El viernes llegó con una mezcla de calma y tensión. Había acordado con mamá y Seth tener una charla que, aunque no estaba lista emocionalmente, sabía que era necesaria. Nylion se mantenía cerca, como siempre, a la sombra de los árboles en las afueras de la casa, vigilante pero dándome el espacio que necesitaba. Mi corazón se apretaba ante la idea de lo que iba a decirles. No había vuelta atrás.
Nos sentamos en la mesa del comedor, donde tantas veces habíamos compartido comidas, risas y discusiones cotidianas. El ambiente, sin embargo, era distinto ahora. Podía sentir el peso del momento, y ellos también lo sabían. Seth estaba más callado de lo habitual, jugueteando con un lápiz entre los dedos, mientras mamá nos miraba a ambos con una mezcla de preocupación y comprensión. Ella siempre había sido fuerte, pero yo sabía que, a pesar de su fachada serena, le dolía lo que estaba a punto de suceder.
—Mamá, Seth... —comencé, mi voz un poco insegura. Respiré hondo antes de continuar—. Quiero que hablemos de lo que va a pasar la próxima semana. Ya ha pasado casi una semana desde que Nylion está aquí conmigo, y pronto se cumplirán las dos semanas que me di como límite.
Mis palabras parecieron caer como una piedra en la mesa. Seth dejó de jugar con el lápiz y lo colocó cuidadosamente sobre la mesa, mientras mamá me miraba fijamente, sin interrumpir.
—He tomado una decisión firme—dije con más seguridad esta vez, buscando sus ojos para que supieran que hablaba en serio—. Voy a dejar mi vida aquí para vivir con Nylion. Ya no puedo seguir dividiendo mi vida entre este mundo y el suyo. Su manada lo necesita, y yo... yo también lo necesito.
Seth apretó los labios, sus manos formando puños sobre la mesa. Sabía que esto le costaba. A pesar de su madurez y su fuerza, seguía siendo mi hermano pequeño, y dejarlo atrás era una de las cosas más difíciles para mí. Pero también sabía que él entendería.
—Leah...—Seth comenzó, pero lo interrumpí suavemente.
—Déjame terminar, por favor—le pedí, mi voz más suave—. Sé que esto no es fácil, pero lo he pensado mucho. He estado ahorrando dinero durante todo este tiempo, y quiero que lo usen para los gastos de la casa. No quiero que se preocupen por nada, al menos por un tiempo. Ya hablé con Nylion, y estoy decidida. Apenas se termine el tiempo límite, voy a dejar todo para vivir con él. No sé cuánto tiempo pasará hasta que podamos volver a vernos con regularidad, pero esto es lo que tengo que hacer.
Mamá cerró los ojos un momento, respirando profundamente, como si intentara asimilar lo que acababa de escuchar. Cuando volvió a abrirlos, su mirada estaba firme, pero cargada de emociones.
—Leah...—su voz era suave, pero había una fuerza subyacente en ella—. Eres mi hija, y siempre te apoyaré, sin importar lo que decidas. He visto lo que Nylion significa para ti, y aunque me duele saber que ya no estarás aquí como antes, sé que esto es lo que te hará feliz. Pero, por favor...—su voz se quebró un poco—. No te olvides de nosotros. No dejes que esta nueva vida te aleje de la familia por completo.
El nudo en mi garganta se hizo más fuerte, pero asentí.
—Nunca podría olvidarme de ustedes—le aseguré, tomando su mano sobre la mesa. —Siempre seré parte de esta familia, sin importar dónde esté.
Seth, que hasta ese momento había permanecido en silencio, finalmente habló. Su voz era tranquila, pero pude notar la tensión detrás de ella.
—Lo entiendo, Leah. Entiendo por qué tienes que hacer esto, pero...—hizo una pausa, mirando hacia abajo—. Va a ser raro no verte aquí todos los días. Estamos acostumbrados a tenerte con nosotros. Y sé que mamá también lo siente. Pero si esto es lo que necesitas, entonces te apoyaremos. Solo...—Seth levantó la vista, con una mirada que me rompió el corazón—. Solo promete que nos mantendrás al tanto, que no desaparecerás sin más.
Me acerqué a él, rodeándolo con mis brazos en un abrazo que sabía que ambos necesitábamos. Seth era fuerte, pero a veces olvidaba que también tenía derecho a sentir y mostrar vulnerabilidad.
—Te lo prometo, Seth—le dije con la voz ahogada—. No voy a desaparecer. No del todo.
Sentí su abrazo devolvérmelo, más fuerte de lo que esperaba. Era como si quisiera asegurarse de que, aunque me fuera, siempre habría un vínculo que no se rompería.
—Será difícil, pero sé que lo vas a lograr. Siempre has sido fuerte, Leah. Solo... no te olvides de que aquí también tienes una manada—me dijo en un susurro.
Las palabras de Seth me llegaron profundamente. Sabía que estaba perdiendo parte de la rutina, la seguridad de vernos todos los días, pero también sabía que él me entendía más que nadie. Él sabía lo que era sentirse dividido entre dos mundos.
Mamá, que había estado observando la escena en silencio, se levantó de su silla y se acercó a nosotros. Nos envolvió a ambos en sus brazos, formando un lazo familiar que me hizo sentir pequeña otra vez, como cuando éramos niños.
