13: Conquista [Fin primera parte]

Caminar por la estúpida pero buena Alexandría era recibir algunas miradas de los visitantes. Como olvidar que tenía ya la fama de andar "endemoniando" A los chicos al usar un arma y robar... Que buen ejemplo era, ¿vieron?

Había olvidado de a poco las muchas veces que con Carl habían sido mal vistos. Recordó cuando estaban hablando del tema, y todo eso porque no querían hablar sobre esos cosquilleos que tenían al estar cerca.

Había sido no hace mucho, en realidad, fue hace un día (o eso suponía Robin). Querían despejarse con lo que pasó con Rick y Pete.

FLASHBACK

Robin en su espalda mientras Carl era como su caballo, probando su fuerza. No querían reírse o hacer más ruido del que ya hacían las botas de Carl, era muy ruidoso, estaba poniendo en duda a la joven sobre como sobrevivió.

— Deja de hacer tanto ruido, por Odín.

— No puedo, es difícil.

— Yo puedo, y no es difícil. Mira, bajame — por dentro no dijo nada y por fuera tampoco, Carl la bajo de su espalda.

Se pusieron a la par, sus pies en la misma dirección y posición, uno al lado del otro. Al mismo tiempo dieron un paso, las hojas se rompieron haciendo ruido donde piso Carl y donde Robin, no hacía ruido.

— El mundo me odia — la afirmación de Carl casi hace reírse como loca a Robin.

— El universo — aclaró aguantando la risa.

Y siguieron así dando pasos, que para mala suerte, Carl siempre hacia ruido y Robin o no lo hacía, o hacia el mínimo ruido. El bosque les parecía corto por el momento juntos, tanto juego los hacia perder el tiempo sin darse cuenta que de a poco estaba cerca de la carretera.

— El agujero de la pared en la armería aún sigue — contó con diversión el muchacho.

— Es para hacerlos recordar que soy una loca que endemonia a sus hijos — rodo los ojos la chica apresurando el paso.

— Si. Pero todos saben que no hiciste nada malo, o lo saben algunos que vienen desde afuera. Además, los que vivieron todo este tiempo en Alexandria tendrán ese pensamiento, en cierta parte hay que entenderlos. Aunque... — estaba enojado con ellos, todo lo que había pasado con su padre lo ponía molesto.

— Eres muy bueno, basta — soltó una carcajada dándole un codazo.

— Y tu muy rebelde — se sonrieron con diversión siguiendo entre empujones pequeños la caminata.

FIN DEL FLASHBACK

A veces le era asombroso como Grimes era tan sabio o bueno, era como Rick, solo que con algunas diferencias claro que si.

De lejos una cabellera corta de color castaño le llamó la atención y su mente ya reconocía quien era. Sonrio de lado emprendiendo camino a Maggie.

— ¡Maggie! — ella volteo dejando de hablar con los ciudadanos para ir con ella. — ¿Sabes de que se hablara en la Asamblea?

— Si... Es como suponíamos. Le dije a Glenn que hablaría intentando convencer a algunos antes de la Asamblea.

— Yo te ayudó — el tono desesperado y rápido evidencio como estaba tratando el tema la adolescente.

Ella sonrió y nego, no iba a dejar que Robin se pusiera más nerviosa o estuviera más preocupada de lo que ya se notaba, le tomó la mano y la acarició intentando que supiera que ella, Maggie, no quería que se pusiera mal. Ver a Robin indefensa no le gustaba, recordaba como vino esa joven que ya salía de Alexandria a los días de aparecer, que peleaba con otros adolescentes, y que salía sin bañarse el primer día de la casa siendo que no había hecho nada, literalmente.
Maggie al final la abrazo susurrando un "todo va a estar bien", era la típica frase para tranquilizar que sabias perfectamente que era una mentira, aun así te llegaba a poner menos mal. Ese tiempo que había pasado Robin en Alexandria, las personas con las que logró encariñarse habían sido Maggie, Carol y Glenn, hasta Abraham podría apostar.

— Mejor, ve a hacer una guerra de insultos con Abraham.

— Si, capitana — bromeó la menor haciendo reír a la contraria.

