Capítulo 6
En un lugar verde, Roger y Drak se preparaban para ir a la aldea enemiga y derrotar a su lider. Detrás de ellos aparecieron Cora y su anciano lider, y detrás de ellos, cuatro hombres armados con lanzas, arcos y flechas.
-Espero que ya estén preparados.- dijo el anciano.
-Así es.- dijo Drak, luego vió a los cuatro hombres armados. -¿Quiénes son ellos?
-Son los pocos valientes que nos acompañarán.- dijo Cora.
-Muy bien.- dijo Roger. -Ya hay que irnos.
-Cuídate mucho, hija.- le dijo el anciano a Cora.
-Tranquilo, Pa. Estaré bien.
-Eso lo sé, pero por si acaso, no te separes del chico. De seguro te protegerá.
-¡CÁLLATE, NO DIGAS ESO!- dijo Cora con furia.
-¿Qué ocurre?- decía Drak confundido.
-¡Nada! Ya vamonos de aquí.- ella se fue al frente.
-Ahora tendré que soportarlos todo el camino.- pensó Roger.
-Buena suerte a todos.- decía el anciano mientras todos se iban.
Fue un largo viaje. Los cuatro hombres armados caminaban detrás de Cora, mientras Drak y Roger iban detrás de ellos, repasando su plan.
-Escúchame con atención.- dijo Roger. -Tú que llevas la vestimenta, vas a entrar a la aldea, buscarás el lugar donde vive su lider, luego buscarás un lugar por el que podamos entrar y juntos venceremos al lider.
-De acuerdo.
-Pero antes de entrar, tendrás que hacer algo con eso.- dijo mientras miraba la cola de Drak.
-Oh, tranquilo. Puedo hacer esto.- empezó a enrollar su cola alrededor de su cintura.
-Eso puede funcionar. Cuando estés afuera, nos llamarás con un canto de ave.
-Llegamos.- los dos se detuvieron a ver a Cora. En frente de ella estaba la aldea enemiga. Estaba rodeada por un gran cercado de estacas de madera.
-Ahora ve.- le dijo Roger a Drak.
Drak avanzó hasta el cercado, llegó hasta una puerta y golpeó tres veces.
-¿Quién es?- dijo alguien al otro lado de la puerta.
-Soy yo... un aldeano.
Una pequeña compuerta se abrió, dejando ver los ojo de quien estaba del otro lado. Este miró fijamente a Drak. Luego de unos segundos, lo dejó entrar. Dentro de la aldea, habían muchas personas en deplorables condiciones. Drak los miraba con lástima. Él se dedicó a explorar la aldea, tratando de encontrar algún lugar por el que pudieran entrar sus amigos. Entonces encontró un callejó abandonado.
-Por aquí deberían poder entrar.- pensó Drak, pero fue sacado de sus pensamientos cuando sintió que alguien lo agarraba del cuello. Él por instinto sujetó los brazos de su atacante, y de un movimiento lo arrojó contra el suelo. Ahí se dió cuenta de que su atacante era el mismo que se había encontrado hace días. -Ah, eres tú.
-Maldito bastardo, ya suéltame.
-Si lo hago, irás con tu jefe, y eso no es bueno para mí.
-Aunque quisiera hacerlo, no puedo, y todo por tu culpa.
-¿Mi culpa? Tú fuiste quien me quizo robar.
-Lo sé, y luego tú te robaste mi ropa. Al regresar, el jefe se enfureció. Él me castigó hasta que deseé morir, luego... mató a mis amigos.- eso último lo dijo con tristeza. -Pensé que si te capturaba ahora, el jefe volvería a confiar en mí.
Drak se quedó pensativo, pero luego empezó a sonreir.
-No tienes que trabajar para alguien así.- luego ayudó a su oponente a levantarse.
-Tú no lo entiendes. Él es un hombre muy poderoso. Si no hacemos lo que dice, nos mataría sin pensarlo.
-Es por esa, y por otras razones, que voy a acabar con él.
