-Estrellas-
- Y bien...¿Cuál es el mensaje que mi hermana tiene para mí?- dijo aquél joven de ojos azules al mensajero quién sintió un escalofrío recorrer por su cuerpo. El joven no tenía mucha confianza al que tenía enfrente, aunque le diera una simple sonrisa pareciera que de alguna forma cambiaría y le haría algo en su contra.
-La señorita Desirée le mando este pergamino para usted.- respondió el joven sacando de su bolsa un pergamino. El joven de cabellos blancos tomó con delicadeza, no tardó en abrirlo, se quedó en silencio leyendo tranquilamente el mensaje de su hermana. Mientras más avanzaba en su lectura, una leve sonrisa comenzó a formarse en su rostro.
- ¡Lo sabía!- exclamó el joven ojiazul- ¡No me equivoqué en mis predicciones!- se dirigió a su mesa donde se encontraban muchos recipientes, pergaminos, amuletos, pociones, entre otras cosas. Comenzó a mover para tener un poco de espacio y saco algunos papiros donde se podía ver pinturas y símbolos impregnados en ellos.
- Mi señor...- habló una voz de un joven de cabellos castaños, ojos verdes como si se tratarán de dos esmeraldas, en su cuello llevaba una especie de collar de castidad pero este era muy distinto a los demás, uno muy especial que se unía a su personalidad.
- ¡Te lo dije Hipo! ¡Las estrellas no se equivocaron!.
- Entonces...¿Debo de empacar todo lo que necesitemos?.
- Así es ...viajaremos hasta Desirée.
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Mientras tanto, el día comenzaba ya asomarse por las colinas de arena. La caravana del príncipe de Abtule ya estaban iniciando el día, sin embargo , la pareja aún yacía dentro de su tienda. Hiro iniciaba a moverse para dar final a su sueño, sintió el brazo de su ante rodearlo por la cintura. Con algo de sueño en él, miró a Miguel quién aún estaba perdido en sus sueños, una leve sonrisa se formó al ver aquella inocente mirada.
Lentamente se acerca a su pareja para dejar un pequeño beso en una de sus mejillas, Miguel aún adormilado solo se movió un poco para seguir con su andar en el mundo de los sueños. El joven Omega se levantó con algo de dificultad, su cuerpo se sentía algo pesado cansado, sin embargo, comenzó a sentir naúseas el cuál le hizo salir de la tienda. El calor del sol de la mañana chocaba en su rostro, cosa que le hacía cegarse con la luz,pero sus ojos se abrieron al ver la hermosa maravilla que se estaba presentando en ese momento.
Aún en el cielo se podían ver las estrellas que se aparecían en las más misteriosas noches del desierto fundiendóse en la luz del cielo del nuevo día, jamás en el palacio de la familia Hamada se tenía esta oportunidad de ver sin ninguna preocupación de hacer sus compromisos tan pesados tediosos. La vida en Abtule le había cambiado por completo mas al estar a lado del príncipe Miguel con quién decidió permanecer por siempre, pero sabía que su secreto que mantenía con el joven médico, aún se sentía algo impotente a no tener el valor de decirlo pero debía de hacerlo de alguna forma.
Soltó un leve suspiro y caminó hacia la bolsa de agua que se encontraba en el equipaje de los camellos, pero cuando estaba a punto de beber algo llamó su atención, a lo lejos de su caravana se encontraba de pie una silueta de un joven, mirando fijamente hacia dónde se encontraba el. Hiro miró con extrañeza a aquella silueta, su corazón estaba acelerado, como si supiera de quién se trataba, pero al momento en que iba acercarse a aquella persona, escuchó un bostezo de la tienda.
- ¿Hiro...?- habló el Alfa quién sale con algo de pereza de la tienda- ¿Paso algo?
- Miguel...buen día...no nada en absoluto- respondió el joven asiático, miró de nuevo a la dirección en dónde había visto la silueta, pero esta no se encontraba allí. Lo que no contaba nuestros jóvenes protagonistas, que aquella silueta tenía gran relación con su ahora destino que les estaba tocando a la vuelta, aquella misteriosa silueta del joven que miró el principe Hiro se dirigía para seguir el paso de su maestro de ojos azules con cabellos agrisados blancos que se podían asomar por su turbante.