Maggie puso su puño frente al de Robin y chocaron puños como despedida. Al separar los puños imitaron una explosión, hasta pronunciaron el "boom", fue gracioso.

— Tienes razón en que me vaya, recuerda que me toman de salvaje aquí.

— No eres salvaje, solamente lo primero que hiciste fue salir a pasear en vez de hacer lo común que es bañarse — la sonrisa más bien mueca de Robin fue apreciada por Maggie.

— En mi defensa, Enid me llamó — alzó sus brazos en rendición.

(....)

¿Vieron que dijo Maggie que vaya Robin a molestar a Abraham?, lo hizo y servia para pasar el tiempo. Insultaban de manera original al otro o solo bromeaban, la Unión parecía entre el cariño y el odio... Linda amistad. Querían hablar de un tema común como gente civilizada, pero acababan en otros insultos más.

Al pelirrojo no le caía pésimo Robin, con el pasar del tiempo el mayor pudo ver a esa molesta adolescente como alguien del grupo y no tan desagradable. Y Robin veía en Abraham un adulto gracioso por su estilo de militar y su cabello pelirrojo, cuando estaba Rosita era mucho más gracioso porque la mujer evitaba que las cosas se pusieran peores, esos dos se podrían matar.

— Zanahoria rancia.

— Mamona.

— Gilipollas.

— Tarada.

— Cabrón.

Si, puros insultos y puros insultos. Algunos eran de España, al parecer ambos habían visto películas españolas en su tiempo. A veces la imaginación de Robin llegaba muy fuerte, tirando cosas como "Cabeza de termotanque" Y Abraham se ofendía afirmando que no era un insulto, y ella que si.

— ¡Claro que es un insulto!

— ¡No, no lo es, niña estúpida!

— Arrepientete — dijo abriendo su boca en una "O" Mostrando indignación.

— Obligame — sonrió con burla molestando a la contraria.

El pelear con Abraham era algo que terminaba distrayendo de los dramas a pasaba Robin, y en esos momentos ayudaba mucho a sacar de la cabeza el tema de Rick.

Tema que tuvo que volver cuando la noche estaba cayendo y la Asamblea estaba más cerca, ambas personas que se estaban insultando quedaron frente a donde se haría la Asamblea, era como ver una casa embrujada, no querías entrar, pero a la vez la curiosidad te mataba para saber que pasaría.

— Rick es mucho más que todo esos hijos de mamá miedosos que no saben ni usar un cuchillo bien.

— Lo se, pero no lo saben — el pelirrojo al fijarse en Robin la vio levemente decaída.

—No te irás, ni nosotros — la menor lo miro y Abraham se acercó — No temas, tenemos un plan — le susurró, era secreto — No te vas a ir de aquí, mocosa insolente.

— Que te cojan, Naranja podrida — le dio un empujón que no le hizo efecto al mayor — Pero Gracias, aun así tengo miedo.

— No lo tengas, tuvimos cosas peores y lo pasamos, así que esto es fácil.

¿Soy yo o esto lo dijieron antes?, Robin luego de su incógnita acabo ignorandolo, no era momento de pensar si repitieron eso antes o no. Abraham le dio unas palmadas en el hombro y la hizo dirigirse a otro lado que no sea esa casa horrenda.

— Andando, niña sin cerebro.

— Claro, musculoso boludo.

La llevaba a la casa Grimes, hablando que Robin como Carl se quedarian en la casa por pedido de Rick. No le parecía correcto eso a la menor que afirmaba poder quedarse sola en donde ella vivía.

Pero Abraham no daba brazo a torcer y Robin era terca.

— Que no vas a ir, es orden de Rick — la chica bufo.

— Estoy odiando ser su favorita.

— Igual yo — con cansancio formuló aquellas palabras, haciendo a Robin darle un golpe en el hombro.

Como vio un poco de enojo en el pelirrojo supo que debía huir.

— ¡Oye!, para tu información... Me dieron ganas de entrar a la casa — el cambio repentino sorprendió y alivio a Abraham.

