──────UNO.
01 ⁝ " CLUB DE ASUNTOS SOCIALES "
Miedo.
Miedo era lo que sentía en ese momento, al despertar y encontrarse en ese lugar, ligeramente desorientada. El aroma a rosas, desinfectantes y desodorantes de ambiente le resulto inquietantemente familiar. Luces rojas, los espejos en partes de la pared y techo, le facilitaron reconocer poco a poco donde se encontraba.
Tragó saliva, no temía por su vida, aunque al ver la mirada en el rostro de aquel hombre, sabia perfectamente que solo era un cobarde mas.
Su miedo iba más allá, lo que realmente la atormentaba era la idea de que pudiera torturarla.
Los minutos pasaron y su visión al igual que su orientación comenzaba a volver a la normalidad, los efectos de lo que aquel hombre había colocado en su bebida, comenzaban a desaparecer.
Las palabras del cliente frente a ella, molestaban aun mas a la castaña, el hombre hablaba hacia una cámara justificando y registrando aquel acto tan cruel de su parte, disfrutando y sintiéndose poderoso al privarla de su libertad.
Habia aprisionado sus pies, al igual que sus manos, fuertemente sujetas por detrás, impidiendo cualquier acto de defensa de su parte. Lo unico que movía con facilidad eran sus dedos, los cuales utilizo para golpetear la pulsera en su muñeca, a la espera de que el Sr. Lee viniera por ella.
El psicópata se acercó a la castaña, nuevamente, metiéndo su cuerpo en la tina vacía junto a ella, luego de haber tomado las tijeras de su estuche. Quito la mordaza de su boca mientras soltaba sus primeras palabras, desde que se habia despertado, hacia ella— Te daré una última oportunidad para defenderte ¿Cómo es que terminaste en esta rutina de trabajar de acompañante? —acercó su rostro al suyo, la castaña sonrio.
Nisiquiera pudo esperar a que terminara de hablar para reir en su cara fuertemente— Maldito imbécil —susurro para volver a reir, como la persona maniaca en la que se había convertido hace unos años, aquella que tanto ocultaba para aparentar ser alguien normal. ¿Cómo se atrevía a preguntar aquéllo? No era algo que ella hacia por gusto— ¿Sabes quien es mi jefe? Te pateare tu horrible rostro cuando estes en el suelo sangrando —hablo esta vez, repentinamente, dejando atras sus risas. El la miro seriamente, dejando notar su desprecio e indignación.
Sin darle tiempo a nada, sus manos atraparon su cuello, presionando fuertemente este, la castaña podía ver sus ojos llenos de ira y desprecio hacia ella.
Permaneció en su lugar, incapaz de moverse o defenderse solo observando sus ojos, mientras sus pulmones luchaban por encontrar el oxigeno que estaba siendo retenido por las manos del psicópata frente a ella. Los golpeteos, en su pulcera, con sus dedos se intensificaron, rogando mentalmente que llegaran pronto.
Aquel hombre se mantuvo así durante unos segundos, haciendo creer a la castaña que no la soltaria y se mantendría así durante minutos, presionando a fuerza media su cuello, quitándo lentamente su oxígeno, haciéndola sufrir.
Pero no fue asi, liberó a su victima de su agarre bruscamente.
Ella comenzo a toser involuntariamente, al sentir el ardor y calor que pasaba por su gargante y pecho, como si el oxígeno volviendo a llenar sus pulmones, quemara.
Sin embargo, se detuvo en cuanto las tijeras entraron en su campo de visión, las había posicionado frente a su rostro, justo a pocos centímetros de sus ojos.
Intento no moverse, no quería que aquel pedazo de metal terminará enterrado en alguna parte de su rostro.
El hombre tomo un mechón de su grisáceo cabello y acercó las tijeras a el— Mira que lindo cabello tienes —susurro el, mostrando aquella parte de su cabello aun entre sus dedos.
—Mierda —susurro la castaña, cerrando los ojos. Con temor, temor de que tirara de aquel cabello falso y terminará por descubrir que se trataba de una simple peluca.