-¿Que sucede Hipo?- habló aquél joven hechicero.
-Oh no es nada mi señor, solo miraba nuestro panorama.- respondió el joven Omega con una leve sonrisa.
- Oye ya te había dicho que no es problema que me llames por mi nombre, además...ya eres mi pareja.
- Lo sé, pero siempre fue mi costumbre en decirle así.
-Esta bien, pero llamáme por mi nombre Hipo, ya no eres más mi sirviente. - le respondió con una blanca sonrisa. El joven de cabellos castaños se sonrojó, con unos pasos se acercó más a su compañero y tomó su mano, aún no estaba tan acostumbrado en cambiar totalmente la manera de dirigirse a su pareja.
-Disculpa...Jack ...Desirée ...¿Se encuentra en problemas?.
-No, ella no. Por lo que he visto en mis visiones ella está luchando en cambiar una gran energía a una más pacífica, este llamado tiene que ver con nuestra misión familiar
- El de....
-Exactamente. Las estrellas ya nos lo han dicho después de tantos años, pero esta vez tenemos un millón de posibilidades con nuestro encuentro.
-¿Por eso Desirée quiere verle?.
- Así es ...debo saber dónde vamos a ir exactamente.
El joven acompañante asintió con su cabeza a la respuesta del Alfa, mientras ambos jóvenes se dirigían a las tierras del Sultán de la Calamidad, en el palacio se encontraba la bella mujer caminando por los anchos pasillos.
Iba perdida en sus pensamientos, estaba preocupada en lo que había visto en aquella lectura en las estrellas, no deseaba que una gran catástrofe se hiciera haciendo que la sangre corriera o peor aún , un reino cayera por completo.
Sabía que nunca se equivocaban, pero esta vez no podría hacer algo al respecto estando lejos de su hogar, ya hacía años que no veía a su hermano menor , hechicero desde nacimiento, el único de la familia que se dedicó oficialmente en la magia y hechicería. Su familia nunca mantuvo la tradición de tratar a la división de género, trataban a Omegas , Alfas y Betas por igual, pero para su caso siempre se mantuvo reservada en su género, jamás tuvo pareja y aún estaba en busca de encontrar a su pareja destinada. Sin embargo, ella ya lo había encontrado cuando era más joven y guardo sus sentimientos ya que se iría a hacer su propia vida lejos de aquella persona, prometió así misma que jamás saldría una pista de sus labios, aunque todo el universo mandaran sus mensajes para revelarlos.
- ¿Señorita Desirée?- dijo una pequeña voz masculina que captó la mirada de la mujer. Sonrió al ver a un niño de al menos unos 10 años que caminaba hacia ella con una pequeña risa, sus ropas eran extravagantes y de buena calidad, era nada más y menos que el hijo del sultán de la calamidad.
- Joven Caleb.
- Hola Desireé, ¿Puedo acompañarte?
- Claro que sí mi señor.- respondió para seguir su camino.- espero y no se haya saltado de sus clases.
- No, esta vez mi maestro no vino. Tenía ganas de seguir hablando de la historia de la Hada que se enamoró de un príncipe.
- Parece que le gustó mucho mi historia.
- ¡Si! Aún que...tengo dudas.
- Oh dudas, bueno dígame mi joven amo. - dijo mientras acariciaba los cabellos del pequeño príncipe.
- Bueno...hace poco oí hablar a mi padre sobre los Alfas y Omegas...y- comenzó a sonrojarse un poco el pequeño sobre la pregunta que se había originado por aquella plática, soltó un leve suspiro y miró con determinación a la adivina.- ¿La hada era un Omega y el príncipe un Alfa?.
- Bien, sobre eso...si la Hada era una Omega y el Príncipe un Alfa.
-¿Entonces eran parejas destinadas?.- Desirée sintió un pequeño golpe al escuchar aquella pregunta, imágenes del pasado nadaba como estrellas fugaces por su mente, pero la mano del joven príncipe le hizo volver a la realidad.
- Joven amo , la Hada sabía que era su destinado al igual que el príncipe , pero su gran familia ya tenía escrito el destino de su enamorado. Debía casarse con otra Omega hermosa y amable, sus reinos serían una gran unión poderosa, así que la Hada debió alejarse sin dejar rastro alguno, el príncipe jamás supo de su desaparición ...
