🌸Intrusos en Abtule🌸

Los meses habían pasado el palacio de Abtule, el joven Hiro había ya aprendido algunas actividades dentro del lugar, al fin podía hablar con claridad el idioma gracias a su compañero y amigo Kubo, se había convertido en uno de los trabajadores del palacio, con excepción de que los demás miembros lo tratarán como un invitado de la realeza. En cambio Miguel ya había comenzado a tener grandes responsabilidades que su Padre el Sultán lo ponía a prueba, su hermano se había convertido en su mano derecha, así los dos podían hacer las mismas tareas pero con su manera de gobernar.

Sin embargo, Asra había vuelto con nuevos planes, ahora que los Príncipes tenían mayor tiempo en responsabilidades reales, sabía que dejarían de alguna forma inmune al omega, pero durante estos 5 meses, tuvo oportunidades en dónde él quedaba sólo trabajando en los jardines pero de alguna forma llegaban para no dejarlo sólo. Esta vez tenía un plan bien diseñado, el omega ya estaba dentro de los sirvientes, entonces el tenía que entrar allí.

Una mañana, Hiro había ido a la cocina a ayudar a Kubo y otros cocineros a preparar los platillos, Asra lo estuvo siguiendo cada paso, pero en la cocina iba serle imposible por llevarselo, pasaron las horas y esos empleados no lo dejaron sólo. El consejero tuvo que retirarse para ver la siguiente actividad que tendría el omega. Después de un rato volvió a los pasillos ahora dirigiéndose a la habitación del chico, sus secuaces le habían informado que ya había regresado y que tal vez estaría sólo, Asra tenía una gran sonrisa maliciosa, sentía que esta vez ese Omega de cuarta al fin lo escucharía de una vez.

Mientras tanto, en la habitación de Hiro, se encontraba el joven Omega estudiando lengua junto al sirviente Beta que le daba algunas notas por tomar. El pequeño minino Mochi jugaba alrededor de la habitación pues ya tenía un tamaño más grande y le encantaba hacer travesuras, el cuál era causas de los regalos de Kubo por distraerlo en sus clases.

-Repite después de mí: Sa-yi-di (Mi señor).-dijo Kubo mirando a Hiro quién lo miraba atento en la pronunciación.

-¿Sa...i...bi..?- dudaba Hiro en su pronunciación.

-De nuevo: Sa-yi- di.

-Ah...Sayidi.

-Perfecto Hiro, con esto estamos diciendo «mi señor», así podrás hablarle a los miembros de la familia. Me has sorprendido mucho en estos 5 meses.

-Gracias Kubo, bueno no lo lograría sin tu ayuda. Ahora puedo hablarlo y entenderlo, pero hay algunas cosas que no sé pronunciarlos.

-No te preocupes todo con calma. Así me recuerdas al Príncipe Miguel cuando aprendió otros idiomas.

-Espera, ¿Miguel habla otros idiomas?.

-Sí- dijo Kubo para cerrar el libro que tenía en sus manos- entre ellos esta el japonés, Italiano, Chino y nuestra lengua el Árabe. Todos los miembros están obligados a aprender más idiomas ya que algunas temporadas el Sultán tiene que negociar con otros reinos.

-Woow, sólo creí que hablaba el japonés y me sorprende lo preparada que es la familia real.

-Si, ellos siempre se preparan para todo, por eso les agradezco el servirles.

-También...yo estoy agradecido con Miguel. Aunque me tenga en secreto de su padre.-Hiro agacho su mirada algo triste, sí el chivo a veces quería que la familia de Miguel lo conocieran y lo mucho que les puede ayudar en su reino en especial al príncipe.

-Ay Hiro, no pongas esa cara, verás que pronto los conocerás, además la señora ya te conoce porqué el joven Miguel le habla de ti.

-¿En serio hace eso?- abrió sus ojos con sorpresa al saber que ya la madre del príncipe sabía de su existencia.

-Si, y su madre lo apoya en ayudarte, bueno antes que jos agarre el atardecer, sigamos con las últimas palabras.

-Bien- sonrío el joven para seguir con sus papiros de estudio.

-Repite después de mí: Zawj «Marido».

-Ah, es za...-la respuesta del Omega fue interrumpido por la entrada de un hombre de ropas finas y piel morena, los ojos del asiático se abrieron de golpe, reconocía aquel hombre, nunca imaginó que estaría en este palacio.