Se sentio aliviada al escuchar las hojas de la tijera rozar entre ellas, cerrándose y cortando parte del cabello, abrio los ojos para ver como se alejaba con el mechón recién cortado en sus manos. Como si de alguna valioso pieza de colección se tratara.
Volvío a golpetear su pulsera, aún con la esperanza de que el Sr. Lee estuviera cerca, ya habia pasado un buen tiempo desde que estaba alli.
Y como si de un tipo de ley de asunción se tratase, el Sr. Lee apareció frente a ellos, parado en la puerta de aquel departamento.
Una sonrisa aparecio instantáneamente en su rostro, comenzando a reír nuevamente, mientras se reincorporaba apoyaba su espalda en el respaldo de la tina. Habia llegado su salvación.
Su risa se intensificó al notar la cara de confusión del psicópata, que había volteado a observarla, sin comprender que estaba ocurriendo con la chica, aun sin notar al Sr. Lee.
La recorrio con la mirada y en cuanto estuvo a punto de gritar que se callara vio al tipo en la puerta, dando un brinco en su lugar del susto, terminando por desestabilizarse y caer en el suelo.
Espantado agarro la tijera nuevamente como arma de defensa ante el Sr.Lee— Te dije que estabas jodido —exclamó ella.
El Sr. Lee le dirigió una mirada rápida, corroborado el estado de su sobrina.
Luego se acerco al hombre, quien ahora, yacia en el suelo. El sonido de su mano estampado contra el rostro de aquel infeliz fue lo próximo que oyo, mientras volvia a reir al escuchar sus quejidos. Luego vio como le proporcionaba una patada para finalmente agacharse a su altura y exigir las tijeras, arrebatandolas de sus manos.
Se acerco a la pequeña Lee finalmente, mientras se encargaba de cortar las bridas que sujetaban sus manos y sus pies.
El cliente suplicó que detuviera aquéllo con miedo a que sus tijeras perdieran el filo, el Sr. Lee ni siquiera se molestó en oírlo cuando lo tomo del cuello y clavo la punta de la tijera en uno de sus pies.
Ocasionando con esto un fuerte alarido de dolor que pondría la piel de gallina en cualquier otra persona, pero la castaña ni se inmutó por aquello solo termino de liberar sus pies.
Ella miri sus propias manos, tenía algunas raspaduras en los puños y sus muñecas aun mantenían las marcas dejando en evidencia que las bridas habían ejercido presión sobre ellas— ¿Tenías que demorarte tanto? —pregunto al mayor Lee.
Quien solo se centraba en observar y verificar si la chica tenia alguna herida grave o posibles moretones en zonas fácilmente visibles, levanto su rostro con su mano.
— ¿Y tu? ¿qué mierda haces aquí? —formuló, notandose molestó. Se acerco con su roto celular para tomar fotos que sirvieran como evidencia ante el "tío".
— Este maldito me engaño... Estábamos cenando y luego desperté aquí —respondio, mientras mostraba sus manos ante la cámara del celular, dejando que tomará las últimas imagenes. Luego lo vio alejarse mientras presionaba las teclas de aquel viejo celular— Sabes que este no es mi trabajo. No vendría aquí.
El solo la miro, serio como siempre, y volvio a alejarse hacia el tocador donde habia dejado su bebida. Sostuvo cerca de su oido su celular, hablando con el "tio", arreglando cuanto dinero tendria que pagar el pobre infeliz que ahora yacia en el suelo, presionando la herida de su pie temeroso de recibir otro ataque por parte del Sr. Lee.
Ella no presto atención a las palabras que oía detrás, simplemente su mirada se encontraba en el espejo frente a ella. Observo su rostro, comenzando a limpiar el resto de maquillaje con toallitas humedas que habia encontrado en la mesa junto a la cama.
Su labio inferior tenía una pequeña rotura, algo que podría cubrir fácilmente, se enfocó en las marcas en su cuello que aún mantenían aquel color rojizo debido a la presión, maldijo mentalmente 《"¿Como ocultaria esto de Sun-oh?"》 Se pregunto mentalmente.
Sintio una molestia en la espalda, justamente a la altura de su cintura, levanto su remera dejando ver a la perfeccion una marca rojiza, de alli saldria un moreton, lo sabia.
