Dos
Baekhyun realmente se quedó con él como prometió. Era de agradecer tener a su lado a alguien que lo apoyaba y que lo trataba bien, pero que a su vez no esperaba una respuesta inmediata por su parte.
Sabía que, a pesar de que Baekhyun creía que era su pareja, no había segundas intenciones detrás de que le hiciera el desayuno, que le dejara ducharse el primero cuando volvían de dar un paseo por el caluroso Seúl o de que le dejara los mejores trozos de carne. Era puro instinto, la necesidad del alfa de cuidar de él, independientemente de que él fuera a responder positivamente a ello o no. Tan solo era Baekhyun cuidando de él, y eso a Chanyeol hacía que le latiera fuerte el corazón.
Fue complicado explicarle a sus padres que iba a dejar las citas por un tiempo. No les dijo que Baekhyun había aparecido, simplemente les dijo que quería un tiempo para analizar sus sentimientos porque estaba claro que con tantas citas con tantos posibles candidatos, había perdido la capacidad de analizar sus sentimientos correctamente. Todo esto les dijo, esperando a su vez que los susodichos candidatos no abrieran la boca y se resignaran a que había encontrado a su pareja, como había hecho parecer el día de la piscina.
Habían creado una especie de ritual o rutina para intentar que Chanyeol despertara de ese entumecimiento emocional que no lo dejaba sentir correctamente. Baekhyun lo recogía algunos días para llevarlo a un sitio nuevo, uno en el que el omega no hubiera estado, y se dedicaban a pasear, a descubrir el lugar y a descubrirse a ellos mismos. En su fuero interno, había una pequeña parte del alto que esperaba que el alfa se cansara de intentarlo, de estar con él sin obtener nada a cambio, pero hacía ya casi tres semanas que salían juntos y Baekhyun no mostraba signos de darse por vencido pronto.
- ¿Cómo es que nunca antes te había visto por la ciudad? -le preguntó el omega un día que el más bajo lo había llevado a una especie de cala escondida. Estaban sentados en el muelle de madera que había allí, con los pantalones remangados y los pies dentro del agua clara cuando le preguntó.
- Porque no estaba -respondió el otro con una sonrisa-. He estado viviendo en el extranjero varios años, y apenas he venido por aquí.
- ¿En el extranjero? -preguntó con curiosidad.
- Sí, mis padres se separaron cuando yo era muy pequeño, mi padre era miembro de esta manada pero mi madre no, y me llevó con ella a vivir al extranjero cuando se fue de casa -le explicó-. Ellos no eran una pareja destinada, simplemente mi padre era un beta y mi madre alfa, y pensaron que les iría bien. Obviamente no fue así.
- Lo siento -murmuró Chanyeol.
- No te preocupes -rió el más bajo, y su risa fue musical y agradable de escuchar, como si pudiera escucharla sin parar-. Eso fue lo que me hizo decidirme a buscar a mi pareja destinada. Había vuelto simplemente a visitar a mi padre y a mis amigos de la infancia antes de ir en su busca, pero el destino al parecer me tenía reservada una sorpresa.
En ese momento, el alto se ruborizó y Baekhyun amplió su sonrisa, pero tan sólo se recostó un poco, apoyándose en las palmas de sus manos y moviendo los pies son suavidad, creando olas dentro del agua. Chanyeol se dedicó a mirar los dibujos inconexos y sin forma que creaba el movimiento en la superficie del agua, con un silencio cómodo envolviéndolos a ambos, pero aun así, el omega sintió que debía decirle algo, por lo que se lamió los labios y habló.
- Siento no ser capaz de sentir que eres mi pareja, Baekhyun -se disculpó, pero el otro sacudió la cabeza.
- No te preocupes -le dijo con seguridad, todavía mirando al océano que se extendía ante ellos-. Yo sé que eres mi pareja, y tarde o temprano, tú también lo sentirás. Es normal que después de tanto tiempo obligándote a ti mismo a tratar de encontrar a una persona que te gustara lo suficiente de entre las que tus padres consideraban aceptables, hayas perdido la sincronía con tu lobo.
En ese momento, Baekhyun se giró para mirarlo a los ojos, directo y sincero, y levantó una de sus manos para acariciar la mejilla de Chanyeol con tal suavidad, que el aliento se le quedó atascado en la garganta al omega mientras se perdía en el brillo de sus ojos oscuros.
- Estarás bien, Chanyeol -le susurró con una sonrisa-, y yo estaré contigo.
