El misterioso "Alguien".




ASTRID

«Una mujer puede cambiar la trayectoria vital de un hombre» Leo.

¿Qué clase de nueva broma es esta?

Releo el mensaje que el Numero Desconocido me ha enviado. Parece una frase sacada de algún libro o alguna página barata de internet con el fin de hacerse el o la intelectual.

La pregunta que mejor calza aquí es "por qué yo". Nadie querría enviarle mensajes a una Cuatro Ojos que apenas habla en público. Mucho menos las clases de frases que se usan para elogiar el género femenino.

«Creo que has anotado mal el número y le escribiste a la persona equivocada» Le doy enviar al mensaje sin más preámbulos. En unos segundos el Número Desconocido lo lee, comenzando a escribir.

«No lo creo... Tú eres Astrid Fissher, ¿no?»

La situación es completamente diferente ahora. Sabe mi nombre, ¡hasta mi apellido! Debe ser alguien conocido o algún conocido de un conocido.

Lo pienso dos veces antes de comenzar a escribir. ¿Debería continuar la conversación o detenerla aquí? No quiero caer en alguna otra broma de mal gusto y ser el hazme reír de nuevo. Suficiente tengo con McFly. Por lo que no hago más que preguntar lo más lógico que se me viene a la mente.

«¿Quién eres?»

Mi pregunta no tarda en ser leída. Parece que la persona desde el otro lado del celular está interesada en la conversación —«Alguien»— Responde al instante. Alguien. ¿Por qué no me esperaba una respuesta diferente? Bueno, esperaba al menos algo más concreto que un simple "Alguien". Con su respuesta me es obvio que no quiere que me entere de su real identidad.

«¿Nos conocemos? ¿Hemos hablado antes?» —Mis preguntas hechas comienzan a inquietarme. Trago saliva para humedecer mi garganta, la cual parece haberse secado por completo cuando leí que sabe mi nombre. Parece pensar la respuesta, pues tarda más en escribir.

«Muchas veces. Vamos al mismo colegio: Jackson.»

Sí, debe ser una estúpida broma de alguien.

Miro las opciones "añadir" y "bloquear". Lo más sensato y cuerdo que puedo hacer en estos momentos es bloquear el Numero Desconocido si no quiero meterme en problemas. No obstante, antes de hacerlo, un nuevo mensaje me interrumpe.

«Dame la oportunidad de conocerte mejor, sólo a través de mensajes. Prometo no molestar, ni darle tu número a alguien más... ¿Qué dices?»

«¿Cómo puedo saber eso? Además, ¿quién te dio mi número?»

«Es fácil conseguirlo cuando tienes tus contactos» —Lanzo un bufido al aire. Cielos, las curiosidad comienza a apoderarse de mí. ¿Quién es esta persona?— «¿Y? Si hubieses querido bloquearme ya lo habrías hecho :)»

Has dado en el maldito clavo.

Sin mucho ánimo de hacerlo, y siendo consciente de que mi acción puede traerme más problemas, con mi dedo índice apretó la opción de "añadir contacto" y escribo con precaución en apodo que la misma persona me ha dicho cuando le he preguntado quién es: Alguien.

Martes.

La mañana se ha presentado nublada y con más frío del que esperé. Unos vagos rayos de sol atraviesan las revoltosas nubles prósperas al otoño, pero luego desaparecen dejándome sin las esperanzas de pasar un día sin temblar de frío. Antes de salir de casa, me despido de mis padres y de Boo.

Lo que parece ser un día relativamente "normal", desaparece cuando veo al conductor del bus escolar y sus dientes chuecos en todas direcciones, sonriendo con mofa al verme.

—¡Aún sigues con vida! —exclama con sarcasmo, riendo socarronamente— Me sorprende que McFly tenga compasión de ti.

—Sí, a mí también —murmuro caminando entre los asientos hasta el mío.

Al sentarme compruebo que un nuevo mensaje me ha llegado al móvil. Es un mensaje de Alguien. Antes de responder, miro hacia los lados teniendo la mínima esperanza de encontrarme al desconocido en el bus. La mayoría de los presentes están con sus celulares en mano, ya sea jugando, chateando, viendo vídeos o leyendo.

Al diablo con mi esperanza de descubrir a Alguien.

Anoche, después de agregarlo, intenté persuadirlo para que me diese alguna información referente a él. Lo único que obtuve fue su género. Nada más. Parece espeluznante de sólo pensar que estoy hablando con un sujeto del cuál no tengo idea de su identidad. Así que he planeado investigar un poco y ser más cautelosa en Jackson.