— Mierda —elevo la voz, molesta— Mira lo que haz hecho —señalo su cuello hacia el tipo tirado en el suelo, quien solo se acurruco presionando su herida en silencio— Psicopata de mierda... —pateo la pequeña mesa frente a ella, conteniendose.
Volvio a poner atencion a su rostro, terminando de limpiarlo mientras oia de fondo a su tio materno, hablar por telefono— ¿Cuanto deberíamos cobrar por el cabello cortado? —argumentó, llamando la atención de la menor Lee.
— ¿Cuánto corto? —la voz robotica de " Tio" resono en la habitación.
El mayor frente a ella la miro, esperando una respuesta, por lo cual señalo el mechon grisáceo de su preciada peluca.
Busco con la mirada su celular, dejando de prestar atención, nuevamente, a la conversación, lo encontro encima de una de las mesas y se acerco a tomarlo para volver a su lugar.
Novio ♡ llamada perdida.
Min hee llamada perdida.
Fue lo primero que leyo, seguido de 22 mensajes por parte de Sun oh, suspiro pesadamente.
No habían hablando después de salir del horario escolar y debian encontrarse hace un par de horas atrás.
No le resultaba cómodo, mucho menos fácil tener que soltar mentiras en su cara, ella lo consideraba una de las pocas personas que aun estaban a su lado y se preocupaba por ella.
Lo que ambos tenían era algo muy bonito, no queria arruinarlo con aquello tan horrible que formaba parte de su vida.
Asi que alli se encontraba, en un maldito cuarto de hotel, viendo el reflejo en el espejo de la persona detrás de ella, casi desvistiendo a otra, en busca de cualquier objeto de valor o dinero.
Mientras mentalmente intentaba inventar una excusa lo suficientemente creible, después de haber sido raptada siendo la acompañante de un tipo esa noche.
— ¿A o B? —oyó, nuevamente, hablar a "Tío".
— B —respondio ella inmediatamente.
— Si elige la opción B, podría perder...
— ¡Que elijo la opción B! —repetio fuertemente, mientras se levantaba de su lugar totalmente fuera de si misma. Sintiendo como la irá comenzaba a apoderarse de su cuerpo, culpando de todo al hombre tirado en el suelo— ¡maldito hijo de puta! ¿Porque tenias que hacerlo? —pateo su torso, haciendo que este cayera en posición fetal, intentando cubrirse con sus brazos y soltando algunos sollozos, asustado. Tomo la mordaza que hace unas horas estaba en su boca y se acerco hasta el nuevamente— Cielo. Mirame, abre la boca ¡abre la boca imbécil! —repitio, pisando fuertemente su pie lastimado, haciéndo que el gritara de dolor, para colocarle la mordaza finalmente.
Una risa salió de su boca, al ver el dolor en sus ojos. El Sr. Lee la miro desde su lugar, mientras ella seguía en su ataque de histeria. La castaña tomo al cliente por el cuero cabelludo, haciendo que este la mirara— Te dije que te patearia...
Lo dejo caer, para luego ella incorporarse y soltarle una fuerte patada en el centro del rostro, el hombre en el suelo soltó un quejido de dolor. Comenzando a sollozar frente a ella.
Luego de unas palabras de "tío" finalmente el Sr. Lee se llevó a rastras a aquel pobre tipo, cerrando la puerta del baño de aquella habitación.
Mientras ella oía los gritos y sollozos, volvio a sentarse en aquel pequeño diván.
Manteniendose en aquel lugar durante unas dos horas, en donde sólo podía oír los quejidos provenientes del baño y los inútiles intentos de huir de aquel cliente.
《" Mira donde terminaste Nayeon "》.
Comenzaba a amanecer, el alba aproximandose se podia ver atrávez de las ventanas en los pasillos del edificio.
Ella no era alguien que solía llegar temprano a clases, casi nunca lo hacia, sólo pensar en pasar horas estudiando para sacar buenas calificaciones, la agotaba mentalmente.
Sin embargo ahí estaba; caminando hacia el salón de clases con la intención de no cruzarse a Sunoh, por mas horrible que sonara.