Su corazón latió con fuerza en su pecho, una sensación agradable y cálida recorriendo su cuerpo, y en ese instante, sabiendo que tan solo era su lado humano el que sentía esa calidez, le entristeció pensar que era posible que su sincronía con su lobo no se arreglara jamás, que estuviera roto más allá de cualquier remiendo. O incluso, poniéndose en lo peor, que aunque el vínculo se arreglara, su lobo no reconociera al alfa como su pareja.
Chanyeol descubrió, para su sorpresa, que se estaba enamorando de Baekhyun, y el miedo se apoderó de él.
No le dijo nada, sin embargo, y dejó que las cosas siguieran como estaban, con pequeñas citas improvisadas aquí y allá, y cada vez notaba que su sonrisa era más amplia y su corazón latía un poco más fuerte por el alfa. Sin embargo, su lobo seguía sin reaccionar; ni siquiera la primera noche que Baekhyun se quedó a dormir con él lo hizo, con ambos tumbados en su cama y con los brazos del alfa rodeándolo desde atrás, haciéndolo sentir protegido a pesar de que el alfa era más pequeño que él.
Fue incómodo el encuentro con sus padres, sin embargo. Aparecieron una mañana sin avisar, hartos de sus largas y de sus evasivas, y de que no eligiera una pareja; y se encontraron con Baekhyun en su sofá, sus brazos rodeando su cintura cuando se acercó a saludar a los padres de Chanyeol.
- ¿Cuándo pensabas decírnoslo? -le espetó su madre con furia-. ¡Tuvimos que enterarnos por la señora Shim, que os vio en la piscina!
Maldita fuera la cotilla de la señora Shim, siempre siguiéndolos a él y a su hijo para ver si Chanyeol finalmente elegía a Changmin para asentarse. No sabía cómo empezar a explicar lo que estaba pasando, pero Baekhyun sonrió y se adelantó.
- Mucho gusto, señores Park, soy Byun Baekhyun -extendió su mano, una que ninguno tomó-. Soy la pareja de su hijo.
Aquello fue demasiado para los señores Park. Les costó un buen rato entender que no, que su hijo no trataba de hacerles la vida imposible y que no era una broma. Fue difícil explicarles que Baekhyun sentía la conexión, pero que a él aún le costaba entrar en sincronía con su lobo por todas aquellas citas y aquella sobreexposición a sentimientos ajenos a la que normalmente estaba sometido. Fue esa mención la que más los calmó, para sorpresa de su hijo. No eran conscientes de la presión que ponían sobre sus hombros, y quizá por eso, cedieron ante su deseo de comprobar si el alfa era realmente su pareja.
- No os mentiría con algo así -les dijo su hijo cuando ya se iban-, si Baekhyun es mi pareja, quiero saberlo.
- Solo… mantennos informados -le pidió su padre.
- Sabemos que las parejas destinadas son importantes para ti -su madre apretó los labios para darle un beso en la mejilla.
Después de eso, fue como si un peso se levantara de sus hombros. Al menos sus padres parecían más o menos conformes con toda aquella locura, pero al parecer, ni Changmin ni su madre estaban de acuerdo con eso. Pero, y a pesar de que ahora estaba más tranquilo en ese sentido, su lobo seguía sin colaborar.
- ¿Hace mucho que no te transformas, Chanyeol? -le preguntó Baekhyun una mañana que amanecieron en su cama, el alfa dibujando patrones sin sentido en su pecho mientras se apoyaba en un codo para mirarlo desde arriba. - Sí -respondió el omega, dejando que el otro siguiera acariciando su pecho.
- ¿Lo has intentado?
En ese momento, Chanyeol apartó la mirada, incómodo. Le dolía pensar en cómo cada vez era menos lobo, cada vez era más difícil siquiera notar la presencia animal dentro de él. Creía que no sería capaz siquiera de tranquilizar los ánimos si hubiera un conflicto.
- Lo he intentado -murmuró, mirando a un lado, lejos de la cara del alfa-, pero simplemente no puedo comunicarme con él o él no quiere salir.
Baekhyun lo miró con intensidad. La mano que estaba haciendo dibujos en su pecho había parado, descansando sobre su pecho; y en ese momento, subió con delicadeza hasta su mejilla, obligándolo con suavidad a mirarlo a los ojos antes de acariciarla de nuevo.
- No te preocupes -le dijo con seguridad-, estarás bien.
- ¿Cómo estás tan seguro? -le preguntó el alto, su voz algo temblorosa por el miedo.
