[1]

.L A B E S T I A N E G R A.

~ Cuatro años después ~

- La bestia negra es una persona que se desconoce el sexo, quién viste con ropa negra. Este ser ha cobrado su quinta víctima...bla, bla, bla...

Suelta el periódico de mala gana.

- ¿Papá, qué es la bestia negra?

Cuestiona el pequeño Daniel, el cual tiene los mismos ojos que su padre.

- Pues...- el castaño mira de manera penetrante a su hijo - es un monstruo que se come a los niños, los hace picaditos y se los traga sin masticarlos.

- ¡Ah!

Grita el pequeño de siete años, totalmente asustado.

- ¡Michael! Deja de asustar al niño.

Reprocha una pelirroja muy hermosa que entraba a la cocina para así despedirse de los dos hombres de su vida.

- Mamá, tendré pesadillas...

- ¿Ves lo que ocasionas con tus cuentos? - vuelve a reprochar mirando a su esposo totalmente seria - no te preocupes mi amor, cuando regrese del trabajo te traigo chocolates.

- ¿Crees que con los chocolates se le irá el susto? - interviene Michael - claro, descuida que seré yo quién esté con él...como siempre. Daniel, hijo ve alistarte que tenemos que ir al partido.

- Si papá. Chao mami - se despide de su madre y corre directo a su habitación.

- ¿Partido?

- Si, hoy es el campeonato pero creo que lo has vuelto a olvidar.

- ¡Oh! - se golpea la frente - disculpa amor. Con todo esto de la nueva jefatura se me olvidó por completo.

- No eras jefa cuando yo aún podía jugar y aún así no fuiste a ninguno de mis partidos pero ahora que eres la jefa, ni siquiera te das tiempo para ir a ver, a jugar a tu hijo. Claro, es que la señora importante no tiene tiempo...

- Mike...

- Además ¿Quién va ir a ver, a jugar a un grupo que es entrenado por un ex-futbolista fracasado?

- Odio cuando te pones así. Será mejor que me vaya - toma su cartera - no me esperes que llegaré tarde.

- Nunca te espero.

.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.
.

- ¡Valu! - gritaba un muchacho con desesperación - ¡Valu!

La mencionada no le hacía caso debido a que estaba aspirando la casa.

- ¡VALENTINA DE PASQUARELLI!

Gritó tan fuerte que su rubia esposa pegó un pequeño salto debido al susto.

- ¿Qué te pasa? Me asustaste Ruggero...

- Pasa que estoy que te hablo pero debido a ese ruido, tú no escuchas.

- ¿No ves que estoy limpiando la casa?

- ¿Por quinta vez?

La ojiazul rueda los ojos.

- Se derramó una bebida al piso y...Rugge, quítate los pantalones.

- ¿Qué?

- Que te quites los pantalones.

- ¿Por qué tengo que quitarme los...

- ¡Ahora!

- Pero...¡Ah! - se empieza a quitar los pantalones con rapidez - entiendo, entiendo, entiendo. Siempre quise hacerlo en la cocina. No tienes idea cuanto...- le entrega los pantalones a su esposa - amore, me estás haciendo muy feliz - decía sin dejar de sonreír - amore...amore...

- Dime amore.

- ¿Por qué no te estás desvistiendo?

- ¿Por qué tendría que hacerlo?

- Ya sabes...es muy díficil hacerlo con ropa.

- Te pedí los pantalones porque vi esto - le enseña una pequeña mancha verde que había sobre el pantalón de su esposo. Este se desilusionó por completo, ya que él había pensado otra cosa - voy a quitarla ahora mismo.

Le da la espalda para luego dirigirse al lavadero y así poder quitar la mancha.
El castaño la sigue.

- Cariño.

La abraza por la espalda y recuesta su mentón en uno de sus hombros.

- Dime Rugge.

- ¿Cuándo vas a dejar de comportarte como mi madre y te convertirás en mi esposa?

- Cuando dejes de ser un niño.

- No soy un niño.

- Por supuesto que lo eres.

- Claro que no.

- Okey - se gira y lo mira a los ojos - discutamos el tema.

- Oh no - se separa de ella - discusión no.

Toma la aspiradora, la enciende y empieza a limpiar la casa.

- Ruggero.

- No te escucho.

- Realmente eres un niño - susurra con fastidio para luego salir de su casa.

Valentina iba en camino hacia la escuela, ya que ella es profesora de primaria.

...

~ Dos horas después ~

- Papá...¿Estás enojado?

- Camina y no me hables.

- Papá...es que a mí no me gusta el fútbol.

- ¿Ah sí? - sonríe fingido y se pone a la altura de su hijo - entonces dime. Dile a papá ¿Qué es lo que le gusta al pequeño Daniel?

- Tocar el violín - sonríe con dulzura.

- Tonterías.

