Capitulo 10 (Una Verdad Dolorosa)

-Gateguard... Vámonos...- El pobre cáncer, trata de sacar al pelirrojo que sin duda logro embriagarse con solo dos veces que le sirvieron cerveza.

-No... Me quiero quedar un rato más...- Sus mejillas rojas, su voz algo trabada por la subida de ese líquido embriagante, incluso su mirada es diferente, pero sigue manteniéndose serio.

-Pero, ya es tarde... Debemos continuar a lo que vinimos temprano- Aunque también ha bebido con anterioridad un poco, su tolerancia es mayor y no esta borracho como el Ariano, por eso le ruega que se retiren, si no podría causar un caos.

-Al Inframundo la misión- Hablando bastante molesto –Hoy quiero... Olvidar todo lo que tenga que ver con el santuario- Frunce el ceño, bufando con molestia -¡¡¡VETE TU SI QUIERES!!!- Le grita molesto, bebiendo otro tarro de cerveza, como si nada.

Suspira bastante fastidiado, no sería capaz de dejar a Gateguard solo en ese lugar, cualquier se podría aprovechar con la apariencia angelical que se carga ante los ojos de cangrejo.

Así que a sabiendas que no le va a hacer caso, y que se portara más terco que cualquiera, decide hacer lo único factible y razonable que se le puede ocurrir siendo lo siguiente.

-Bien, si no te quieres ir- Cruzo sus brazos delante de su pecho.

-Sí, no me iré y tú lárgate... Que solo me arruinas la diversión- Habla moviendo la cabeza y una sonrisa triunfal pues piensa que se saldrá con la suya.

-No me dejas otra opción- Aprovechando de su fuerza y equilibrio, carga al pelirrojo llevándoselo a su hombro, tomando con cuidado sus piernas, pues patalea muy molesto al darse cuenta en cómo va.

-¡¡¡OYE MALDITO CANGREJO!!! ¡¡¡BÁJAME DE UNA VEZ!!!- Le comenzó a dar golpes en la espalda con sus manos, pero no tienen tantas fuerzas como usualmente.

-Cálmate, nos vamos a dormir- Dijo esto tranquilo, poniéndose bastante rojo, por tener al ariano tan cerca sobre todo el trasero de este.

Desvía la mirada para otro lado, sintiéndose bastante nervoso por llevarlo así, pero sabe que de otra forma no le haría caso.

Pago la comida y bebidas, retirándose con la hermosa carga que lleva a su hombro, aunque los gritos de protesta no se callan en ningún momento, sin duda ese ariano rojo tiene su carácter que se debe temer mucho.

Sage así siguió hasta que de buenas a primeras el camino fue más tranquilo, pues el pelirrojo parece que se agotó y al fin se quedó dormido.

Suspiro bastante aliviado, ya no quería que siguiera moviéndose así, pues temía tanto dejarlo caer y eso sí que no se lo perdonaría nunca.

Los ciudadanos que lo miran por las calles, les parece curioso que lleve a su amigo de esa forma, pero no se detendría a explicar, solo desea llegar a la posada donde pasaran la noche.

Al entrar no tomo en cuenta al encargado mirándolo bastante sorprendido, solo dedico una sonrisa de nervios, y asintió como saludo, dirigiéndose a la habitación que compartirán esta noche.

Cada uno tiene su cama.

Al estar delante de la puerta, la abrió con cuidado para no despertar a Gateguard, cerrándola detrás.

-Ya estamos aquí- Dijo esto en voz baja, dirigiéndose a la cama que el Ariano decidió que sería suya.

Con cuidado lo fue depositando sobre ella, para que descansé, el cuerpo del dormido sin duda se volvió pesado al momento de perder conciencia, pero para el cangrejo de esta era, no fue ninguna molestia llevarlo entre sus brazos, al contrario fue la sensación más preciosa del mundo.

Se quedó mirándolo un momento bastante cerca, casi sintiendo la respiración del primer guardián, apretó sus labios con tanta fuerza, pues desea poder probar los dulces labios que deja lucir Gateguard.

