🌙 Nueva vida 🌸

Habían pasado 3 días desde que el joven omega, comenzó a vivir en el palacio, pero nunca quería tomar los alimentos que le mandaban de la cocina real. No había salido para nada de la habitación. De hecho el joven Miguel, lo visitaba por las tardes pero Hiro jamás le abría la puerta, al único que podía hablar era con Kubo, lo hacía sentir más en confianza y que además venían de las mismas tierras.

Asra intentó entrar a su habitación pero nunca logró su cometido, ya qué los guardias nunca se retiraban del lugar o se topaba con el joven príncipe frente a la puerta. Planeaba todo movimiento para llevarse a ese omega, aún necesitaba alistarlo para llevarlo a otra parte de su plan, debía tomar varias precauciones.

Miguel volvió de nuevo por la tarde a intentar hablar con Hiro, quería ayudarlo a conocer su nuevo hogar, hasta que al menos encontraran a algún transporte para llevarlo de regreso a su hogar. Golpeó la puerta pero no obtuvo ninguna respuesta, volvió a golpearla, y escucho que algunos objetos caían del suelo, ¿Qué estaba pasando?.

-¿Hiro estás bien?¿Pasa algo allí adentro?-intentó de nuevo golpear la puerta pero esta vez decidió intentarlo abrir. Golpeo con su pierna la puerta intentando abrirlas, pero no funcionó. Tomó un poco de camino y dejó correr para taclear aquella puerta de madera, al fin pudo abrirla, pero cuándo abrió aquella puerta, un aroma dulce llegó a sus sentidos, de vuelta su corazón volvió a descontrolarse, sus mejillas comenzaron a tomar color,sus respiraciones eran pesadas, y sus instintos estaban volviendo a descontrolar.

De nuevo, aquél chico volvió a estar en celo.

Rompió un poco de sus ropas y tapo su rostro con ella, improvisando un cubrebocas, miró a sus alrededores pero no había nadie, ese cubrebocas lo estaba haciendo calmarse un poco. Entró lentamente a la habitación, la cama estaba completamente desordenada, algunos platos y vasos estaban tirados en el suelo, busco a aquél joven asiático y lo encontró envuelto en sábanas, sentado en un rincón. Estaba jadeando y su rostro estaba sonrojado y algo exaltado.

-Por...favor...no me hagas nada...- dijo el omega mirándolo con suplica.

-No haré nada...te lo he dicho...-de un pequeño bolsillo saco un frasco, Leo le había dado algunas pósimas para calmar los celos, el cuál funcionaba para Omegas y Alfas.-toma...esto hará que calme un poco...- se acercó un poco y lo dejó cerca de él.

Hiro lo miraba algo confundido​, pero esta vez intentaría confiar en él. Tomó aquel frasco, lo abrió y lo comenzó a beber. El joven príncipe lo observaba detenidamente, su olor era tan dulce, le agradaba y lo ponía loco, pero no quería asustar a su invitado que ayudó y descubrió que fue secuestrado y llegó a un mundo nuevo. Se acercó a una silla que estaba en la habitación y tomó asiento.

El ambiente estaba convirtiendose en un silencio incómodo, el joven Miguel estaba quitándose su cubreboca lentamente, notó que aquellas feromonas estaban disminuyendo. Hiro aún no se movía de su lugar, teniendo esa sábana alrededor, miraba detenidamente al príncipe, cuando sintió que lo estaba mirando, le regalo una amable sonrisa dejándole ver su oyuelo en su mejilla, la mejillas del joven Omega resaltaron un leve sonrojo.

-¿Estás mejor?- dijo Miguel mirándolo tranquilo.

-Sí, eso parece...gracias.

-No es nada, tenía que hacerlo, no quería exponerte a problemas.

-mmm pero lo hiciste.

-¿Eh?

-si, entrando y encerrandoté junto conmigo.- lo miró altanero.

-Ah...disculpa, pero lo hice porqué, ammm bueno entiendes, no quería que tu olor atrayera a más.

-Ya veo- lo siguió mirando aún sin levantarse del lugar dónde estaba.-¿Qué querias de mí? «Majestad».

-Ag...no me llames así, Miguel se oye mas mejor.

-Esta bien, «Majestad Miguel».

El joven príncipe soltó un suspiro de resignación, al parecer no le agradaba a Hiro en absoluto. Pero no se iba rendir en crear confianza con él.

-Bueno, venía para llevarte a caminar un poco, has estado encerrado, y no quiero verte estresado o incómodo por no salir.

-No Gracias.

-Amm por favor, Hiro sólo es una simple salida, no haré nada en contra tuya. Irá también Kubo con nosotros.