- Pero papá...

El pequeño es interrumpido por el sonido del móvil, de su padre.

- Oh, mira que momento más oportuno decide llamar tu madre - contesta la llamada - hola reina madre. ¿Sabes qué es lo que hizo nuestro pequeño retoño? Pues te cuento, tenía la oportunidad de hacer un gol pero este pequeño tonto en vez de patear la pelota, lo toma con sus manos y se lo entrega al portero del equipo contrario. ¡A qué idiota he engendrado! - gruñe molesto - okey, okey, okey. Ahí te paso a tu hijo - mira al pequeño Daniel - tu madre quiere hablar contigo - le da el móvil.

- ¡Mamá! - el pequeño grita emocionado - ¿Por qué no fuiste a vernos a papá y a mí? ¡Playstation! ¡Sí! ¡Te quiero mami!

Michael quita el móvil de las manitas de su hijo.

- ¡Ti quiiri mimi!

Imita la voz de su hijo para luego cortar la llamada, sin ni siquiera esperar respuesta de su esposa.

- Bueno, ¿Quieres hela...- mira a los alrededores - ¿Daniel? ¿Hijo?

El miedo y la preocupación lo invadió por completo al no encontrarlo.

- ¡Daniel! - empieza a gritar - disculpe - detiene a una persona que pasaba por ahí - ¿No ha visto un niño? Tiene siete años, sus ojos son iguales a los míos. Es mi niño...

- Lo siento.

El pequeño Daniel no se encontraba muy lejos de su padre. Este a lo lejos había visto a un niña muy bonita, y él sin quitarle la mirada la había seguido.

- Muchas gracias Valentina por traer a mi hijita.

- Fué un placer - sonríe la ojiazul para luego ponerse a la altura de la pequeña - Romina, no olvides que hoy dejamos tarea para mañana.

- Si miss Valu.

La pequeña y su madre se despiden de la profesora.

La rubia de ojos azules, decidió sentarse sobre una banca y así poder leer el periódico que había comprado por la mañana.

- "La bestia negra" - susurró el titular de la portada.

El pequeño Daniel al no encontrar a la hermosa niña que había visto hace unos momentos, decide acercarse a una rubia quién estaba leyendo un periódico; ya que había visto a esa niña bonita junto a ella.

Cuando estaba en camino, se topa con alguien y se percata que es su padre.

- ¿¡Dónde estabas!? - Michael estaba realmente furioso pero muy en el fondo sintió un alivio al encontrar a su hijo - ¿¡Por qué te moviste!? Eres un niño muy malcriado - Valentina quién se encontraba muy cerca a ellos, empezó a oír la discusión - ¿Y sabes lo que les hago a los niños malcriados como tú? - el pequeño niega asustado - los pico en cuadraditos y me los como sin ni siquiera masticarlos.

"La bestia negra" pensó Valentina.

- Ahora camina - padre e hijo empiezan a caminar - pobre de ti que te vuelvas a perder - la rubia sin pensarlo dos veces, toma al niño y sale corriendo de ahí - primero te mato y luego tu mamá me mata a...- calla al no encontrar a su hijo a lado - ¿Daniel?

Lo busca por los alrededores y a lo lejos pudo ver cómo su hijo era llevado por una mujer de larga cabellera rubia.

- ¡Hey! ¡No te lleves a mi hijo! - grita y sale corriendo detrás de la mujer - ¡Hey!..."La bestia negra" - se asusta - ¡Hey! ¡La bestia negra se lleva a mi hijo!

Valentina corría sin parar con el pequeño entre sus brazos.

- Tranquilo pequeño, te salvaré de "La bestia negra".

- ¡Hey! - gritaba Michael como loco detrás de la rubia - ¡Deja a mi hijo! - se topa con un pequeño que traía en sus manos una pelota, el castaño sin pensarlo; le quita la pelota al niño y lo lanza directo a la rubia, lo cual le cae en la cabeza - ¡Sí!

Valentina cae al suelo desmayada.

Michael corre con rapidez hacia la rubia, quién alrededor de ella había mucha gente.

- Haber - el castaño empieza a apartar a la gente - muevanse gente chismosa que quiero ver a "La bestia negra" - cuando ya la tenía al frente, un recuerdo fugaz cruzó su mente...














"Soy Valentina, Valentina Zenere"














- ¿Valentina? - sonríe al recuerdo - ¿Acaso te convertiste en la bestia negra?

...

- Ya cálmate, todo ha sido una confusión.

- ¡Papá! ¡Trataron de secuestrarme!

- Agradecería tanto si pasara.

- ¡Papá!

Ambos entraron al hospital.
Al entrar un grupo de enfermeras corrieron hacia ellos.

- ¡El paciente lesionado de la pierna!

Grita una de las enfermeras.