Todavía soñolenta recordo algunos fragmentos de la noche anterior, inevitablemente sintiendo un cosquilleo en su cuello. Detuvo su caminar, para mirar detras de ella, asegurándose de que era la unica persona alli.
Desvío sus pasos hacia los baños, encontrando a estos vacíos, como era de esperar, se posicione frente al espejo y verifico una vez más 《"Como si fueran a desaparecer tan rápido"》 penso, a la vez que se aseguraba de que el maquillaje sobre su piel había hecho efecto.
Nuevamente, Sunoh aparecio en a su mente.
Suspiro pesadamente y tomo su celular, respondiendo los mensajes, que la noche anterior, no logro.
Yeoniee
Pasaré a 8p.m por ti, si te tardas me voy.
Es broma.
Estoy abajo.
¿Te molestaste?
No quiero subir, baja :(
¡Oye!
No estas en casa ¿donde estas?
Con una llamada bastaba.
Nayeon ¿puedes responder?
¿Estás bien?
Nayeon
Jagiya
Lo siento.
Min hee me pido que cubriera su turno.
Fue un imprevisto y olvide avisar.
Lo siento.
Te veo luego de clases ♡
Salio de aquel baño y volvío tomar camino hacia el salon de clases. En medio de aquella oscuridad visualizo un bulto sobre una de las mesas junto a la ventanas, se paralizo por un momento creyendo que se trataba de su imaginación y finalmente habia perdido la cordura.
Presiono el interruptor de luz que se encontraba a su costado, Oh Jisoo, su compañero de clases, con cara de dormido levanto su cabeza de la mesa para voltearse a ver de quien se trataba. Al percatarse de su presencia se enderezo en la silla para pasar una mano por su rostro y volver a mirar a la chica, tímido como siempre.
Nayeon lo conocia hace tiempo, no era un chico que hablara mucho, en realidad durante las clases ella nunca lo había oído dar una opinión si no era nombrado por los profesores. Nunca lo notaba, no sabia si dormia en clases o simplemente oia en silencio, la segunda opción le parecía más razonable, debido a que era uno de los mejores en su clase.
Una sonrisa coqueta salio de sus labios, levantado su mano en forma de saludo viendo como el chico abría de mas sus ojos y tragaba saliva, notablemente nervioso por tal atención de Nayeon, el chico Oh lentamente y aun dudando, tambien levanto su mano, devolviendo el saludo. Nayeon se deshizo del contacto visual para dirigirse a su lugar, mientras reia silenciosamente.
Algo que le encantaba era el hecho de que Oh Jisoo era una persona tímida, con simples gestos de atencion que recibia el chico se ruborizaba, ella lo sabia y aprovechaba aquello para notar los tiernos gestos de Oh.
El se aclaro la gargante— Co... como... ¿Estas bien? —ella fruncio el ceño, al oirlo formular con algo de dificultad, una pregunta hacia ella.
Levanto la vista, nuevamente encontrandose con la espalda de Jisoo, el no se habia molestado en girarse para comenzar aquella conversación— ¿Deberia importarte? —pregunto, soltando una risa debido al repentino interés. El se mantuvo en silencio, maldiciendo mentalmente, su estupidez. Nego con un movimiento de cabeza— Estoy tan bien, como se puede estar a las 6 de la mañana —aseguro ella. Mientras se acomodo en el banco, colocando sus brazos sobre la mesa y apoyando su cabeza en estos— Ahora has silencio, no dormi bien anoche...
Oh Jisoo apreto los labios, el mas que nadie sabia perfectamente lo que habia pasado la chica la noche anterior.
Y aunque no habia tenido un buen resultado, queria saber como se encontraba luego de aquello. Sabía que había intentado ayudar, como siempre lo había hecho, sin embargo aquello no había sido suficiente para evitar el mal momento que la chica había vivido.
El silencio que los rodeaba hacia recordar a la castaña, a cada segundo, su falta de sueño. Su vista en la espalda de Jisoo se había vuelto borrosa, casi sin notarlo había terminado por caer en un profundo sueño.
Sólo había pasando unos minutos, o eso creyó, hasta que sus oídos comenzaron a detectar el bullicio normal de todas las mañanas, generado por sus compañeros de clases. De repente un golpe seco termino por despabilar completamento todo rastro de sueño acumulado en ella.
