Capítulo 14

El martes por la tarde me encontraba en el bosque, observando el paisaje que me rodeaba, aquel lugar que siempre había considerado mi refugio. El hogar que conocía toda mi vida estaba a unos metros de distancia, pero últimamente me sentía más conectada a los árboles, a la tierra, a la naturaleza salvaje. Desde mi posición, podía ver la casa, las luces tenues del interior, y a través de una ventana, vislumbré a Seth, mi hermano, sentado con su computadora en el regazo. Estaba concentrado, con los auriculares puestos, probablemente escuchando alguna de sus listas de música mientras trabajaba en su tesina.

Me llenaba de orgullo verlo así, tan enfocado y decidido, a punto de lograr algo tan importante para él. Mamá y yo estábamos emocionadas, sabiendo que en pocas semanas lo veríamos terminar su carrera, graduarse y cerrar ese capítulo con éxito. Pero había algo que me daba nervios, una sombra de incertidumbre que no me dejaba en paz. Sabía que probablemente no estaría presente para ese momento. El límite de tiempo se acercaba, y aunque quería con todo mi ser estar en su graduación, ese futuro incierto me llenaba de ansiedad. No sabía si podría asistir antes de que tuviera que tomar una decisión final sobre mi vida, sobre mi lugar en este mundo.

Suspiré profundamente, dejando que mis manos se hundieran en el pelaje grueso y esponjoso de Nylion, que estaba recostado bajo mí. Estábamos en el suelo del bosque, sobre una manta que habíamos extendido, un simple acto que se había vuelto cada vez más necesario para mí. Estar cerca de él, sentir su calor y su presencia, me hacía sentir segura. Era como si no pudiera dormir en mi propia cama sin él a mi lado. Estar con Nylion me ofrecía una paz que no encontraba en ninguna otra parte.

«¿Qué te tiene preocupada?» La profunda voz telepática de Nylion interrumpió mis pensamientos. Levantó su enorme hocico y sus ojos se encontraron con los míos, llenos de una ternura que solo él podía mostrarme.

No pude evitar sonreír ante su preocupación, pero sabía que era hora de decirle lo que me tenía tan inquieta. Decidí hablarle sobre Seth, sobre cómo su graduación estaba tan cerca, pero a la vez tan lejana para mí. El miedo de no estar allí cuando lo necesitara, de perderme ese momento crucial de su vida, todo porque pronto tendría que tomar la decisión más difícil de mi vida: seguir con mi vida humana, o aceptar lo que significaba estar vinculada a Nylion, seguir el llamado del bosque.

-Seth ha trabajado tan duro para esto-le dije en voz baja, mirando al cielo, donde las estrellas comenzaban a aparecer. -Mamá y yo hemos estado esperándolo desde siempre. Verlo caminar por ese escenario, recibir su diploma, es algo que he imaginado durante meses. Pero... no sé si estaré allí para verlo.

Nylion mantuvo su mirada fija en mí, sin necesidad de decir nada. Su presencia lo decía todo, y sentí su apoyo incondicional. Sabía que no era fácil para él escuchar mis dudas, especialmente cuando se trataba de la vida que compartíamos.

-No quiero elegir entre él y tú-admití, mi voz quebrándose un poco. -Pero siento que eso es lo que me está pidiendo el destino. Y no puedo dejar de pensar que, si no estoy allí para Seth, lo estaré decepcionando.

«No tienes que elegir, Leah», me respondió Nylion, su tono sereno y firme. «Tu amor por tu hermano y tu amor por mí no están en conflicto. Pero sí entiendo lo difícil que es para ti. Lo siento en ti cada vez que nos encontramos en este lugar. Sé que te preocupa que no puedas hacer ambas cosas, pero también sé que tu decisión no cambiará quién eres.»

Acaricié su pelaje, sintiendo cómo mis pensamientos se aclaraban poco a poco. Era verdad, no podía seguir evadiendo la realidad, ni dejar que el miedo me consumiera. Nylion tenía razón: Seth siempre sabría que lo amaba, estuviera o no presente físicamente en su graduación. Lo que más importaba era que yo estuviera ahí para él de la manera en que siempre lo había estado, como su hermana mayor, su protectora, incluso si eso significaba estar a distancia.

-Quiero creer eso-le respondí, mi voz más suave ahora. -Pero no puedo evitar sentirme dividida.

