Capítulo 5
El sol salía. Los pájaros empezaban a cantar, pero eran interrumpidos por unos gritos que provenían de una gran aldea. Dentro de una antigua construcción, unas personas vestidas de azul estaban encadenadas al suelo, mientras recibían constantes azotes de parte de sus captores.
-Por favor.- decía una mujer. -Ya dejennos ir.
-Eso no es lo que dijo el jefe.- luego alguien más entró en al lugar.
-El jefe nos requiere en sus aposentos.
-Parece que tienen un descanso.- dijo uno de los captores. Luego todos se fueron, dejando a sus prisioneros.
-No puedo seguir con esto. Tenemos que salir de aquí.- dijo la mujer.
-No podemos hacer nada.- dijo el hombre a su lado. -Si todos hubiéramos sobrevivido al aterrizaje...
-No pienses en eso. Saldremos de aquí. Estoy segura.
En un lugar apartado, el lider de la aldea estaba sentado debajo de un árbol, con un extraño animal recostado a su lado, y algunas mujeres que le traían todo tipo de alimentos recién cultivados. Luego alguien apareció. El extraño animal se levantó y se dirigió hacia él. De su robusto cuerpo salieron un montón de espinas, luego empezó a gruñir.
-Tranquilo, Fang.- le dijo el jefe a la criatura. Luego se dirigió al recién llegado. -¿Ya están todos?
-Si, señor.- luego otros hombres aparecieron.
-Muy bien.- prosiguió el jefe. -Como de seguro se han enterado, un grupo de nuestros hombres fue derrotado, únicamente por dos personas. Una de ellas pertenece a las personas del cielo, y la otra es esa en especial que hemos estado buscando. Ahora deben saber donde está nuestra aldea. Dudo mucho que los dos solos se atrevan a atacarnos, pero no hay que confiarnos demaciado. Deben estar planeando algo si quieren rescatar a sus amigos. Nosotros debemos estar listos ante todo.
En otro lugar, Drak se había levantado temprano para conseguir su deshayuno. Fue a buscar a Roger, pero lo vió roncando encima de una mesa y decidió no despertarlo. Estaba por irse, pero luego vió a Cora.
-Buenos días, ¿A dónde ibas?- preguntó Cora.
-Voy a buscar mi desayuno.
-Creo que hay unas bayas en la cabaña.
-No, voy a cazar.
-¡¿Qué?! No puedes cazar por aquí.
-¿Por qué? ¿No comen carne?
-No. Es que por aquí sólo hay un animal, y no podemos cazarlo. Ha ahuyentado a todos los animales de la zona. Hicimos todo lo posible por deshacernos de él, pero no podemos hacerle frente.
-Eso se oye interesante. Creo que voy a buscarlo.
-¿Hablas en serio?- decía con extrañeza. -Ninguno de nosotros pudo contra él, ni siquiera yo.
-Tranquila. Yo soy diferente.- al escuchar eso, Cora recordó lo que dijo sobre Drak, haciendo que se sintiera abochornada.
-Bu-bueno, para estar segura, iré contigo para que no te pase nada.
-Ok.- luego los dos se fueron en busca del animal.
Cora llevó a Drak por un sendero lleno de árboles. Se podía apreciar la fuerza del animal que buscaban con tan sólo ver unos árboles derribados de raíz. Siguieron caminando hasta que llegaron a una cueva.
-¿Es aquí?- preguntó Drak.
-Si. Esta es su casa. Antes solíamos sacarlo haciendo ruidos molestos, o lanzandole pied...- no pudo terminar porque Drak tomó una gran roca y la lanzó con fuerza hacia la cueva. Luego los dos escucharon un gruñido. -Tú no piensas, ¿Cierto?
Los dos fueron retrocediendo mientras veían como una enorme criatura salía de la cueva. Medía 2 metros, tenía un torzo ancho, pezuñas afiladas y unos grandes cuernos.
-¡Wow! Un búfalo.- dijo Drak.
