9. En mi cama serás... solo mío
Estaba completamente seguro de que Gun no recordaba absolutamente nada de la noche pasada en donde había profanado su boca para obtener placer. El hermoso joven había estado inconsciente durante todo el acto e incluso cuando lo arropó para que durmiera mejor no se inmutó para nada.
Orgullo y satisfacción agrandaron su ego al saberse responsable de tan maravillosa fatiga. Gun nunca había saboreado las mieles del placer, y sobre cogido por la ola de satisfacción que hizo vibrar su cuerpo colapso prácticamente en sus brazos.
Sabía que debía concentrarse en terminar los pendientes de la oficina para poder irse a casa. Pero cierto jovencito de excepcional belleza ocupaba su mente. Ver a Gun desvanecido, completamente privado de su consciencia, vulnerable, frágil e indefenso lo prendía. Aún podía recordar su miembro en la adorable y sensual boca del menor penetrando con vigor hasta el fondo de su garganta.
Pero ese era un nivel bastante "bajo" para lo que estaba acostumbrado a hacer. Eso apenas era una minúscula parte de lo que deseaba con todas sus fuerzas cumplir. Sus fantasías no eran "cosas de niños de secundaria", él ya jugaba en las grandes ligas, y tendría que enseñar a Gun soportar todo lo que pasaba por su... ¿Enfermiza mente?
—Señor, el ramo de girasoles llegará en una hora —su secretaria interrumpió sus pensamientos a través del teléfono.
—Perfecto —dijo— ¿Tienes todo listo para mi ausencia?
—Sí, señor.
Jamás se había sentido tan tenso al tener que tomar una decisión, aunque realmente era la primera vez que en sus manos estaba la resolución de algo. Su cuerpo temblaba, sus manos empezaban a sudar y no dejaba de ver la hora en el raro y exótico reloj que se encontraba en aquella sala, si no se daba prisa el señor Jumpol se podía enojar, y mucho.
—¿Y si prepara su platillo favorito? —Gun le preguntó a Jennie una hora después de que sus clases terminaran.
—Prepararé lo que usted me indique señor Jumpol.
—¿Si sabe lo que le gusta al señor... a Off? —corrigió de inmediato.
—Por supuesto que sí, la comida occidental es su favorita especialmente los platillos que llevan carne roja.
—Yo realmente no se mucho de cocina Jennie —se sinceró el joven—¿Puede ayudarme con eso? no quiero que... el señor Jumpol... digo Off se enoje porque la cena no está lista a su llegada.
—Si me permite entonces preparé un filete mignon en salsa de champiñones acompañado de puré de papa y spaguetti verde.
—Nunca he comido algo así pero si a Off le gusta por mí está bien.
—Iré a prepararlo entonces señor Jumpol ¿Desea algo más?
¿Desear? ¡Oh sí! Deseaba volver a nacer, en un lugar y en un tiempo diferente, donde todas las personas fueran buenas las unas con las otras, donde nadie lastimara a alguien solo por placer y diversión, donde todos fueran felices, donde existiera el amor. Pero eso solo era un sueño, un absurdo, irracional e insensato sueño. La realidad que estaba viviendo era muy diferente así que lo único que podía desear era... que con todo lo que había pasado en el día el señor Jumpol no se enojara con él.
—¿Qué puedo hacer en lo que Off regresa? —preguntó el joven desconcertando a la empleada doméstica.
—Señor... yo no sé... ¿Qué quiere hacer?
—Puedo... puedo... —miró alrededor— puedo quedarme aquí a esperarlo —dijo señalando al sillón.
—¿No le gustaría nadar?
—No sé nadar.
—Puede meter solo los pies en la piscina, será refrescante.
—De acuerdo pero Off no se enojará si uso su alberca ¿Verdad?
—No lo creo señor, usted es su prometido.
—Si —susurró el menor.
—Si necesita algo más no dude en llamarme Señor Jumpol
—Sí... gracias.
Aquel lugar de la casa era hermoso. Todo estaba bajo techo y se preguntó si así serían las cosas en el exterior. Caminó lentamente hasta el borde de la alberca, el agua era absolutamente cristalina. Se agachó y con sus manos tocó agua, "lo suficientemente agradable para refrescarse" pensó, aunque no sabía nadar y ni loco se iba a tirar ahí. Se sentó y con cuidado remangó su pantalón hasta las rodillas para después meter los pies.
Suspiró.
Algo como descansar teniendo los pies dentro de una piscina era algo que jamás imaginó ser capaz de hacer. Su vida se había limitado a vivir en pequeñas e incómodas habitaciones, calabozos o sótanos en completa soledad y aislamiento. Solo las fiestas donde los hombres ricos y poderosos presumían a sus esclavos eran los lugares en los que Gun "convivía" con más personas.
Una hora pasó con los pies metidos en el agua pero a pesar de tener la piel de sus pies completamente arrugada no quería sacarlos. Se sentía... bien. Estaba tranquilo, muy tranquilo, como nunca antes había estado en un lugar. De pronto, un extraño sonido en la palma que estaba a un costado de Gun lo hizo levantar la cabeza.
Un extraño y exótico animal increíblemente largo y de color verde bajaba con lentitud por el tronco de la palma. Gun jamás había visto un animal así y se preguntaba qué era eso pues no se veía para nada amigable. Se puso de pie y a la misma velocidad que la iguana el joven empezó a retroceder. ¿Por qué el señor Jumpol tenía algo así en su casa? ¿O acaso se había metido del exterior?
—No temas Gun, no te harán nada si no las provocas —la voz de su dueño lo hizo detenerse.
—Señor.
—¿Nunca habías visto una iguana?
