25 La Llorona

Les voy a contar lo de la llorona ps era mas omenos las 12 d la noche cuando escuchamos k los perros enpesaron a auyar bien feo lo mas feo k escuchado auyar a un perro minutos despues empeso a oirse el lamento muy feo k no yora como dicen k es aaaaaaaaayy mis hijos no eso no decia si no k era un lamento muy feo k durava minutos. K se escuchaba de un lado a otro y los perros auyavan orrible mi esposa se espanto y yo le dije salgo aver k es y eya m dijo no xk es algo malo y t vaya apasar algo y yo intente salir pero se m puso la piel chinita chinita y decidi no salir pero toda la noche no puede dormir xk sentia k iva a suseder lo mismo fueron dos dias k paso eso fue apenas esta semana k escuchamos esto se lo kontamos ala mama de mi esposa y nos dijo k era la cosa mala.

Si pero el lamento se escuchaba lejano o cercano. Vaya a lo que voy tu sabes que el llanto de la llorona funciona de manera inversa.

Cuando yo la escuche se escuchaba cerca osea estaba lejos según.

Yo vivo en una colonia de zaachila y dicen que pasa la llorona que sus lamentos se oyen yo no e visto nada por mas que salgo en las noches la quiero ver y escuchar.

Para los que nos gusta esto de los espectros y espantos. Yo creo que el ver a la llorona seria como capturar un pokemon raro. Yo me conformo con haberla escuchado y la experiencia que deja es barbara la verdad.

Pues los q lo pueden ver son las personas que tienen el cerebro abierto o que tienen algún don.

Mi esposa un dia que llegue muy noche de trabajar en lo que me calentaba la cena me decia escuchaste la llorona esta llorando esa mujer yo sali y nunca escuche nada.

Habria que ver si hubo alguna diferencia en la forma de manifestarse con el tio si hubo agrecion o algo mas. Tambien depende mucho de los humores que las personas tengamos en ciertos momentos.

Es que Nan, si da miedo lo se. Pero de eso vives aveces si te gusta estos temas es por que vas querer vivir alguna experiencia asi. No es por darselas uno de valiente. Pero preferible que lo vivas a que te lo cuenten. En el momento no te lo niego te asustas como no te das una idea no te da tiempo de moverte de balbusear no te da tiempo de nada.

Mi padre, que en paz de descanse, nos conto que el cuando era chico la llego a ver y escuchar a una cuadra de donde el vivia con su abuelita.

Leyenda de la Llorona

La Llorona es un ser espectral, que vaga por los caminos de todo el país azteca, llorando y gimiendo o anunciando infortunios. Su leyenda tiene inimaginables versiones.

El antecedente más conocido de la leyenda de la llorona tiene sus raíces en la mitología Azteca. Cuentan que una figura femenina vestida de blanco comenzó a aparecer regularmente sobre las aguas del lago de Texcoco y a vagar por las colinas gimiendo y lamentándose: -¡Mis muy queridos hijos, ya llega nuestra partida, ya estamos a punto de perdernos! ¡Oh, hijos míos!, ¿a dónde os llevaré?-. Los habitantes de Tenochtitlán creían en las Cihuateteo, que eran los espíritus de las mujeres muertas durante el parto y a quienes se les honraba por haber perdido tal batalla; estos espíritus se encontraban llorando por sus hijos en los cruces de los caminos. Las Cihuateteo están relacionadas con la diosa Cihuacóatl quién, dentro de la mitología azteca, fue la primera mujer en dar a luz y se convirtió en la diosa protectora de los partos y de las mujeres que morían al parir. Si algún mortal veía estas cosas, podía estar seguro de que para él esto era un presagio seguro de infortunio o incluso muerte. La diosa Chihuacóalt había emergido de las aguas del lago de Texcoco para llorar a sus hijos (los aztecas), anunciar la caída del imperio azteca a manos de hombres procedentes de Oriente. Su aparición constituía el sexto presagio del fin de la civilización.Curiosamente, con la conquista de los españoles, el eco de la Cihuacóatl se dispersó y en cada región se fusionó con la imagen de varias deidades femeninas: Auicanime "la necesitada, la sedienta", diosa del hambre de los tarascos de Michoacán; Xtabai, diosa del suicidio según los mayas de la Península de Yucatán; Xonaxi Queculla,"la señora de la red de carne", deidad de la muerte, del inframundo y de la lujuria entre los zapotecos, en Oaxaca.

