Habían pasado un par de días desde que todo había terminado.

Al parecer, Komekko había estado jugando con el sello del dios maligno, y según Megumin, tal vez ella fue quien lo liberó. Aunque esa información solo quedó entre ellos y no se la dijeron a nadie en el pueblo.

Por otro lado, Megumin había logrado matar a algunos de los monstruos que escaparon cuando Host apareció, y después de eso aprendió la magia explosiva. Estaba alardeando todo el tiempo, pero Obito solo respondió con una sonrisa.

Él había mantenido en secreto la aparición de Host y había ocultado la razón de sus heridas diciendo que fue porque se enfrentó a muchos de esos monstruos.

Ahora, Obito estaba sentado en el techo de la casa de Yunyun.

Se había tomado un descanso del trabajo y del entrenamiento, y había pasado la mayor parte del tiempo sin hacer nada, realmente.

Miró el pueblo y pudo ver a todos actuando con normalidad. El chico rubio se había ido hace un par de días y no pudo despedirse de Fio, ya que estaba descansando en la casa de Yunyun.

El viento sopló, y Obito miró la banda de Konoha que tenía en su mano.

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― Creo que Obito está un poco deprimido.

Yunyun dijo mientras estaba al lado de Megumin, quien estaba comiendo el almuerzo que le había ganado a Yunyun en otra de sus competencias.

Aun con migajas en la boca, Megumin miró a Yunyun y notó la preocupación en sus ojos. Tragó la comida, aunque casi se ahoga al hacerlo, y Yunyun tuvo que golpearla en la espalda para ayudarla.

― Como se esperaba de Yunyun, como no puedes vencerme, tratas de eliminarme. ― Megumin dijo mientras tomaba un té que Yunyun le había dado.

― ¡Eso no es cierto! ¡Es tu culpa por comer tan rápido! ― Yunyun gritó avergonzada.

― Como se esperaba de Yunyun, es muy ruidosa.

Megumin dijo una vez más. Yunyun pareció estar a punto de decir algo más, pero se detuvo y soltó un suspiro.

Kuro estaba en los brazos de Yunyun, y jugaba con los dedos de la chica, mordiéndolos ligeramente.

― De todas maneras... ― Yunyun dijo mientras su expresión se volvía triste. ― Obito parece un poco decaído desde lo que pasó con el dios maligno.

― Seguramente es porque acabó tan mal después de haber presumido tanto. Al final, los que hablan mucho no muerden.

Megumin dijo, y sus palabras fueron casi exactamente las mismas que había dicho cuando fue a visitar a Obito mientras él descansaba en la casa de Yunyun. En realidad, ella también notó que él estaba un poco extraño, y lo comprobó cuando él no se quejó de sus palabras, solo la miró fijamente por unos momentos incómodos antes de sonreír y responder con un "supongo que tienes razón".

Después de eso, el chico se volvió a dormir y no había vuelto a visitarlo.

Por otro lado, hoy era su graduación.

Dado que había aprendido la magia de explosión, ella oficialmente se había graduado de la escuela. En cambio, Yunyun aún no lo había logrado y probablemente le tomaría tiempo obtener las posiciones necesarias para aprender magia avanzada.

― No sé qué hacer para animarlo... Soy una pésima amiga...

Megumin se movió incómodamente. En realidad, ella tampoco sabía qué le pasaba al chico, y no tenía suficiente experiencia con amigos como para saber cómo animarlo.

― Ya sé. ― Yunyun se levantó de golpe y Megumin la miró. ― Voy a revisar los libros de la biblioteca, debe de haber algo que yo pueda hacer para animar a Obito.

― ¿Eh?

Megumin no estaba segura de que los manuales prácticos que estaban en la biblioteca de la academia fueran muy confiables, pero antes de que pudiera decirlo, Yunyun se fue corriendo.

Megumin sonrió ligeramente.

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Obito caminaba por la aldea sin tener ningún pensamiento en particular. Acababa de dejar la cafetería después de arreglar algunos asuntos relacionados con el lugar. Ahora no tendría que preocuparse por Komekko durante unos tres meses. Mientras caminaba, vio una piedra en el suelo y la pateó, siguiendo su trayectoria hasta que se detuvo.

― ¿Hm? ― Obito levantó la mirada y se encontró con una mujer. Tenía el pelo rubio, recogido en una larga cola de caballo con un flequillo y mechones a los lados de su rostro, y llevaba horquillas rojas en ambos mechones. Era muy hermosa.

― Ah, disculpa, ¿sabes dónde está la herrería...? ― la mujer le preguntó. Obito la miró por un momento.

― Oh, claro, está en esa dirección. ― Obito señaló con el dedo.

― Ya veo, muchas gracias. ― La mujer se dirigió hacia esa dirección.

Obito la miró por un momento, luego se encogió de hombros y siguió caminando.

― No sabía que habías pasado de ninja a pervertido.

Obito reconoció la voz de inmediato y se giró para ver a Megumin mirándolo con una expresión neutra.

― Oh, eres tú... ― Obito dijo y luego sonrió. ― ¿Qué haces aquí? ¿No tienes clases con Yunyun?

― Ya no tengo que ir a la academia, me gradué porque ya aprendí magia.

― Ah, ya veo, creo que mencionaste algo así antes. ― Obito dijo mientras miraba hacia otro lado. ― ¿Graduación? Jejejej...

― ¿Qué fue eso? Fue espeluznante. ― Megumin dijo ante la repentina risa de Obito.

― Oh, lo siento, es solo que recordé algo que me pasó cuando me convertí en chuunin.

― ¿Chuunin?

― Es algo así como un rango más alto, parecido a tu graduación. ― Obito dijo vagamente.