—Siempre seremos una familia—dijo mamá, su voz tan firme como su abrazo—. No importa dónde estés, Leah, siempre tendrás un hogar aquí. Solo asegúrate de no perderte demasiado en ese otro mundo.
Asentí, sintiendo las lágrimas acumularse en mis ojos, pero las mantuve a raya. Sabía que lo que venía no sería fácil, pero tenía a mi familia detrás de mí, y eso me daba la fuerza que necesitaba.
Después de un largo rato, nos separamos. La conversación había sido difícil, pero necesaria. Sabíamos que lo que venía no sería sencillo, pero lo enfrentaríamos juntos, como siempre lo habíamos hecho.
El fin de semana estaba a punto de llegar, y con él, el comienzo de una nueva etapa en mi vida.
[...]
Esa noche, el aire del bosque tenía un frescor tranquilizador, y la suave brisa acariciaba mi piel mientras me recostaba sobre el lomo de Nylion. Su pelaje era cálido y acogedor, y en esos momentos de vulnerabilidad, era donde me sentía más segura. Miré las estrellas titilando sobre nosotros, sintiendo que el mundo humano se alejaba un poco más. Había aprendido a enlazar mis pensamientos en una conexión especial con mucha práctica entorno a Nylion. Por lo que hoy por hoy, no hablaría en voz alta, era innecesario, esta vez me comunicaría como mi impronta y compañero lo hacía conmigo, telepáticamente.
«¿Qué te preocupa, Leah?» me preguntó Nylion telepáticamente, sus pensamientos fluyeron con calidez y preocupación.
«Es… es sobre lo que hablamos con mamá y Seth. Estoy emocionada por la idea de estar contigo, de ser una loba salvaje. Pero también tengo miedo», confesé, dejando que la verdad saliera de mis labios con un suspiro.
Nylion movió su cabeza para mirarme directamente, sus ojos dorados destellando en la oscuridad. «¿Miedo de qué? Eres más fuerte de lo que crees. Lo he visto.»
Me mordí el labio, considerando mis palabras. «No tengo experiencia en esto. Ser una loba salvaje no es algo que me enseñaron. He matado vampiros y he protegido a la manada, pero eso es diferente. No sé cómo será realmente vivir así, con instintos primales y la necesidad de protegerte a ti y a nosotros. ¿Y si no soy la mejor loba para ti?»
Su respiración se hizo más profunda mientras procesaba mis miedos. «Leah, el ser una loba salvaje no es solo una habilidad. Es parte de lo que somos. No necesitas ser perfecta. Lo único que necesitas es seguir tu instinto y confiar en ti misma. Y en mí. La vida salvaje puede ser dura, pero no estarás sola. Siempre estaré a tu lado.»
Sentí un ligero alivio ante sus palabras, pero la inquietud seguía allí, latiendo en mi pecho. «¿Y si no puedo dejar atrás mi vida humana? Quiero estar contigo, pero dejar a mamá y Seth es complicado. No sé si podré soltar todo lo que he conocido. Mi casa… mi rutina. Sin ti, ya no me siento como en casa.»
«Tu casa es donde esté tu corazón», respondió Nylion, acariciando mi brazo con su hocico. «Si tu corazón está conmigo, entonces estaremos en casa, sin importar dónde estemos. Pero eso requiere que tomes la decisión de dejar ir lo que te retiene. No te estoy pidiendo que olvides a tu familia. Ellos siempre serán parte de ti. Pero para ser la mejor loba, debes liberarte de las cadenas de tu vida humana.»
Asentí lentamente, sintiendo el peso de sus palabras. «Lo sé, pero el miedo a lo desconocido me aterra. Lo que he tenido aquí ha sido cómodo y seguro. Y si no puedo adaptarme, ¿qué pasará?»
Nylion se movió un poco, haciéndome sentir su fuerza y calidez. «La vida salvaje no es un camino fácil, Leah, pero es un camino que vale la pena. Tendremos que aprender juntos. Seremos un equipo, y con el tiempo, todo se irá aclarando. Confía en ti misma, así como yo confío en ti. Nunca serás sola en esto.»
Las palabras de Nylion resonaban en mi mente, y por un momento, sentí una chispa de valentía. «Está bien, haré lo que pueda. Te prometo que intentaré dejar ir lo que me frena. Pero me gustaría tener más orientación. ¿Crees que Paul podría ayudarnos?»
«Sí, papá tiene mucha experiencia en la vida salvaje, al igual que mamá. Te enseñará lo que necesites saber. No estás sola en esto, Leah. Siempre habrá apoyo», dijo Nylion, su voz resonando en mi mente con firmeza.
Sonreí, sintiéndome un poco más segura. «Gracias, Nylion. Me haces sentir que puedo hacerlo. Seré la loba que mereces. Lo prometo.»
«No necesitas ser la mejor loba, solo necesitas ser tú misma», respondió, acariciando mi mano con su hocico, instándome a relajarme.
Nos quedamos en silencio un momento, contemplando el cielo estrellado, y poco a poco, mi miedo comenzó a desvanecerse en la calidez de su presencia. Sabía que no sería fácil, pero también sabía que tenía a Nylion a mi lado. Con él, sentía que cualquier cosa era posible.
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