13.
Minho envió un mensaje a Taemin; ya lo estaba esperando en el estacionamiento de la compañía.
—Taem... Hermoso, ¿ya vienes?
Taemin no le contestó. Prefirió apresurarse, tenía muchas ganas de abrazarlo y besarlo. Llegó en tiempo récord hasta donde su Minho lo esperaba. Ahí estaba, parado junto al Mercedes, con esa esplendorosa sonrisa que tanto le fascinaba.
Minho lo miró con los ojos muy abiertos, sorprendido. En la mañana, cuando hablaron, no se había fijado realmente en cómo iba vestido Taemin. Una nueva punzada de deseo lo asaltó, y antes de poder reaccionar, Taemin se abalanzó sobre él.
—Min, te extrañé tanto.
Choi correspondió al abrazo, pero fue más allá; lo besó, y no fue un beso sencillo, no. Le dio uno profundo, abriéndole aquellos hermosos labios rosados, introduciendo su lengua para acariciar cada rincón de su boca. Sintió cómo Taemin se estremecía y escuchó un suave gemido salir de sus labios. Ambos se amoldaron a la perfección, y Minho se sorprendió por la intensidad de su propio deseo.
—Estás tan hermoso, mi amor... Quisiera comerte a besos.
Taemin sonrió.
—¿Y qué te lo impide?
—Mi cordura.
Taemin ladeó la cabeza, tratando de entender lo que significaba esa respuesta.Minho ya no podía más o se lo soltaba o se quedaría con otra erección todo el fin de semana.
—Taem...yo...quisiera...
Se llevó las manos a la cara, ardía en vergüenza. —¡Dios, es tan difícil decirlo!
-Min, solo dilo, no creo que sea tan malo o sí. —Taemin le puso las manos en los hombros dándole confianza para que hablara.
Era fácil pensarlo, pero decirlo no era tan sencillo. ¿Cómo le dices a un jovencito que acaba de cumplir la mayoria de edad que con solo verle sientes que ardes? y para Colmo tú eres un viejo a punto de cumplir 31 años. Una diferencia de edades tan abismal.
—¿Min qué pasa? ¿Es por el problema de la empresa?
Minho se quedó pensativo, no sabía a que problema se refería Taemin.
—¿De qué problema estás hablando Taem?
—¡Ups! —Taemin se llevó la mano a la boca, dándose cuenta de que había hablado de más. Ahora tendría que contar lo que había escuchado. Era una historia bastante larga, así que lo más seguro era que la cita para bailar tendría que posponerse.
—Min, será mejor que volvamos a tu oficina. Lo que tengo que decirte es algo grave para la empresa.
—No, ya estoy algo cansado. Mejor vamos a mi departamento.
A Taemin se le iluminaron los ojos; Minho no lo había invitado ni una sola vez desde que se mudó allí. No estaba molesto ni resentido, pensaba que su novio no lo llevaba por temor a que no supiera cómo comportarse. Lo entendía así y hasta le daba la razón. ¿Qué se podía esperar de alguien que había vivido toda su vida en las calles? Lo que ignoraba era que...Minho no lo llevaba por la simple y sencilla razón de que estaba seguro que saltaría sobre él como un animal en celo, no podría contenerse teniéndolo ahí, a modo. Todos los días parecía que tenía fiebre, por eso procuraba no estar tanto tiempo a solas con su niño. A veces se arrepentía de haberle pedido que fueran novios, siempre sentía culpa, comenzó a pensar que era un maldito pedófilo.
—Min, ¿de verdad me vas a llevar a tu departamento?
—Sí, mi niño, lo haré. "Que Dios me ayude, no sé si esto es una buena idea". Pero, si no quieres, podemos ir al tuyo. ¿Imagino que Kai está ahí?
Taemin hizo un hermoso puchero con esos labios regordetes que Minho tanto amaba. No quería ir al suyo; él quería ir al de su novio.
—¡Nooo, Min! Yo quiero ver cómo quedó amueblado. Te prometo no tocar nada, mantendré las manos atrás.
