10.
—¿Fue Seung quien te denunció?
—No, no en esa ocasión. Eso fue mucho antes. Robé un pastel, era para celebrar el cumpleaños de Kai. Pero el dueño de la pastelería me atrapó antes de que pudiera salir, llamó a la policía y me dieron seis meses.
—¡Por Dios! ¿Te dieron seis meses por un pastel?
—Cuando eres un callejero, los castigos son más duros y no hay quien te defienda de los jueces implacables. Sin embargo, se suponía que, después de cumplir esa condena, me reubicarían en una casa hogar, pero no había espacio. Todos esos lugares están saturados, así que la trabajadora social simplemente me dejó nuevamente en las calles. Supongo que no le gustaba su trabajo, nunca se comprometió a tratar de ayudarme de verdad. Regresé a buscar a Kai, y él seguía en el mismo callejón. Cuando me vio, se alegró tanto que prometí no volver a tomar nada ajeno.
—Maldita burocracia, solo trabajan para cobrar su sueldo. ¿Entonces qué fue lo que realmente sucedió con mi hermano?
—Min, yo no le robé nada.
—Lo sé, mi niño, te creo. Pero quiero saber la verdad. Necesito estar preparado para cuando él intente hacer algo en nuestra contra. Lo conozco demasiado bien como para confiarme en que se quedará quieto.
Taemin tragó saliva con dificultad. Ese pasaje de su vida era doloroso y frustrante, pero desde el principio supo que tendría que contarlo. El momento indicado había llegado.
—Como te comenté, Kai y yo siempre aprovechábamos los eventos donde había comida gratis. Ese día estaban inaugurando el Hotel Lotto.
—Mi familia lo construyó —declaró Minho.
—Nosotros logramos entrar por la puerta de servicio. El salón donde estaban los bocadillos era enorme, jamás habíamos visto tanta comida junta. Me acerqué para tomar algunos mientras Kai buscaba una caja para llevarnos más, y fue justo ahí cuando tu hermano me agarró por el brazo. Comenzó a zarandearme. Me jaló con fuerza hacia el baño, exigiendo que no gritara o llamaría a la policía.
—Nos encerró en el baño y me empujó bruscamente a un cubículo. Se quitó un reloj dorado que llevaba puesto y me dijo que me acusaría de habérselo robado. También amenazó con inculpar a mi compañero, asegurando que éramos parte de una banda de ladrones.
—¡Es un maldito desgraciado! —gruñó Minho.
—Yo estaba aterrorizado, temblaba de miedo porque, de cualquier manera, sabía que iría a prisión de nuevo. Le supliqué que no me acusara, le expliqué que solo queríamos comida, nada más. Entonces, su rostro furioso cambió de repente. Sonrió de lado y sus ojos se tornaron rojos. Fue en ese momento que me exigió... que...le sacara el pene y se lo chupara, de lo contrario me acusaría de inmediato.
Minho soltó a Taemin y se dio la vuelta, frotándose el rostro con las manos antes de maldecir a su hermano.
—¡HIJO DE PUTA! ¡LO VOY A MATAR!
Taemin se estremeció al ver la reacción de Minho.
—Min, no te enojes, eso ya fue hace mucho.
—Pero lo que me cuentas es monstruoso. ¿Cómo se atrevió a pedirte tal cosa?
—Despreocúpate, no lo hice. Me negué, y en consecuencia, trató de forzarme. Entonces mi ropa se rasgó. En ese momento, tu padre entró con el señor de la limpieza, y Seung se alejó de mí, sugiriendo que yo mismo lo había hecho. Desde luego, era su palabra honorable contra la de un exconvicto. A Kai y a mí nos llevaron a la comisaría.
Ya sabía que volverían a encarcelarme, pero una hora después, un abogado pagó la fianza y nos dejaron salir. Solo me impusieron una orden de restricción. No podía acercarme a él, pero cuando cumplí 18 años, quedó sin efecto.
—¿Y sabes quién mandó a ese abogado?
