-Traición-

De nuevo el canto de las avesillas por la mañana habían comenzado a escucharse en todo el palacio de Abtule, de nuevo las actividades habían iniciado con su rutina de todos los días. El olor de los desayunos para toda la familia real ya estaba siendo preparada con tata delicadeza y sazón, los sirvientes ya comenzaban a darle atención a los caballos y a todo jardín del palacio.

En la habitación del jovén Hiro, el asiático se encontraba despertando de manera pesada y aflojerada, jamás se había sentido de esa manera a su joven edad, pero en este día le estaba costando levantarse. Su cuerpo lo sentía cansado y sin energía, el pequeño Mochi intentaba darle pequeños arrumacos para lograrle transmitir un poco de su ánimo, pero fue imposible. La luz del astro rey ya daba paso en entrar e iluminar todo a su paso, el Omega sintió aquél calor del Sol, buscó entre lo más cercano a su cuerpo y se lo llevó a su rostro, sus ganas de estar en su cama era demasiado fuerte.

-¿Hiro?-se escuchó del joven sirviente quién llamaba detrás de la puerta, lentamente abrió las puestas de los aposentos para toparse aún el cuerpo del Hamada menor arropado en sus sábanas.- ¿Sucede algo? ¿Estás enfermo?-se acercó a la cama algo preocupado al no obtener respuesta del otro.

-No tengo muchas ganas ...de levantarme Kubo-dijo Hiro debajo de las sábanas.

-Vaya, eso es muy inusual en ti.- se sienta a un lado de él-¿Seguro que no estas enfermo?-Kubo intentó meter su mano para buscar la frente del joven príncipe, tal vez había supuesto que una fiebre le había llegado, pero cuándo su mano tocó su piel, no notó ninguna indiferencia.

-Ves...no estoy enfermo, solo me siento sin ganas de salir de aquí...

-¿Estás seguro que no sucede nada mal en ti?, hasta Mochi desea que te levantes..Miguel te estará esperando que desayunes con él-dijo el Omega sirviente haciendo una leve sonrisa ladina. Sin embargo, no tardó en levantarse algo lento pero si logró salir de su cama, Kubo no tardó en ayudarle a vestirle.

-Estás algo pálido, seguro ¿Que no te duele nada?.

-Si demasiado seguro, solo me siento algo sin energía. Tal vez si hago algunas actividades este bien...tranquilo.

Kubo lo miró con algo de duda a lo que el asiático le estaba dando cómo respuesta, pero era cierto, su piel estaba más pálido, en sus ojos se podía notar que el sueño no había sido de gran ayuda, ¿Pero qué fue lo que le hizo no descansar?

Mientras ambos jóvenes estaban hablando, Asra caminaba cerca de los aposentos del Hamada menor, desde la vez que vío que el Omega ya comenzaba actuar extraño, en su mente solo había un plan que haría que entre los mismos príncipes. El veneno no fue un total éxito, si no ubiera sido por ese Omega que se estaba intrometiendo en sus planes por obtener el poder total del Sultán. Si sus sospechas no estaban lejos, Hiro estaba comenzando a sentir síntomas de su proceso, no podía negar que aquellas vendas significaban algo en especial.

Nunca mencionó quién fue el responsable de esas marcas, pero de algo estaba seguro que la relación que tiene con el Alfa menor, siempre estaban cercanos, a dónde debía estar el otro no faltaba que su acompañante apareciera. Su plan ahora, era jugar con un poco de fuego, sabiendo que la estabilidad de las relaciones entre los miembros del reino podría hacer un gran rompimiento, haciendo nacer completamente la infidelidad y la confianza.

-Señor Asra- habló uno de los secuaces que llegó a dónde su amo estaba-Ya hemos conseguido la poción de los sueños, ¿Que haremos ahora?.

-Vayan a la cocina y discretamente viertanlo en el plato del joven Hamada y el joven Marco. No les quiten en absoluto el ojo, cuándo vean que ya hayan caído, llamarme lo más rápido posible...¿Entendiste?.- Miró serio a su secuaz quién este solo hizo una leve reverencia y sin pensar más se dirigió a la cocina, tal cómo se lo había dicho su amo. Asra con una leve sonrisa dió una última vista a dónde estaban los Omegas, está vez dejaría que la misma diosa de la cólera desatara su poder. Nadie sabía lo que pudiese suceder desde ahora.

Mientras tanto, en el comedor real, la familia ya estaba reuniéndose para comenzar con sus alimentos, charlas, nuevas miradas entre los miembros no se hicieron esperar. El Sultán dió la bienvenida a Héctor al palacio de Abtule, también le dio la disponibilidad de ser tratado cómo uno de sus invitados cómo lo estaban haciendo la familia Hamada. Tadashi le había enseñado un poco de las tradiciones que hay en el reino, además de darle clase de idiomas e historia, cosa que el Omega de piel morena no le encontraba desagradable.