-No digas "¡wow!", mejor di "¡corre!".
El búfalo soltó un estruendoso sonido que hizo saltar a Drak y a Cora. Los dos hecharon a correr mientras la gran bestia los perseguía.
-¡Esto es muy divertido!- decía Drak.
-¡NO, NO LO ES!
Los dos se separaron. El búfalo fue tras Drak. El pelirrojo corrió hacia un árbol. Lo esquivó en el momento exacto para que el búfalo se estrellara contra el objetivo, incrustando su cuerno izquierdo en el árbol. En ese instante, Drak aprovechó para atacar al animal. Él sacó su lanza, fue corriendo hacia el búfalo y luego le clavó su arma en el torso del animal. La bestia apenas se movía, entonces se oyó un crujido, luego el árbol se partió en dos. Después el búfalo golpeó a Drak. Se puso frente a él, aún con la lanza clavada en su cuerpo. Estaba por atacarlo, pero una flecha salió volando hacia el animal. Cora salió de unos arbustos y empezó a lanzar más flechas, pero no le hacían mucho daño a la bestia.
-¿Dónde estabas?- preguntó Drak.
-¡No preguntes, sólo corre!- vio como Drak corría, pero en dirección al animal. -¡Hacia él no!
-Confía en mi.- Drak dio un salto tan alto que cayó encima del búfalo. Cora lo veía con espanto. El animal comenzó a dar brincos, tratando de bajar a Drak, pero él no se soltaba. El pelirrojo agarró el cuerno derecho del búfalo, luego comenzó a golpearlo. Después de un par de golpes, el cuerno se rompió, entonces Drak lo levantó y lo clavó en el cuello del animal. El búfalo trataba de resistir, pero terminó cayendo muerto. -Cielos, esto... fue sencillo.
-Si sencillo significa casi morir, entonces si fue sencillo.- Cora empezó a reírse. Después Drak se empezó a reir también. Luego los dos tomaron al búfalo y se fueron a la aldea.
Recién despertando, Roger levantó la cabeza de la mesa. Luego salió de su cabaña para encontrarse con el jefe de la aldea.
-Hola, joven.- dijo el anciano. -¿Dormiste bien?
-Apenas si pude dormir. Tengo muchas cosas en que pensar. ¿No ha visto a Drak?
-No, ¿Y tú no haz visto a Cora?
-¡Por aquí!- los dos voltearon a ver a Cora, y detrás de ella estaba Drak, arrastrando al enorme animal.
-¡No lo puedo creer!- decía el anciano.
-Vaya, hasta que veo un desayuno decente.- dijo Roger.
-Debiste verlo, Pa.- dijo Cora. -Drak apuñaló el cuello del búfalo con su propio cuerno.
-Sólo improvisé.- decía Drak con una gran sonrisa. -Entonces, ¿Ya podemos comer?
-Sabes, Roger.- dijo el anciano. -Creo que tu plan para ayudarnos dará resultado. Si este chico puede contra una bestia como esta, de seguro podrá contra cualquiera.
-Yo también lo creo. Por cierto, de eso vine a hablarle.
-Muy bien. Vamos todos a mi cabaña.
En la cabaña, se les sirvió a todos la carne de búfalo. Todos en la aldea disfrutaron de un gran desayuno. Roger se dirigió al jefe para discutir su plan.
-El plan es sencillo.- decía Roger. -Tenemos la ropa de sus enemigos. Podemos infiltrar a alguien que nos haga entrar a su aldea, vamos tras su líder y los obligamos a que dejen de molestarlos.
-Es un buen plan. Esos salvajes no sabrán que los golpeó.
Decidieron dejar la charla para más tarde y así seguir comiendo. Después de eso, un grupo sería elegido para ir a infiltrarse a la aldea enemiga y así derrotar a su líder.
En otro lugar, un hombre muy aterrador se paró en la cima de una gran roca.
-Muy buenos días, gente.- decía con una voz ronca. -¿Cómo me van a divertir hoy?
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