Pero cerró sus ojos, volteando la cabeza para otro lado, dejando ver su rostro todo sonrojado y preocupado.

-No, no puedo hacer esto... No es correcto...- Se dijo así mismo, tratando de alejarse del otro e ir a su propia cama.

Sage no sería capaz de aprovechar la situación de robarle un solo beso, aunque lo desee con tantas fuerzas y pudiera jamás volver a tener esta oportunidad.

Más no espero que una mano lo sujetara para impedirle que se retire.

Se sobresaltó algo, creyendo que recibiría algún golpe o insulto por haberse atrevido a cargarlo así, se giró de inmediato si es lo que debe pasar no le importa lo recibirá sin rechistar.

Sin embargo lo que vio lo dejo bastante impresionado casi helado de la sorpresa.

-¿A dónde vas?- La voz del ariano suena algo apagada, cansada, pero también de un débil ruego.

-Ga... Gate... Guard... Yo... Me iré a dormir... Mi cama está del otro lado- Dijo esto nervioso, pues el rostro del otro luce más sensual de lo que pensaría alguna vez.

-No te vayas- Tomo con más fuerza la mano del otro, para retenerlo a su lado –Quédate conmigo...- Sus mejillas sonrojadas y los ojos dejando ver algunas pequeñas lágrimas.

-¿Gateguard?- Se sorprendió que por primera vez en su vida, está viendo las lágrimas del primer guardián y están siendo de dolor, no comprende por qué pasa esto, pero no duda en tratar de reconfortarlo, tomando esa frágil mano entre las suyas con toda la delicadez que puede dar –No me iré a ningún lado, estoy aquí...- Le dedico un hablar muy suave.

-Duerme a mi lado- Suspira, limpiando su rostro de aquellas lágrimas que lo invaden.

-Pero...- Trato de protestar, sabe que lo que habla el pelirrojo es por medio del alcohol, no piensa invadir así su privacidad.

Mas este pelirrojo tiene una forma para convencerlo.

Se incorporó para quedar al mismo nivel que el rostro del cangrejo, le dedica una mirada con una combinación de sensualidad y miedo.

Sin tomar en cuenta con certeza quien sea, o la conciencia de ¿Que está haciendo? Con veracidad.

Beso los labios de Sage, sujetándolo del cuello, derramando más lágrimas al momento de hacer esta acción, como si le doliera el corazón.

Esto obviamente sorprendió al cangrejo, quedándose unos segundos sin poder reaccionar, que su amor secreto lo esté besando, atrayéndolo más a su cuerpo, sujetándolo con fuerza para intensificar el beso.

Primero no fue capaz de reaccionar, pero después se fue dejando llevar, cuando el mismo ariano lo obligo a abrir un poco más su boca, para sentir más profundamente esa acción.

Lo rodeo de la cintura para intensificar más el beso, disfrutar de esa dulce boca que solo en sus sueños se atreve a tocar.

Es una escena bastante hermosa, cuando el amor de tu vida al fin te empieza a corresponder, con un beso que pronto se vuelve tan demandante dejando de lado lo tierno y puro que puede ser.

Gateguard invitando a la lengua del otro que explore la propia, atrayéndolo más a su lado.

Recostándose lentamente, para que el cangrejo quede sobre su cuerpo, en esa cama que en esos momentos se siente mucho más cálida que hace unos minutos.

Los besos se hacían cada vez más presentes, profundos, suaves, demandantes, apasionados, de todo un poco con ellos.

Sin embargo Sage comenzó a reaccionar, por un momento deseo no ser tan bueno, y seguir besando al Ariano pero comprende que no está bien, se está dejando llevar por el estado en que se encuentra.

En contra de su voluntad y habiendo acariciado sobre la ropa la espalda del pelirrojo, tuvo que romper esos besos tan gloriosos a su sentir.