Surgieron también las versiones coloniales. Después de la muerte de Doña Marina (La Malinche), se decía que esta era la llorona, la que venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sometieran. De ahí se derivó una más que hablaba de la traición de un español al amor de una mujer indígena con la cual procero tres hijos. El hombre la abandonó para casarse con una dama española. Y la mujer indígena en un acto desesperado, asesinó a sus tres hijos ahogándolos en un río y luego se quitó la vida a causa de la culpa. Al llegar a las puertas del cielo, Dios le preguntó por sus criaturas y ella contestó: -No lo sé, mi Señor-, así que la envió de regreso para que los buscara. Y desde ese día, su alma no ha tenido descanso, y todas las noches vaga por las calles solitarias o cerca de los ríos buscando a sus hijos y llorando por su muerte, lanzando gritos y gemidos capaces de horrorizar a todo el que la escuche -¡Ayyyyy mis hijos!-.

Luego de que México fuera establecido, pasada la media noche, los habitantes de la gran ciudad de México despertaban espantados al oír en la calle, tristes gemidos lanzados por una mujer... Las primeras noches, los vecinos se persignaban al oír aquellos lúgubres gemidos pertenecientes a un ánima del otro mundo; pero se prolongaron por tanto tiempo, que algunos quisieron ver que era aquello...

Era una vaporosa mujer vestida con traje blanco y un espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad, siempre pasaba por la Plaza Mayor, donde se detenía e hincada de rodillas, daba el último angustioso lamento en dirección al Oriente; después continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo y al llegar a orillas del lago, como una sombra se desvanecía entre sus aguas, como si la hubiesen jalado desde el más allá. Y no pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona. Nadie podía resistir su aparición ni su llanto de ultratumba.

La leyenda de la llorona

Consumada la conquista y poco más o menos a mediados del siglo XVI, los vecinos de la ciudad de México se recogían en sus casas con el toque de queda, avisado por las campanas de la primera Catedral; a media noche y principalmente cuando había luna, despertaban espantados al oír en la calle, tristes y prolongadisimos gemidos, lanzados por una mujer a quien afligía, sin duda, honda pena moral o tremendo dolor físico.

Las primeras noches, los vecinos se resignaban a santiguarse por el temor que les causaban aquellos lúgubres gemidos, que según ellos, petenecían un ánima del otro mundo; pero fueron tantos y tan repetidos y se prolongaron por tanto tiempo, que algunos osados quisieron cerciorarse con sus propios ojos qué era aquello; y primero desde las puertas entornadas, de las ventanas o balcones, y enseguida atreviéndose a salir a las calles, lograron ver a la que, en el silencio de las oscuras noches o en aquellas en que la luz pálida de la luna caía como un manto vaporoso lanzaba agudos y agónicos gemidos.

Vestía la mujer un traje blanco y un espeso velo cubría su rostro. Con lentos y callados pasos recorría muchas calles de la ciudad, cada noche tomaba distintas calles, pero siempre pasaba por la Plaza Mayor (hoy conocida como el Zocalo de la Capital), donde se detenía e hincada de rodillas, daba el último angustioso y languidísimo lamento en dirección al Oriente; después continuaba con el paso lento y pausado hacia el mismo rumbo y al llegar a orillas del lago, que en ese tiempo penetraba dentro de algunos barrios, como una sombra se desvanecía entre sus aguas.

"La hora avanzada de la noche, - dice el Dr. José María Marroquí- el silencio y la soledad de las calles y plazas, el traje, el aire, el pausado andar de aquella mujer misteriosa y, sobre todo, lo penetrante, agudo y prolongado de su gemido, que daba siempre cayendo en tierra de rodillas, formaba un conjunto que aterrorizaba a cuantos la veían y oían, y no pocos de los conquistadores valerosos y esforzados, quedaban en presencia de aquella mujer, mudos, pálidos y fríos, como de mármol. Los más animosos apenas se atrevían a seguirla a larga distancia, aprovechando la claridad de la luna, sin lograr otra cosa que verla desaparecer llegando al lago, como si se sumergiera entre las aguas, y no pudiéndose averiguar más de ella, e ignorándose quién era, de dónde venía y a dónde iba, se le dio el nombre de La Llorona."

El Origen de la Llorona

El antecedente mas conocido de la leyenda de la llorona tiene sus raices en la mitologia Azteca. Una versión sostiene que es la diosa azteca Chihuacóatl, protectora de la raza. Cuentan que antes de la conquista española, una figura femenina vestida de blanco comenzó a aparecer regularmente sobre las aguas del lago de Texcoco y a vagar por las colinas aterrorizando a los habitantes del gran Tenochtitlán.