-Oh..Asra buena tarde, ¿Qué le trae por aquí?- dijo Kubo con un poco de sequedad en el saludo, tampoco a él le agradaba mucho. Hasta el pequeño Mochi se escondió debajo de la cama, Hiro quedó en silencio y observando a aquél hombre que lo drogo anteriormente y que por poco iba ser violado por uno de los príncipes.

-Buena Tarde, vine a ver el dichoso rumor del nuevo trabajador que tiene a todos fascinados. Y mira, no me equivoqué con que estaría aquí, que acaso ¿Lo ocultan del Sultán?- miró el hombre a Hiro con una sonrisa malvada. Está vez Hiro podía eentender lo que el hombre estaba diciendo, pero se omitió decir una palabra en respuesta.

-El Príncipe Miguel es el que ha aceptado ayudarle a este joven extranjero- dijo Kubo para que dejará de intimidar a Hiro.

-Oh pero el Sultán lo debe de autorizar, ¿Sabes porqué?, el chico es un Omega entre sirvientes Alfas y Betas, y sin resaltar que hay mayoría de Alfas. Y sería un gran peligro, o que sea un ladrón intentando decaer el reino. Me preocupo mucho por mi señor y su familia.

-Pero aún así, son órdenes del Príncipe Miguel.

-Pero las órdenes del Sultán tienen mucho más poder. Además un tour por el palacio completo no le haría nada mal, ya que sólo se lo pasa en la cocina y jardín.

-Aún así no se lo voy a permitir, mi señor sigue siendo parte de la familia real y las órdenes tienen el mismo poder señor Asra.

Asra miró un poco molesto al joven sirviente, este se le acercó amenazante cortando su distancia.

-Pero tu eres un simple sirviente que obedece al hijo del Sultán y yo soy un rango más que tu maldito be...- antes que el hombre terminará su frase una voz masculina interrumpió su amenaza.

-¿Qué esta pasando aquí?- las miradas se enfocaron a un joven que había llegado a la puerta de la habitación, piel morena, ojos ámbar, y un lunar de bajo de sus labios, Hiro por un momento pensó que se trataba de Miguel pero no fue así, era el príncipe Marco que había llegado de su viaje que el mismo Sultán mando.

-Oh, príncipe Marco, que alegría me da verlo de regreso, su Padre estará orgulloso y feliz de verlo.- dijo Asra actuando cómo si no hubiera pasado nada, con una mando empujó lentamente a Kubo para que no hablará.

- Ah si, pero no ha contestado mi pregunta señor Asra, ¿Qué le estaba diciendo al sirviente de mi hermano?.- dijo el joven Alfa mostrando una mirada indiferente.

-No era nada importante, sólo cosas de la servidumbre.

Hiro no quitaba la mirada del príncipe Marco, lo recordaba perfectamente por el intento de tomarlo, en cambio el joven moreno dirigió su mirada al asiático que permanecía sentado con sus pergaminos de notas, lo observó y después dirigió la mirada al consejero real. Asra notó la mirada del joven príncipe hacía al Omega.

-Verá, que su hermano esta quebrantando las órdenes del Sultán teniendo a este Omega sin su consentimiento. Hasta le ha seducido para que estar en las mejores galas.

-¿Qué? Eso no es cierto señor Asra, no juzgue y levanté falsos al joven Hiro.- defendió Kubo y colocándose a un lado del hombre.

-Ve, hasta la servidumbre no tiene respeto a los de alto mando.-decía Asra fingiendo ser la víctima.

En cambio Marco no decía nada, observaba como discutían el joven Beta con el consejero de su padre.De algo debía hacer como futuro Sultán era poder solucionar estos conflictos, a él no le importaba lo que hiciera su hermano, con tal de que no le molestará o le quitará  sus diversiones. Soltó un leve suspiro y al fin intervino.

-Asra, entiendo tu puesto y que eres la mano derecha de mi Padre, pero mi hermano tiene el derecho de hacer lo que le plazca.  Por lo que veo es su inventado extranjero así que sus órdenes del príncipe deben ejecutarse.

-Pero mi joven Marco...

-Kubo, pueden continuar con lo  que estaban haciendo. Señor Asra ¿podría dejarlos continuar?.- dijo Marco haciendo una señal para qué saliera de la habitación. Asra estaba furioso al ver que su plan no estaba funcionando como esperaba, lanzó una mirada asesina al joven Omega, quién respondió con una mirada algo asustada. Y así el consejero se retiró de la habitación.