-Gate... No... No está bien...- Habla entre cortado, bastante agitado por la falta de aire, y sus mejillas muy rojas –Tu... Estas ebrio y no es... Correcto que yo...- Abre sus ojos como platos, al ver al pelirrojo, mirándolo con los ojos cristalizados, las lágrimas inundan su rostro, las mejillas sonrojadas y sus labios haciendo una mueca de tristeza, aguantando las ganas de gimotear.

-¿Por qué no soy suficiente?- Hablo con la mayor claridad posible.

-¿De qué hablas?- Ver esa escena, le está partiendo el alma.

-¿Por qué nadie me puede amar?- Volvió a preguntarle a Sage, sintiendo tanto dolor por que nadie sea capaz de besarlo y darle el amor que tanto añora.

-Gateguard- Lo llamo sintiéndose como el peor hombre sobre la tierra, por hacerlo llorar, sin embargó siente como si esto no hubiera empezado solo con él –No digas eso... Muchos... Te deben querer...-

-Nadie...- Sonrió triste, ladeando la cabeza para un lado –No soy suficiente para merecer amor... Ni un beso... Ni siquiera tu... Deseas... Amarme...- El alcohol combinado con su corazón roto, no está dejándolo hablar con conciencia.

Fueron las palabras, su corazón deseando hablar por primera vez en muchos años, el dolor en la persona que habla, y si, tomo algo de valentía al momento de estar bebiendo, reacciono de la única forma posible.

-Gateguard- Habló con un tono bastante profundo, mirando con decisión al pelirrojo, tomando ambas manos del ariano, posándolas a cada lado de su cabeza –Yo te amo- Lo dijo, le confeso su mayor secreto posible.

Los ojos verdes del ariano se abrieron se golpe, sonrojándose a mas no poder, derramo más lágrimas, zafándose del agarre del otro, para abrazarlo con mayor fuerza, atrayéndolo a él por completó.

-Entonces... Demuéstramelo- Le dijo susurrándole al oído, de una forma de ruego –Hazme tuyo, por favor, ámame te lo ruego- Se aferró más al Cangrejo.

Si no fuera porque en este momento, está siendo tocado por el pelirrojo, sintiendo el suave roce de la piel.

Podría estar soñando o no... Pero lo siente tan real.

-¿Estás seguro?- Necesita saberlo, porque siente que esto no está bien, pero... También desea hacerlo, si le brinda esta oportunidad, debe estar consiente el ariano que Sage lo amara de todas formas posibles y no solo esta noche.

-Si... Por favor...- Sonrió débilmente, tomo la mano del cangrejo, para meterla entre su ropa, para sentir la tibia piel del Ariano –Quiero que me toques-

Trago saliva, su mano tembló al sentir ese roce, estremeciendo la piel del contrario.

No pudo más y beso con necesidad al pelirrojo, mientras su mano explora la piel del pecho.

Una mano acariciando con cuidado esa piel, y la otra delineando la espalda del pelirrojo, sintiendo esta hermosa sensación, el beso que siempre soñó, el pedido de amor de ese ser amado, cree que está bien, pero por otro lado... Siente que está faltándole al respeto de alguna forma.

No quiere pensar en ello.

Fue bajando por el cuello del ariano, besando con suavidad la piel, dándole caricias suaves con la punta de sus dedos, como si fuera una figura de cristal que se quebraría si llega a tocar con mayor fuerza.

Gateguard está gimiendo, sintiendo ese roce de labios, el aliento cálido del otro, pero no puede parar de llorar, como si supiera que está cometiendo algo malo, mas no se quiere detenerse.

El cangrejo descubrió con cuidado el pecho del ariano, dejando ver algo que no le gusto en lo más mínimo.

Admiro en esa pálida piel, marcas de mordidas, chupetones y algunos moretones, miro esto... Apretó con cierta furia su mandíbula, pensando en quien sería el miserable en lastimarlo de esa forma.

Levanto levemente el rostro para ver al ariano, que no para de llorar, pero sus gemidos son tan hermosos.