"Ay, mis hijos, ¿dónde los llevaré para que escapen tan funesto destino?", se lamentaba.

Un grupo de sacerdotes decidió consultar viejos augurios. Los antiguos advirtieron que la diosa Chihuacóalt aparecería para anunciar la caída del imperio azteca a manos de hombres procedentes de Oriente. La aparición constituía el sexto presagio del fin de la civilización.

Con la llegada de los españoles al Continente Americano, y una vez consumada la conquista de Tenochtitlan, sede del Imperio Azteca, años mas tarde y después de que murio Doña Marina, mejor conocida como la "Malinche" (joven azteca que se convirtió en amante del conquistador español Hernán Cortés), se decía que esta era la llorona, la que venía a penar del otro mundo por haber traicionado a los indios de su raza, ayudando a los extranjeros para que los sometieran.

Las "Otras" Lloronas

Esta leyenda se extendio a otros lugares del Pais, manifestandose de diversas maneras. En algunos pueblos se decía que la llorona era una joven enamorada que habia muerto en vísperas de la boda y traía al novio la corona de rosas blancas que nunca utilizó.

En otras partes, se creía que era una madre que venía a llorarle a sus hijos huerfanos.

Algunos afirman que es una mujer que ahogó a uno de sus hijos y por la noche lo busca a lo largo de los riachuelos o quebradas, exhalando prolongados lamentos.

Otra descripción de la llorona es la siguiente:
Mujer de figura desagradable, alta y desmelenada, de vestido largo y rostro cadavérico. Con sus largos brazos sostiene a un niño muerto. Pasa la noche llorando, sembrando con sus sollozos lastimeros, el terror en los campos, aldeas, y aún en las ciudades.

Se hace referencia a este personaje acorde con la tradición oral, donde se le define como una madre soltera que decidió no tener a su hijo y por eso aborta, acarreándole esto el castigo de escuchar permanentemente el llanto de su niño. Este castigo la desesperó y la obligó a deambular por el mundo sin encontrar sosiego, llorando, gimiendo e indagando por el paradero de su malogrado hijo

Ésta es la más famosa leyenda de México. Es tan trascendental para los mexicanos, que algunos descendientes de inmigrantes que viven en Estados Unidos y Canadá, aseguran haber visto a la Llorona en la ribera de los ríos.
"la llorona"
"La casa de mis abuelos paternos no es muy grande, pero los patios sí lo eran, en especial el de atrás porque mis tenían una mini granja para uso personal. Detrás de eso estaba la construcción en obra negra de casa de una de mis tías y luego un plantío de magueyes de mi abuelo. En esa zona tenía un baño viejito de madera, donde todo iba a dar a un riachuelo que pasa por atrás. Ahí estábamos mis primos, mis hermanos y yo, éramos como ocho personas de entre 7 y 16 años jugando entre los magueyes. En eso me dieron ganas de hacer del baño, la puerta no cerraba bien así que mis primos estaban sosteniéndola, cuando estaba lista para salir del baño el ruido de risas y juegos se detuvo en seco por un grito aterrador. Me congelé, todos salieron corriendo y aún se oía ese horrible grito. Cuando al fin pude moverme empujé la puerta para salir corriendo pero entré en pánico cuando vi que la puerta no abría por más que la empujara, no tenía pestillo ni nada pero no abría. Sólo habían pasado como 5 segundos y el grito seguía escuchándose, sentí un frío aterrador desde mi espalda que atravesó mi pecho y cubrió todo mi cuerpo mientras yo pegaba en la puerta, la empujaba y gritaba, pensé que me iba a morir ahí. Cuando al fin pude abrir la puerta y salir corriendo llegué hasta el patio y encontré a todos mis primos pálidos, algunos lloraban pero yo sólo sentía un nudo en el pecho. Ese grito dejó de escucharse, nos asomamos al pasillo que nos llevaba hasta los magueyes y vimos una silueta blanca flotando en el arrollo, siguiendo el curso del agua. El abuelo nos dijo más tarde que esa había sido La Llorona y que él ya la había visto y oído. Nos advirtió que no dejáramos que nos viera de frente o podríamos morir del susto. Nunca volvimos a jugar en esa zona.