— ¡Kang bbang!
Abrio los ojos acostumbrandose ahora a la luz que entraba por la ventana, visualizo a Kitae, parado en la puerta de entrada al salón.
Bostezo mientras se estiraba para ver a su amigo molestando nuevamente a dos de sus compañeros, lo miro molesta debido a su entusiasmo a tan temprana hora, su voz le resulto irritante— Kitae, ya cierra la maldita boca —chillo de mal humor, ya que la había despertado de su siesta mañanera.
Kwank sólo la miro con una sonrisa divertida— Buenos dias para ti tambien, nena —argumento, para luego continuar con su trabajo, hacerle la vida miserable a los menores.
Nayeon apoyó su cabeza en su mano izquierda, mientras intentaba ignorar a todo el salón de clases— Alguien está de mal humor hoy —la voz de Sunoh fue la segunda que oyó.
Su rostro cambio totalmente, al verlo aparecer por la puerta, siendo reemplazada su mueca de molestia por una sonrisa.
Se levanto de su asiento al ver que se acercaba, quedando frente a ella, dejando su cuerpo acorralado con su presencia y el escritorio. Pronto Kitae y su voz ya no eran un problema para la chica, habían pasado a segundo plano— Leíste mis mensajes. ¿Verdad?
Levanto un poco la mirada, debido a la diferencia de altura, Sunoh la miraba pensativo, con su rostro serio, sin soltar ni una palabra aun.
Como si estuviera analizando su rostro, en busca de algo diferente en ella, haciéndo que la castaña sentir los nervios a flor de piel, por un momento se sintio inferior.
— ¿Porque me miras así? —pregunto. Sonriendo algo confusa y nerviosa— Podemos salir hoy ¿quieres ir a comer luego de clases?
Lo miro un momento, su labio superior tembló levemente, para darle paso a su característica sonrisa, aquella seductora y embriagadora sonrisa— No lo se —rasco levemente su nuca— Cambiare de turno y olvidaré mandar un mensaje.
Nayeon rodo los ojos ante su sarcasmo— Ya, Sun oh. Lo siento —el volvio a sonreír, para luego entrelazar sus manos— ¿No me saludaras hoy? —pregunto ella, deseando probar sus labios por primera vez en el día.
Se acercó completamente hacia ella, aprovechando el hecho de que ningún profesor se encontraba a la vista y despreocupados completamente de que cualquiera de sus compañeros dijera algo al respecto. Todos conocían a aquella peculiar pareja, así como conocían el mal genio de Kim Sunho, por lo que simplemente corrían la mirada de ambos adolecentes cada vez que se encontraban juntos.
Sus labios carnosos se movían a la perfección junto a los de Nayeon, intentando no sobrepasar el límite de llevar aquellos dulces besos a algo mas lujurioso. Ambos disfrutamos del contacto de sus labios después de horas sin sentir rastros de ninguno, conteniendose durante toda un día.
Dejo un último beso sobre sus labios, para luego separarse parcialmente de ella, quien tenía una bonita sonrisa en el rostro— Ahora si es un buen día... —bromeó divertido, debido al cambio de humor de su novia.
Para su sorpresa, su mirada se desvió de ella hacia un costando, borrando cualquier rastro de diversión al encontrarse con aquellos ojos curiosos que los observaba desde la esquina del salon.
La castaña lo siguio con su mirada hacia la misma direccion, curiosa de saber que habia llamado su atención. Percatandose de la mirada de Oh Jisoo sobre ellos, en cuanto sus ojos chocaron el desvio la mirada, otra vez prestando atencion a la pelinegra en el patio.
— ¿Que le pasa a el rarito? —pregunto Sunho, moviendo levemente el mentón en dirección al pelinegro.
Ella se encogió de hombros, restandole importancia— Dejalo —argumento, mientras volvia su vista a Ki tae, quien seguia molestando a sus compañeros de clases— ¿Quieres salir? Ver a Kitae me pone de mal humor.
Sunho se giro a mirar a su amigo, viéndo al chico bastante entretenido, soltó una risa— Vamos —Nayeon asíntio, para luego tomar su mano firmemente encaminandose junto a su novio hacia los pasillos de la escuela, los cuales estaban siendo transitados por casi la mitad de los alumnos, ya que habían personas por donde quiera que la castaña mirara.