Él miró a Drak con asombro. No sabía si era muy valiente, o muy estúpido.
-¿Qué es lo que crees que harás?
-Primero necesito encontrar un lugar por el que puedan entrar mis amigos.
-Hmm... ¿Qué tal por aquí?- el hombre tomó unas tablas del cercado que estaban sueltas.
-Genial. Muchas gracias. Por cierto, me llamo Drak.
-Yo... soy Gren.
-Ok, Gren. Ahora necesito saber donde vive tu jefe.
-Por allá.- él apuntó hacia una gran cabaña que reposaba sobre una colina.
-Muy bien. Hora de llamar a la caballería.- Drak salió por las tablas sueltas y comenzó a hacer sonidos de pájaro.
Detrás de unas rocas, salieron Roger, Cora y los cuatro hombres armados. Ellos fueron hasta donde estaba Drak. Luego se percataron de quien estaba junto a él.
-¿Qué hace él aquí?- preguntó Roger.
-Tranquilo.- dijo Drak. -Él es Gren, es un amigo.
-¿Qué? Neh, después me lo explicas.
-¿Dónde está el lider?- preguntó Cora.
-Debe estar allí- Drak apuntó hacia la cabaña en la colina.
De repente se vió como la puerta de la cabaña se habría. Todos, excepto Gren, quedaron pálidos por lo que vieron. Un alto y robusto hombre salío de la cabaña. Tenía la piel broceada, traía puesto un tapa-rabos marrón, una capa escarlata y un pañuelo que le tapaba la boca. Todos en la aldea lo miraban con miedo.
-¡Saludos a toda mi gente!- dijo con una voz ronca. -Espero que hayan trabajado duro. Hoy en la cena especial de mi cumpleaños, voy a probar todas las cosas que han cultivado. Espero que sea la cena más deliciosa que haya comido.- luego el hombre regresó a su cabaña.
Drak, Roger, Cora y los demás quedaron confundidos con lo que oyeron.
-¿Y ese quién era?- preguntó Roger.
-Ese es el lider.- dijo Cora.
-Racán, la montaña escarlata.- dijo Gren.
-Amigos.- decía Drak. -¿Soy yo o esta misión se volvió mucho más interesante?
-¡NO DIGAS ESTUPIDECES! ¡AHORA TENEMOS QUE PELEAR CONTRA ESE GIGANTE!- decía Roger con histeria.
-Je je, no te pongas así. Te puede dar un ataque.
-Ya llegamos hasta aquí.- decía Cora. -No podemos dar marcha atrás.
-Oye, Gren, ¿Conoces esa cabaña?- preguntó Drak.
-Así es.
-¿Crees que nos puedas hacer entrar?
-Será difícil, pero creo que no tengo opción.
Cayó la noche. Los aldeanos llevaban comida a la cabaña de Racán. Él estaba sentado en un trono de piedra, con una mesa en frente llena con todos los cultivos de la aldea.
-¡Esto si que es un banquete!- decía Racán.
Las personas sólo se quedaban paradas mientras su lider se comía todo. Luego una niña trató de hacercarse a la mesa para comer algo. Racán la vió y se levantó de su trono. La madre fue tras su hija.
-Por favor, señor. Perdónela.- dijo la madre.
-Nadie... toca... ¡mi comida! Aquellos que no son leales a mis reglas, no pueden estar aquí.
Racán estaba por lanzar un golpe contra la madre y su hija, pero luego escuchó un crugido que provenía del techo de la cabaña. De pronto el techo se abrió y Drak apareció, cayendo encima de la cabeza de Racán, y luego en el suelo. Todos los aldeanos salieron corriendo. Del hueco en el techo salieron Roger, Cora y los cuatro hombres armados. Cuando Racán recobró el sentido, pudo ver a todos los que lo rodeaban.
-¿Quiénes... se creen... que son?- decía Racán.
-Somos los que te van a patear el trasero.- dijo Drak.
Y así iba a comenzar una batalla por el destino de la aldea.
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