«Buenos Días»

«¿Qué tienen de buenos?» —escribo frunciendo el ceño. Los chicos de bus han comenzado a lanzarse bolas de papel y una me ha caído justo en la frente, provocando las carcajadas de la mayoría— «hace frío y debo aguantar sin quejarme como las bolas de papel que se están lanzando en el bus chocan en mi cabeza...» —le doy a enviar. Releo el mensaje que he enviado; lo he hecho con la intención de que me diga si está en el bus o no.

Me quedo esperando su respuesta, a cual tarda en llegar más de lo que espero. Lanzo un suspiro y apoyo mi cabeza en la ventana viendo cómo los autos pasan junto al bus.

Resignada, guardo mi celular en la mochila; hemos llegado a Jackson y me ha quedado esa pequeña duda que creí poder resolver. Bajo del bus sin mucho revuelo sintiendo un empujón duro al costado de mi espalda por parte del robusto chico que se sienta en el asiento contrario al mío.

—¡ASTRID! —James aparece entre los demás haciendo señas para que lo note. Una sonrisa traviesa se escapa de mí sin darme cuenta. Pero desaparece al ver que detrás de él, le sigue Megan.

Ni siquiera pude darle una respuesta concreta a Megan el día del baile. Creo que aquel asunto está pendiente, sin embargo, no quiero hablar de eso con ella. Si de verdad me gusta James, no lo sé. Si le digo que no, puede que más adelante me arrepienta de haberlo dicho. Si le digo que sí, estaríamos las dos en problemas.

¿Qué pasaría si a las dos nos gusta el mismo chico?

—Hola —mascullo con un movimiento en la mano. Megan me agarra del brazo y se aferra a él, mirándome con picardía—, ¿qué hay?

—¿Qué hay contigo, As? —pregunta en todo cantarín— ¿Ya te habló tu admirador?

—¿Admirador? —preguntamos James y yo a la vez. Le lanzo una mirada rápida sintiendo mis mejillas arder.

—¿Qué admirador?

—Bueno, creo que no te lo ha dicho... —Megan niega con la cabeza frunciendo sus labios—. Ayer un chico se contactó conmigo por el blog y me preguntó por las fotografías del baile y las otras que hay en la página. Estaba muy interesado en saber quién las tomó; dijo que es de Jackson y si podía darle el número telefónico de la persona. Así que se lo di.

Ah, uno de los misterios se ha resulto. Megan fue quien le dio mi número al desconocido Alguien.

—¿No ha dicho nada más? Ayer hablé con él, pero no quiso darme su nombre. Sólo dijo que es de Jackson y que es un chico...

—Oh, es un chico tímido.

—O alguien que intenta jugar contigo —agrega James—. ¿No pensaste en bloquearlo o algo?

—Sí, pero no lo hice. Sentí cu-curiosidad —titubeo, sintiéndome responsable de mis palabras. El tono de James parece severo, como si fuese mi padre. De seguro ha pensado lo mismo que yo desde el principio: que es una broma de mal gusto de McFly.

Caminamos hasta la entrada de Jackson. James se aleja de nosotros para saludar a un grupo de chicos que charlan animosos. Megan y yo entramos sin más al colegio hasta que los murmullos de los demás nos indican que Los Tres han llegado a Jackson.

Las dos nos hacemos a un lado, esperando que pasen junto a nosotras y no rompamos ninguna de sus reglas, al menos dentro de la infraestructura, porque afuera ya lo he hecho —sea apropósito o gracias al mismísimo Mika—. Chase, Jax y Mika hacen su entrada tan llamativa y altiva, creyéndose los dueños del mundo. Con la cabeza baja, mirando el suelo, logro sentir el aroma cítrico del perfume de Mika pasar justo frente a mí.

Un impulso incontrolable me tienta a alzar mi cabeza, esperando verlo. Mas al darme cuenta de lo ridículo y osado que suena eso, me retengo en seco, dándome un golpe mental por querer hacer algo tan absurdo como desear tenerlo frente a mí... otra vez.





La clase de Matemáticas en la última clase del día. Está demás decir que las Matemáticas tampoco son lo mío, pues siempre preferí la Literatura, Lenguaje y las Materias Artísticas. Por lo que estar dos horas viendo números en la pizarra blanca no me hace ninguna gracia.

Pienso una excusa para perder un poco mi tiempo por los pasillos de Jackson. Una de las ventajas de ser una silenciosa y casi invisible chica de segundo año, es que diga lo que le diga al profesor me creerá. Así que, cuando le digo que debo tomar un remedio para el resfrío, lo asume sin contradecir mis palabras.

