14. Rocket.
Capítulo dedicado a MariaPaulaGallardoGu una de las personas más importantes en mi vida. Te extraño mucho 🌹
Armin caminaba a paso decidido, levemente encorvado para así estar más cómodo al llevar sus manos en sus bolsillos. Aunque él no quisiera, su semblante mostraba un gran nerviosismo. Después de un rato de caminar sin ninguna interrupción a su anhelada calma, un sonido tal como un "click" le hizo dar un respingo. Con su mano derecha apoyada en su pecho, se dió la vuelta, para luego soltar un suspiro de alivio.
Una chica, castaña, baja y con el cabello hecho una coleta, se encontraba apuntando a él con una cámara de fotos instantáneas, esperando que su reciente captura saliera impresa por la parte delantera del aparato, una vez la tuvo en su mano, se dispuso a revelarla, agitando de arriba a abajo, mientras se acercaba dando saltitos al pelinegro.
— ¡Mira! —sonrió de una forma tan grande que sus ojitos se cerraban un poco y un unico hoyuelo se hacía en su mejilla derecha— ¡¿Genial, no?!
Armin rió enternecido, estiró su mano para pedirle la foto a la castaña, la cual aceptó al instante, mientras le miraba con un brillo especial en los ojos. Él debía admitirlo, era una foto muy buena, no de un profesional, pero el atardecer le daba cierto toque.
— ¿Por qué una foto mía, eh? —intentó hacerla sentir nerviosa con un cejeo que inspiraba algo comprometedor, pero ella solo hizo un pronunciado puchero abultando su pequeño labio inferior, Armin levantó una ceja, confundido y preocupado— ¿Sucede algo, little?
Ella negó con efusividad, tanto que su cabello quedó revuelto, ya que la coleta se salió de su lugar, no se molestó en volver a hacerla. Al igual mo apartaba su vista de los ojos azules rey de Armin, como buscando las palabras del por qué de su repentina incorfomidad.
— Vamos a ver a Rocket —soltó por fin, dejando un mechón de cabello caer sobre su rostro— ¡Vamos vamos! ¿Qué esperas?
Ahora un transtornado Armin se encontraba siendo empujado por una pequeña chica hacia su casa, con el objetivo (por lo menos el de Armin) de jugar con el hurón.
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— Les he traído unos bocadillos.
La madre de los gemelos se asomó por el umbral de la puerta de uno de los cuartos de sus hijos, llevando con sigo una bandeja llena de galletas u otras chucherías, además de refrescos. Carolina se levantó de su lugar en el suelo para ir corriendo hacia ella y agradecerle una infinidad de veces, porque moría del hambre, o así se lo declaró a la morena, la cual solo respondió con una risita e incontables "de nada" a cada gracias que oía.
Armin lo notó, se pudo dar de cuenta que ella se llevaba mejor con adultos que con los chicos y chicas del aula. Es como si algo en su personalidad le hiciera encajar tan bien con los mayores, con tan solo quince años próxima a dieciséis. Y ante ello, volvió a reír. La ternura que le causaba la chica era incontrolable después de todo.
— Come, —pidió (exigió) dejando la bandeja en medio de ambos, en el suelo, para volver así a tomar asiento— Están muy ricos, tu mamá hace comida deliciosa.
— Si si, tienes razón —Armin empezó a comer como su compañera le dijo, soltando leves sonrisas en el proceso— Te llevas bien con ella.
— ¡Cómo no! Si es un cielo esa mujer —concluyó para tomar más galletas y comerlas de tres mordiscos— Queg afortunadosh
Con sus mejillas infladas por lo bocadillos, tal cual una ardilla, sonrió, otra vez, haciendo que sus ojitos se cerraran un poco. El pelinegro ladeó la cabeza, como analizando su rostro. A decir verdad, estaba muy rara, no recordaba que fuera así de dulce. Pero de alguna u otra forma, le gustaba.
— ¿Por qué tan tierna hoy? —soltó en casi un susurro, esperando que la castaña no se molestara.
Ella tomó en brazos al hurón mientras meditaba su respuesta ¿Qué tenía de malo? Después de todo ella estaba siendo una buena persona, ese asqueroso foro le había mentido.
— Tsk... —hizo una mueca de media sonrisa, disgustada— Pensé que esos foros de "Aprende a ser una mejor persona" —cosa que dijo con algo de ironía— me ayudarían...
Armin rió, es más, se carcajeó de una manera que su estómago dolió. Carolina solo acariciaba la cabecita del animal, con otro puchero asomándose por sus labios. Ser una buena persona no era tan fácil como pensaba.
— Oh vamos, no lo necesitas —afirmó él con unas sonrisa reluciente— Aunque no me molesta en lo absoluto...
La chica enrojeció, no es por decir que es pervertida... Tal vez solo de mente sexy, como aclaraba una de sus amigas. Rió para si misma al pensar así, aún sonrojada, por malinterpretar los tonitos que coloca Armin.
Tan metida estaba en sus pensamientos oscuros que se asustó un montón al sentir algo en su cabeza, levantó la mirada, encontrando una diadema de orejas de gato puesta sobre esta. Frunció el ceño molesta, y levantó sus brazos para quitarla y tal vez, partirla en dos, pero unos brazos cubiertos por mangas de un jersey negro la detuvieron. Armin estaba detrás de ella, y le miraba con un brillo similar al que ella tiene cuando mira sus fotos.
— ¡Hey! —se quejó, intentando ponerse de pie. El hurón salió corriendo a un rincón de la habitación al sentir que el suelo (es decir las piernas de la chica) se movían— ¡No es gracioso, Armin!
Tienes razón, es lindo. Pensó él, y quiso decirlo, pero lo reprimió en su garganta a la vez que mordía su labio inferior, ya le había causado suficiente vergüenza por un día.
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Jujujujujúuuuu ¡Hola!
Esto es mucho azúcar para mí, así que no se acostumbres eeeeeh
Aunque me gusta como está quedando, no es lo que buscaba al principio, pero darle tantas vueltas al asunto como en el primer libro como que no, ya no más de eso.
¡Gracias por lo votos y todo todo el amor que me dan!
Este ha sido uno de los más largos de estos días, me inspiré ahq
¡Ah! Cambié el apodo de "chiquita" a "little" porque a muchos no les gustaba, y pues bueeeeeeeeeeee este es más cute, además cuadra con la bio y etc etc
¡Nos leemos luego, besis!
—Ace aka Akira aka la polla
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