-mmm, iré, pero no porqué vayas tú.

-Emm, si eso lo tengo entendido.-le dio una sonrisa nerviosa, el chico Omega veía cómo es qué al contestarle de esa forma le devolvía una sonrisa tranquila. Odiaba a la gente adinerada, creían que todo les pertenecía y ahora está en un palacio con un príncipe que le daba mucha atención.

-Bien, debo cambiarme.

-Sí, esta bien- los dos se miraron mutuamente, mientras que Hiro le hizo una mueca molesta dándole a entender que necesitaba privacidad.- ah! Es cierto perdona mi intromisión, estaré afuera, también ire a vestirme.- se levantó y salió de la habitación dejando al chico sólo de nuevo.

-¿Señor?- estaba afuera su fiel sirviente con algunas ropas en sus brazos.

-¡Kubo! Ah...hola amm...ya hablé con Hiro, aceptó acompañarnos, así que iré a vestirme, ahorita los veo.-se retiró.

-Hiro soy yo Kubo, ¿Puedo entrar?.

-Si, entra.

Kubo abrió la puerta lentamente y vio al chico aún envuelto en las sábanas, y viendo el asiento dónde estuvo el joven príncipe.

-Te traje otras ropas para salir, utilizarás un turbante para que no vean tu rostro.

-Gracias Kubo, tu señor es muy insistente.

-Si suele serlo, pero no de manera negativa, debes salir un poco, conocer ahora tu nuevo hogar.

-Sabes Kubo, yo lo considero un hogar, esta repleto de Alfas orgullosos, yo deseo regresar a mis tierras.

-Hiro, no digas esas cosas, el joven Miguel esta haciendo.muchas cosas por ti, entre ellos llevarte a tu hogar, pero primero quiere ayudarte para prepararte.

-Aún así, no confío en él.

-Ay Hiro, necesitas conocerlo y escucharlo, déjale un poco de relacionarse contigo.

-Tal vez en sus sueños.

-Jajaja ay Hiro, mira aquí están tus ropas. Te dejaré que te vistas, estaré esperándote.

-Si Gracias Kubo.

Y así el chico asiático quedo sólo, pensaba en lo que había dicho el joven Beta, ¿Tendría que ser amable con aquel Alfa?. Aún no se sentía seguro de confiar, pero de algo no puede negar es su olor, su olor le atraía de alguna forma.

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Pasaron unos minutos y Hiro salió de sus aposentos, vestía un turbante que sólo le dejaba ver sus ojos, su collar de castidad de oro aún le reducía en su cuello, pero hizo un intento para que no sé viera.

Al salir, vio al joven Kubo con algunas canastas en mano, mientras sus ojos se sorprendieron al ver al príncipe vestido de un aldeano, las ropas que traían le hacía resaltar su cuerpo bien formado, lo bueno de traer un turbante no le dejaba delatar su sonrojo.

-Bueno Hiro, iremos a comprar unas cosas al mercado, mi señor quiere también enseñarte algunas cosas del pueblo- dijo el joven beta que llevaba una sonrisa emocionada en su rostro.

-Espero hacer lo mejor, y que lo disfrutes.- dijo Miguel mostrándole su sonrisa.

-Si cómo sea- cruzó Hiro sus brazos cómo si no pasará nada, pero en realidad su corazón estaba apunto de salir.

El sol estaba en su punto más alto, la gente enel pueblo hacía sus negocios, haciendo comidas, ropas, todo un sin fin de cosas que la gente acostumbraba a vender. Para los ojos del asiático era algo nuevo, dónde el vivía si había mercadería pero no cómo esta que esta llena de muchas cosas que te puedes imaginar. Miguel miraba de reojo a Hiro, soltaba unas leves sonrisas al ver el rostro lleno de curiosidad del chico, aunque aquél turbante le dejará ver un poco.

-Mi señor, iré a comprar algunas frutas, ¿Quiere algo en especial?- dijo el joven beta.

-Mmmm busca si tienen alguna fresa, desde hace mucho antojo, pero los trabajadores de la cocina no han podido encontrar.

-Ya veo, ¡ya sé quién tendría!permítame retirarme para comprarlas, Nos vemos Hiro no tardo.

-Esta bien Kubo- respondió Hiro.

Y entonces, Kubo se retiró con sus canastas y su presencia se perdió entre la multitud. Miguel y Hiro quedaron solos, el joven príncipe no sabía que hacer, mientras Hiro sólo estaba allí indiferente a la situación. El Alfa comenzó a pensar en cómo le mostraría el pueblo, de pronto una sonrisa se formó en su rostro.

-Hiro ven conmigo quiero mostrarte algo.