El recorrido a la casa freno cuando cruzaron a Rosita, Tara, Carol, Glenn, inclusive estaban Enid y Mikey. Todos queriendo ver el tema de la Asamblea, Mikey más bien se quedaba para evitar llegar a su casa y esperar el castigo de su vida.

Notando a ese grupo, Robin no dudó en tirar de Abraham para acercarse, no sabía dónde estaba Carl y aunque quería verlo, también quería ver que onda con los demás con el tema de la asamblea.

— Allá viene la loca del arma — bromeó Tara al ver a la castaña venir.

— Gracias, gracias. Firmó autógrafos — alardeo dándole risa a Tara.

— ¿No deberías estar en casa con Carl? — interrogó Glenn y ella se encogió de hombros.

— En realidad si, debería — protestó el pelirrojo que estaba con Robin — Pero la chica se hace la rebelde.

— Es absurdo que me mantengan en una casa encerrada, no los mataré — defendía sentándose al lado de Rosita.

— ¿Y ustedes que hacen aquí? — Abraham dirigió su atención a Enid y Mikey.

— Oh, este niño — comentaba Tara viéndo a Mikey — No quiere ir a su casa porque sus padres podrían matarlo cuando lo vean. Enid solamente esta aquí porque quiere, estará sola en casa.

Los menores estaban en silencio, Mikey sorprendido por el físico del pelirrojo, daba miedo y su cabello, y bigote le resultaba gracioso.

— Ellos deben estar en alguna casa, ningún menor estará en la junta — Carol aclaro sabiendo que ellos tendrían intención de ir.

— Entonces, si tu no quieres ir a tu casa por tus padres — señalo al ruloso — Y tu tendrás casa sola... — señalo a la chica — Lo que queda es que se queden donde estarán Robin y Carl. Estarán ellos y Judith.

La mencionada alzó sus cejas y penso en las miles de cosas que podrían hacer para matar el tiempo, ya quería ver a Enid con Judith en brazos intentando calmarla.

Pero esa idea no agrado a los demás adultos, porque conocían lo que llegaban a hacer esos 4 adolescentes si los dejaban juntos y libres. Estos adolescentes querían reírse recordando aún la armería, aún no habían hecho nada malo más que eso.

A ese grupo se estaba acercando otro adolescente, ese era Ron Anderson, que buscaba como loco a su mejor amigo. Encontrandolo lamentablemente con el grupo que comenzaba a caerle mal y con Robin Pietro. Se incómodo el estar con toda esa gente, pero se armó de valor e hizo que su presencia fuera atención de todos los del grupo.

— Quería hablar con Mikey — el chico alzó su vista y trago saliva por la mirada de Ron.

—Claro... —murmuro confundido Mikey parandose.

Todos los demás no dejaron de observar como era la charla de esos dos, Ron hablaba de más con Mikey y este contestaba con un toque de timidez. Robin fruncio el ceño levantándose para ver que onda, pero Rosita la volvió a sentar con rapidez susurrando un "No seas chusma, Rob", y si que lo era, era inevitable, ¡La curiosidad mataba al gato!

Y es que la charla que tenían ellos era la invitación de Ron para que se quedara en casa con el en el momento que sucedería la Asamblea.

— Papá no está... Mamá ira a la Asamblea y necesito distraer a Sam — comentaba al final de toda la invitación.

Mikey sabía que debía ayudar a su amigo con su hermano, la casa Anderson andaría con muchos problemas luego de que Pete haya estado encarcelado como Rick.

— Ire... — contestó con una tenue sonrisa — Ya sabes que te ayudaré.

Ron no podía estar más agradecido, le sonrió enormemente y Mikey le respondió la sonrisa con otra más alegre. No se espero que Anderson tomara su brazo y lo abrazara fuertemente con esa sonrisa de felicidad.

Enid que estaba observando todo eso pensó en lo que seguramente le estaría diciendo Ron, no conocía cada cosa de su novio, pero notaba que es lo que pediría. Ron Anderson no podría cuidar a Sam solo mientras todo el tema de la Asamblea sucedía.

— Ire a decirles a los otros para que sepan — su amigo quiso protestar pero cerro su boca para no evitar problemas con Mikey.

