontrar al responsable de dicho sonido. Jimin y Seokjin se veían algo más serios de lo normal, Jungkook estaba por hacerse en sus pantalones y Yoongi se encontraba en las mismas, sólo que él se estaba haciendo el fuerte, en su mente manteniéndose el objetivo de encontrar a Taehyung sano y salvo y después meterlo a su propio sótano... bueno, él no tenía sótano, pero ya se las ingeniara.

Jungkook paró de temblar de pronto, su entrecejo frunciendose mientras se enderezaba de poco a poco detrás de Yoongi, olfateando el aire.

-Huele como a... - Fue interrumpido cuando cierta criatura se lanzó sobre Yoongi, tirando al chico al suelo y la antorcha rodando lejos de su mano.

Yoongi chilló asustado, sus pies y manos moviéndose para darle golpes a lo que sea que tenía encima, estaba casi llorando del miedo pues sus compañeros a su alrededor no hacían nada para ayudarle y el ser encima suyo era mucho más fuerte que él. Yoongi no era un chico que se caracterizara por ser fuerte y ágil -sólo es ágil para huir de la gente que intenta matarle todo el tiempo-, por lo que no fue sopresa que después de maullar aterrado por un rato, el ser sobre él logró inmovilizarlo, tomando sus muñecas con una de sus manos y poniendolas sobre su cabeza y tapando su boca con su otra mano libre, para que dejara de gritar.

Y fue ahí cuando Yoongi se dio cuenta de qué era el ser sobre él.

-¡Min Yoongi, viniste a rescatarme! - Dijo Taehyung para después lamerle la mejilla, emocionado.

Yoongi se preguntaba si es que había encontrado a su perro que se perdió como para que le dieran ese recibimiento. Pero no se quejó, en su lugar, continuó paralizado contra el suelo, cerrando sus ojos sólo cuando sentía una lengua pasarse por su rostro ruborizado.

-Huele como a Taehyung... - Terminó de decir Jungkook, soltando un suspiro y mirando como su amigo castaño le daba amor a Yoongi de forma perruna.

-Oh, así que TaeTae sigue con vida. - Observó Jimin con cierta sorpresa, sonriendo.

-Me sorprende ver que alguien sobreviva después de vivir aquí por dos días. - Comentó Seokjin, riendo por cómo Taehyung se comportaba con Yoongi, el cual continuaba sin hacer nada, sólo dejándose querer.

Entonces Yoongi por fin reaccionó cuando estuvo todo lleno de saliva, murmurando cosas contra la mano de Taehyung, quien al ver esto rápido soltó a Yoongi y se sentó derecho sobre él. Yoongi se sentó, con Taehyung en sus piernas, limpiando la saliva de su rostro. Cuando terminó de limpiarse como el minino que es -es necesario que hayan imaginado a Yoongi limpiarse con los puños de sus mangas del suéter así todo bebo, es muy necesario, ¿oc?- llevó su mirada a Taehyung, quien esperaba por una respuesta o acción suya como el buen chico que era, sonriendo y mirándole con emoción mientras se movía levemente de un lado a otro, incluso en la oscuridad de esa cueva, se podía ver eso.

Y también se podía ver la ropa de pordiosero que traía.

Taehyung estaba sucio, no traía zapatos, su chaqueta estaba rota de las mangas, la bandana en su frente apenas se sostenía, parecía tener sangre seca en una de sus mejillas y olía a que no se había bañado en un buen par de días.

<<Y aún así me gusta el desgraciado>>

<<Yo ya caí bajo por éste hombre, gente, no hay vuelta atrás>>

Tomando una profunda respiración, Yoongi tomó a Taehyung rudamente de los hombros, haciendo que el castaño dejara de moverse y se pusiera nervioso por el repentino toque. Yoongi le miró seriamente, arrugó sus nariz un momento y habló.

-¡¿Estás bien?! -Preguntó Yoongi, sin darse cuenta de que gritó.

-E-estoy bien. - Taehyung se vio intimidado por la actitud del bonito Yoongi.

-¡¿Estás completo?!

-Si.

-¡¿No te duele nada?!

-Nada.

-¡¿Estás seguro?!

-¡Estoy seguro!