Baekhyun tan solo sonrió misteriosamente antes de inclinarse poco a poco, casi como si estuviera dejándole tiempo a Chanyeol para huir de lo que iba a pasar. Pero su corazón latía emocionado, y el omega no pensó en irse a ninguna parte antes de que los labios del alfa presionaran contra los suyos con suavidad.
El beso fue dulce, cálido y suave, con sus labios moviéndose contra los del alfa en un baile lento y sensual, incluso algo picante cuando Baekhyun mordió con suavidad su labio inferior antes de separarse, lo que provocó que el omega gimiera de forma tenue pero audible. Pero lo que más le gustó fue el brillo sincero de los ojos del más bajo al mirarlo cuando se separaron y el pequeño caos que se desató en su interior, removiendo por primera vez en semanas al lobo que allí dormía.
- Lo he notado -susurró Chanyeol, feliz-, he notado al lobo moverse.
- Te dije que todo iría bien -le sonrió el alfa, y en ese momento, se dio cuenta de que los labios del otro estaban algo rojos e hinchados, y una mezcla de vergüenza y orgullo se extendió por su pecho al darse cuenta de que él era el culpable de eso.
- Todavía no noto la sincronía, pero al menos lo he notado moverse dentro de mí -le explicó-. Hacía mucho que no lo notaba.
- ¿Quieres que vayamos al bosque? -sugirió el más bajo-. Es posible que allí vuelvas a encontrar la sincronía con tu lobo.
- ¿Tú crees? -el otro se encogió de hombros.
- Por probar no pierdes nada. Mi padre tiene una casa en el bosque para cuando quiere tranquilidad, podríamos ir.
-¿Y tu padre no la necesita? -preguntó el omega.
- No si yo se la pido -le sonrió-. Voy a llamarlo, levántate y vístete mientras tanto.
Baekhyun se levantó y se estiró, gimiendo de gusto al desentumecer sus músculos. El omega se incorporó e hizo amago de salir de la cama, pero antes de que lo hiciera, el alfa se acercó a él, lo tomó por los hombros y lo besó de nuevo, ambos suspirando ante el contacto de labios.
- No me eches de menos -bromeó antes de coger su teléfono para llamar a su padre.
Muy rojo, el alto se escurrió en el cuarto de baño para mojarse la cara con agua fría y prepararse para ir a la montaña. Tuvo que rebuscar en su armario para encontrar la camiseta sin mangas negra que normalmente usaba para entrenar y se puso unos vaqueros cómodos al descubrir que sus pantalones de entrenamiento tenían un agujero en la entrepierna. Una vez estuvo listo, y habiendo tratado sin éxito de domar sus rizos negros, salió del dormitorio hacia el salón, donde encontró a Baekhyun ya listo, sentado en el sofá y con un pequeño desayuno preparado para llevar. Al verlo aparecer, una gran sonrisa se formó en su cara, lo que hizo sonrojar al alto.
- Qué guapo te has puesto, Chanyeol -lo alabó-. Esa camisa sin mangas te sienta de maravilla, me encanta verte los brazos.
- No sabía que tenías un fetiche con los brazos -dijo, tratando de esconder su vergüenza detrás de una broma.
- Sólo con los tuyos, bebé -le guiñó el ojo el alfa, y Chanyeol notó su cara arder.
Baekhyun tan solo sonrió y lo tomó de la mano para guiarlo fuera mientras comían. Ya era habitual para el omega montarse en la moto del más bajo, y sus brazos rodeaban automáticamente la cintura de éste, acercando su cuerpo hasta que su pecho casi estaba pegado al del alfa. Casi pudo notar la sonrisa del más bajo ante este hecho, pero no dijo nada y simplemente arrancó.
El viaje fue más cómodo de lo que pensaba, pronto estuvieron lejos de Seúl y dejaron atrás el trajín de la ciudad, pasando a carreteras secundarias y con la naturaleza tomando poco a poco fuerza en el paisaje. Pararon a mitad del camino para comer algo en un bar de carretera y compraron algo más para la cena “por si fuera necesario” como dijo Baekhyun con una sonrisa.
La casa apareció ante sus ojos unos diez minutos antes de que llegaran, pero volvió a desaparecer hasta que no la alcanzaron. Según le dijo Baekhyun, debía estar completamente cubierta por los árboles, pero un par de árboles se habían infectado con un hongo que los había matado por dentro y tuvieron que cortarlos ante el peligro de que cayeran sobre la casa. Hasta que los árboles nuevos no crecieran lo suficiente, terminó con un suspiro, no iban a taparla de nuevo.