—Sí, fue el ángel más bondadoso que existe en la tierra, y que tú tienes la dicha de llamar mamá. La señora Victoria se enteró de lo sucedido y nos defendió incluso por encima de tu padre y hermano. Luego nos llevó al internado con la Madre Corazón, y desde entonces es que vivimos allí. Ella nos regaló una nueva vida, pagó nuestros estudios. Kai y yo le debemos todo lo que hoy somos.
—¿Él sabe que soy hermano de ese idiota?
—Sí.
—Es una mierda de ser humano. Te juro que, entre más me cuentas, más furioso y decepcionado me siento de él y de mi padre.
—¿Min, tú me quieres?
—¿Quererte? No, mi niño. Yo te amo. Te amo con toda la fuerza de mi corazón. Puedo jurarte que jamás he sentido esto por nadie. Ya no podría vivir sin ti, mi pequeño.
Taemin se sintió como si una nube lo envolviera en ese momento y lo elevara al cielo. Choi Minho lo amaba, y eso era suficiente para desafiar al mundo entero si era necesario. Ya no le temería más a Seung.
—¡Oh, Min! Yo también te amo mucho —susurró feliz—. Soy muy afortunado, primero tu mamá, y ahora tú. Creo que las oraciones de la Madre Corazón y la hermana Yori han tenido resultado.
Unieron sus labios en un beso que selló el amor que ambos se profesaban, un amor naciente lleno de ilusiones y cosas hermosas. Cuando se separaron, sus corazones rebosaban de alegría. Habían perdido la noción del tiempo, ya era de noche, y Taemin se dio cuenta de que iba tarde para llegar al internado.
—¿Qué hora es? —preguntó Taemin.
Minho miró su reloj.
—Son las once.
—¡Cielos, es tardísimo! ¡La Madre Corazón me va a matar!
Se marcharon de inmediato, y cuando llegaron al internado, Taemin fue reprendido. Había reglas que seguir, y él ya las había roto desde que andaba de novio con Minho. Tendría que encontrar un lugar donde vivir.
—Lo siento mucho, Taem, pero sabes las reglas. Una vez que tienes un trabajo estable y llegas más de tres veces tarde al internado, tienes que buscar otro lugar. Lo lamento mucho, pero sé que me entiendes. Si hago caso omiso de los estatutos, los demás chicos harán lo mismo y no podré controlarlos.
—Lo sé, Madre, y soy yo quien lo lamenta. Me dejé llevar sin pensar en las consecuencias, pero solo quiero que sepa que no he hecho nada malo. Simplemente, cuando salgo con Minho, él es tan caballeroso y me consiente tanto que pierdo la noción del tiempo. Esta misma semana buscaré un lugar.
—Tienes un mes para mudarte, Taem, y créeme que me duele el alma que tengas que marcharte, pero las reglas son las reglas, hijo.
Taemin asintió, avergonzado, y se fue a su habitación. Pensó que todos estaban dormidos, pero Kai lo esperaba despierto.
—Taem, ¿por qué llegaste tan tarde? La Madre y las hermanas estaban furiosas.
—Ni me digas, estoy tan apenado.
—Lo bueno es que ya estás aquí. ¿Te regañaron?
—Más que eso, tengo que irme. Ya sabes las reglas.
—¡Oh, hermano! —Kai abrazó a Taemin con tanto cariño que lágrimas brotaron de sus ojos—. No llores, Taem. Tú no te irás solo, yo me iré contigo, ¿lo recuerdas? Juntos, siempre.
—Pero aún no tienes empleo.
—Pero lo tendré muy pronto. Metí una solicitud en la agencia de modelaje, ¿recuerdas? Mañana tengo la entrevista con el dueño, el señor D.O.
Ahora fue Taemin quien devolvió el abrazo.
—Felicidades, Kai. Sé que lo lograrás.
—Claro que lo haré. Así que ya no llores. Verás que vamos a tener nuestro departamento, como siempre lo soñamos, Taem. Muy pronto.
CONTINUARÁ...
😬😳😱😬😳😱😬
Yo creo que, a alguien no le va a gustar esto último.
Gracias por leer, comentar y votar.
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