-¡¿Me lo juras por nuestras relación de amiguis y amix juntos por siempre y para siempre y quien deje al otro tendrá que comer 1000 clavos?!

-¡Te lo juro por... espera, ¿mil clavos?

Sin poder controlar sus emociones, Yoongi abrazó con fuerza a Taehyung, enterrando su rostro contra el cuello del más alto y aspirando el aroma a perro muerto que desprendía. Sintió los brazos de Taehyung rodearle, y adoró la sensación de estar entre sus brazos, por fin con él, junto a él. Sin contenerse aún más, restregó un poco su rostro contra el pecho de Taehyung, una enorme sonrisa formándose en su rostro y ese sentimiento de felicidad llenándole.

-Me alegra... - Se separó de Taehyung, observando al chico con esa sonrisa tan característica suya, donde mostraba un poco de su encías. No se dio cuenta de la poca distancia que les separaba en su momento, por lo que continuó hablando, ésta vez con suavidad, completamente perdido en sus propios sentimientos. -, me alegra que te encuentres bien. Estaba muy preocupado, casi me robo un huevo de oro para calmar mis nervios. Pude ir a la cárcel por tu culpa. Puto.

-Lo lamento, amiguis. ¡Pero estoy bien! - Rió con diversión, su sonrisa casi desapareciendo cuando se percató de la poca distancia entre él y Yoongi, y también de la maravillosa sonrisa en el rostro del más bajito. Le gustaba cuando Yoongi sonreía de esa manera, se veía muy lindo, muy él, era encantador. -... estoy bien...

-No comas delante de los pobres, TaeTae, es de mala educación. - La adorable pero oscura voz del dueño del sótano hizo reaccionar al castaño, alejándose rápidamente de Yoongi mientras mordia su labios inferior con fuerza. Se puso de pie, para después ayudar a poner de pie al más bajito.

-Jiminnie - Taehyung trató de cambiar de tema, sus mejillas rojas de vergüenza. Miró a su amigo con reproche. -, dijiste que volverías en unos minutos y pasaron horas.

-Pasaron días, en realidad. - Se burló Seokjin, tomando la antorcha encendida que dejó caer Yoongi cuando fue tacleado.

-¡Eso, eso, pasaron días! - Acusó aun más molesto que antes.

-Perdón, TaeTae - Jimin hizo un puchero. -, no fue mi intención.

Taehyung hizo una mueca, estando listo para perdonar a su amigo por haberle encerrado en el sótano. Realmente no la había pasado tan mal, tan sólo no se había bañado en días y pasó hambre, pero de ahí en fuera, era lo normal al ir a casa de Jimin, así que no había por qué seguir molesto. Con una sonrisa, Taehyung abrió su boca, listo para hablar.

-No tan rápido, Park - Yoongi, quien parecía ser el único interesado hasta ahora en toda esa situación -puesto que Seokjin tan sólo reía en voz baja por lo que decían los otros y Jungkook aún miraba con ojos de loco a todos lados-, se puso frente a Taehyung, entre el castaño y Jimin, mirando al más bajo desafiante. -. No creas que te saldrás con la tuya tan fácil, lo que le hiciste pasar a Taehyung no es algo que se perdone como si hubiese sido algo accidental o insignificante, no porque sean mejores amigos quedas perdonado. Tienes que aprender a que no siempre va a resultar como tú quieras y--

-Te puedes llevar el huevo de oro con diamantes.

-¡Bueno, salgamos de aquí de una vez, muchachos! - Yoongi sonrió alegremente, dando unas palmaditas en el brazo a Jimin, tomando el mismo y atrayéndolo a él, haciendo lo mismo con Taehyung con su otro brazo. - Que bonita es la amistad, ¿no? Subamos con los otros a la sala para poder convivir como los buenos compañeritos de escuela que somos. Por cierto, Jimin, mi amix y yo te perdonamos la vida.

-Que considerado, Min.

-Ni lo menciones, Park.

-Me esperaba esto. - Murmuró Seokjin, volviendo a soltar otra risita baja por el como se comportaban sus amigos y por lo predecibles que eran para él.