Enid estaba curiosa, quería saber que le pediría Ron, podría ser que ella actuara como si no lo amara, y no lo hacía en realidad, pero le caía bien y era su amigo. Estaba levemente preocupada.

Los/as demás del grupo estaban como viejas chismosa o viejos chismosoa a lo que le estaría diciendo Ron a ese castaño. Esperaron pacientemente hasta que volvió Mikey.

— ¿Paso algo? — interrogó Glenn apenas llegó.

— Quiere que me quedé con el para cuidar a Sam — hizo una mueca, paso su mano por su cuello rascandolo ligeramente, signo de timidez.

— ¿Y aceptaste? — ante la pregunta de Rosita el asintió.

— Debo ayudarlo, Sam estará muy mal seguramente — Mikey explicó pasando sus rulos para atrás.

— Se entiende, eres un gran amigo, Mikey — sonrió el asiático y el halagado se sonrojo, a veces Mikey era como una bolita de ternura según Robin.

— Si, tiene razón. Debes irte ya, la Asamblea va a caer en cualquier momento — Abraham sin previo aviso tiro de Robin — Y tu debes ir a la casa Grimes.

— Odio todo — se quejó por lo bajo ganando risas de los presentes y un gruñido de enfado de Abraham.

(.....)

En la cabeza de Robin intentaba comprender al mayor de los Grimes, y a todo el grupo que apoyaba que no fuéran tanto ella como Carl. Si, quería ir, obviamente quería defender a Rick... Pero si veía el otro lado se daba cuenta que la palabra de ella como la de Carl era lo mismo que nada. Uno era su hijo y dirían "AH, PERO ES SU HIJO... defenderá al padre si o si" Y si hablaba ella, sería como "ESA ES LA LOCA QUE PERTURBÓ A MICHAEL", en conclusión, era igual a la nada misma hablar los dos sobre el tema.

La casa Grimes estaba vacia, y eso intrigó a Robin, pensando en donde estaría Carl o Judith. Subió las escaleras con cuidado de no hacer ruido de más, las habitaciones que había estaban vacías, hasta que en una encontró al dichoso Carl Grimes y a Judith Grimes en el cuarto del primero, el chico leía un cómic acostado en su cama y la bebé dormía en una cuna que había en la habitación.

— Hey, Grimes — el alzó la vista y al encontrar a Robin una sonrisa involuntaria le salió.

— Hey, Pietro.

Rob se sentó al lado de Carl, que automáticamente se sentó en la cama pasando las páginas del cómic con desinterés. Los ojos marrones de ella se fijaron en las hojas del cómic, no había interés en Carl de leer, y se noto aún más cuando tiro el cómic al costado.

— Trata mejor a los comics, idiota — lo regaño y el ojiazul alzo sus cejas viendola.

— No eres mi jefa.

— No, pero puedo hacer que aprendas la lección — se cruzó de brazos, acto que repitió Carl.

— Quiero que lo intentes — el reto fue muy tentador y Robin jamás rechazaba un reto.

(......)

— ¡Ay, vamos! — se quejó Carl cuando las galletas que había hecho estaba quemadas.

— Te lo dije, soy mejor que tu hasta cocinando.

— Solo la meti unos minutos de más — contenía esas ganas de hacer un berrinche, debía ser más rudo frente a Robin.

— Que las dejaron quemadas — la broma no le cayó bien al chico, a Robin si, que no paraba de reír.

— Otra prueba, aún tengo masa para galletas.

Era algo grandioso como Grimes no se dejaba vencer, poniendo otra vez a hornear las galletas con la receta de Carol. Mientras tanto, Robin y Judith comían galletas, la más pequeña con cuidado y ayuda de la adolescente.

Carl buscaba poner los minutos correctos para tener mejores galletas que las que hacia Robin, galletas que estaba siendo degustadas por su traidora hermana. ¡La bastarda prefería a Robin más que a el!, eso se le llama traición.

Volteo a ver a las dos chicas que comían galletas y limpio la harina que tenía en sus manos. La cocina no estaba tan mal, estaba desordenada por las miles de cosas que hicieron para hacer galletas, y si su padre los viera, tendrían la cagada a pedo del año, sin duda alguna.