La Leyenda de la llorona

Difícilmente existe un chilango que nunca haya escuchado hablar de la leyenda de La Llorona. Unos dicen que se aparece en Coyoacán, otros, que siempre la escuchan gritar en la calle de su casa. Algunos incluso aseguran haberla visto.

Se cuenta que La Llorona es una mujer que deambula por las calles de la Ciudad de México en busca de sus hijos, a los que ella misma asesinó, enloquecida, durante una noche. Dicen que aparece en lugares por donde alguna vez pasó un río. También se dice que es una mujer muy bella vestida de blanco. Otros mencionan que sólo se alcanza a ver su silueta, que flota. En lo único que coinciden es que siempre que se deja ver se escucha un largo y aterrador grito: «¡Ay, mis hijos!».

Sobre el origen de esta leyenda hay varias versiones: una es la colonial, la cual se basa en las crónicas de Bernal Díaz del Castillo, quien participó en la conquista del Imperio mexica. Se cuenta que una mujer de origen indígena era amante de un caballero español y, cuando ella le pidió formalizar la relación, él se negó porque pertenecía a la alta sociedad. Este hecho desató la tragedia por la que su alma deambularía en pena.

Cuentan que esa noche la mujer despertó a sus pequeños hijos –un niño y una niña–, tomó un puñal y los llevó al río, el cual se encontraba muy cerca de su casa. Estando ahí, ciega por el coraje, los apuñaló varias veces hasta que los dejó sin vida.

Minutos después reaccionó y, al darse cuenta de lo que había hecho, corrió desesperada por el río y emitió el escalofriante grito por el que la identificamos.

Desde esa noche no se volvió a saber más de ella y se convirtió en mito. Quienes juran haberla escuchado dicen que deambula en las calles y los parques de la Ciudad de México, además de los canales de Xochimilco.

La leyenda de la Llorona es de origen prehispánico?
El conocido relato de la Llorona tiene su origen, en efecto, en el mundo prehispánico. Relata fray Diego Durán que en los días postreros de su reinado, Moctezuma II andaba pesaroso por una serie de pronósticos que se referían al fin de su mandato. Pidió que se le dijese acerca de sueños y apariciones, y: Lo mismo encomendó á todos los que tienen por costumbre de andar de noche, y que si topasen á aquella mujer que dicen que anda de noche llorando y gimiendo, que le pregunten qué es lo que llora y gime (Durán, 1951, I, p. 525).

La leyenda también le fue transmitida a fray Bernardino de Sahagún por sus informantes indígenas, y además podemos leerla en la Historia de Tlaxcala de Diego Muñoz Camargo. Está asociada a los famosos presagios funestos que se supone sucedieron antes de la conquista española y que vaticinaban el final del imperio mexica de Tenochtitlan. Esos presagios eran: una llama que aparecía en la noche, diez años antes de la conquista, y que provocaba desasosiego en la gente; el templo de Huitzilopochtli ardió sin que hubiera mano de por medio y mientras más agua le echaban para apagarlo, más se enardecía el fuego; un rayo cayó en el templo de Xiuhtecutli, sin que se escuchara trueno alguno; un fuego salió por el poniente y se dividió en tres partes, lo que provocó mucho alboroto; el agua del lago hirvió y anegó las casas; el sexto presagio –que nos interesa particularmente– fue el de una mujer que recorría las calles dando gritos lastimeros; otro más fue la captura de una especie de grulla con un espejo en la cabeza, en el que se podía ver una serie de acontecimientos y, finalmente, la aparición de personas deformes con un solo cuerpo y dos cabezas que luego desaparecían.

¿Cómo relata Sahagún lo referente a la mujer que salía en las noches? Dice así el franciscano (Sahagún, 1956, IV, p. 82):

muchas veces se oía: una mujer lloraba; iba gritando por la noche; andaba dando grandes gritos:

–¡Hijitos míos, pues ya tenemos que irnos lejos!

Y a veces decía:

–Hijitos míos ¿a dónde os llevaré?

El mismo fraile la nombra Cihuacóatl (mujer serpiente) o Tonantzin (nuestra madre) y apunta: Decían que de noche voceaba y bramaba en el aire (Sahagún, 1956, I, p. 46).

Agrega la narración que la mujer portaba una cuna que ponía en el mercado y allí la abandonaba. Cuando las mujeres iban a ver qué había dentro de la cuna, sólo encontraban un cuchillo de pedernal de los que se usaban para el sacrificio.