-Le agradezco su apoyo joven Marco- hizo una leve reverencia el joven sirviente. El príncipe se acercó y formó una sonrisa pícara, tomó su mentón para que lo viera directamente, Kubo lo miró extrañado a su acción.

-Sabes que no es nada, además esta hermosa cara tuya no quisiera verla sufrir.

-Pero...mi señor...-las mejillas del sirviente comenzaron a ruborizarse, pero el joven Alfa dejó de hacer su movimiento, para ver  directamente al otro asiático que estaba allí sin dejarle de ver.

-¿Sucede algo?.- preguntó acercándose un poco a Hiro.

-No se te ocurra acercarte a mí.-respondió Hiro mirándolo algo molesto.

-Bien bien, tranquilo- levantó sus manos en señal de son de paz-¿Yo te hice algo para que me respondas así?.

-Si, o ¿qué?¿Tan pronto se te olvidan la cosas?.-dijo el Omega levantándose para acercarse con el príncipe.

-Pues la verdad ...no se de que hablas.

-El día de su presentación- habló Kubo- estaba ebrio e intento tomarlo, alguien lo drogo y lo dejo en los aposentos de su hermano.

-Ah, uuuuuuuy si estaba ebrio, se me olvida todo, pero, me disculpo por mi atrevimiento- hizo una reverencia de disculpa ante el joven asiático. Hiro sólo soltó un leve suspiro y guardó silencio.-espero que mi hermano te este ayudando, ahora veo tu acento es perfecto a nuestra lengua. Bueno me tengo que retirar, buen trabajo Kubo.-acarició su mejilla, quién el joven Beta sólo se retiró un poco.

Marco sonrío y pidió a sus guardias cerrar las puertas para que continuaran las clases. El pequeño Mochi salió lentamente de su escondite y se acercó a Hiro para jalarle su ropa, el joven se agachó para tomarlo y acariciarlo.

-Bueno continuemos-dijo Kubo quien había vuelto a tomar el libro.

-¿Son amantes?- dijo Hiro directamente, quien rápido las mejillas de Kubo se tornaron rojas.

-¿Qué? Claro que no, siempre hace eso por molestar, hasta enfrente de Leo. Ho no me llevó con sus fastidiosos coqueteos.

-Jajaja lo siento fue curiosidad.- Hiro comenzó a reírse fuertemente, Kubo quién lo veía molesto también salto unas leves risas para hacer conjunto con el asiático, y así sus clases de idioma había concluido, unos minutos más tarde los acompañó Miguel para charlar un poco con Kubo y Hiro.

La tarde había finalizado dejando ver las estrellas y adornar los desiertos a lo lejos, lo que no se esperaba el palacio de Abtule, era que un par de jinetes enmascarados estaban esperando el momento perfecto para entrar al palacio, ellos venían de tierras lejanas y con un principal objetivo en común, rescatar a una persona. Uno de ellos miró al cielo para distinguir las primeras estrellas, miró al otro y asintió con su cabeza. Los dos dieron señal a sus caballos para ir hacía el pueblo y adentrarse al palacio. Sin embargo, las tareas dentro de la familia real ya habían terminado, un silencio y tranquilidad inundo todos los pasillos, pero en uno de los jardines un par de jóvenes caminaban con mayor tranquilidad. Uno de ellos era el Príncipe Miguel observando cada una de las flores que estaban en su jardín y el otro era Hiro, quién  tranquilamente observaba a la misma dirección.

-Has hecho un gran trabajo Hiro, aunque me hubiera gustado que en este tiempo no hicieras nada de estas cosas.- miró sonriente a l joven omega quién también respondió con una leve sonrisa.

-Para mí no es nada Miguel, además me ayuda a entretenerme un poco y pagar por todo lo que has hecho por mí y Mochi.

-Eso no es ningún problema, a mí no me importa si me lo pagas o no, me encanta ayudar a la gente. Y más cuando vienes de tierras muy lejanas, ya estoy viendo el cómo regresarte a tu hogar, ya podrás ver a tú familia.

-Pero...-Hiro se detuvo al escuchar la intención de regresarlo a casa, algo dentro de él, le decía que no quería irse, deseaba estar aquí, descubrir nuevas cosas, ser de utilidad y conocer más gente.- yo...aún no me siento...digo...- una mano se posó en su barbilla para ver directamente a los ojos cafés del príncipe.