- Pero...el Príncipe Alfa ya había olido si aroma, debía seguirla...- dijo el pequeño haciendo una pequeña mueca de tristeza.
- Joven Caleb eso...
-¡Eso no lo debe saber!- habló otra voz más mayor que hizo brincar a ambos. Se sorprendieron al ver que el Sultán los miraba con seriedad y algo de molestia, el pequeño se colocó atrás de Desirée intentando buscar un refugio para la ira de su padre.
- Mi señor, ¿De que no debe saber?
- Sobre los Alfas y Omegas, él no tiene la edad para saber ese tipo de temas.
- Padre, ella no me lo dijo, yo...
-¡Regresa a tus aposentos Caleb!.- exclamó el Sultán haciendo sentir más temor a su hijo. Sin mas, el pequeño solo miró por última vez a Desirée y corrió a dónde le había mencionado el Sultán.
- Mi señor no debería molestarse con...
- Desirée, te lo he advertido miles de veces...¡No vuelvas hablarle de esas cosas a mi hijo! ¡Yo ordenaré cuándo sea necesario!.
- Lo entiendo- respondío Desirée bajando un poco la mirada, pero no dijo más y dió media vuelta para continuar su destino . El sultán al ver que poco a poco se retiraba la adivina, sin que nadie se diera cuenta, llevó su mano a su rostro intentando calmar sus respiraciones.
Su rostro estaba totalmente roja, su temperatura había aumentado con tan solo estar cerca de ella, pero con el orgullo que tiene no quería decir que aquella mujer desprendía un aroma muy familiar que le hacía recordar demasiado su juventud.
La joven adivina camino hacia sus aposentos, aún estaba lejos de cumplir su meta de convertir a la calamidad propia en una esperanza y apoyo, abrió con lentitud aquella puerta de madera para entrar.
Caminó hacia su cama y se sentó sacando un pequeño collar de oro de sus ropas, miró con algo de nostalgia al recordar los antecedentes de esa joya. Con su otra mano acarició levemente imitando como una caricia en la piel de alguien que vagaba en su mente, uno que le hacía ver su pasado en ese simple objeto.
- ¿Aún no puedes decirlo?. - habló una voz masculina que hizo formar en el rostro de la adivina.
- Sabes perfectamente de lo que hablo....Jack - dijo Desirée mirando al joven que salia de la oscuridad con una amplia sonrisa hacia ella.
- También es un gusto verte hermana mía.
- ¿Has visto las estrellas de las noches anteriores?
- Tal como lo habías previsto hace algunos ayeres, ¿Es tan delicado la calamidad que se aproxima a la revelación?. - dijo el joven hechicero acercándose a una pequeña cesta de fruta tomando una manzana para deleitarse.
- Si eso se revela, una gran destrucción se vendrá.. no quiero que vuelva a sufrir por él.
- Eso lo entiendo...pero también debes preocuparte por tu destino. - Jack miró a su alrededor suspirando a todos los detalles que encontraba en la habitación.- Aún no ha cambiado nada aquí.
Desirée se mantuvo en silencio mientras su hermano rondaba por la habitación, el joven Alfa se dió cuenta del silencio que su hermana mayor mantenía al hablar sobre su nostalgia, sin embargo, miro por la ventana asegurándose de que no lo hayan visto entrar.
- Y entonces ....
.....¿Qué mensaje llevaré a Abtule?
CONTINUARÁ.....
Helloooo gente bonitaaa!! Tal como lo dije en el cap de Poción ,:'D disculpen la tardanza en actualizar, tuve que viajar con la familia que vive en Nayarit y el tiempo de me va muy rápido
Peroooo ya estaré subiendo caps de los fics nen/ ya me estoy haciendo mis herramientas alternas para subirlos xD.
¿Que le deparará a nuestros protagonistas? ¿Hiro le dirá su secreto?¿Cuál es el pasado de Desirée? ¿Asra volverá?
Eso se verá en nuestro siguiente capítulo, nos vemos ;)
Gracias por apoyar está loca historia los amo un montón !!!!
Beka-san~
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