Por su parte, Muñoz Camargo (1982) relata así el acontecimiento:

El sexto prodigio y señal fue que muchas veces y muchas noches, se oía una voz de mujer que a grandes voces lloraba y decía, anegándose con mucho llanto y grandes sollozos y suspiros:

–¡Oh hijos míos! Del todo nos vamos ya a perder.

E otras veces decía:

–¡Oh hijos míos!, ¿a dónde os podré llevar y esconder?

Una de las expresiones relevantes del pensamiento popular son las leyendas que a veces se forjan a partir de hechos importantes. Otras responden a un imaginario colectivo que se va formando con el paso del tiempo pero que no ocurrieron en la realidad, como parece ser el caso de algunos de los presagios. Sin embargo, la Llorona trascendió al mundo colonial y aún hoy perdura en boca de las abuelas que nos relataron la historia de aquella mujer que se aparece y gime por sus hijos. Uno de nuestros cronistas destacados, don Luis González Obregón, comenta en su libro Las calles de México (2003) cómo a mediados del siglo XVI los vecinos de la ciudad escucharon agudos y tristísimos gemidos. Quien los profería era una mujer con traje y velo blancos que recorría las calles del centro y llegaba a la Plaza Mayor, donde se hincaba y volteaba hacia el oriente para proferir el último y angustioso lamento. Después continuaba su andar hacia las orillas del lago, en donde desaparecía. Este autor cita a José María Marroquí, quien señala: 

y no pocos de los conquistadore

Yo la otra vez fui a casa de la mamá de mi esposo y dormimos esa noche ay  eran las dos de la madrugada estábamos despiertos viendo televison y en eso apagamos la tele para ya dormir cuando derrepente se olle que pegan en la pared se ollo dos veces y le dije!! OISTE? el contesto -SI   y me empeso a sustar porque en su casa mucho se dice pasa la llorona o asi .!! Y entonces 2 minutos después de que oímos esos ruidos empezaron a aullar los perro muy feo y a llorar ..! Yo me asuste. Casi lloro ../ al dia siguiente te les pregunte a mis cuñafas y a mi suegra si no avían oído , me dijeron que noo😪💁🏻‍♀

"LA LLORONA UN DIA ANTES DEL TERREMOTO DE 1985 EN MÉXICO"

(RELATO VERIDICO)

