CAPÍTULO 3

Me carraspee la garganta, indecisa por lo que fuera a llegar a decir en ese momento, no podía hablar algo indebido ni tampoco hacer insinuaciones incorrectas.

—¿Alguna de las dos va a hablar o se quedaron mudas? —preguntó Draco divertido.

—Perdón. Ha sido...

—Si, mi belleza cautiva a cualquiera, no te preocupes su majestad estoy acostumbrado —me daba la impresión que todo lo decía de una forma tan burlesca que me hacía enojar.

—Bien, la verdad del porque vine, es porque en realidad el día de ayer, a las 11:45 p.m. Un tipo a querido asesinarme mientras dormía y entonces respecto a eso he pensado que tal vez hayan sido ustedes dos los que planearon todo eso —y ahí estaba yo, la que no tenía transparencia para decir las cosas.

—¿Tienes pruebas? —protestó Yunnie con enojo notable .

—En realidad no, pero vamos, que coincidencia de que tu marido tenga tanto parecido en físico al hombre que trató de asesinarme. No soy estúpida Yunnie.

—Vaya y yo en realidad lo pensé, ya que tienes cara y... —Le dediqué una mirada que hubiese congelado a cualquiera —, mejor me callo.

—Si, mejor.

—Está bien Oasis. No hemos tenido nada que ver con ese atentado sabes que yo no soy de batallar tan de repente, me gusta planear todo y esperar, incluso esa misma tarde te había dicho que no iba a hacer nada más en tu contra, por ahora claro.

—Sigo sin creerte.

—No lo digo para que me creas, sino porque es toda la verdad. ¿Por qué he de mentirte? Ya bastante hemos tenido con tantas guerras y tantos percances, creo que es momento de estar en paz. ¿No viniste a eso? ¿A ofrecerme paz?.

—Que te la ofrezca y la aceptes no significa que vaya a estar bajando la guardia, sabiendo que en cualquier momento puedes traicionarme.

—Eso está bastante bien, porque si fuera tú tampoco confiaría en mí es decir, ¿soy la enemiga, no?.

—Ajá.

—No harás nada en nuestra contra y en cambio nosotros perdonaremos todas las cosas que han hecho tu familia la de Yunnie —habló el tipo.

—Me parece un trato justo.

—Bien supongo que no hay nada más que hablar así que puedo...

—Yunnie... ¿Qué has hecho? ¿Porque enviaste dos malditas tropas a Edelgalder? —nos vimos interrumpidos por una voz gruesa, masculina, que me hizo temblar todo el cuerpo.

—Hero, cállate —reprendió apretando los dientes.

Yo me digné a girar la cabeza y allí fui cuando lo vi por primera vez. Y vaya...

Era un príncipe, podía notarse en que su corona no era lo suficientemente grande como para ser de un rey, además el parecido a Yunnie, esa piel blanca, ese cabello negro azabache, sus rasgos...

Su hermano.

—¿Que haz hecho? ¿Qué hace la maldita reina de Edelgalder aquí?.

—Exijo respeto —alcé la voz, no iba a pasarme su insulto por el culo.

—Te lo daré cuando te lo ganes —me miró de pies a cabeza, casi pude ver el asombro en su rostro cuando sus ojos color gris se chocaron con el verde de los los míos.

—¿Cómo es eso de las tropas?...

—Su majestad, debemos volver al reino —empezó Sacmis —, Lyra y el ejército han asesinado a cuarenta guardias de Betelgeuse, todo esto ha sido una trampa...

—¿Qué? ¿Enserio se atrevieron a atacar mientras estaba aquí? ¿Qué tienes en la maldita cabeza estúpida? —empecé levantando la voz a Yunnie que se hacía pequeña en su lugar.

—Más respeto con mi hermana, escoria. Estuvo mal lo que hizo pero no te permito que nos insultes en nuestro reino.

—Tú no te metas bebé —me burlé —, que para empezar no te veo potencial para tener una guerra conmigo.

—Já —resopló —, siempre acostumbrada a que mi familia te tema. No seas ridícula Oasis, que no eres más que otra niña asustada del montón, tus padres murieron por tu cul...

Dejó de hablar cuando me acerqué a él con la furia ardiendome y estrellé mi mano contra su cara, haciéndolo jadear. Sacudi los dedos que me habían empezado a arder.

—No te permito que me faltes al respeto...

—No te atrevas a ponerme una mano más encima.

—Espero que ya con eso sepas que no hay trato —inicié.

—No te vas a ir. ¡Guardias! —lo suponía, el error de ella es que yo ya tenía los míos infiltrados. Solo me bastó con tocar un botón en el cinturón de mi vestido para que empezarán a entrar al palacio.

—Estoy cansada de que vayas adelante de mí. Así que desde ahora, iré dos pasos más adelante. Lo siento Yunnie, se acabó el juego para ti.

Lo que no sabía, es que esto apenas había empezado.

—Su majestad, ya estamos aquí para protegerla —protestaron diez de mis guardias encubiertos a la misma vez, yo sonreí un poco.

—No le hagan daño a Yunnie ni a su hermano bebé —me giré para ver sus estúpidas caras —, lleven a su madre a mi palacio, a ver si así se les cuadran los tornillos —observé como el color abandonó la cara de ambos dándome lastima. No quería llegar hasta estos extremos.

—Hablemos, por favor... —habló Yunnie mientras era retenida por uno de mis guardias que notó que quería llegar hasta a mí —¡piedad su majestad! —insistió con lágrimas bajando de sus ojos.

—Deja de arrastrarte, Yunnie —sugirió su hermano enojado.