Pues... No lo pensó más, haría olvidar con su amor, esas marcas horribles.

Acerco su rostro al cuerpo del pelirrojo y comenzó a besar con ternura cada centímetro de esa piel maltratada, acariciándola con devoción, pidiendo a su Diosa que con cada muestra de afecto logre hace que olvide esas heridas en su piel, pero sobre todo la que está sufriendo en su corazón.

-Te amo Gateguard- Le susurra contra su piel, suficiente para que lo escuche.

Las lágrimas no dejan de brotar, sin duda siente en su inconsciente culpa, pues sabe lo que está haciendo, buscando consuelo en otros brazos, pero no puede olvidar al patriarca.

Su cuerpo recuerda ese maltrato de parte de Itiá, pero se contrarresta con las delicadas muestras de amor de parte de Sage.

Sufre por el amor, pero quiere gozar a base de un engaño de su mismo corazón, desea sentir amor, cariño de parte de cualquiera, aun estando ebrio, siente esas caricias tan cálidas, como si vinieran del mismo patriarca, imaginando que podría ser a quien ama.

Escuchar que alguien le diga "Te amo" es lo mejor.

Puede que esté en este momento con Sage, pero en su mente, algo abrumado por el alcohol imagina que esta con Itiá, siendo tan bondadoso y amoroso, cuidándolo, amándolo, está cumpliendo su mayor sueño.

Sonrió, más las lágrimas siguen, sin poder creerlo, aprieta las sabanas de esa cama, por el placer que su cuerpo experimenta por los dulces labios.

-Te... Amo...- Susurro esas palabras, al sentir como la boca del Sage baja hasta su estómago y desea quitar la parte baja de sus ropas.

Lo más hermoso que pudo escuchar de esos labios, sintió como su corazón late con mayor fuerza, por esas palabras que el pelirrojo le dedica, por fin las escucha.

Aunque si bien, no ha tenido una confesión apropiada, lo hará después, lo podrá abrazar toda la noche, demostrarle todo el amor contenido en su corazón.

Mañana le pediría mil disculpas, soportaría todo, pero nada podrá borrar que le dijo un "Te amo" y pidió que se quedara a su lado.

Procedería a seguir con su acto, uno desde el corazón, pero el medio no está siendo el más correcto.

-Lo amo... Patriarca... Itiá...- Gateguard soltó esas palabras, al sentir como su pantalón es bajado con suavidad.

Pero para Sage esas fueron las palabras que acaban de romper su ilusión, pero no solo eso lo dejo sorprendido de tantas formas posible.

¿Cómo es posible?

Gate le dice esas palabras al patriarca, le pide que lo ame...

En la mente del cangrejo un sinfín de preguntas se comenzaron a formar.

-Por favor... No pare...- Sonríe con cierta ternura, cerrando sus ojos, como si el cansancio lo estuviera venciendo de a poco –Sea gentil conmigo por una vez- Susurro esas palabras, perdiendo las fuerzas de su cuerpo, para hundirse en un sueño.

Seguro de que lo amaran, y será amable.

Las manos del cangrejo temblaron, sus ojos se abrieron de golpe, negando con su cabeza, su respiración se volvió profunda e intensa, creyendo, no más bien deseando a ver escuchado mal, pero sabe que no es así.

-El patriarca... El... El... ¿Te hace este tipo de cosas?- Miro con tanto miedo de conocer la respuesta, aunque la tenga delante.

Le permitió ver su cuerpo, lleno de moretones, laceraciones, marcas, que no se las podría hacer el propio ariano.

El amante que cree que tiene el Aries, su amor secreto... Es el miso patriarca, pero...

-¿Cómo?- Eso surco su mente –Es un anciano... ¿Qué es lo que ocurre?- No sabe qué hacer, solo se hace un sinfín de preguntas.

Sin duda desea despertar al pelirrojo interrogarlo, obligarlo a hablar.