— No me creo que mi hermana prefiera las tuyas — la chica le prestó atención al muchacho.

— Pruebalas, y si son ricas se las das a Judith — otro que aceptaba casi siempre retos.

Queriendo hacerse el salvaje, Carl tomó una de sus galletas quemadas y sin miedo (retando a Robin) metió la mitad a su boca. El sabor a quemado inundó sus papilas gustativas, la galleta era difícil de morder por la dureza que tenía, un sabor para nada agradable le dejó a Carl, que tuvo que parar de morder, o mirar de forma retadora a Robin.

Es asqueroso.. Con una mueca se acercó a la lavabo escupiendo los pedazos de galletas y limpiandola con agua del grifo, ¿¡Por que tuvo que probarla!?

Robin con su mano tapó su boca para ahogar las risas que necesitaban salir, sus ojos pararon en Judith, que como si pudiera reconocer la situación, se reía con tanta ternura que el corazón de Robin se ablandaba. Se paro para ver mejor la desgracia de Carl, de cerca lo vio más tranquilo, con sus labios mojados y el lavabo con restos de galleta quemada.

— ¿Tan fea estaba? — sin parar, Carl asintió — Toma más agua o jugó.

— Creo que estoy bien — la manga de su camisa limpio sus labios húmedos y sus ojos azules fueron a Robin — Imagina si lo probara Judith, sería un sacrilegio.

La chica no contestó, solo se acercó limpiando unas migas de galleta que quedaron en el rostro de Carl con sus dedos. Acto que alteró el cuerpo del chico, quedando estático sin saber que hacer y atinó a sonreírle levemente, sonrisa que fue devuelta con otra.

Carajo, cagaste más feo. Ya te engatuzaste. Ignoro a su cabeza, que se burlaba de el.

Sin migas, Robin se separó de Carl, no tenía tiempo para embobarse con los ojos de Carl, una bebé estaba esperando que la atendieran, ambos debían cuidarla.

Tomando distintas tareas, Robin fue a ordenar la cocina y vigilar la galletas, y Carl intentar hacer dormir a la bebé, que estaba contenta con la compañia de esos jóvenes. Grimes llevaba a su hermana a la cuna para acostarla. Tenía todo para poder hacer que durmiera, había comido, jugado, hasta le cambiaron el pañal. Judith solamente debía dormir en esos momentos.

Movió la cuna con lentitud sin dejar de prestarle atención a su hermana.

— Te agrada Robin, ¿No? — el nombre de la chica hizo sonreír a Judith — lo tomare como un Si.

Su hermana le sonrió más y Carl tuvo que sonreírle de vuelta.

— ¿Crees que ella y yo estemos bien juntos? — ni el sabía porque le estaba hablando a una bebé.

Pero sorpresivamente, Judith se puso más feliz dándole un tipo de señal a Carl. Que por lo raro que fue, lo tomó de sorpresa, no creía que su hermanita haya reaccionado así con la pregunta.

— ¿En serio lo crees?

No puedo creerlo, estas hablando con una bebé sobre lo imbécil que te pone Robin. Si, estaba volviéndose loco.

— Olvidalo.. — y de vuelta pensó en lo loco que estaba — ¿¡Por que te sigo hablando!?  — se alteró, y eso logró hacer reír a Judith — Te ríes de mi sufrimiento, que conste que yo soy el responsable que comas galletas casi siempre — aclaró indignado.

Y ¡Oh sorpresa!, Judith quedó callada al instante con una sonrisita en su rostro.

De vuelta hablas con una bebé. Bufo, volviendo a no hablar con su hermanita para ver que ella durmiera y diera Fin a esa tipo de charla que tuvieron.

No paso tanto que la infante se durmió en paz, dándole paz justamente a Carl, que se estaba replanteando el haber enloquecido al intentar conversar de emociones con su hermanita bebé. Que ni sabía que significaba la palabra "emociones".

En realidad, ¡Ni sabía hablar correctamente!

La Asamblea estaría en curso y el con Robin debían quedarse hasta que Rick viniera dando noticias. Pensando en la joven, el mini Sheriff salió de la habitación con sumo silencio para no arruinar el sueño de Judith. Evitó pisar los escalones que rechinaban de la escalera, si, a ese nivel de cuidado tenía que tener en cuenta, ni loco volvía a hacer dormir a esa bebé.