- Eh, la tengo lesionada hace cuatro años - dice el castaño calmado.

- ¡La camilla!

- ¿¡Qué!? - se comienza a desesperar.

- Tranquilo, todo estará bien.

La enfermera empuja a Michael sobre la camilla, este se levanta furioso pero la enfermera lo vuelve a empujar.

- ¡La voy a matar!

Grita Michael totalmente furioso.

- ¡Y yo le salvaré la vida! - responde con emoción la enfermera.

Michael por más que intentaba levantarse, las enfermeras no se lo permitieron.

- ¡Esto es una confusión! ¡Daniel, hijo! ¡Papá te ama! Y te dejo toda mi herencia...¡Fútbol!

Y se lo llevaron a una sala.

Una hora había pasado. Una hora que Michael estaba conteniendo su furia.

- Señor Ronda - se le acerca una enfermera totalmente apenada - lo sentimos tanto. Le colocamos un calmante por equivocación. Usted no era el paciente lesionado de la pierna, era el paciente que está en la cama de al lado. Porfavor discúlpeme.

- Okey - responde fingiendo amabilidad - ¿Su mamá la quiere?

- Mucho.

- Que bueno porque ahora la va a extrañar cuando yo la mate...

- ¿Por qué tanto ruido?

La cortina que separaba las dos camas que había en aquélla habitación, había sido corrida por alguien; dejando así ver unos hermosos ojos azulados.

Michael se percata de la rubia y la enfermera decide escapar al verlo distraído.

Valentina levanta la mirada y se encuentra con aquél chico que hace cuatro años atrás, quiso ensuciar su jardín con una goma de mascar.









"Soy Michael Ronda"









- ¡Tú! ¡Auch! - grita al sentir un pequeño dolor en su pie derecho - por tu culpa tengo un esguince en uno de mis pies.

- Por tu culpa tengo que cojear por el resto de mi vida.

- ¿Qué?

- Si tan solo no te hubiera conocido, mi vida sería totalmente diferente.

- Y si no te hubieras cruzado en mi camino, yo no estuviera ahora casada.

- ¿Así que lamentas haberte casado?

- Yo...no...

- Sí.

- No.

- No.

- Sí...

- ¡Sí! Qué triste.

La ojiazul evita su mirada.

- ¿Por qué no te vas? ¿Qué haces aquí?

- Pasa que al niño que querías secuestrar, es mi hijo. ¿Qué pasa? - se acerca a la rubia - no puedes tener los tuyos que necesitas llevarte ajenos.

- Solo vete.

Valentina adora tanto a los niños, tanto que ya quiere ser madre pero por alguna extraña razón, aún no lo es y pensar en eso, hizo que sus ojos azules se llenaran de lágrimas. Tanto que una lágrima se deslizó por una de sus mejillas. Ella quiso quitarla y cuando estaba a punto de hacerlo, sintió como unos dedos muy suaves se deslizaban cálidamente por su mejilla. Era Michael quién lo hizo.

La tensión se sintió en el ambiente. Ambos seres muy cerca sin romper aquélla hermosa conexión de miradas que se había formado pero todo se desvaneció, al escuchar unos pasos acercarse y más cuando se escuchó el grito del pequeño Daniel.

- ¡Mamá!

- Mi pequeño.

Michael se aleja de Valentina con rapidez, aunque era muy extraño porque él sintió un frío al alejarse de ella.

Ana y Ruggero entraban a la habitación y cada uno se acercó a su respectivo cónyuge.

- ¿Amore estás llorando? - cuestionó el italiano al notar los ojos húmedos de su esposa.

- Es el dolor - responde ella sin darle importancia.

- Quisiera disculparme por lo sucedido - interviene Ana - todo ha sido una confusión. Aquí mi esposo no es la bestia negra, él solo es una bestia.

La pelirroja y el italiano sonríen a excepción de Michael y Valentina.

- Que bonito cumplido cariño - responde con sarcasmo el castaño.

- Soy Ana Jara de Ronda...

- ¿Diva siempre Diva? - cuestiona Ruggero.

- Esa misma - responde feliz la pelirroja.

- Soy Ruggero Pasquarelli, dueño de una empresa de automóviles. Desde hace un buen tiempo hemos querido contactarla. No ha sido fácil...

- Bueno yo me voy antes de que me aburran - interrumpe Michael - adiós...¡No! Adiós no - en eso Michael y Valentina conectan miradas - el adiós mata el mañana y quién sabe, tal vez nos volvamos a ver.

- Mike, créeme que no te quieren volver a ver.

- Eso no lo decides tú cariño - le sonríe disimuladamente a la rubia ojiazul para luego salir de la habitación.

Ana se despide de Ruggero y Valentina para luego salir tras de su esposo.

- ¿Acaso ese tipo está drogado?

- Es un tonto.

🖤










Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top