-Esta bien, entiendo...dímelo cuando sientas que estas preparado para regresar a casa.- le dijo mostrándole una leve sonrisa.

-Gracias Miguel...- dijo Hiro quién ya tenía en su rostro un leve sonrojo. Miguel miró como esos tonos rosados adornaban en el rostro del joven frente a él. Su mano recorrió a su mejilla acariciándole, Hiro estaba un poco sorprendido al comportamiento del moreno, era la primera vez que su mirada expresaba algo distinto que quería descubrir. Sus corazones estaban comportándose de manera extraña cómo si supieran cada uno con quién estaban, algo dentro de ellos les llamaba a estar juntos, el no separarse nunca. Poco a poco su distancia fue cortándose, su labios estaban a unos escasos centímetros de encontrarse, cuando ambos sintieron sus respiraciones cerca, un pequeño maullido hizo saltar de un susto, el pequeño Mochi ronroneaba y acariciaba las piernas de joven príncipe y del joven Omega.

-Mochi, ¿Qué haces aquí pequeño?-Hiro se agacho para tomarlo en brazos y acariciarlo, mientras que el joven príncipe maldecía por dentro de haber sido interrumpido, aunque seguía confundido a lo que iba hacerle.

-Jeje, veo que se sintió sólo en la habitación.- dijo Miguel dándole una sonrisa nerviosa.

-Si, eso parece...creo que iré a...darle un poco de comida, disculpa por tenerte tan tarde.

-Esta bien, no me molesta en absoluto, deberías descansar tuviste un día largo.

-Eso diría yo para ti, joven príncipe.- los dos jóvenes sólo sonreían nerviosismo entre sí. Pero al final los dos soltaron una leve risa por cómo se estaban comportando, al final solo un «buenas noches» lograron mencionar para irse a retirar.

Al llegar a sus aposentos, Hiro abrió lentamente la puerta y desearles buenas noches a los guardias en turno para protegerlo, el cuál le respondieron amablemente deseándole buen descanso. Ya al entrar, dejó a Mochi en el suelo para quitarse sus ropas para ponerse las ropas para dormir, pero miró extrañado al pequeño mínimo quién miraba fijamente a la oscuridad de la habitación. Hiro notó algo extraño en el ambien, cómo si alguien además de ellos estuvieran en la habitación, cuando iba regresar a llamarle a los guardias, una mano lo tomó por sorpresa tapándole su boca para no provocar ruido alguno, estaban intentado llevárselo, pero no era fácil cuando el joven asiático sabía defenderse, golpeó con fuerza al tipo que estaba detrás de él, haciendo que cayera al suelo quejándose de dolor. De pronto otra figura intento detenerlo, pero comenzaron a pelear, Hiro notó que estos sujetos sabían de artes marciales cómo él, sabían de alguna el siguiente movimiento que daría. Y entonces, de una patada logró derrotar al otro tipo dejándole en el suelo, igual forma pateo al anterior para que no pudiera levantarse, se acercó a uno de ellos para poderle quitar la máscara.

-Ahora si, sabré quién quiso llevarme- cuando Hiro quitó la máscara, sus ojos se abrieron de golpe, dejando caer al suelo aquella máscara que había quitado, quedó en un breve silencio hasta que sus labios pudieron pronunciar unas palabras.

-¿Tú?.....¿Hermano?....



CONTINUARÁ.....

holissss al FIN pude traerles algo de tiempo este cap xD, y pues en esos 5 meses vemos que ya hay onda allí con Miguel y Hiro, y aún esta pendiente del porqué Marco trata así a Kubo, muy pronto lo sabrán.

Además Asra, aún tiene planes siniestros para llevarse a nuestro lindo Omega,y se viene lo mejor la aparición de...¿El hermano de Hiro?¿Será?.7w7'

Y pues, nada más agradecerles por apoyar esta hermosa historia que poco a poco va creciendo, para ser mi primer Omegaverse, he leído muchos mangas por allí para ver mas o menos el cómo meter poco a poco en la historia, y espero les vaya gustando.

Si tienen alguna idea para esta historia o las otras dos que tengo pueden compartirla, :) se les agradece mucho, ya que ustedes hacen posible estas historias Higuel.

Sin más nos vemos en la siguiente los quiero muchooo ❤❤❤🌸

Beka-san~





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