― ...

― ...

― Y entonces, ¿qué pasó? ¿No es este el momento en el que me cuentas tu pasado? ― Megumin dijo, incapaz de soportar el silencio que se había creado.

― Prefiero no recordar eso. ― Obito dijo mientras comenzaba a caminar.

― Oye. ― Megumin lo llamó. Obito entrecerró los ojos y consideró ignorarla por un momento, pero finalmente suspiró y se dio la vuelta. ― ... Gracias...

― ¿Eh?

― G-Gracias por ayudarme a mí y a Komekko aquella vez...

― ...

Megumin se fue corriendo después de eso, y Obito la miró por un momento.

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Yunyun entró a la biblioteca con una determinación indestructible. La biblioteca tenía muchos libros interesantes, y entre ellos Yunyun había leído bastantes. Después de todo, ella era la segunda mejor de la aldea del Clan Mágico Carmesí cuando se trataba de magia.

"Cómo hacer amistad con monstruos"

"Incluso puedes hablar con duendes"

"Incluso los peces pueden ser tus amigos"

"Incluso un cactus tiene corazón"

Yunyun acarició los libros con una sonrisa nostálgica. También había leído muchos libros sobre qué hacer cuando tienes amigos y otros temas relacionados. Sacudió la cabeza y comenzó a buscar un libro práctico sobre cómo animar a un amigo que está decaído.

No tardó en encontrarlo. La biblioteca de la academia era definitivamente extensa. El libro tenía un título muy llamativo.

"100 maneras de alegrar a un amigo"

Yunyun sonrió al encontrarlo y lo tomó rápidamente. Comenzó a leer y, con cada página, su rostro se volvía más rojo.

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Obito se sentó en el sofá de la sala. Dejó escapar un suspiro y se acostó en el sofá, colocando sus manos detrás de su cabeza. Cerró sus ojos.

― O-Obito. ― la inconfundible voz de Yunyun los despertó. Obito abrió sus ojos solo un poco. ― ¿E-estás dormido?

Obito miró hacia la pared un momento antes de abrir sus ojos por completo y levantarse del sofá. Comenzó a girarse para ver a Yunyun.

― Sí, lo siento, me qued. . . ― Obito la miró un momento, luego se frotó los ojos.

Yunyun estaba parada al otro lado del sofá.

Ahora bien, el problema no era Yunyun, era la ropa que estaba usando. Obito pensó que era un poco extraña. Estaba usando un vestido de color negro con detalles de color blanco y un delantal blanco encima de todo eso. Además, llevaba unas medias y zapatos negros, y su falda era un poco corta.

Obito la miró con extrañeza.

― Yunyun . . . ― él comenzó, pero rápidamente notó que no sabía qué decir. Viendo la cara de Yunyun y que ella evitaba mirarlo, podía decir que ella estaba incluso más avergonzada que él. ― ¿Por qué estás usando esa ropa?

― H-hu b-bueno . . . ― las orejas de Yunyun estaban completamente rojas. ― Leí en un libro que usar esta ropa puede animar a un amigo.

― ¿Libro? ― Obito murmuró y luego negó con la cabeza. ― ¿Estás tratando de animarme?

― S-sí . . . pero creo que no funcionó.

― No, realmente me hace feliz que te tomes tantas molestias por mí . . . pero estoy bien.

Obito dijo mientras sonreía. Yunyun lo miró un momento, luego sonrió.

― Ya veo.

El Uchiha la miró un momento, y luego, como si acabara de recordar algo.

― Ah, ahora que lo pienso, ¿usaste pociones para curarme, verdad?

― S-sí.

Obito asintió. Cuando despertó, la mayoría de sus heridas ya se habían curado, solo estaba muy cansado, física y mentalmente.

― ¿Y cuál fue el precio?

― O-oh, bueno... ― Yunyun se rascó la mejilla. ― En realidad, las preparamos junto con Megumin. Ella me ayudó y con la ayuda de mi papá compré los ingredientes.

Obito la miró con los ojos abiertos. Luego sonrió ligeramente.

― Ya veo, muchas gracias por eso. Eres una muy buena amiga. ― Obito dijo mientras se ponía de pie y comenzaba a caminar hacia su habitación. ― Por cierto, podrías darle las gracias a Megumin cuando la encuentres.

― Eh... c-claro. ― Yunyun dijo, y Obito sonrió.

― Muchas gracias. ― Obito abrió la puerta de su habitación y entró.

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Obito se paró cerca de la estatua del grifo, la miro durante unos momentos.

Estaba usando una chaqueta de color azul, pero esta tenía una capucha, debajo de eso estaba usando una playera de color negro, junto con unos pantalones del mismo color, y sus sandalias.

En su espalda tenía una mochila.

Miro hacia el pueblo, aún era muy temprano y probablemente todos estaban dormidos, Obito sonrió ligeramente, y se dio la vuelta, comenzó avanzando hasta que se perdió entre los árboles.

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Lo admito, que Obito se vaya de la aldea de esta manera es solo una excusa para saltarme todo el arco de la ciudad de las aguas termales: V,  y un poco parodia a sasuke por que me he releído la primera parte de naruto y me puse nostálgico, y  que de los tres volúmenes megumin el segundo es el que menos me gusta XD.

Dejando de lado todo, con esto acabamos el primer arco de la historia, sí sé que es inmaduro por parte de Obito irse de esa manera, pero es un niño de 13 años, en plena adolescencia, no es como que pueda tomar las mejores decisiones, hasta Naruto con su prefiero ser un tonto, que abandonar el wey que casi me mata, y por quien mis demás amigos casi mueren: V.

 bueno eso fue todo por ahora.

GRACIAS POR LEER