Capítulo 24

Al cuarto día, despertó con una extraña duda que revoloteaba en su mente, como una mariposa inquieta en un día soleado. Había dormido maravillosamente, y la vista de Nylion, aún durmiendo a su lado, siempre le parecía un regalo. Si hubiera estado en su forma humana, estaba segura de que lo habría acariciado todo el rato, disfrutando de lo suave y tierno que se veía mientras descansaba.

Sin embargo, se contuvo de pensar demasiado en esas cosas. Sabía que cualquier pensamiento fuerte podría despertarlo, y aunque la idea de acariciarlo la llenaba de ternura, quería dejarlo dormir un poco más. Pero su mente era rebelde y, en lugar de calmarse, la inquietud creció en su interior.

«¿Por qué nunca me llama cariñosamente como Lynxin lo hace con Embry?» pensó, intentando que su voz mental sonara suave y casi susurrante. No obstante, su estómago parecía tener una opinión diferente, rugiendo con fuerza, lo que provocó que las orejas de Nylion, ese macho lobo dormilón, se movieran lentamente.

A través de la penumbra de la mañana, los ojos de Nylion se abrieron, mostrando su brillo dorado y negro, aún somnolientos pero llenos de ternura. «Tienes hambre... ¿Ya es de mañana tan rápido?»preguntó, estirándose de manera torpe en el suelo, haciendo que su pelaje se alzara en un desorden encantador.

«Mmm... Sigo teniendo tanta hambre humana que hasta vergüenza me da,» respondió, sintiéndose cohibida por haberlo despertado. «Deseaba que durmieras un poco más, ¿sabes?»

Nylion, conmovido por la intención de su compañera y hembra, se acercó a ella y le lamió suavemente el hocico. Su contacto era cálido y reconfortante. «No te preocupes por mi sueño. Siempre puedo dormir en cualquier otro momento, Leah,»susurró, su voz era un bálsamo para su ansiedad.

Ella sintió su corazón latir más rápido, pero su mente todavía no podía soltar la duda que la atormentaba. «¿Por qué siempre me dices por mi nombre y no por ningún otro apodo cariñoso?»preguntó de repente, incapaz de aguantar más. Su tono caprichoso le hizo sentir vergüenza, como si hubiera cruzado una línea que nunca debió tocar. «Así no era como quería preguntártelo. Duerme de nuevo y luego lo hablamos,»pidió, sintiéndose avergonzada.

Nylion esbozó una sonrisa de gracia, un gesto que era casi imperceptible en su forma de lobo, pero que ella sabía que estaba ahí. Resopló divertido, como si le resultara entretenido su capricho. «No te digo de otra forma porque amo tu nombre. Es único, diferente. Además, no sé cómo podría decirte de otra forma que no fuera vulgar... Solo se me ocurre, 'mi hembra', para cuando debo protegerte de otros machos,» le confesó, sintiéndose avergonzado.

Sintió cómo sus mejillas se sonrojaban, y la vergüenza que la había invadido se mezcló con algo más: un sentido de pertenencia, una conexión profunda entre ellos que iba más allá de las palabras. La forma en que Nylion se preocupaba por ella, incluso en sus pensamientos más simples, la hacía sentir especial.

«¿'Mi hembra'?» repitió, intentando que su tono sonara juguetón, aunque la calidez de su corazón contradijera su esfuerzo. «Eso suena... algo territorial.»

Nylion soltó una pequeña risa, un sonido que resonó en su interior como un eco familiar. «Lo es, pero es que así es como me siento. Como si tuvieras un lugar especial en mi vida. Eres diferente a todas las demás, Leah

Volvió a sentir una oleada de emociones. Nylion la veía a través de su mirada sincera, y en ese instante comprendió que, aunque el mundo a su alrededor era complicado y lleno de cambios, había una verdad simple en su relación. «Está bien, entonces, puedo vivir con eso,»dijo, sintiéndose más segura. «Pero, ¿podrías intentar usar un apodo cariñoso de vez en cuando? Solo para hacerme sentir un poco más... especial.»

Nylion inclinó la cabeza, como si lo estuviera considerando. «Prometo intentarlo,»respondió, su voz suave y sincera. «Pero no me hagas prometer algo que no estoy seguro de poder cumplir.»

«Trato de ser realista,»le dijo con una sonrisa traviesa. «Pero, ¿te imaginas cómo sería? Como un par de amantes en un cuento de hadas.»

Nylion sonrió, sus ojos brillando de una manera que le hizo sentir ardillas en el estómago. «Entonces, solo será cuestión de tiempo. Ahora, ¿qué te parece si vamos a buscar algo de comida?»

Asintió, sintiendo que su hambre se intensificaba, pero también la emoción de compartir otro día con él. Juntos, se levantaron y se dirigieron al mundo exterior, listos para enfrentar lo que el día tenía preparado, sabiendo que, sin importar lo que sucediera, estarían allí el uno para el otro.