Habiendo terminado su trabajo en el sótano, los ahora cinco jóvenes se dirigieron a las escaleras en forma de caracol que les había conducido hacia abajo, ahora queriendo subirlas. Seokjin subió primero, Jimin siguiéndole, Taehyung después, Yoongi detrás del apestoso, y Jungkook al final, quien se detuvo en el primer escalón cuando un gruñido se escuchó en la oscuridad, mirando hacia las sombras con el ceño fruncido y apretando la mandíbula. Yoongi paró de subir las escaleras al ver que Jungkook no le seguía, y lo mismo hicieron los otros, quienes se encontraban más adelantados en el camino, por lo que no veían o escuchaban del todo lo que sucedía más abajo.

-¿Qué sucede? - Preguntó Seokjin queriendose asomar más abajo, donde Jungkook estaba, pero no logrando ver nada. Jungkook no tenía una antorcha con él, las dos que había tomado el grupo las tenían Jimin y Seokjin, quienes iban al frente.

-No lo sé, Yoongi y Kookie se detuvieron - Respondió Jimin, haciendo una mueca. -. Creo que debieron escuchar algo, aquí siempre se escuchan cosas raras.

-¿Jungkook? - Yoongi llamó al chico en un susurro, sintiendo como estaba apunto de hacerse en sus pantalones cuando lo que sea que había en la oscuridad comenzó a hablar en un idioma desconocido.

Yoongi creyó entender algo de lo que la oscuridad decía, pero no estaba muy seguro.

-Eso es... - Jungkook sacó un cuchillo de su bota, una cruz de uno de sus bolsillos y se acercó unos cuantos pasos, sus ojos fijos en la criatura en las sombras.

-Ellos... - Taehyung cayó al suelo de rodillas en las escaleras, tomando con fuerza sus cabellos y formando una expresión de horror en su rostro.

-¿TaeTae? - Jimin se agachó a su altura, Yoongi subiendo los escalones que faltaban para llegar a Taehyung, colocándose delante de él y tomando al chico por uno de sus brazos, Jimin tomando el otro para así evitar que se jalara más el cabello.

-¿Qué está mal? - Yoongi estaba preocupado por su bebecito pordiosero brr.

Taehyung guardó silencio por un momento hasta que, volteando a ver a Yoongi a los ojos y mostrando el más puro terror en los suyos, lo soltó.

-¡Ellos la empujaron! - Chilló Taehyung.

Yoongi soltó con brusquedad el brazo de Taehyung e hizo una mueca de disgusto y fastidio. -Creí que para éste 2019 ya no me toparía con más cadenas pichurrientas, pero no, claro que no, internet siempre sabe como joderme al final - Yoongi le dio una patada a Taehyung. -. Ponte de pie y salgamos de aquí de una vez, ya me dio frío y te traje unas empanadas con un juguito de esos que te gustan con popote flexible.

Al escuchar la palabra empanadas, Taehyung entró en modo salvaje y subió las escaleras en acción turbo, pasando por sobre Jimin y Seokjin como si nada. Seokjin le siguió gritando que les esperaran, Taehyung podría perderse si intentaba volver a donde los otros él solo. Por otro lado, Yoongi volvió a bajar las escaleras para llevar con Jungkook, a quien encontró en la misma posición que antes.

-Hey, perdedor, nos estamos yendo a la mierda, ¿vienes o te quedas a que te coman los monstruos? - Yoongi ya estaba harto de este mundo, de su gente.

-Oh, Min, cuando me gustaría volver con ustedes - Una sonrisa como de personaje valiente que estaba apunto de sacrificarse por el grupo al enfrentar a un villano que es obvio era más poderoso que él pero aún así se quiere lucir, apareció en su rostro. -, pero no puedo dejar este lugar, no a menos que mate a esa cosa.

-¿De qué habla Kookie? - Preguntó Jimin detrás de Yoongi.

-Dice que quiere perder la virginidad aquí, ¿enfermo, no? - Contestó Yoongi con una mueca.

-¿Eh? Pero no es un mal lugar para perderla. - Jimin sonrió de forma adorable.

-Lo lamento, se lo pregunté al tipo equivocado.

Yoongi volvió con Jungkook.

-¿Entonces te quedas a que te coman? Ya me quiero ir, hace perro frío aquí abajo y Taehyung no está aquí para darme calor. De preferencia que me dé calor en calzones. No, no, mejor sin calzones.