Nylion permaneció en silencio por un momento, y luego me ofreció lo único que sabía que podría ayudarme: su calidez. Con un movimiento suave, me envolvió con su enorme cuerpo, como siempre lo hacía cuando sabía que necesitaba consuelo. Apoyé mi cabeza contra su lomo, sintiendo su respiración lenta y constante, y poco a poco, comencé a relajarme.

«Siempre estaré aquí para ti, Leah», pensó Nylion. «No importa lo que decidas, estaré contigo.»

Con esas palabras, el peso de mi incertidumbre comenzó a desvanecerse, al menos por un momento. Sabía que todavía tenía que enfrentar la realidad, que el tiempo no se detendría para mí, pero por ahora, en ese instante, solo quería disfrutar de la paz que encontraba en Nylion. El cálido pelaje bajo mis manos, el suave susurro del viento entre los árboles, y la quietud del bosque me ofrecían una tregua, una pausa en medio de todo lo que estaba por venir.

Poco a poco, mis párpados comenzaron a cerrarse, y antes de darme cuenta, me quedé dormida, acurrucada contra mi compañero lobo, dejando que el mundo desapareciera por unas horas.

Sabía que no podía escapar para siempre de mis decisiones, pero esa noche, bajo las estrellas, con Nylion protegiéndome, sentí que, tal vez, encontraría la manera de reconciliar ambas partes de mi vida. Al menos, eso esperaba.

[...]

A la mañana siguiente, desperté al calor de Nylion. Su presencia me brindaba paz, pero mi mente aún estaba llena de pensamientos sobre Seth y el dilema que se avecinaba. Mientras el sol ascendía lentamente entre las copas de los árboles, comencé a estirarme, dejando que la quietud del bosque me envolviera. No había tomado ninguna decisión todavía, y el tiempo seguía su curso implacable.

Sabía que no podía seguir evadiendo la conversación con Seth. Si no le decía pronto lo que estaba sucediendo conmigo, mi partida sería aún más dura para él. Con eso en mente, me despedí temporalmente de Nylion, quien me observaba desde las sombras del bosque mientras caminaba hacia la casa. Seth estaba en su habitación, como siempre, inmerso en su mundo de estudios y música.

-Hey, Seth, ¿puedes bajar un segundo?-le dije, asomándome por la puerta.

Seth levantó la vista de su computadora y se quitó los auriculares. Una sonrisa brillante se dibujó en su rostro, como si nada en el mundo pudiera quitarle la alegría que sentía esos días.

-Claro, hermana. ¿Todo bien?-preguntó mientras se acercaba, notando probablemente que algo rondaba mi mente.

Nos sentamos en el sofá, y respiré hondo antes de hablar.

-Seth, quiero hablarte de algo importante-comencé, sin saber muy bien cómo explicarle todo lo que estaba pasando por mi cabeza. -Estoy orgullosa de ti, de todo lo que has logrado. Verte tan cerca de terminar tu carrera es increíble. Pero... tengo miedo de no poder estar ahí para tu graduación.

La expresión de Seth cambió al escuchar mis palabras. Su sonrisa se desvaneció ligeramente, pero luego una mirada seria y determinada apareció en su rostro.

-Leah, quiero que estés allí. Eres mi hermana, y siempre has sido mi mayor apoyo. No puedo imaginar ese momento sin ti-dijo con firmeza.

Antes de que pudiera responderle, Seth esbozó una sonrisa juguetona y añadió:

-Y, bueno, te tengo una sorpresa. Ya hablé con mis profesores y... conseguí adelantar la defensa de mi tesina. ¡Va a ser mañana! -exclamó emocionado, con los ojos brillando de orgullo. -Así que no tienes que preocuparte por nada, Leah. Vas a poder estar ahí conmigo.

Lo miré, incrédula, mientras procesaba lo que acababa de decir. Mañana. ¡Eso significaba que tenía solo un día para prepararme! Sentí una mezcla de alivio, emoción y, al mismo tiempo, pánico. Tenía que encontrar algo adecuado para usar, estar lista, y asegurarme de ser el mejor apoyo para Seth.

-¿Mañana?-logré balbucear, entre sorprendida y emocionada.

-Sí, mañana-confirmó Seth, riendo ante mi reacción. -Quiero que estés allí, Leah. No me importa si tienes que correr o volar, sé que lo harás.

Sonreí ampliamente. ¿Cómo no estar para él? Este era el momento que tanto había deseado ver. De pronto, mi corazón se sintió más ligero. Al menos podría estar en ese evento crucial para Seth antes de enfrentar mis propios dilemas.