-Mmm primero dime a dónde es.

-Jajaja cierto no confías mucho, bueno hay un pequeño criadero de flores que le pertenece a una gran amiga, y pensé que te gustaría.

- ahh, esta bien si dices.

-No te vas a arrepentir en serio- le dijo sonriéndole de lado a lado- vamos.

El chico asiático solo rodó sus ojos y siguió al príncipe Miguel. Pasaron algunos minutos mientras caminaban por el lugar, algunos vendedores reconocieron al chico moreno, pero eran muy reservados en su saludo pues no quería que una turba de chicas llegarán para ponerse en la lista de prospecto par concubinas. Hiro entendió el porqué se vestía de esa forma, pero parecía que al joven príncipe no le importaba en lo absoluto que gente del pueblo lo abrazara o saludara tan familiarmente, se veía que era un Alfa completamente humilde, el chico se dio cuenta que tal vez estaba un poco equivocado.

Mientras más avanzaban, gente le regalaba algunos detalles como un vaso de su mejor vino, panes del mejor trigo, fruta y telas para sus ropas finas. Hiro sólo miraba cómo toda persona que veía al príncipe le daban lo mejor de sus productos, pero Miguel sólo no aceptaba tantos detalles, no le agradaba que le dieran micha atención y le den las grandes maravillas.

Al doblar a uno de los callejones, Miguel le hizo una seña a seguir, Hiro solo obedeció pero no dijo ninguna palabra, mientras más se adentraban, pequeñas ramas de plantas colgaban alrededor​, haciendo un túnel en el camino, más adelante se podían ver flores de colores rosas, Hiro reconoció la flor, se detuvo a verla y no pudo evitar que al final del camino, un jardín inmenso y lleno de color se hizo presente.

Gardenias, margaritas, rosas, tulipanes, claveles, en fin era un pequeño mundo floral, el ambiente se llenaba de diversos aromas dulces y frescos, Hiro se destapó su rostro y miró todo a su alrededor, le hizo recordar mucho a su familia, Miguel se dio cuenta de la reacción que tuvo el joven Omega, una leve sonrisa pudo aparecerse en su rostro, esa imagen del chico le encantaba era algo tierno de mirar.

-¡Miguel!¡Qué gusto verte por aquí- salió una mujer no tan mayor, con ropas de colores suaves rosados, su cabello era largo y lacio de colores oscuros, sus ojos se podían percebir de colores azules y unos labios de rojo carmesí, camino y abrió sus brazos para poder rodear al joven príncipe, el cuál respondió con familiaridad.

- Te extrañé mucho Desirée​.

-Vaya vaya, ya escuche las nuevas nuevas de que tu hermano y tú son los candidatos al palacio.

-Si, pero ya sabes lo que pienso sobre eso...

-umm ¿Quién es el chico?- miró a Hiro y él respondió asustado, pues aún no conocía la lengua de ese lugar.

-Oh, déjame presentarte Hiro ella es Desirée​ mi mejor amiga de la infancia, y la que ma ayudó en la enseñanza de cuidar mis jardines. Desirée​ él es Hiro un chico que ayudé.

-Oh es un gusto Hiro- dijo Desirée​, Miguel tradujo lo que la mujer había respondido, Hiro hace una pequeña reverencia.

-Disculpa, pero debemos tener paciencia aún no entiende mucho nuestra lengua.

-Está bien Miguel- se acercó a Hiro y tomo su mano, el Omega iba a revatarle su mano pero, la mujer comenzó a acariciar su palma.- Veo qué vienes de muy lejos pequeño.

-¿Miguel que está diciendo?¿Porqué hace eso con mi palma?.

-Desirée​ es una buena lectora de la fortuna, y esta leyendo un poco tu procedencia.

-Pequeño, todas las situaciones que pasaste, tiene una gran luz cálida al final, confía en tu salvador, tu pareja destinada está más cerca de lo que crees.

-Desirée​, ¿Su pareja destinada?-dijo Miguel con demasiado asombro.

-Éste chico...ya tiene a su pareja destinada.

CONTINUARÁ.....

holiii jajajaxD disculpen si tarde en subir el cap, pero me dio una crisis de la idea xD, pero ya salió.

Desirée​ es toda una loquilla xD, sabe leer la fortuna y puede saber historias del pasado de la persona, y lo que le podría venir a futuro, y Hiro tiene a su pareja destinada cerca. ¿Miguel lo sabrá?.

Y quiero agradecerles de corazón de apoyar está historia y las otras más que he escrito, ustedes han sido mi inspiración :3 ❤❤📃

Cuidense mucho y nos vemos en la siguiente :D

Beka-san~

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