—A mi no me intentes manipular, que te lo advertí bastante —y con su madre siendo arrastrada en una silla de ruedas salí del palacio.

Cuando llegamos a Edelgalder caí en cuenta de que no sabía las decisiones que estaba tomando, que en ese momento no era consciente de que mi vida cambiaría para siempre. En todo caso entré al palacio a paso apresurardo con Lyra persiguiéndome mientras me explicaba la traición.

—Hijos de puta... —susurré entrando al área de emergencias.

—Atacaron parte de Lewisville, algunos aldeanos fueron heridos... Dos de ellos asesinados...

Mi corazón se aceleró. ¡Malditos nefastos de mierda!.

—Reúne al consejo, que se preparen para la guerra. Voy a invadir Betelgeuse. Me tienen hasta el culo con sus ataques.

Lyra abrió mucho los ojos. No estaba acostumbrada a escucharme hablando de esa forma, pero estaba cansada de ser educada.

—Informa a la reina Nuoseline que necesito su apoyo. Y por favor aparta una cita con otro reino cercano.

—Como ordene su majestad.

—Avisa a Sacmis y Temis para que vayan preparando armamento.

Asintió antes de salir.

Crucé la sala para emergencias mirando mi alrededor habían heridos por doquier, este no era el plan...

—Si alguien de aquí muere, por favor avisarme. Hagan todo lo que esté en sus manos —avisé a los curanderos.

—Su majestad —me llamó Lucio cuando me vió salir de la sala de curación.

—No estoy para sermones ahora... —empecé con la cabeza palpitandome.

—Debería dormir un poco —sugirió.

—Si debo dormir o no es mi problema —hablé de manera tosca.

—Sé que no nos llevamos bien, razón que desconozco pero sabe usted que es normal que me preocupe, señorita Oasis es usted mi única familia, lo único que me queda y yo en realidad quiero que empecemos a convivir y que mi opinión sirva para algo en este palacio.

— Que lindas palabras de amor, Lucio —me burlé, al ver su cara decaída me di cuenta de que lo decía era con mucha sinceridad, así que me carraspee la garganta y con un tono más serio expresé —, las tomaré en cuenta.

—Sobre el tema que le venía hablar, es que el Lyra ya organizó su cita con el rey Deuz.

—Muy bien, entre más gente tenga de mi lado será mucho mejor.

—Está encantado de colaborar con usted y de ayudarle, pues sabe que usted es una mujer hermosa. Así que quiere conocerla cuanto antes.

Otro pobre iluso al que debía tener de mi lado para poder ganar esta batalla, algo que no sabe ninguno de ellos es que en mi tablero solamente son como un peón que puedo mover a mi antojo cada vez que quiera.

—Bien. ¿Y cuando me veré con el dichoso rey?

—Mañana cuando el sol esté cayendo.

Genial.

—Muchas gracias por la información, en verdad la aprecio. Mantenme informada en caso de alguna novedad. — y después de decir eso me dirigí a la sala de juntas.

Me senté en el enorme trono, me froté la sien cansada de tantas guerras, de tantos dolores de cabeza. No deseaba que nada de esto sucediera, no quería que nadie muriera y ahora todo el peso de esas muertes caerá encima de mí azotandome porque no los pude proteger lo suficiente.

—Pido permiso para pasar, su alteza —dijo Nuoseline, la reina de Mekasure.

—Pasa con confianza —contesté —, como sabrás he tomado una decisión apresurada pero conveniente, estoy bien de armamento pero necesito algunos de tus hombres, yo me quedo con una parte de las tierras, te puedo dar al menos tres pueblos.

—Por ahora no me interesa expandirme, lo que sí me importa es el dinero...

—Bien, entonces te pagaré lo que cuestan tres pueblos —ella asintió —, diré a Lyra que arme el plan de batalla.

—Me parece genial.

—Habla con tus hombres, que vengan cuanto antes —ordené, ella asintió con la cabeza. Tiene esposo, así que no está acostumbrada a lidiar con negocios entre reinos.

Me levanté del trono.

—Ahora tengo algunas cosas que hacer, así que si me disculpas —ella se reverenció, yo hice lo mismo y salí por el gran portón.

En el camino me encontré a una de las criadas del palacio.

—Mandú —la llamé.

—¡Oh! Su majestad —hizo una reverencia —, ¿en qué puedo servirle?.

—¿Dónde llevaron a la mujer que trajeron los guardias?.

—¿La que estaba en silla de ruedas? —asentí —, la llevaron a uno de los cuartos de invitados.

—Encargate de que esté bien servida, dale ropa, comida y lo que ella necesite.

—Si un secuestro es así yo quisiera... —empezó con burla, yo levanté una ceja a lo que ella carraspeó la garganta —, lo siento su majestad.

—No pasa nada —dije comprimiendo una sonrisa.

Ella asintió un poco apenada y salió de mi vista casi corriendo.

Estoy tan cansada que solo quiero acostarme en la cama y darme una gran siesta, lo que no puedo hacer así que me dirigo a mi habitación y me recuesto en la cama, decidida a darme un descanso al menos.

Estiro mis pies y mis manos. Me quito la corona de la cabeza y me safo de los zapatos. Un descanso antes de que vuelva todo una mierda.

No tendré más bajas, no habrán más heridos, tengo un plan y lo llevaré a cabo lo más rápido posible. Si no puedes con tu enemigo, únetele.

Yunnie no quiere colaborar conmigo, pero...

Tal vez hay alguien que pueda ser más inteligente, alguien que tenga a su disposición el cincuenta por ciento de Betelgeuse.

Y claro que estoy hablando de él, de Hero.

Del sexy hermano de Yunnie.

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