El martes se sentía diferente. El aire fresco del océano y el sonido suave de las olas hacían que el entorno pareciera casi mágico. Nylion estaba a mi lado, disfrutando de la brisa marina mientras yo observaba el horizonte. Pero la tranquilidad no duró mucho. De repente, un grito rompió la calma.

-¡Hermana! ¡Ayúdame! ¡Aaaa!

Volteé rápidamente y vi a Seth en la distancia, intentando liberarse de un pequeño animal de pelaje blanco que le estaba atacando con fervor. Mi corazón se detuvo un instante al ver la escena tan extraña y surrealista. Nylion, al notar mi inquietud, se puso en posición defensiva.

«¡No, Leah!»gruñó, su voz profunda resonando como un eco en mis oídos«Espera.»

Sin embargo, la desesperación que sentí al ver a Seth era abrumadora. Sabía que el hurón no era un simple animal, pero el instinto primario de proteger a mi hermano me invadió. Gruñí, lista para intervenir, cuando Nylion saltó hacia adelante, dispuesto a ayudar.

-¡Nylion, cuidado! -grité, pero ya era demasiado tarde. El hurón logró causarle un rasguño, y la furia despertó en mí como un fuego. No había forma de que me quedara de brazos cruzados.

La escena dio un giro inesperado. Ante nuestros ojos, el hurón se transformó en una chica con cabello negro, piel clara y ojos ambarinos. Me quedé paralizada mientras ella se disculpaba, envolviendo a Seth con una aura mística que sanaba el rasguño de Nylion.

-¿Qué demonios está pasando? -murmuré, sin poder apartar la mirada.

Seth cayó de rodillas, completamente embelesado. La chica, al darse cuenta de lo que había sucedido, dio un salto hacia atrás, visiblemente asustada, y se transformó nuevamente en hurón. En un abrir y cerrar de ojos, desapareció entre los árboles, dejando a Seth atónito.

-¿Seth se acaba de imprimar en una hurón o he alucinado? -preguntó Embry, quien había aparecido junto a Lynxin, igualmente sorprendido por la escena.

No podía creer lo que había presenciado. La transformación, la energía que había emanado de la chica, todo era demasiado extraño. Observé a Seth mientras se levantaba, intentando recomponerse, su mirada fija en el lugar donde la chica había desaparecido.

-¡¿Qué fue eso?! -exclamó, su voz llena de confusión y emoción.

-No lo sé, pero definitivamente no es algo común -respondí, tratando de comprender la situación-.

Lynxin se acercó, examinando a Seth, quien aún parecía en estado de shock.

-¿Te sientes bien, hermano? -le preguntó con preocupación.

Seth asintió lentamente, la sorpresa aún reflejada en sus ojos.

-Creo... creo que me acabo de imprimar. -Su voz temblaba un poco-. No sé quién era, pero... había algo en ella.

Mi mente estaba en un torbellino. ¿Cómo era posible que él se imprimara de esta manera? La chica había aparecido de la nada y, aunque había sido un momento caótico, también parecía estar lleno de magia.

«No podemos dejar que se escape»dijo Nylion, recuperando su postura de guardia«Debemos encontrarla.»

-No podemos, Nylion -intervine-. Si es como nosotros, no podemos forzarla a volver. Pero Seth, tienes que estar seguro de lo que sientes.

«Yo... sí, estoy seguro»respondió él, recuperando algo de su compostura«La forma en que me miró... era como si me conociera.»

Mientras Seth hablaba, pude ver cómo sus ojos brillaban con una mezcla de emoción y confusión. La situación se sentía irreal, pero era evidente que algo profundo había cambiado en él. La aparición del hurón y su transformación en humana no era solo una curiosidad; era un nuevo capítulo en nuestras vidas.

-La encontraré -murmuró Seth, decidido-. No puedo dejarlo así.

-¿Estás seguro de que quieres hacer esto? -preguntó Embry-. No sabemos nada de ella.

Seth asintió con firmeza. En su rostro se reflejaba una mezcla de determinación y vulnerabilidad.

-Sí, necesito entender qué pasó.

Mientras se adentraba en el bosque, una parte de mí se preocupaba por lo que podría suceder. No sabía si encontraría a la chica o si eso sería lo correcto, pero sabía que lo que había comenzado en la playa estaba lejos de terminar. La vida estaba cambiando a nuestro alrededor, y todo lo que podía hacer era seguir el flujo de los acontecimientos, aferrándome a Nylion y a los lazos que nos mantenían unidos como manada.