-¡Mañana será perfecto!-respondí, ya pensando en todo lo que tenía que hacer. -¡Pero necesito comprar algo para usar! No puedo aparecerme así como así en tu defensa de tesina.

Seth soltó una carcajada y me dio un abrazo, feliz de que estuviera allí para apoyarlo. Al separarnos, corrí hacia mi cuarto para comenzar a planear todo. ¿Qué vestido usaría? ¿Dónde podría encontrar algo en tan poco tiempo?

[...]

Al día siguiente, jueves, después de una mañana ajetreada buscando el vestido perfecto, logré encontrar uno que me hizo sentir segura. Era un elegante vestido azul oscuro, sencillo pero adecuado para la ocasión. Mientras me preparaba, no pude evitar sentirme emocionada por el día que le esperaba a Seth. El joven que solía ser tan despreocupado y juguetón ahora estaba a punto de dar un paso enorme en su vida.

Cuando por fin salí del cuarto vestida y lista, hasta salir de la cabaña dirigiendome hasta mi camioneta pero en el camino me encontré con Nylion, quien había estado merodeando cerca desde el amanecer. Al verme arreglada, se detuvo de golpe, y noté cómo sus ojos se enfocaron en mí con una intensidad que solo él podía mostrar. No necesitaba palabras para saber lo que estaba pensando.

Nylion se acercó, sus grandes patas moviéndose con calma hacia mí, pero había algo en su postura, algo territorial que no había visto antes. Cuando llegamos a la universidad para el evento, Nylion permaneció en la periferia del campus en los alrededor del bosque, vigilando de lejos. Pero a medida que más personas, en su mayoría hombres, empezaban a mirarme con algo de curiosidad y admiración, lo sentí moverse inquieto.

En cuanto cruzamos la puerta del salón donde Seth defendería su tesina, noté cómo varias miradas masculinas se posaban sobre mí. Algunas eran casuales, otras más directas, pero de cualquier manera, no me pasó desapercibido. Y, claramente, tampoco a Nylion.

Antes de que pudiera decir o hacer algo al respecto, sentí un tirón en mi corazón por lo que salí de allí hasta ir cuidadosamente hacia Nylion cerca del bosque, donde nadie lo pudiera ver, lo sentí moverse detrás de mí. A pesar de estar en su forma lupina, se acercó de manera juguetona y protectora, rozándose contra mi pierna y mi costado con su cuerpo enorme. La sensación del pelaje cálido y suave contra mi piel me hizo soltar una risa involuntaria.

-¡Nylion!-susurré entre risas, tratando de no llamar demasiado la atención, aunque ya era difícil ignorar a un enorme lobo que se comportaba de esa manera.

Él simplemente se frotó más fuerte contra mí, su hocico empujando ligeramente mi cintura mientras dejaba escapar un gruñido bajo, como si quisiera recordarme que estaba ahí, vigilando. Era imposible no notar su comportamiento territorial y celoso, y eso solo me hizo reír más.

-Está bien, tranquilo-le susurré, acariciando su cabeza con cariño, intentando calmarlo. -Sabes que nadie aquí me interesa.

Nylion levantó la cabeza orgulloso, como si hubiera ganado alguna especie de batalla invisible. A pesar de su tamaño y su instinto protector, no podía evitar ser adorable en momentos como ese.

Finalmente, Seth se unió a nosotros nervioso tratando de calmarse ante este momento, vistiendo un traje sencillo pero impecable, con una sonrisa de nerviosismo y emoción en su rostro. Estaba listo para su gran momento, y yo también lo estaba para apoyarlo en todo. Por lo que ambos dejamos a Nylion esperando en el bosque, mientras entrabamos nuevamente a la puerta del salón.

Ese día, Seth defendió su tesina con una confianza que me llenó de orgullo. Mientras lo veía hablar ante el jurado, sentí que todo había valido la pena. Estaba allí, a su lado, como siempre había querido, y eso era lo único que importaba. Nylion, aunque atento a todo lo que ocurría a su alrededor, no se separó mucho de mí ni un segundo, y cada vez que alguien miraba en mi dirección, él me lo recordaba con su presencia cálida telepática y protectora.

Aquel día no solo celebramos el éxito de Seth, sino también el hecho de que, a pesar de todas las decisiones difíciles que me esperaban, había logrado estar allí para mi hermano.

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