Salgo de clases con una sonrisa trazando mis labios. Guardo las pastillas tic-toc que le enseñé al profesor con el fin de hacer más fuerte mi mentira —obviamente sin mostrarle el envase— y me dispongo a tomar el camino más largo hacia el lavado de chicas junto al campo de beisbol.

Con paso tranquilo, recorro el camino mientras veo a los lejos del campo cómo lanzan un home-run. Sigo la pelota con la mirada, la cual para mi sorpresa, viene directo hacia mí.


MIKA

Mi cabeza está a punto de explotar y lo más probable es que lo haga dentro de la semana.

Ashley está de cumpleaños este viernes y como es costumbre, quiere una fiesta memorable con nuestros amigos juntos y sobretodo, que Chase esté allí para presumirlo delante de los presentes. Hacer una fiesta perfecta para mi hermana es un desafío del cual siempre me he encargado yo, aunque la cuenta corre por mi padre. Ella no es alguien fácil de satisfacer y siempre quiere tener las cosas bajo su control. Admirable, la verdad, pero agotador para mí. Lo que resta de la semana, constará sólo de preparativos para la fiesta e invitaciones para nuestros amigos. Por suerte tenemos una casa grande y no tendré que encargarme de buscar un lugar aparte.

Esa es una parte por la que mi cabeza quiere estallar; la otra no hace falta mencionarla, pues no merece la pena hacerlo...

Además, debo lidiar con aguantar las explicaciones del viejo de historia mientras mi mejor amigo le lanza miradas coquetas a su infortunada vecina. No sé por qué, pero desde el fin de semana entre los dos hay más que solo miradas, lo que es un peligro para el negocio de papá, y en lo que respecta nuestro futuro negocio si decidimos seguirles los pasos.

Arrastro mi silla hacia atrás, provocando un sonoro ruido que causa el silencio del profesor. Detiene su explicación quedando con la boca entre abierta mientras mis dos amigos me observan con interrogación. Me levanto y acomodo mi ropa, para luego largarme hacia la enfermería. Necesito unas malditas pastillas para el dolor de cabeza con urgencia. No hay necesidad de pedir permisos, pues el profesor de historia es sumiso y se deja intimidar con facilidad, aun siendo un profesor.

La enfermera escolar parece haber sido tragada por la tierra, pues no hay rastro de ella en la enfermería. Como era de esperarse en un colegio público. Lo bueno es que la enfermería consta de dos camas separadas por una cortina como en clínicas y hospitales, un escritorio donde se sienta la enfermera —cuando hace su respectivo trabajo y no anda de zángana—, botiquines y un estante con medicamentos.

No cuento una llave para sacar las pastillas, por lo que no me queda más que recostarme en una de las camas o largarme de Jackson; opto por la primera opción. Camino hacia la cama del fondo, donde las personas que entren no puedan verme. Al recostarme, siento un peso dentro de mi cabeza apegarse a la almohada mientras mis sienes palpitan provocándome más pesar.

La voz de la enfermera se oye lejana y distorsionada. Indaga hondo dentro de mi cabeza causando una evidente molestia que no intento ocultar. Me he dormido sobre la cama sin darme cuenta alguna. Con dificultad, logro sentarme sobre ésta mientras la voz aguda de la enfermera escolar se hace más clara.

—Quédate unos minutos así —dice y guarda silencio.

Otro inepto tendrá que hacerme compañía en la enfermería es lo que digo, hasta que una temblorosa voz femenina llega a mis oídos.

—¿Cr-cree que debería retirarme? —Sin dudas esa es la voz de Pajarito. Tímida y casi imperceptible.

¿Qué hace en la enfermería? No lo pienso más. Saco mi iPhone del bolsillo de mi abrigo y envío un mensaje corto que pueda resolver mi pregunta:

«¿Qué te ha pasado?»

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Listo, espero les haya gustado D: No sé por qué, pero me sale que el capítulo está publicado >n< Estoy temiendo haber hecho algún desastre xD

Quiero recomendarles la novela "¡Cállate, Mundano" de Sam-Po 7u7 Gracias a esta novela comencé a hacer "7u7" xD. En una novela muy muy buena, tiene romance, comedia, drama, situaciones que te aceleran el corazón. Yo la loveo con furia y pasión ¡Espero no acabe nunca! D,: Son pocas las novelas que me atrapan y esta lo logró <3 +100.

Lo otro que quería decirles es que haré una nueva novela c: Para que la lean xD

Ya chau <3 A&P

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