Tres Relatos

[22/3, 14:01] Mitsuomi WOLF: LA COSA DE LA CARRETERA

Trabajo como chófer en una empresa. En realidad mi trabajo no es muy pesado, pues me encargo de llevar y traer materiales pequeños, no trabajo como chófer de carga, así que mi horario laboral es durante el día.

Pero una ocasión mi jefe me llamó a las ocho de la noche, necesitábamos cubrir un pedido de emergencia y tenía que ir por la tela para comenzar la producción. Como era una emergencia, no importaba el horario, y ya que no era mucha tela la que traería, me fui en mi carro.

Era tarde, pero no era la primera vez que manejaba a esas horas. Prendí el radio para hacerme compañía durante el largo trayecto, y así manejé un buen rato hasta llegar a esa carretera, una de ésas que están desiertas, en las que no hay mucho alumbrado y casi no circulan autos.

No me había percatado antes de lo grande que era ese camino, miré por el retrovisor y no vi carro alguno… Volví a mirar, parecía que venía corriendo algo a una distancia alejada de mí, corría en cuatro patas y era de un color café.

Me dije a mí mismo que tal vez era un venado (una justificación estúpida pues aquí no hay venados), sí, eso era lo más lógico, o al menos lo que quería creer…

Miré de nuevo y ahora el “venado” estaba corriendo atrás de mi auto; me asusté, de verdad me asusté, así que aceleré… Pero para mi sorpresa, esa cosa mantenía mi paso. Supe que eso no era un animal, no podía ser algo de este mundo, nada podría correr a la velocidad a la que iba. Aceleré una vez más, esta vez ya iba demasiado rápido…

Me asombré al ver que algo se acercaba. De reojo, vi que eso ya corría a la altura de la ventana de mi auto; sentí su mirada, me veía y corría a mi paso…

No quise voltear, sólo aceleré, no sé cuánto tiempo pasó pero esa cosa seguía viéndome, sé que quería que volteara, y al darse cuenta de que no lo haría, giró su cabeza hacia el frente, se enfiló frente a mi auto y desapareció entre la negrura del camino.

Nunca supe qué había sido eso. Más adelante pude ver en la orilla de la carretera un montón de cruces, y entendí lo que le pasaba a aquellos que voltearon y descubrieron qué era esa cosa de la carretera.
[22/3, 20:29] Mitsuomi WOLF: El Juego de la Escalera

Para este juego necesitas:

– Una venda negra para taparte los ojos

   – Estar solo, de noche, en una casa con escaleras

– No llevar encima objetos peligrosos, ya que todo puede ser usado contra tí.

     Para empezar debes tomar mucha, pero mucha agua, ten la seguridad de que la sudarás. Luego, en voz alta desde la parte de arriba, en la escalera y con seguridad, debes decir 6 veces:

” Lucifer, te pido permiso para entrar en tu Reino

Lucifer, te pido permiso para entrar en tu Reino

Lucifer, te pido permiso para entrar en tu Reino

Lucifer, te pido permiso para entrar en tu Reino

Lucifer, te pido permiso para entrar en tu Reino

Lucifer, te pido permiso para entrar en tu Reino”

     Dicho esto, te pones la venda, asegurándote de que no ves nada y empiezas a bajar. debes ir contando cada escalón, al llegar abajo, repites la frase: “Lucifer, te pido permiso para entrar en tu Reino” y subes. Vuelves a bajar contando. Si cuentas la misma cantidad de escalones, ha fallado, entonces debes subir CON LA VENDA y volver a decir la frase seis veces. En el momento en que cuentes un escalón más… El juego ha empezado.

     Sigues subiendo y bajando, repitiendo siempre la frase al llegar abajo en la escalera, que deberá sumar un escalón más en cada bajada…

     En un momento, sentirás que la escalera sigue y sigue hacía abajo sumando, no uno, si no docenas de escalones y más… Mantén la cordura, sentirás mucho, pero mucho calor y sudarás, sentirás alguna mano que te toca, si llevas teléfono celular es muy probable que o lo pierdas o se dañe definitivamente, ya a varios les ha pasado. Si llevas un cuchillo o algo así, es probable que lo usen contra tí, por eso debes asegurarte de no llevar nada parecido, en un momento las escaleras terminarás y sentirás delante de tí un muro de fuego, un calor que parecerá que te está derritiendo, pero debes armarte de valor, estás ante el Señor Lucifer.