Mi nombre es Raymundo Pérez y quiero relatarles un hecho verídico que me sucedió en 1985 cuando yo tenía 13 años y vivía en el Distrito Federal en México:
Un día antes, el 18 de septiembre de 1985 para ser exactos, cayó una lluvia espantosa por la tarde.
Yo me encontraba escribiendo en una vieja máquina de escribir olivetti, haciendo mis tareas de secundaria. Ese día había ido a visitarnos una tía, hermana de mi mamá. Recuerdo que me quedé sólo, pues mi familia la acompañó a la parada del bus, y poco después que salieron empezó a llover torrencialmente.Vivíamos en una privada con tres edificios construídos recientemente. Exactamente en lo que hoy se conoce como eje 6 sur esquina con Playa Mirador, en la colonia San Andrés en la ciudad de México.
Tenía prendido el aparato de televisión con el volumén elevado, pero yo seguía realizando mis tareas escolares sin prestarle mucha atención.La lluvia pegaba violentamente en los ventanales del departamento, a pesar de que vivíamos en el primer piso del edificio de enmedio y estabamos flanqueados por el primero. De repente se fué la luz pero enseguida regreso, sólo que con menor intensidad. En ese momento escuché que alguien me llamaba por ni nombre. La voz se oía como la de una mujer pero en una especie de grito desconsolador y lastimero terrible-Raaaymunnndooo.Raaaymuuunnndooo. Alcencé a responder:- Mande -distraídamente, pero al mirar hacia donde estaba el pequeño pasillo que conducía al baño y las 3 recámaras, ví flotando, como a un metro del suelo, a una mujer con un vestido largo color blanco, en una posición como echada para adelante y con las manos con unas uñas muy largas y extendidas hacia mí. Su cara se veía de un blanco sepulcral pero descarnada y con unos ojos completamente negros y como escurriendo sangre. Grité y me paré cual resorte echándome a correr fuera del departamento como un loco. Por ese entonces habían puesto una reja de fierro a la entrada del edificio, para protegernos de los robos, así que al llegar ahí no me pude salir pues obviamente estaba cerrada con candado, por lo que tuve que regresar a mi casa pues recordé que las llaves estaban puestas por dentro en el cerrojocon mucho miedo, sudando, temblando y casi llorando me dí valor y traté de estirar la mano por fuera para alcanzarlas, pero cual sería mi sorpresa que la puerta se empezó a azotar solita. Primero lentamente y después violentamente. Cuando eso sucedió puse pies en polvorosa de nuevo y corrí hacia los pisos de arriba, para pedirle a algún vecino las llaves de la entrada. Para ser exacto subí al tercer piso, toqué y salió una vecinasin pedirme muchas explicaciones me dió las llaves y volví a bajar con un miedo tremendo hacia la puerta de entrada. Al pasar por mi puerta ví que automáticamente ésta se empezó a azotar de nuevo y con violencia. Como pude metí las llaves y abrí la reja. Corrí como desaforado hacia el edificio principal, al primer piso también, donde vivía un amigo un poco más grande que yo, de nombre Elí, a quien le conté lo sucedido. Fuímos y bajamos el switch de mi casa para evitar que se siguiera gastando la energía eléctrica, pues todo se había quedado encendido y después me acompaño a mi departamente. Metió sus manos, saco las llaves y cerramos la puerta. Nos fuímos a su casa y como una hora más tarde llegó mi mamá con mi hermano menor. Le platiqué lo sucedido pero no le dió mucha importancia. Ese día no pude dormir absolutamente nada del miedo y la impresión que tenía. Al otro día me levanté a las 6 de la mañana, me bañe y me fuí a la secundaria de gobierno en la que estudiaba en ese entonces (la diurna No. 71 que está en las calles de Playa revolcadero y uno de los andadores de la colonia militar marte y que todavía existe). Antes pasé por mi amigo Elí, quien también estudiaba ahí sólo que en un grado más alto. Ibamos caminando, hasta eso recuerdo que riéndonos de nuestra reciente aventura, y cuando pasábamos cerca de una papelería que aún existe en la calle de Playa encantada (Papelería del Sur se llama) de repente me caí al suelo con todo y portafolios y el se empezó a reir a carcajadas. Sólo que al momento