En sí, la casa no era muy grande y se notaba que hacía tiempo que no se usaba. Lo primero que hicieron fue meter la comida en el frigorífico y abrir las ventanas para que el olor a cerrado se disipara, pero en cuanto el aire comenzó a oler a fresco y a naturaleza, Baekhyun lo miró con una sonrisa.
- ¿Preparado para conectar con tu lobo?
- No sabes si eso va a ocurrir -replicó Chanyeol, pero el más bajo solo rodó los ojos y amplió su sonrisa.
- Si vas pensando así, seguro que no.
Salieron por la puerta trasera, y Baekhyun comenzó a desvestirse, descartando la camiseta en primer lugar. El alto tiene que reconocer que sus ojos se perdieron recorriendo el torso y los abdominales del alfa, era la primera vez que lo veía sin camiseta que ya ni siquiera el día de la piscina Baekhyun nunca se quitó nada, ni tampoco los días que durmieron juntos. El otro lo miró con una sonrisa de medio lado y un brillo travieso en la mirada al pillarlo recorriéndolo con los ojos.
- ¿Te gusta lo que ves? -le preguntó con altanería.
- No puedo decir que no -admitió el alto, pero apartó la mirada y se quitó su propia camiseta, siendo demasiado consciente de su propio cuerpo, aunque, pensó, Baekhyun ya lo vio sin camiseta el día de la piscina.
Baekhyun se desnudó por completo, dejando que Chanyeol lo mirara bien, y le sonrió con altanería antes de entrar en fase rápidamente y convertirse en un lobo negro de pelo brillante. No era muy voluminoso, tal y como era el Baekhyun humano, pero parecía rápido y habilidoso por su manera de moverse alrededor, tomando contacto con su animal de nuevo. Chanyeol se quedó con los pantalones puestos, aún inseguro de ser capaz de transformarse.
“Chanyeol” la voz de Baekhyun resonó en su mente, y fue maravilloso escucharlo allí, “vamos a empezar a pasear, a ver si reacciona.”
Éste asintió y comenzaron a andar por el bosque. El olor de la naturaleza ciertamente parecía despertar al lobo, pero era como si éste se negara completamente a salir de su letargo, de su entumecimiento. Intentó entrar en fase, pero era imposible y casi doloroso, por lo que el alfa sugirió que podrían jugar a cazar un rato. Chanyeol sonrió y aceptó, quizá el huir de un depredador, aunque fuera a modo de juego, despertaba a su lobo y sus instintos.
Comenzó a correr, sabiendo que Baekhyun le daría una cierta ventaja. Sonrió inconscientemente al escuchar el aullido del alfa que indicaba que ya salía a cazarlo. El vello de los brazos se le puso de punta, la excitación lo recorrió y casi se sintió en sincronía con su lobo al escuchar cómo el alfa se acercaba. Corrió por instinto, no tan acertadamente como cuando estaba en total sincronía con su lobo, porque no pudo evitar aquella rama que le hizo un corte en la mejilla o tropezar con la raíz de aquel árbol. Pero no se hizo daño, y siguió corriendo, escuchando al otro lobo acercándose cada vez más.
Un aullido de dolor le heló la sangre. Paró en seco, miró atrás y no pudo escuchar el movimiento suave de Baekhyun tras él. Alarmado, trató de volver atrás, forzando a su lobo a comunicarse con él para decirle por dónde debía ir, pero su lobo estaba confuso después de tanto tiempo dormido y no era de gran ayuda. Se guió por la vegetación que había aplastado a su paso, mirando alrededor buscando el brillo del pelaje negro de Baekhyun.
Un segundo gruñido, más oscuro y profundo, que le costaba relacionar con el alfa, le llamó la atención por su izquierda, así que se guió por el sonido y, al fin, encontró lo que buscaba.
Un lobo grande y cobrizo, uno que Chanyeol reconoció como Changmin, estaba de pie, con el morro manchado de sangre y con los ojos fijos en un punto frente a él. El omega siguió la dirección de sus ojos, tratando de encontrar lo que estaba mirando, y cuando lo encontró, apenas unos metros por delante, no pudo evitar el grito que brotó de su garganta.
Porque tirado en el suelo, y con la sangre que brotaba de una fea mordida cerca del cuello manchando su pelaje negro, estaba Baekhyun.
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