     El Rey del averno te dirá: ¿qué deseas?

       No te desmayes por su cavernosa voz ni por que sientas que te habla desde cada órgano de tu cuerpo, piensa que solo saldrás del juego calmado. En ese momento pides lo que más desees. Sentirás que el calor se aleja y justo en ese momento debes darte vuelta y subir SIN QUITARTE LA VENDA NUNCA…

… Subes escalones y sentirás que el calor se reduce, que todo vuelve a la normalidad, pero tienes que llegar a la parte superior, solo ahí puedes quitarte la venda y sonríe, has sobrevivido a El Juego de la Escalera.
[23/3, 03:49] Mitsuomi WOLF: Leyenda de Corea del Sur.
"El color rojo".
Ha-neul era una hermosa joven que había empezado a dar clases en una escuela preparatoria. Desde el primer instante llamó la atención de sus alumnos varones, debido a su juventud y su belleza. Sin embargo ella no estaba ahí para hacer otra cosa que no fuera educarlos: a pesar de su dulce apariencia, por dentro era una mujer severa que no toleraba los errores.
Su presencia causó una profunda impresión en Kwan, un adolescente tímido que rápidamente se enamoró de ella. Cuando su alumno le confesó sus sentimientos, Ha-neul no solo lo rechazó cruelmente, sino que se propuso humillarlo en clases para que olvidara esos estúpidos sentimientos.
Así fue como comenzó un verdadero infierno para Kwan. Cada vez que se equivocaba en sus lecciones o reprobaba un examen, su profesora lo ponía en evidencia delante de toda la clase, recalcándole lo inútil que era o leyendo sus errores frente a sus compañeros, quienes reían sin misericordia. Pero por más que se esforzaba en hacerlo sentir mal, ella podía sentir sus ojos en todo momento, que la observaban con anhelo y amor.
Eso la hacía sentir furiosa.
Un día, Kwan no fue capaz de seguir soportando el desdén de su maestra, ni el acoso de sus compañeros, que lo atormentaban sin piedad. Subió el tejado de la escuela y saltó al vacío, muriendo al instante.
Cuando las autoridades escolares informaron a la clase su fallecimiento, todos los chicos se quedaron horrorizados. Excepto Ha-Neul, quien con suma frialdad sacó su lista de asistencia y tachó el nombre de Kwan con una brillante línea de color rojo.
—Bueno, dejemos de perder el tiempo. Vamos a iniciar con la lección de hoy —dijo a sus estudiantes, como si la muerte del muchacho fuera algo completamente normal.
Esa tarde, Ha-neul se quedó en el colegio hasta tarde corrigiendo exámenes. Cuando salió ya se había hecho de noche. Fue por eso que le extraño ver a un chico vestido con el uniforme de la escuela, de espaldas a ella, mirando por un ventanal. Era demasiado tarde para que un alumno siguiera en las instalaciones.
—Jovencito, ¿qué está haciendo aquí? —no hubo respuesta.
Ha-neul se acerca autoritariamente.
—Le acabo de hacer una pregunta. Responda si no quiere que vaya por el director.
Bruscamente lo tomó por el hombro y lo obligó a darse la vuelta… entonces soltó un grito de horror.
El rostro pálido y ensangrentado de Kwan se reveló ante ella en el joven estudiante. Su expresión era vacía y su cara yacía atravesada por una grotesca línea roja.
Cuando los conserjes escolares encontraron a Ha-neul, ella yacía en el piso, gritando como una loca y señalando hacia un rincón vacío del pasillo. Era tanta su histeria, que tuvo que ser internada en un hospital mental. Y a cada persona que iba a visitarla, ella contaba la misma historia: había un adolescente con el rostro pintado de rojo, que no dejaba de seguirla adonde quiera que iba.
Escribiré leyendas de todo el mundo, quieren leerlas?.

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