el también se cayó, y se empezaron a escuchar tronidos y un ruído muy agudo que retumbaba en los oídos. De repente ví que los vidrios de una panadería cercana estallaron hacia afuera en mil pedazos de una manera impresionante. Eran como las siete y 20 de la mañana y ya había suficiente luz, pero al ocurrir todo ésto el día se oscureció de repente. Veíamos pasar perros aullando y corriendo, y no comprendíamos lo que estaba sucendiendo. Hasta que mi amigo gritó: Está temblando, vamos a cubrirnos y empezó a rezar el Padre Nuestro. Nos guarecimos debajo de la cornisa de una paletería cercana, que recuerdo estaba pintada de verde y aún existe, y vimos como se empezó a abrir el pavimento hacia arriba como si fueran unas bocas gigantescas que escupían tierra y concreto hacia el exterior. Estábamos pálidos, muertos de miedo y sudando frio. El tiempo detuvo su marcha y nos pareció eterno. Sentíamos que nunca terminaría. Todo lo que ya relaté seguía sucediéndose inexorablemente. Veíamos gente saliendo a la calle, llorando y gritando. Se escuchaba un extraño murmullo de miedo, desolación y terror. Pero finalmente terminó. Todavía no estabamos seguros de que hubiera acabado, y para no dar pasos en falso nos quedamos unos minutos todavía rezando, hasta que estuvimos seguros que todo había terminado. Decidimos regresar a nuestro hogar; sólo habíamos recorrido unas cuantas cuadras, pero al regresar nos asustamos de la cantidad de gente que había en las calles; vimos algunas bardas derrumbadas, vidrios rotos por todos lados, y mucho desconcierto y desconsuelo. Cuando llegamos al eje 6 sur vimos que exactamente enfrente de nuestra unidad habitacional el pavimento se había roto impresionantemente. Se hizo un agujero enorme, que cubría la avenida (tiene como 5 carriles) completamente a lo ancho y como en 10 ó 15 metros a lo largo. Afuera de nuestro hogar había una cantidad enorme de gente. Ví a lo lejos a mi madre, a mis hermanos y a la familia de mi amigo. Nunca se me olvidara que la mamá de mi amigo Eli, una mujer muy supersticiosa y un poco chiflada, cargaba en sus manos un gran cuadro del sagrado corazón de Jesús. Todo mundo lloraba, comentaba con angustia y se notaba mucha trizteza y pesadez en el ambiente. Para no hacerles el relato más largo les diré que se cayó el edificio de hasta atrás de la unidad donde yo vivía. No se murió nadie de milagro, pero exactamente en el mismo departamento en el cual yo vivía (pero del edificio que se cayó) se quedó atrapada la familia que vivía ahí, compuesta por un matrimonio jovén y un bebé hermoso de un año. El edificio prácticamente se les vino encima, pues todo el primer y segundo piso se vino abajo. La mamá y el bebé salvaron la vida porque se metieron debajo de la mesa del comedor, y aunque les parezca increíble, soporto lo que se vino encima de piedra y casacajo. El padre quedo tumbado en el piso de lo que era el estacionamiento de abajo pero con el edificio arriba, aunque sin sufrir daños de consideraciónsólo su pie se quedo atorado entre cascajo, y tuvieron que amputarle un solo dedo para liberarlo. Afortunadamente ahí nadie murió, pero la ciudad de México, sobretodo en su zona centro, quedó destrozada. Dirán ustedes que que tiene que ver el relato de terror con el que inicié con lo que pasó ese díapues no tengo una explicación certera. Podría aventurar una pequeña explicación: la descripción de lo que yo ví ese día coincide con los relatos que ya existen acerca de La Llorona. Se dice que Es una mujer con un vestido largo de color blanco, con la cara descarnada, los ojos como cuencas y llorando sangre, y lo más característico es que sus manos tienen unas uñas muy largas y las tiene estiradas como si buscara arañar. Siempre está flotando con el cuerpo hacia adelante y más o menos a uno o un metro y medio del sueloy sus quejidos son muy lastimeros. Días antes del terremoto en México, se escucho llorar a La Llorona en varias partes de la ciudad. Su presencia siempre precede a grandes catástrofes y se aparece sobretodo cuando llueve muy fuerte (por aquello de que ahogó a sus hijos en un río).
(Créditos a quien corresponda)