Ella y Nylion se pusieron en marcha, sus pasos resueltos mientras el sol comenzaba a elevarse en el horizonte, bañando el paisaje de suaves tonos dorados y naranjas. El aroma fresco del bosque llenaba el aire, y no pudo evitar sentir una chispa de emoción al pensar en la comida que estaban a punto de conseguir.

Mientras avanzaban, aprovechó el momento para observar a Nylion. Sus músculos se movían de manera fluida y elegante, y su pelaje brillaba con el reflejo del sol. Aun así, notó una expresión pensativa en su rostro mientras se concentraba en encontrar algo que pudieran comer.

«¿En qué piensas?»le preguntó, quebrando el silencio que los envolvía.

Nylion la miró de reojo, una chispa de diversión en sus ojos. «Estaba tratando de pensar en un apodo que te pudiera quedar, algo que refleje lo especial que eres para mí.»

Al escucharlo decir eso, frunció el ceño, intrigada.«¿Cómo qué?»

«Mmm... »Nylion se detuvo, mirando al suelo mientras intentaba encontrar las palabras. «Podría llamarte "mi joya", porque realmente brillan tus ojos... o quizás "mi tesoro", porque eres valiosa para mí»se rascó la nuca con una pata, sintiéndose un poco ridículo«. Pero esos suenan... no sé, demasiado genéricos.»

Rió mentalmente, disfrutando de su esfuerzo por encontrar algo adecuado. «Bueno, al menos estás tratando. Pero sigue intentando, ¡quiero escuchar más!»

Nylion sintió calor en su cabeza hasta las orejas y continuó buscando. «Bien, déjame pensar... ¿"mi musa"? Porque inspiras en mí un deseo de ser mejor. O tal vez "mi luna", porque iluminas mi vida en la oscuridad...»

Ella sonrió, complacida por sus palabras. Sin embargo, pudo notar ella que también había una ligera tristeza en su corazón, en su lobito.

Mientras que Nylion sabía que aun en sus intentos, la verdad era que no había hembras en su vida que se compararan con ella. Las demás eran irreverentes y superficiales a sus ojos, y cada vez que pensaba en ellas, no podía evitar sentir que no se acercaban a la conexión que tenía con Leah. Era como si solo hubiera un lugar para ella en su corazón, un espacio único que nadie más podía llenar.

«No son tan malos,»le dijo, tratando de animarlo«Aunque "mi luna" suena un poco poético.»

Nylion hizo una mueca, recordando las bromas que escuchaba de su padre, Paul, sobre las hembras que solían rondar a su alrededor. "Una preciosa mujer," había dicho Paul, como si la idea de enamorarse de una mujer fuera un mito de lo que se consideraba verdaderamente especial. Y aquí estaba él, experimentando eso mismo.

«Es solo que...»comenzó a decir Nylion, deteniéndose de repente mientras olfateaba el aire«No puedo dejar de pensar en que eres la única hembra con la que realmente he tenido la oportunidad de conocer, de compartir mi vida, de estar. Las otras que he visto solo han querido llamar mi atención, y eso es irreverente para mí.»

Y fue allí cuando sintió un calor en su pecho al escuchar sus palabras. Era bonito saber que se sentía así, pero también la inquietud volvió a ella. «Pero no quiero que te sientas presionado por encontrar un apodo, Nyl. Lo que importa es que estás aquí conmigo y que nos entendemos.»

Él la miró fijamente, sus ojos brillando con sinceridad. «Eso es lo más importante, de verdad. Pero, ¿no sería genial que tuvieras un apodo que supiera cómo te siento? Quizás... "mi loba"»sugirió, probando un nuevo enfoque«Porque en mi mundo, realmente lo eres.»

Enseguida soltó una risa sorprendida, sin poder contenerse. «Eso ya suena mejor. "Mi loba"... no está nada mal.»

A medida que se acercaban a un arroyo que chisporroteaba a la luz del sol, Nylion se concentró en el sonido del agua. «Y sabes que no solo eres mi reina, mi loba, sino que también eres la hembra más valiente que he conocido. Siempre eres fuerte, incluso cuando no lo sientes.»

«Eso es porque me esfuerzo por serlo. Además, tú me haces sentir segura, Nylion»le respondió, sintiéndose agradecida por su apoyo.

La conversación se desvió mientras comenzaban a buscar los peces en el arroyo, pero la atmósfera entre ellos era más cálida, llena de complicidad. Mientras Nylion se sumergía en el agua, se sintió feliz al haberle hecho sonreír con sus intentos de apodos. Era un simple gesto, pero significaba mucho para él, porque cada palabra, cada pensamiento que compartían, les acercaba un poco más en este nuevo capítulo de sus vidas.

Finalmente, después de unos momentos de caza, ella logró atrapar un pez y lo levantó en el aire, moviendo su cola con orgullo. Nylion la miró, su corazón lleno de admiración. Era un día perfecto, lleno de risas y promesas de un futuro juntos, donde podrían continuar explorando no solo la vida en el bosque, sino también la profundidad de sus sentimientos el uno por el otro.

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