Habia notado las pequeñas miradas de reojo que recibía por parte de Sunho, pero la castaña fingia que aquéllo era parte de su imaginación.
Habia aprendido, después de los años trabajando de acompañante se había acostumbrado a sentirse así al día siguiente, al sentir que la gente la juzgaba con la mirada, como si tuvieran el derecho.
Sin embargo, esta vez no era algo de su retorcida mente, la culpa no le estaba jugando en contra, como otras veces. Sunho no era tan idiota como para no haber notado sus ojeras, al igual que las marcas en sus manos. Y la curiosidad estaba matando al chico, quien mentalmente intentaba formular la pregunta de alguna manera en la que fuera comoda para Nayeon.
Ambos se dirigieron hacia el gran jardin luego de pasar por la maquina de snack, a pedido de la castaña. Mientras caminaban hacia las gradas, los gritos de Bae Gyuri llamaron su atención, la observo un momento a la pelinegra, viéndola amarrar su cabello mientras volvio a jugar a aquel partido de fútbol improvisado con sus amigos. Fruncio el ceño al ver lo sudada que se encontraba la chica a esa hora del día.
Volvió a sentir los ojos de Sunho sobre ella, levantó la mirada hacia el encontrándose con los oscuros ojos de el chico— ¿Qué tienes? —preguntó una vez que se sento.
Sunho quien ya se encontraba sentado a su lado, desviando la mirada hacia algún punto frente a él, ella lo observó mientras el apoyaba sus brazos en sus muslos, esperando una respuesta— ¿Qué tienes en las manos? —pregunto finalmente, tomando a la castaña desprevenida— ¿Cómo paso eso? —volvió a preguntar con cierto tono de preocupación y algo de molestia.
El habia estado imaginando miles de situaciones durante el transcurso de la caminata, llegando incluso a escenas donde su novia hubiera sido atacada o maltratada por alguien, algo que realmente le preocupaba y le hervir la sangre de sólo pensar, por lo que el hecho de no saber lo estaba molestando a cada segundo.
Nayeon se quedo en silencio, había memorizado sus mentiras a la perfección, era experta en esto. Pero está vez, sin saber el porque, no pude procesar sus palabras, quedando totalmente en blanco, intimidada bajo los atentos ojos de Sunho puestos en ella— Anoche... —aclaró su garganta— Anoche cargando cajas de refresco, no quite mis manos a tiempo cuando las deje en el suelo... —se encigio de hombros, intentando restarle importancia, convencer al chico frente a ella y familiarizarse nuevamente con su propia mentira.
Sus ojos marrones la observaron detenidamente, Nayeon trago en seco, preparándose para cualquier otra pregunta de su parte, sabiendo perfectamente que no le convenseria aquella respuesta.
— ¡Lee Na yeon! —la voz Minhee interrumpió las próximas palabras de Sunho. La chica de cabellos rojizos se aproximo sonriendo, ajena a la conversacion de la pareja, sin siquiera percatarse de su interrupción— El profesor Cho quiere verte. Oh, hola Sunho ¿Has visto a Kitae?
La castaña asintio, separandose un poco de Sunho— Los alcanzo luego —hablo para ambos, ignorando la conversación que habian comenzado.
Comenzo a alejarse poco a poco, solto un suspiro de alivio al adentrarse en los pasillo del instituto, perdiendo la mirada fija que sentía por parte de Sunho.
Golpeo levemente la puerta frente a ella y la abrío, encontrandome con el profesor Cho en su escritorio, revisando apuntes o algún tipo de papeles que no se esforzaria por entender o saber de que trataban.
Se adentro hacia la sala, cerrando la puerta detrás de ella— Profesor Cho ¿quería verme?
— Así es Nayeon. He llamado a tu casa —levanto la vista ahora centrándose en ella— No responden y nesecito hablar con alguien sobre tus notas...
— Mi tío trabaja durante el día, no creo que pueda localizarlo —solto una media sonrisa, apretando los labios— ¿Qué ocurre con mis notas?... ¿Puede hablar conmigo primero?