-¿Y el joven Hiro?-preguntó la Sultana quién ya estaba tomando asiento, Miguel se dió cuenta de que su amante aún no había llegado, sin embargo su hermano le hizo una seña con su rostro de que se calmara, el cuál este le dio cómo respuesta una leve sonrisa.

-De seguro debe estar cansado Luisa-respondió el Sultán- tantas cosas que le ha asado creo que necesita un respiro a todo esto.

-Señor-habló Tadashi-lamentamos estarle dando estos inconvenientes.

-No, nada de eso hijo. Se que son cosas que suelen pasar por el destino, cosas que uno nunca se imagina que suele pasar.

-Y que no sabemos actuar con razonamiento, mi señor- habló Asra quién hizo que todas las miradas se dirigieran a él quién estaba entrando al comedor con una sonrisa tranquila pero que no te dejaba de pensar que tramaba algo debajo de esa extraña calma.

-Oh, querido amigo, buen día-dijo Enrique dandole una leve señal para que tomara asiento, él no se negó y lo tomó rápidamente.-Es bueno tenerte en el desayuno, siempre no estás para acompañarnos.

-Bueno, el día de hoy mi señor...es un día magnifíco para estar abierto a nuevas sorpresas-dijo esto último lanzando una sonrisa maliciosa a Miguel, quién este lo tomó cómo una especie de advertencia. No duró demasiado cuándo de vuelta la puerta se abrió y dejó ver a los Omegas quién ya se unián al desayuno.

-Lamento hacerles esperar-dijo Hiro quién comenzó a tomar asiento cerca de sus familiares y quedar frente a su amado,Miguel no tardó en enviarle una tierna sonrisa. Luisa miraba con detalle a Hiro, cómo lo habíamos hablado, nuestro joven protagonista estaba viéndose extraño y las miradas curiosas no podían faltar en esta situación.

-Oye, ¿estás bien?-preguntó Kyle quién estaba a un costado del Omega.

-Si lo estoy...es solo que hoy no estoy con mucha energía.

-Debió ser todo el viaje...-respondió Tadashi- un descanso y todo estará bien.

-Gracias hermano, pero no quiero dejar de ayudar en las actividades, así que tal vez es solo es la fase mañanera.

-Mis señores, el desayuno esta servido.- dijo una de las jóvenes sirvientas quién abrió las puertas de la habitación para que una fila de sirvientes pasarán con las grandes bandejas de comida. El deliciosos aroma inundó en segundos el lugar, los estómago hambrientos hacían ya su llamado para dejarse llevar por la esquisita vista. Todos comenzarón a deleitarse, sin embargo, la mirada de Asra no dejaba de ver cómo sus dos objetivos de su plan comían sin preocupación su comida, ver cómo cada bocado llegaba a sus labios y se fundian para saciar su hambre.

El tiempo pasaba y ya algunos terminaban ya de su desayuno, la plática ya estaba​ siendo amena, tratando algunos asuntos que se habían quedado en pausa, mientras buscaban el paradero del asiático. Entre risas , aparecieron bostezos, primero fue el joven Alfa Marco y después de unos minutos aparecieron en el Omega.

-Creo que me esta cayendo muy pesado la comida...-dijo Marco quién ya estaba acomodando sus platos- lamento irme así, pero me estoy sintiendo algo cansado, con su permiso familia.- todos asintierón y el príncipe se retiró, pero uno de los "soldados" que estaban allí, salió detrás de él. Hiro comenzaba a sentir sus ojos cerrarse, intentaba despertarse para si, Miguel notó que su compañero estaba evitando caer en sueño, dejó salir una pequeña risa traviesa y miró al Omega.

-Hiro, si quieres descansar puedes hacerlo.

-No Miguel, estoy bien...no quiero dejarles así nada más.

-Esta bien, necesitas un descanso-habló Enrique mirandolé amablemente- puedes retirarte.

-¿Quieres que te acompañe?- dijo el joven sirviente que le ayudaba levantarse de su lugar, pero Hiro negó la asistencia de su apoyo y salió solo a sus aposentos. Igual cómo pasó con el joven Marco un soldado fue detrás de él. El desayuno continuó con su rutina, pero después de unos minutos, un sirviente de Asra le llamó, el consejero real se despidió de la familia y fue con su sirviente, sin levantar una mínima sospecha. Pero aún así, la mirada de Kyle no dejaba de seguirle, al joven Omega le estaba dando una mala espina.

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-Al fin llegas-dijo Rasiti, quién esperaba con ansias en los aposentos del príncipe Marco. Asra miró que en la cama yacían los cuerpos perdidos en el sueño del Omega Hamada y el otro hijo Alfa del Sultán.-Llevan un buen rato, así que no despertarán hasta unas horas.¿Qué piensas hacer?.

-Lo que debo hacer...manchar el nombre de ser un maldito Omega inservible. ¿Sirvientes?-tres hombres salieron frente a su amo haciendo una reverencia- Quitarle las ropas a ambos...dejenlos desnudos.

