Capítulo dedicado a gatocorniosalpoder
Lo mejor que me pudo haber pasado en la vida, te quiero, gracias por confiar en mí. 🌹

Narrador omnisciente (a partir de ahora)

Los seres humanos suelen ser un revoltijo de emociones cuando entran a la etapa conocida como "enamoramiento". Hay unos considerados más sensibles ante aquellas situaciones que otros. Día tras día, en cada momento que podían, sus amigas le repetían a Carolina que Armin era un chico especial, que lo intentara, que se arriesgara, pero ¿Qué era lo que ella sentía? Nadie podría saber, en algunos momentos, ni siquiera ella sabía. Y es difícil, muy difícil, el sentir esa confianza en alguien que no recuerdas en lo absoluto de un momento a otro. Ella no quería lastimar a Armin, no quería que supiera que era difícil enamorarse de nuevo (porque ella juraba que alguna vez lo estuvo). Su caso es complicado, afirman los doctores. Su mente solo rescató lo que ella quería rescatar. Su familia, amada e importante familia, y sus amigos de la infancia, que de alguna u otra manera les amaba con todo su corazón. El verdadero problema con Armin era que cuando el pelinegro se sentaba a recordarle (o eso intentaba) los momentos que pasaron juntos, ella no encontraba ni una pizca de su personalidad en esos relatos. Lo del baile, la cita, sus peleas. Nada. Esa no era su yo, por decirlo de alguna manera, real.

Armin tiene ese carisma, esa cosa que sabes que es pero al mismo tiempo no, que llama la atención de Carolina. Ella como buena observadora, se asegura de guardar y atesorar cada gesto del chico hacia ella. Cada sonrisa, cada palabra. Con el tiempo, el de cabello azabache a ablandado su impenetrable corazón un 0.1%, gran avance, a de admitir.

Armin le provoca una tranquilidad increíble, se siente feliz, completa, acompañada. Pero también se siente mal, como una terrible persona, por no tener esos sentimientos claros por Armin.

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Últimamente su memoria empeoraba, por eso, decidió que llevar unas notas de todo lo importante para ella era una gran idea.
Cierta tarde, sentada en la comida silla rotatoria que se hallaba en frente de un rústico escritorio de madera, con su gato en el regazo y música a un volumen relativamente bajo, tomó sus post it de colores y empezó a anotar y pegar por toda la extensión de la pared blanca en frente de ella.

-Nota 1. Los ojos de Armin brillan cuando le comparto mis galletas-

-Nota 2. Armin arruga su nariz cuando no entiende algo. Cuando estamos juntos lo hace seguido-

-Nota 2-1. Me gusta cuando hace eso. Se ve tierno, o lo que sea-

-Nota 3. Castiel siempre me pide comida. Debo hacer dos sandwich cada mañana-

-Nota 4. Amo las galletas que hornea Kentin. Le llamé JungKook y no entendió-

Lo que antes era una aburrida pared blanca sin vida, ahora era un gran mural de colores, rosa, azul, verde. Tantos colores reunidos le daban naucias. Prefiere el negro y blanco por sobre todas la cosas, pero una vez que empezó no pudo parar, fue inevitable el impulso de escribir todas sus cosas importantes, y vaya que la mayoría tenían que ver con Armin.