—No señor.
—Son agresivas si están enfadadas o asustadas —explicó el mayor—pero mientras las dejes hacer su vida, ellas igualmente te ignoraran.
Gun se quedó callado. Tenía muchas preguntas en mente pero no estaba seguro de poder hacerlas, temía un castigo por parte de la persona que lo había comprado. Miraba con curiosidad al animal y después al señor Jumpol.
—¿Quieres tocarlo?
—Sí, señor —respondió con duda. Off sonrió.
—Gun, nosotros podemos tener una conversación normal siempre que lo desees, puedes preguntarme cualquier cosa, puedes comentarme lo que quieras, puedes platicarme lo que has hecho, no solo se trata de que yo pregunte y tú respondas ¿Me entiendes?
—Sí, señor
—De acuerdo, ahora dime ¿Qué querías preguntarme?
Por la mente de Gun pasaron mil preguntas, tenía muchas en su cabeza desde el primer momento en que se conocieron, pero claramente no podía soltar todo a la vez.
—¿Si lo toco va a morderme? —cuestionó con inocencia.
—¿Croco? No, siempre y cuando no lo provoques.
—¿Croco? —dijo en voz baja, pero Off lo alcanzó a escuchar.
—Esta es una iguana macho, se llama Croco y aquella de allá —dijo Off señalando a otra iguana en una de las rocas que Gun no había visto— se llama Cleo, es su pareja —Gun se acercó a tocar el animal que estaba en los pies de Off— ¿Ves que es inofensiva si lo respetas?
—Sí señor.
—Puedes usar la piscina siempre que quieras Gun, Jennie me dijo que estabas aquí y pensé que estabas dándote un chapuzón.
—No sé nadar señor.
—Yo puedo enseñarte.
—Gracias señor.
Gun seguía tocando a la iguana con la yema de sus dedos. Era un animal muy extraño y hasta cierto punto... feo, pero él jamás había tenido una mascota o había estado cerca de algún animal como ese así que "Croco" era toda una novedad para él.
—¿Cuál es tu animal favorito Gun?
—Nunca he tenido mascotas señor —respondió Gun y sorprendiendo a Off se animó a agregar— pero una vez un... un... un gato estuvo conmigo tres días encerrado en el sótano de uno de mis dueños, pero se fue por la ventana y jamás lo volví a ver.
—¿Un gato?
—Sí, un animal pequeño de cuatro patas, peludito, con garritas, orejitas triangulares y que parece que tiene un motor interno que ruge cuando lo acaricias, si se llama gato ¿Cierto? señor —Off sonrió ante la inocencia de Gun.
—Sí, eso que describes es un gato.
—Era muy bonito y suave señor —comentó Gun.
—Me alegra que podamos tener una conversación fluida, quiero que así sea a partir de ahora ¿Entendido?
—Sí, señor
—Acompáñame.
Gun lo siguió rodeando a "Croco" para no pisarlo. La tranquilidad que había sentido al hablar sin problema con el señor Jumpol se desvaneció tan pronto entraron en la sala. Por un momento había olvidado que él había tomado la decisión de la cena y no sabía si su amo iba a estar contento con ello.
—Ten —Off le pasó un ramo de girasoles a Gun. Tres para ser exactos.
—¿Qué hago con esto señor?
—¿Nunca te habían regalado flores?
—No señor.
—Son para ti, es un regalo
En ese instante Gun se hincó delante de Off sorprendiendo al mayor en el acto que para nada se esperaba esa reacción. Pero así habían educado al menor.
—Se lo agradezco señor —dijo el menor desde el suelo.
—Gun no quiero que vuelvas a hacer eso —lo levantó del suelo y lo miró con seriedad— si quieres agradecerme cuando te de un obsequio un beso en los labios es suficiente, no tienes que hincarte ¿De acuerdo?
—Sí señor.
—Bien, espero mi beso entonces.
El joven se acercó a Off y de puntitas dio un "pico" en los labios a su amo, cuando sonrió de lado mirando como Gun hacía todo lo que se le decía.
—Eso sin duda fue mejor a que te hincaras.
—Gracias señor —Gun sintió algo en su pecho por semejante regalo, esas flores eran iguales al tatuaje que llevaba en su cuerpo.
—Señor Jumpol, la cena estará lista en una hora —anunció Jennie desde el umbral de la puerta de la sala.
—Gracias Jennie —dijo Off mientras se aflojaba su corbata— ¿Qué hiciste para cenar?
—El señor Jumpol me ha dicho que preparé su platillo favorito, por lo que decidí preparar filete mignon en salsa de champiñones con spaguetti verde y puré de papa.
—¿Quién? —preguntó Off confundido.
—El señor Jumpol —respondió la mujer señalando a Gun.
—Por favor llámelo solo Gun o joven Gun —pidió Off con tranquilidad.
—Como ordene —dijo la mujer y se fue dejándolos solos.
—Si me permite puedo explicarlo señor —susurró Gun bajando la mirada.
—Cuando los dos estemos en casa tú serás Gun —se acercó al joven para tomarlo de la cintura y besar la comisura de sus labios— cuando yo no esté presente serás el señor Jumpol —mordió levemente su mejilla— y en mi cama serás... solo mío —terminó besando los labios del menor en un beso lleno de ansiedad y pasión.
Off sabía que estaba mal, darle el control a un sumiso estaba jodidamente mal. Sin embargo, lo había extrañado tanto que incluso había salido mucho antes de la oficina, solo quería ver y estar con Gun y eso no era para nada bueno.
𝕰𝖛𝖎𝖎𝕭𝖑𝖚𝖊 ʚĭɞ
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