El beso de la llorona
Estaba sentado en una silla leyendo un libro de fabulas, para recordar viejos tiempos, mire la lista y eleji él flautista de Hamelin, cuando termine de leerlo comencé a pensar en como él con su flauta encanto a unos niños y se los llevo lejos a un lugar totalmente desconocido, y en mi distracción mi tía me llama a almorzar un delicioso plato de lasaggna con pan de ajo y cocacola, comía tan lento que ella se extraño y me pregunto que me tenia tan distraído, y le dije que el cuento que leí me dejo pensativo porque esos pobres niños no tenían la culpa de haber sido víctimas por la mala paga de sus padres a un flautista que quizo exterminar a una plaga de ratas, lo que se me vino a la mente es que posiblemente ellos terminaron ahogados o peor, y mi tía me dijo que dejara de pensar tanto en los análisis de las historias con finales abiertos que me iba a volver loco, que mejor recordará la cita médica que tenia a las 5 de la tarde que me andara rápido, pues me aliste y salí a la cita, cuando iba caminando mire hacia el puente y había visto a una mujer vestida de novia con tres niños detrás de ella cargando El velo y yo emocionado me imagine El día de mi matrimonio pero que aún no conocía a esa chica tan especial, y que algún día seria tan afortunado de poder verla, sentir sus caricias y sus besos, pero me distraje tanto que al voltear ya no volví a ver a la novia, seguí mi camino y vi una heladería, se me antojo un helado de chocolate con salsa de fresa, y pues lo compre pero al voltear me tropieza una mujer muy hermosa, y se me ensucia la camiseta ya que El helado me cayó encima, élla sonrojada me pidio disculpas y yo le dije que no se preocupara, pero aun así insistió, me tomo de la mano y me dijo ven para limpiarte, y yo le dije que no se preocupara porque no era nada grave, que mejor me devolvía a casa a cambiarme la camiseta, y pues ella me dijo que estaba tan apenada que insistió en acompañarme, y no pude resistirme con esa sonrisa tan despampanante, y que con ternura con sus bellos ojos café claro me miraba a los ojos, y pues le pregunte su nombre y me dijo que se llamaba Maria, ella apenada me pregunto nerviosa El mio y le dije me llamo Andrew, es un placer conocerte, Te puedo decir Mary? Y ella me dijo que si :), en el camino me dijo que se sentía muy sola y que me vio desde antes mientras cruzaba el puente ya que le parecía muy lindo, y pues nervioso me dije a mi mismo este es mi momento, aproveche y le dije lo preciosa que se veía, con esa piel trigueña, esos rizos largos esos labios gruesos, tan rojos, tan delicados, que solo me daban ganas de acercarme y robarle un beso, y ella apenada dijo que tierno eres pero aun no espera que llegues a conocerme mejor y dije rayos me friendzonearon, en el camino de regreso a casa nos íbamos riendo de todo, y al llegar toque la puerta y nadie respondía, toque varias veces que nadie salio a abrirme la puerta y me acerque a la vecina a preguntar por mi tía, y ella me dijo que me había dejado las llaves de la casa, abrí la puerta y entre con Mary, de nuevo cerré la puerta para que nadie se metiera a la casa mientras me cambiaba el sueter, iba subiendo a mi cuarto cuando, Mary me dijo que quería acompañarme que no la dejara sola que le daba miedo, en esos momentos me sentí como todo un súper héroe, y le dije mi corazón ven y sube conmigo no te dejaré sola, y apenas dije eso se lanzo encima a darme un abrazo, pero ella también término ensuciando la blusa, y pues como todo un caballero dije que le prestaría una de mis camisas, élla apenada me dijo gracias y me tomo de la mano, cuando eso sucede nos miramos fijamente y nos acercamos tanto que comenzamos a besarnos muy apasionadamente, tanto que élla mordisqueaba mis labios y yo lamia su lengua, aliento con aliento, el momento se volvía mas intenso, tanto que termino quitandome la camiseta y yo le desabroche su blusa, la arrecoste contra la pared y le agarraba su cintura y ella comenzó a frotar sus pechos con los mios, le desabroche el sostén y ella me empujo contra mi cama, y comenzó a desabrochar mis jeans, lamiendo mi abdomen, comenzó a chupar mi ombligo hasta que se safo de mi interior también y se alzo la falda y se quito la ropa interior, ella gemía de placer mientras mordisqueaba mis orejas y metia sus uñas en mi espalda, la puse boca arriba y comencé a entrar dentro de élla, y en su orgasmo decía mi nombre cada vez mas fuerte, cada vez mas rápido y cada vez mas agitado, que al momento del climax su retina cambio de color y empezaron a salir lágrimas de sus lindos ojos, yo preocupado me detuve y le pregunte si la había lastimado y élla comenzó a mirarme fijamente, y me dijo yo soy la viuda, yo soy el solsticio del invierno y el ocaso en otoño, yo soy la que se los lleva al río, yo soy la luna de sangre, yo soy la que ama y mata, yo soy la que llora a sus hijos, yo soy la llorona, y cuando dijo eso le dije que no le creía que se calmara y que si era algo para llamar mi atención que no se preocupara que siempre cuidare de élla, en esos momentos su llanto ceso y me dijo que si era muy sincero lo que sentía debía demostrárselo, y yo le pregunte como, Mary se vistió y me dijo que me colocara mi ropa y eso hice, me dijo toma esta daga, y atraviezala en tu piel, le pregunte varias veces que porque queria que me hiciera daño, y élla me dijo que si en realidad la amaba que accediera a hacerlo era una muestra real de lo que puedo llegar a hacer para cuidarla, entonces sin pensarlo tome la daga y comencé a rajar mi piel, el filo frío comenzó a cortar la dermis, la epidermis, las venas y fluidos rojos comenzaron a salir de mi mano, tan profundo corte que mis tendones comenzaron a separarse uno a uno, las venas chorreaban burbujeantes malantiales de sangre, en esos momentos comencé a sentirme débil y élla con una sonrisa y mirada fría se iba acercando a mi Hasta que perdí la conciencia, al despertar, me encontraba en el hospital con la mano vendada, en esos momentos llego mi tía llorando porque pensó que quería suicidarme, y le dije que no se preocupara que yo iba a estar bien, que únicamente necesitaba estar solo unos momentos, mi tía se puso en pie y salió de la habitación, cuando la puerta se cierra sola y élla salio detras vestida de novia, se acerco a mi diciendo que ahora sería suyo por toda la eternidad, bajo hasta estar tan cerca de mi y su rostro comenzó a transfigurarse, todo esquelético, sin orbitas, con ojeras, El cabello largo pero grisacio, sus pupilas y la retina totalmente negras, brotando lágrimas de sangre, se acerco a mis labios y luego se apagaron las luces.
la Tía Miriam entro a la habitación del hospital donde se encontraba Andrew y no lo hallaron reportando su caso como desconocido ya que cuando registraron las cámaras estaba en la habitación pero a los dos segundos su cuerpo desaparece de la nada, es él día de hoy los detectives aún investigan y le buscan una explicación lógica a su misteriosa desaparición.

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