Los sirvientes no dieron contra a su orden, comenzarón a quitarles las ropas a ambos, cada movimiento brusco no fue suficiente para que despertados. Esa pósima era tan fuerte que dejaría dormida a un ganado por días si se les suministraba de manera excesiva, poco a poco las ropas comenzaban a caer a los suelos, la piel ya estaba saliendo a luz de ambos jóvenes inertes en la cama. Cuándo ya habían terminado con las ropas Asra les pidió que acomodaran a los jóvenes entre las sábanas, colocándolos en poses sugerentes que cualquiera que llegara malpensar la situación, cosa que era la idea de este malvado Alfa.

Rasiti se acercó al cuello del Omega, quién aún portaba sus vendas cubriéndole. La marca de su amante aún estaba roja y aún se podía ver que apenas estaba cerrando.

-Toma esto Rasiti- dijo Asra dejando en sus manos una especie de instrumento similar a una boca humana.

-¿Que quieres que haga con esto?-dijo algo extrañada la bella mujer.

-Vuelve a marcar, no sentirá nada de dolor ahora que esta dormido. Y que sea cerca de la antigua...el día de hoy veremos quién es el verdadero Alfa que se vínculo con este. Si mis sospechas no me engañan, con esto evitaremos que asienden tan pronto los príncipes y esta basura se irá a la calle con todo y la escoría que lleva en sus entrañas.

-Espera ...él está...-dijo sorprendida la mujer.

-Si, y no queremos que esto sea un maldito obstáculo más para mi nuevo poder. Ahora márcalo.-Rasiti no dijo más e hizo lo que le pidieron, con fuerza colocó aquél instrumento y rápidamente dejó una marca similar a un nuevo vínculo, pero solo quedaría cómo una leve marca en unos días. Asra y Rasiti salieron de la habitación dejando a los jóvenes inconscientes, dejaron que pasaran las horas para que la presencia de los chicos, les fuera de extrañeza y los fueran a buscar.

Asra se estuvo entre los pasillos esperando que algo sucediera y diera señal, ya que no faltaba mucho de que la pócima dejara de hacer efecto. Sin embargo, Miguel apareció en los pasillos dirigiéndose a los aposentos del Hamada menor, entró y duró unos segundos dentro, pero de pronto el joven salió preocupado gritando el nombre de su amante.

-¡¿Hiro?!¡¿Dónde estás?!...

-Joven Miguel-salió Asra de su escondite, actuando que por mera casualidad pasó- ¿Sucede algo?

-No, no es nada...-el joven se resistió en mencionarle algo.

-¿Seguro? Oí que buscaba al joven Hamada...¿Aún no regresa a su habitación?.

-¿Cómo?...él se fue desde que terminamos de desayunar...

-Oh si, lo recuerdo, pero yo ví que el joven se fue junto a su hermano a sus aposentos-dijo caminando detrás del príncipe- pero creo que no han salido de allí desde hace un...par de horas...-dió una leve mirada ladina para mirar discretamente a Miguel. Vió cómo poco a poco comenzaba a temblar su cuerpo, sabía que Miguel era algo amable y muy buen joven, pero tenía una debilidad, él es demasiado inocente y podía creer cualquier cosa que le dijeran.

No tardó cuándo el joven camino rápidamente hacía los aposentos de su hermano, su corazón estaba cómo loco, sus sentimientos estaban siendo mezclados con coraje, miedo y descepción. El miedo lo estaba apoderando, Asra lo siguió intentándole dar apoyo para que se tranquilizara, pero este hombre estaba disfrutando verle sufrir.

-Señor..llamé a la puerta tal vez...estén hablando de algo muy importante.

-No ...nolo sé...yo...

-Oh no se preocupe mi señor, yo tocaré por usted...-Asra tocó un par de veces pero no obtuvieron respuesta, el consejero estaba deseando qué aún estuvieran tal cómo los había dejado para darle un buen golpe al joven príncipe. Lentamente el consejero real, abrió las puertas, vió cómo los ojos del joven Alfa se abrieron de golpe al ver tal escena, Asra miró su obra de arte, vieron ambos cómo lentamente el Omega comenzaba a levantarse del cuerpo del príncipe Marco, sin saber lo que estaba ocurriendo, confundido y mirándose, llevó su mano a su cuello quién hizo una expresión de dolor.

Sin embargo, la mirada del Omega se cruzó con el Alfa quién yacía inmóvil en la puerta sin creer lo que estaba mirando.

-Miguel....no....








......no es lo que piensas.....

Lo que no contó el Omega, es que era demasiado tarde.....


Continuará.............












hellllooooooooooooooo jajaja xD, volví del inframundo. No me lancen piedras, creanme que me metí mucho en el cuerpo de Asra...tenía que sacarlo creen que nuestro nene Miguel lo crea...o que piensan que vaya a hacer??

Y cómo prometí, voy a subir unos pequeños fanarts me han enviado :D <3, sin embargo mi lap los carga demasiado lento ono, así que los subiré más tarde nwn de eso si no hay problema <3 les agradezco sus hermosos detallitos. <3 <3 :D

sin más nos vemos en la siguiente!!! los amo y no me lancen chanclas que si duelen xD/

Beka-san~

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