Hay que explorar todas las opciones.

-Yoongi, ¿sabes? Realmente no eres tan odioso como creí, eres alguien carismático y ciertamente amable algunas veces. - Jungkook estaba temblando del miedo.

-¿Taehyung se ve mejor con calzones o boxers?

-Por favor, dile a Jimin que incluso así todo desquiciado lo quiero. Es uno de mis mejores amigos. - Parecía que iba a ponerse a llorar.

-Una tanga se le vería bien, creo.

-Vaya yo... no creo que haya vivido los años suficientes, soy tan joven... pero aún así, es mi deber combatir a este monstruo. Tengo que hacerlo. - Tragó saliva duramente, limpiando las lágrimas con su mano donde sostenía el crucifijo.

-El otro día me envió una foto de él comprando calzones, me gustaron esos que tenían estampado de besitos. Yo también le quiero llenar de besitos por ahí donde el sol no le da.

-Sabía que éste día llegaría pero no creí que fuese tan--

-¿Y si compro unos calzoncillos iguales y hago que Taehyung use unos y yo los otros y así los dos usaríamos la misma ropa interior y seríamos como esas parejas que usan ropa de parejas?

Jungkook estaba en su límite.

-¡Eres pésimo para escuchar, Min, ¿te lo han dicho?! - Ahora apuntó a Yoongi con su cuchillo, quien le miró ofendido ante lo que se le dijo.

-Bueno, parece ser que tú tampoco me estás escuchando a mi, maleducado. - Dijo con su mano en su pecho, completamente ofendido.

-Hijo de...

Algo rugió en las sombras, haciendo reaccionar a los tres chicos aún presentes en el lugar. Jungkook se puso en guardia, listo para la pelea, Jimin corrió escaleras arriba mientras reía cuando Yoongi comenzó a empujarle y a gritarle que se moviera o les harían papilla. Llegaron a la puerta del sótano, Jimin saliendo primero y Yoongi después, quien no cerró la puerta detrás de él, quedando de pie en el marco de ésta, observando la oscuridad del interior.

Se escuchaban gritos humanos, gritos no humanos, cosas rompiéndose y un lamento como el de la llorona. Sólo en cines.

-¿Jungkook estará bien? - Se preguntó Yoongi a sí mismo, formando un puchero.

-¡NO ESTOY BIEN! - Se escuchó un grito proveniente de la oscuridad junto a un rugido y algo siendo arrancado.

Yoongi frunció sus labios, pensativo.

-Creo que está bien. - Asintió convencido.

-¿Qué está diciendo Jungkook? - Los otros hicieron ademán de acercarse a la puerta donde Yoongi estaba, pero éste les hizo una seña para que no lo hicieran, diciéndoles que a mantuvieran alejados.

Yoongi entrecerró la puerta, dejando su cabeza dentro del sótano y su cuerpo fuera.

-Hey, Kook, ¿qué me cuentas, cómo la estás pasando? - Susurró.

-¡ME ARREPIENTO, ME ARREPIENTO, DILES A LOS OTROS QUE VENGAN POR MI, NO PUEDO HACER ESTO!

Yoongi sacó su cabeza del sótano y miró a los chicos.

-Dice que todo cool. - Les sonrió.

Volvió a asomar su cabeza al sótano.

-¡YOONGI HIJO DE PERRA, CUANDO TE PONGA LAS MANOS DE ENCIMA TE VOY A ANIQUILAR!

Yoongi sacó su cabeza del sótano.

-Dice que está agradecido con la vida por haberle dado una oportunidad como ésta para probarse a sí mismo, que nos ama y que nos desea lo mejor. - Sonrió.

Entonces Yoongi cerró la puerta.

-Vaya, Jungkook es más maduro de lo que creí. - Seokjin apagó la antorcha, dejándola en su lugar.

-Kookie ha crecido, si, se ha vuelto un hombre. - Jimin se veía orgulloso.

-Quiero mis empanadas. - Taehyung se veía con hambre.