El mayor asíntio, mientras dejaba de lado aquella pila de hojas— Han bajado, antes llegabas al promedio. No eras excelente, tampoco mala estudiante, te mantenias en el medio —aclaro las dudas de la castaña. Era verdad, si había algo que ralmente la molestaba era tener que estudiar, de todas formas siempre intentaba aprobar la mayoría de los exámenes— ¿Qué está pasando contigo?
— No es nada. Sólo crei que estaba bien y lo deje estar. No volvera a pasar —hizo una reverencia, intentando convencer al profesor. El profesor Cho era el único profesor agradable, y con el que la chica mantenia una buena relacion, entre todo el personal de educación.
El mayor asíntio y volvió a revolver entre sus papeles. Nayeon dando por terminada la conversación, se alejo para salir de aquella sala. Pero su voz interrumpió su acción— Por eso te invito, nuevamente, que te unas a mi club —su expresión de disgusto fue más que evidente para el profesor— No hagas esa cara ¿no te parece divertido?
— Profesor, ya había dicho que no me interesan los asuntos sociales —respondió, Cho asintio, el lo recordaba perfectamente. Sin embargo, no le parecia un mal momento para volver a proponerlo— Además no me agrada su unico miembro...
— Sumará en tu calificación general —volvio a repetir, como aquella ultima vez en que lo había propuesto— No importa si te agrada o no Bae Gyuri, piensa en tus calificaciones, mocosa —Nayeon volvio a negarse. Se negaba completamente a compartir horas junto a Gyuri, simplemente era alguien a quien no podía pasar por alto ni ignorar, su sola presencia le molestaba. Le parecia suficiente tener que ver su rostro durante las horas de clases— Conseguiré mas miembros, serán un buen grupo.
Nayeon lo observo, dudando mentalmente que alguien quisiera unirse por voluntad propia a el club, ya que cuando este abrio nadie se sumó, no lo consideraba un mal club, simplemente todos los estudiantes estaban en su propio mundo como para entrometerse en un club de asuntos sociales.
— ¿Asi si te unirias?... —pregunto. La castaña permaneció en silencio, dudando aquella propuesta— Creeme que lo hago por tus notas, eres inteligente, solo no sabes aprovechar las oportunidades q...
— Ahgg esta bien —lo interrumpió, ya cansada de encontrarse alli— Si consigue a alguien mas lo haré, me unire al club ¿Ya me puedo ir? No quiero perderme la hora de descanso —el profesor asíntio. Satisfecho de haber ganado la partida.
Comenzó a caminar hacia la salida, en cuanto abrío la puerta se encontro con la figura de Oh Jisoo frente a ella, quien inmediatamente al notar del todo la presencia de la castaña, dio un paso hacia atrás, nervioso y susurro un apenas inaudible "lo siento". Nayeon paso por su lado, y esta vez, ignorando completamente su presencia.
El horario de clases había terminado, los estudiantes emprendian el viaje a sus casa dando por terminado aquel dia escolar. Sin embargo, ella aun se encontraba alli, parada frente la puerta de entrada al la oficina del profesor Cho o la sala de el "club de asuntos sociales".
El profesor Cho lo habia conseguido, se las habia arreglado para lograr que un estudiante mas se reuniera al club. Nayeon se replanteo nuevamente si debia entrar. Soltando un suspiro golpeo la puerta una sola vez y entro de una vez por todas, ya estaba alli y no valia pena seguir retrasandose.
Tres pares de ojos se posaron en ella, ni siquiera se esforzo por poner una buena expresión en cuanto vio a Oh Jisoo alli sentado.
《 Maldito Jisoo 》 penso.
— Perdón por llegar tarde. No quería venir —hablo sin interes. Se acerco hacia una de las sillas vacías, junto al profesor Cho quedando frente a Bae y Oh— ¿Comenzamos?
Bae Gyuri la miro unos segundos, los mismos en los que Nayeon le mantuvo la mirada con una falsa sonrisa en el rostro, castaña era conciente de la molestia que le generaba a Bae su presencia, lo disfrutaba. Ambas se detestaban y no se esforzaban en ocultarlo. La pelinegra solto un suspiro para luego desviar la mirada y volver a las preguntas.
