Si me llevas hoy, ¿a quién amare?
Si me llevas hoy, ¿a quién haré feliz?
Si me llevas hoy, ¿cómo daría ese abrazo?
Es que si me llevas hoy, ¿dónde quedaría mi cansancio?

No sé cuando vendrás,
no sé cómo lo harás,
pero si vienes hoy,
¿cómo podré permitirme un descanso?

¿Acaso no sabes que mi alma sigue buscando?
¿Acaso no sabes las lagrimas que he derramado?
¿Y las sonrisas?, ¿y las alegrías?
¿Y los aplausos? ¿Y las tristezas?
¿Me lo quitaras todo?, ¿Para qué?, ¿para ser tu recuerdo?

Algunos solo me recordarán cuando tú pases a mi lado y, ¿de qué me sirve que me vean contigo?
¿De qué me sirve tu presencia si cada vez que pasas todos saben que llegará el día en que también ellos serán el recuerdo... el vivir... el morir...

Si me llevas hoy, no puedo llevarme su sonrisa...
Si me llevas hoy, no puedo llevarme su alegria...
Si me llevas hoy, ¿qué equipaje llevaria?

¿De qué sirve la maleta del tiempo si no hay lugar para él en este viaje?

Si me llevas hoy, solo llevo mi corazón, pero, ¿sabes que? Tampoco me pertenece, es de ella, se lo entregue hace tiempo. También es de él, que sabe cuidarlo con su vivir y lo hizo música; es de ella que en sus ojos lo convirtió en hermosura; es de él, escondida en su alma pura y noble...

Si me llevas hoy, no permitas que lleve el equipaje equivocado.

Porque si me llevas hoy,
esconderé mi corazón en mil escondites,
esconderé mi corazón en mil corazones,
esconderé mi corazón atrás de cada sonrisa... Y jamás, jamás, jamás lo encontrarás...

Aunque me lleves hoy, no te llevarás mi corazón, ya no me pertenece, nunca fue así. Es de ella y esta fundido en mil pedazos, en mil sonrisas, en mil abrazos.

Me llevarás a mi, mi recuerdo y mi historia. ¡Toma! ¡Llévalo!
¡Pero mi corazón, no podrás! No te pertenece, esta fundida en mil te amo...