Pero... A la vez se siente herido, y no porque en este momento en cierta forma jugó con su corazón, mas él mismo lo permitió, si no que...

Si esto es así, puede que el patriarca sea quien se aproveche de Gateguard, las lágrimas que no paran de brotar de sus ojos demuestran un enorme dolor, esas heridas no son de un amor verdadero.

-Ruegas por amor...- Apretó sus propios labios, cerrando sus ojos, desviando su mirada, porque también deja salir algunas lágrimas, siente tanto malestar que alguien utilice de esa forma al pelirrojo.

Con cuidado lo cubre con las sabanas, quitándose de encima, no va a continuar, aunque lo desee... No está bien, si piensa que es otra persona... En primer lugar el mismo sabe que no estuvo bien aprovecharse de la insistencia del otro, por estar ebrio.

Pues ahora conoce una verdad, que jamás creyó que pasara.

Se levantó de la cama de Gateguard, para dirigirse a la propia, sabe que no sería capaz de dormir esta noche, su mente trae imagines de Aries siendo tomado por el patriarca, pensando en cómo existe esa posibilidad, si Itiá es un anciano.

-¿Cómo lo hizo? ¿Por qué acepto? ¿Lo ama... Pero él lo crio?- Tomo su cabeza entre sus manos, sin saber que pensar.

Alzo su vista para divisar el rostro dormido, luce tan lindo, pero la tristeza se refleja en su propio rostro.

-Quiero ayudarte Gateguard...- Murmuro esas palabras.

Aun sabiendo la verdad, desea que ese pelirrojo sea feliz, no acepta que lo hieran de esa manera, que le haga lo que guste sin tomarlo en cuenta.

Los besos que se dieron fueron tan necesitados, rogo por amor, que sin dudar Sage está dispuesto a darle.

-No permitiré que te siga lastimando, aunque me odies después- Dijo esto, velando el sueño del primer guardián desde su cama.

El corazón de este cangrejo es muy grande, su amor es sincero, para solo seguir pesando en el bienestar del otro, aunque ahora de verdad sienta que su corazón se rompió en mil pedazos, porque Gateguard ama de forma tan devota a alguien que no lo merece. 

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Buenos días, tardes, noches, ¿Que hora es? ¿Quien me ha robado el reloj? ¿Como están mis terrones de azúcar? Yo estoy muy bien, aunque en la mañana me saque de onda por que estaba bastante neblinoso, jajajajaja pero se que solo significa algo en mi ciudad, hará calor.

Wiiiiiiii viva eso. Lo prefiero 1000 veces que el frió.

En fin, después de este pronostico del clima, jajajajajaja vemos que nuestros borreguito pelirrojo y bastante malhumorado... Se emborracho, y le pidió a Sage que lo ame, Dios... Por eso el alcohol y males de amores esta pésimo carnal...

Y Sage cada día me siento fan de él... Aunque también quería... Si lo detuvo que Gate dijera el nombre de Itia y decidió no... Si lo habría hecho... Y sabemos que eso tampoco es correcto, pero recapacito antes... Dios... ¿Ahora que pasara?

Itia se enterara?

Gateguard recordara?

Sage, le preguntara algo?

Preguntas validas y que pueden tener una respuesta.

En fin pasemos a la pregunta del día de hoy.

¿Como conocieron el yaoi?

A ver espero respuestas, comentarios y reclamos.

Muchas gracias a todos mis terrones de azúcar, por dejarme sus hermosos comentarios, darme su apoyo incondicional, en verdad se lo agradezco tanto, son los mejores los quiero tanto.

Kiaaaaa nunca voy a podre terminar de agradecerles, pronto cumpliere un año de estar publicando de hermosos fandom de Saint Seiya... El 13 de marzo... Fue cuando empezó esta travesía en este hermoso mundo y ese día... Hare algo especial... Pero no diré mas.

Sin mas me despido, no sin antes agradecer todo su apoyo, pedirles que se cuiden y mantengan a salvo, los quiero.

Amu se va. 

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