[ ... ]

Taehyung se encontraba tranquilamente comiendo empanadas mientras su cabeza yacía sobre las piernas de Yoongi, acostado en el enorme sofá, Yoongi sirviéndole de almohada. Luego de haber rescatado a Taehyung del sótano -dejando otro sacrificio a cambio-, Jimin y Seokjin sugirieron que lo mejor es que Taehyung se diese un baño, y aunque Yoongi al principio no quería apartarse del lado de Taehyung por ningún motivo y menos dejándole a solas con Jimin de nuevo -pues Jimin iba a guiarle al baño y a su habitación para que pudiese cambiarse de ropa y todo-, Seokjin le tranquilizó diciendo que él se quedaría a asistir a Taehyung en todo momento y no dejaría que Jimin hiciera más de las suyas por hoy.

Así Yoongi pudo ir a buscar con calma a los doble H y a su hermano el bobo, encontrando a los tres en la sala de estar de la mansión, todos alrededor de la enorme mesa del centro, comiendo postres y bebiendo leche tibia. Hyuna dijo que los postres los había echo una sirvienta de la casa, que eran inofensivos y que podían comerlos con total confianza. Aún con eso, Yoongi le dio un buen regaño a Namjoon, y el grandote casi llora por los gritos que le dieron.

Namjoon estaba sin pantalones, por cierto.

Yoongi esperó mientras comía galletitas por Taehyung, quien apareció luego de unos minutos, ahora limpio y usando un pijama del papá de Jimin -porque los de Jimin no le quedaban-. En el momento en el que Taehyung miró a Yoongi en la habitación, atrapó al chico en sus brazos, lo lanzó al sofá más cercano y le usó de almohada desde entonces, Hoseok teniendo que ir por las empanadas dentro de la mochila de Yoongi porque el más bajito no podía moverse bajo Taehyung, y porque cada que intentaba moverse del lugar, Taehyung gruñía.

-¿Estás feliz, Taehyung? - Preguntó dulcemente, dándose su tiempo para acariciar el suave cabello castaño del chico. Tenía que aprovechar ahora que lo tenía así de cercas.

Taehyung asintió con las mejillas llenas de comida, tratando de sonreír incluso así. Los presentes rieron por la escena, divertidos por cuán lindo podía llegar a ser Taehyung, Yoongi sacó su teléfono, tomándole fotos al castaño de forma disimulada según él.

-Hey. - La secta volteó a donde se escuchó la voz de un intruso, dándose cuenta después que no lo era cuando le reconocieron.

Jungkook apareció en el lugar, con rasguños, sangre y lo que parecia ser sangre de otra cosa, un mordisco por ahí, un mordisco por allá, una mirada vacía y su cabello todo revuelto.

Ah, y también estaba desnudo.

-¿Ya terminaste de pelear con el monstruo? - Le preguntó Yoongi, sin dejar de acariciar el cabello de Taehyung.

-Si, y sin tu ayuda. Muchas gracias, por cierto. - Dijo amargamente, mirando con odio al más bajito.

-¿Y le ganaste?

Jungkook se cruzó de brazos y desvío la mirada.

-Digamos que fue un empate. - Murmuró con las mejillas rojas de vergüenza.

Yoongi hizo una reverencia.

-F.



☁☁☁

He tenido que dividir este capítulo, desde la parte en la que Taehyung y Yoongi se encuentran lo escribí en otra parte porque wattpad se pone re lento cuando me paso de 4,000 palabras, por eso es que éso es usualmente mi límite para cada capítulo. No he juntado aún los capítulos, pero calculo que tiene unas 6,000-7,000 palabras. Y sólo escribí puras pendejadas, neta que me mamo.

Recuerdo cuando hace unos capítulos atrás había dicho que faltaban como 7 capítulos para que el taegi por fin se besaran o algo, pero ya llevo estos dos capítulos donde no avanzan nada y me pregunto qué coño me detiene. De todas formas, esto lo iba a subir el sábado en la madrugada, pero me he atrasado por estar pelando camarones y que la verga. Odio semana santa... pero me gusta el pedo de las vacaciones.

Desarrollé una obsesión por Yarichin Bitch Club. Que ganas de escribir algo inspirado en eso, deveras.

Les dejaré un beso 💋 porque terminé esto en la mañana pero aún así seguro lo subo más tarde, jeje.

Bais, escoria.

Ya uní los capítulos, son 8,084 palabras. Mierda.

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