Estando abajo, se dirigió a la cocina, donde aún estaba Robin sacando las galletas de Carl del horno. Poniendolas en un plato y dejando para lavar la asadera usada, la chica no lo noto hasta que alzó su vista. Carl no podía entender y creer que su cuerpo no sabía cómo moverse cuando Robin le sonrió antes de ir a la heladera tomando un poco de agua.

Estaba jodido, porque otra vez sus malditas hormonas adolescentes actuaban por si solas. Poniéndose nervioso más seguido con Robin, pidiendo estar más cerca de ella, queriendo que le diera más de esos besos en la mejilla, quería estar con Robin.

Al carajo todo, arruina esta amistad, yo lo aceptó. Repetía su mente como lo hacía en las noches cuando se planteaba lo sucedido.

Se sentía como un acosador, le parecía enfermo pensar tanto en Robin y estar tan al pendiente de ella. No le gustaba ser un enfermo, ¡El no era un acosador!

— ¡Carl! — grito Robin chasqueando sus dedos frente a el.

El mencionado se salió lentamente del trance y se fijó en ella pensando seriamente en lo que iba a decir.

— Creo que me gustas...

NO DEBISTE DECIR ESO, IMBÉCIL. No, no debió decir eso Carl.

Robin quedó sin habla, sin saber que decir o hacer, balbuceo palabras viendo que contestarle. Estaba confundida y sorprendida, la había tomado de imprevisto aquello. Le dijo adios a su confusión cuando algunos gritos o más bien, un disturbio, se oyó levemente, con el silencio de la casa pudieron captar con claridad el quilombo que estaría pasando.

Ambos adolescentes dejaron de lado la confesión y salieron corriendo afuera de la casa. El sonido venía de donde se haría la Asamblea, y con miedo (sabiendo que Rick dijo que mataría a uno para quedarse) corrieron como lo hacían cuando estaban fuera de los muros sobreviviendo, sin pensar y con la mayor rapidez posible.

Los ojos de Robin y Carl recibieron una horrenda escena al llegar al lugar del desastre, el esposo de Deanna (Reg) muerto por un Corte en su garganta. Analizando la situación mucho mejor, la katana de Michonne estaba cerca de Pete, que era detenido en el suelo. Una parte de los dos chicos se tranquilizó porque el hombre que era su líder no había hecho eso.

Robin trago saliva viendo como Deanna sufría de la muerte del hombre que era su esposo y el amor de su vida. Al final iban a sacar a Rick (que no había matado a nadie de la comunidad), y dejaban a Pete, que por esa acción con Reg se volvió un asesino.

— Rick, hazlo — con la orden de Deanna, por fin Rick hizo lo que se debía hacer desde el principio.

Matar a Pete.

La muchacha no quería ni ver a su familia porque podría arrepentirse del odio a ese hombre (bueno, jamás dejaría de odiar a Pete), una parte más sensible de Robin se pondría mal por el pobre Sam y por Ron, que perdían a su padre, como a ella le paso. Así que evitó cualquier contacto visual con ellos.

— ¿Rick? — toda la atención de la mitad de la gente del lugar paro en un hombre de tez oscura junto a un joven de pelo negro, que estaba con Aaron y Daryl.

El momento de ser los líderes de Alexandria llegaron, Pete era de los suyos y mató cruelmente a un hombre bueno, que trajo paz y salvo a cada familia de la comunidad. Ya no era momento de andar haciéndose los inocentes, ignorando el afuera. Rick Grimes y su grupo llegó a Alexandria para quedarse y salvarlos de que pasarán peores cosas en el futuro.

Ahora lo que queda es vivir esta nueva etapa.

FIN  DE  LA PRIMER PARTE

NOTAS:


Muchas gracias por leer esta primer parte! <3
Los próximos capítulos son distintos, para los lectores viejos. Gracias por el apoyo que brindan a esta historia, es un proyecto que tiene sus años y me alegra bastante saber que les gusta.

Gracias, lxs amo!

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