Minho sintió una punzada en el corazón. Acababa de darse cuenta de que lo había estado haciendo mal con su novio. Su pequeño pensaba que no lo llevaba porque no quería que tocara sus cosas caras. Y, aun así, nunca le había reclamado, nunca lo trató como si fuera un delincuente o alguien inferior, sin derecho a nada.
Con ternura, Minho tomó la cara de Taemin entre sus manos y la acercó a la suya.
—Perdóname, mi niño, he sido un idiota sin cerebro. Jamás fue mi intención hacerte sentir que no estabas a la altura para visitar mi departamento. Tú eres lo más importante en mi vida, eres el ser más maravilloso del mundo, y lo único que he hecho ha sido ofenderte. Debo explicarte por qué no te he llevado allí.
—No, Min... yo lo entiendo. No tienes que pedir perdón.
—Por favor, déjame hablar. Sube al coche, y en el camino te lo aclararé todo.
Taemin obedeció y subió al coche, aunque seguía sintiéndose nervioso. Sería una noche muy larga, llena de confesiones y verdades por ambas partes. Ya dentro del Mercedes, Minho entrelazó sus dedos con los de Taemin. Quería darle algo de confianza, que no sintiera que la invitación era forzada. Bajó la cabeza y le susurró al oído:
—Te amo tanto, no lo dudes jamás.
Taemin sintió que se derretía de amor por su Minho. ¡Cielos, cómo amaba a ese hombre! Era todo para él. Se sentía tan protegido y amado que no dudaba de las palabras que siempre le dedicaba.
—¡Bienvenido, mi niño! —fueron las primeras palabras que pronunció Minho cuando entraron en su lujoso departamento de soltero.
Taemin observó el lugar maravillado. No se parecía en nada a lo que había visto la primera vez, pero ahora, con los muebles caros y de buen gusto, todo se sentía diferente.
—¡Wow! Parece un palacio, Min. Todo es tan bonito —decía Taemin mientras cruzaba sus manos por detrás de la cintura. Minho lo notó y se sintió aún más miserable.
—Pequeño, no es necesario que hagas eso. Siéntete libre de tocar y hacer lo que quieras. Ven, te voy a aclarar las cosas.
Se sentaron en un sofá largo, uno frente al otro.
—Compré este lugar pensando en los dos. Incluso recordarás que te lo ofrecí para que vivieras aquí, pero me dijiste que querías tener tu propio departamento con Kai. En ese momento entendí que estaba yendo demasiado rápido en nuestra relación. Por eso no volví a insistir, y por eso mismo no quise estar a solas contigo aquí. Taem... no tienes idea de cuánto te deseo. Veo tu cuerpo y siento que voy a morir de ansiedad.
—Todos los días tengo erecciones cuando estamos juntos, y hago infinidad de malabares para que no te des cuenta de mi calentura, pero ya no puedo más. Taem quiero hacerte el amor, pero si tú no estás preparado todavía yo respetaré lo que quieras y decidas. O si acaso no piensas en eso lo dejaremos pasar de largo, y haremos como que nunca te mencioné nada.
—Min, yo también lo he querido desde hace mucho, solo que pensé que no deseabas comprometerte de esa manera, creí que me considerabas un niñato torpe. No tengo experiencia alguna en eso, pero te prometo que pondré todo mi amor para no desilusionarte.
Minho le pasó un mechón de cabello detrás de la oreja, y con la mirada le dijo todo, no había necesidad de mayores palabras. Se levantaron del sofa y se dirigieron directo al dormitorio principal. La cama era redonda y se encontraba en el centro.
Taemin sintió sus piernas como de gelatina y comenzó a temblar. Minho se dio cuenta y lo tomó de la barbilla.
—No haremos nada que no quieras Taem. Quiero que tu primera vez sea especial, y que la disfrutes al máximo, así que ahora vas a decirme lo que realmente quieres.
—Yo...yo quiero...que hagamos el amor, quiero ser todo tuyo Min.
CONTINUARÁ...
💘💝💗😍💘💝💗😍💘
Lo Wueno pa'mañana.
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