— Okey... Estamos modificando algunas preguntas de los exámenes —hablo el Profesor Cho— Ahora, siguiente pregunta.
Gyuri comenzo a leer las preguntas en aquellas hojas que sostenia, Lee solo se dignaba a oir y argumentar alguna que otra palabra, de a ratos miraba al chico frente a ella, quien parecia bastante interesado en el insecto atrapado en aquella mini pecera.
Nayeon tomo algunos de los papeles dispersos en la mesa, jugueteando con ellos totalmente desinteresada y a la espera de que la hora pasara rapido, releyendo una y otra vez la primera oracion insignificante en aquella hoja de fotocopia.
Levanto la vista, encontrandose con los ojos marrones de Jisoo en sus muñecas. Recordo las marcas y retiro sus manos rápidamente, colocandolas en su regazo, mientras se aclaraba la gargante, volvio a levantar la vista para ahora encontrarse con los ojos del chico aun puestos en ella, le mantuvo la mirada unos minutos poniendo nervioso a Jisoo quien bajo la mirada
— Siguiente pregunta —se digno a prestar atención, ignorando por segunda vez la presencia del chico timido— "Vi u oí hablar de hechos de prostitución en mi entorno" —termino de leer Bae Gyuri.
《 Otra vez esa sensación 》
— ¿Qué tiene esa pregunta? —cuestiona el mayor en la sala.
— Es como la anterior, tampoco es asunto de la escuela.
— No estoy de acuerdo con eso —se nego— La escuela si debería importarle, es nuestro trabajo...
— El trabajo sexual es un tema controvertido hoy en día —explico la chica Bae— ¿Es un trabajo legítimo ofrecer un servicio? o ¿No lo es? ¿Es un caso de trata o lo hace por su situación?...
— Ese tipo de cosas no debería ser asunto de la escuela —hablo esta vez Nayeon, totalmente segura. Ganandose la atención de el trio— Asi, como decidir si es o no...
— Te equivocas —la interrumpió el profesor Cho— Será algo indiscutible en la escuela, pero la ley es la ley. El tráfico sexual es un delito y estamos hablando de menores de edad
La castaña nego, nuevamente- Si se trata de un asunto legal, creo que la policía tendría que encargarse de ello. No la escuela —aseguró.
El profesor la observo un momento, para luego volver sus ojos a Gyuri y Jisoo— El deber de la escuela es enseñar más que los contenidos basicos; Que es un trabajo legítimo, ley de trabajo infantil y proteccion al menor, educación sexual y respeto por uno mismo.
La castaña dejó de escuchar aquello, había opinado para acotar algo hacía la conversación e intentar participar, pero aquello era un tema que no le interesaba, todavía.
—Jisoo ¿que opinas al respecto? ¿Cuál es tu posición?
Los ojos de la castaña viajaron hacía el chico frente a ella, a quien nuevamente lo atrapó con los ojos puestos en ella, lo observo a la espera de alguna respuesta. El sintiendo los nervios por aquella atención bajo la mirada, nuevamente, antes de responder:— Creo... que esa persona estaría obligada a callar —hablo bajo las miradas de el profesor y ambas feminas— Si alguien dice que vio tráfico sexual, y se rebela el nombre de esa persona... No podrá seguir viniendo a la escuela.
Aquellas palabras resonaron en Nayeon, todo era cierto, lo sabia y aquel era su peor temor. Si alguien descubriera accidentalmente lo que ella o Min hee hacian todo el instituto lo sabria, despues de todo era conciente de lo rapido que esparcian los rumores entre los estudiantes. ¿Que haria luego? Volver a clases como si nada hubiera pasado ¿seria capaz de ignorar las miradas y susurros? Seria un escándalo no solo dentro del instituto, aquello se sabria en todas partes, despues de todo eran menores.
Nayeon no estaba dispuesta a ser el centro de atencion por aquello, no podia permitir que eso pasará.
Un golpe seco en la mesa la sobresalta, levanta la mirada para encontrarse con los ojos de Bae Gyuri en ella, la miro sin entender— ¿Que opinan?¿Tienen tiempo este fin de semana?
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