Capítulo 23
"Mamá". Esa fue la palabra que paralizó a todos los presentes. Los más afectados eran Drak y Lam, ya que no podían creer nada de lo que estaba pasando. El pelirrojo tenía una cara de asombro, pero pronto cambió a una de felicidad.
-¡Mamá!- dijo Drak, luego corrió a abrazar a Lam.
Drak la abrazaba con fuerza. Lam seguía estática, pero después se relajó, luego le dió un abrazo al pelirrojo.
-No puede ser.- decía Lam tratando de contener las lágrimas.
-¿Qué te pasó? ¿Dónde estabas? ¿Por qué no me enviaste un mensaje?- decía Drak, mientras lloraba sin parar.
Esa escena dejó incómodos a todos los presentes, sobretodo a Ruik.
-Se que este es un momento incómodo.- dijo Roger. -Pero necesito que reunas a todos los sobrevivientes del Arca.
Tiempo después, todos se habían reunido en la cabaña del jefe. Estaban sentados alrededor de una mesa redonda.
-Tengo tantas preguntas.- dijo Drak.
-Yo también.- dijo Lam.
-Es increible que haya estado aquí todo este tiempo.- dijo Cora.
-¿Qué fue lo que le pasó?- preguntó Roger.
-Bueno, tranquilos.- diji Halcón. -Dejen descansar a la jefa.
-¿Jefa?- preguntó Drak. -¿Estás casada con el jefe de la aldea?
-Drak...- Lam trató de hablar, pero no sabía que decir.
-¿Qué le pasó a papá?
Todos se habían quedado callados en ese momento, hasta que Lam decidió hablar.
-Creo que les debo una explicación...
Todo ocurrió hace 7 años. Era de noche, yo estaba ayudando con la comida para la cena, mientras que Drak y su padre habían ido a pescar. Íbamos a servir la comida, pero alguien había llegado sin avisar. Yo fuí a ver quien era, y ví a un joven, junto con varios soldados detrás de él.
-¿Qué desea?- le pregunté.
-Estoy buscando a Kíngamo.- dijo el joven.
Estaba preocupada. Ese sujeto quería a mi esposo, y basándome en su mirada, no parecía tener buenas intenciones.
-¿Y por qué lo buscas?
-Eso no es de tu incumbencia. Si no me dices donde está, entonces sólo eres un estorbo.
Él y sus hombres iban a atacarnos, entonces los guerreros de nuestra aldea aparecieron, listos para defendernos.
-Parece que tienen a sus guerreros.- dijo el joven.
-No queremos que se derrame sangre en nuestra aldea.- le dije. -Mejor váyanse, antes de que esto se descontrole.
-Lo lamento... pero ustedes no deciden.
Entonces extendió sus manos y comenzó a lanzar fuego. No tuvimos más opción que correr, pero sus hombres empezaron a lanzarnos flechas. Varios cayeron, apenas pude escapar. Me escondí detrás de una de las cabañas, pero no tardaron en encontrarme. De pronto Kíngamo apereció detrás de los soldados y los derribó.
-Lam, ¿Estás bien?
-Kíngamo, ellos te quieren a tí.
-Lo sé. Lo siento tanto.
-Drak. Hay que encontrarlo.
-Descuida, lo mandé lejos. No lo encontraran.
Ambos nos escabullimos para salir de la aldea. Queríamos ayudar a los otros, pero ya era demaciado tarde. Entonces ese joven nos encontró.
-Hola, Kíngamo. Tal vez no me conoscas, pero si conociste a mi padre.
-Tu padre se lo buscó. Él fue un mal lider.
-Ahora pagarás por lo que hiciste.
El joven hizo resplandecer sus manos, mientras que Kíngamo se puso en frente mío para protegerme.
-Lam, sal de aquí.
-Pero...
-Por favor. Él te necesita.
No supe que más hacer, así que salí de ahí. Un gran resplandor se originó detrás de mí, pero no quize voltear. No podía ir con Drak en ese momento, así que me fuí lejos, hasta que llegué a una cascada que llegaba al mar. Iba a devolverme, pero no ví al hombre que estaba detrás de mí. Él me disparó una flecha justo en la espalda, yo caí por la cascada y me estrellé con una rama. La rama se rompió y me fuí flotando con ella. Estaba muy débil, y terminé por desmayarme. Cuando desperté, ví que estaba muy lejos de la costa, traté de nadar, pero la corriente era muy fuerte. Pasé horas flotando a la deriva, mis esperanzas de sobrevivir se habían ido. Entonces una sombra pasó sobre mí. No pude verlo por el sol, pero sentí como me levantaba en el aire, entonces me desmayé de nuevo. Cuando desperté, estaba sobre una cama, y Ruik y Halcón estaban en frente de mí.
-Oh, hola. Que bueno que despertaste. Me llamo Ruik, y él es Halcón.
-Hola...- dije débilmente.
-¿Qué fue lo que te pasó? Halcón te encontró flotando en el agua.
Yo procedí a cóntarles lo que me había pasado, luego le pedí a Halcón que fuera a ver la aldea, y ver si encontraba a Drak. Cuando regresó, me dijo que no había rastro de él, sólo había encontrado su camisa rasgada y con sangre. Me sentí muy triste, y hasta llegué a pensar que algo terrible le había pasado. Tiempo después, decidí quedarme en la isla. Todos me hicieron sentir como en casa, en especial Ruik. Con el tiempo nos fuimos conociendo, hasta que decidimos casarnos...
-Esa es toda la historia.
Todos estaban callados, nadie se atrevía a hablar. Luego todos miraron a Drak, quien estaba mirando al suelo.
-Así que papá... y toda nuestra aldea murió.- dijo Drak con un tono serio.
-Lamento que hayas tenido que pasar 7 años sólo.- dijo Lam.
-Está bien. No me fue tan mal.- Drak comenzó a sonreir. -Ahora tengo muy buenos amigos.
Eso sacó algunas sonrisas en los presentes.
-Espera, tengo una duda.- dijo Halcón. -¿Dónde estabas cuando te fuí a buscar? ¿Y por qué tu camisa estaba rasgada y con sangre?
-Yo estaba en el interior del bosque. Hacía calor, así que tomé una siesta en la copa de un árbol. Y en cuanto a mi camisa, un lobo me atacó, pero yo logré escapar. Luego descubrí que tenía poderes para sanar, pero no quería que otro animal me atacara. Entonces comenzé a dormir en la copa de los árboles.
Esa explicación fue como una palmada en el rostro de todos.
-Eso tiene sentido, desafortunadamente.- dijo Akiko.
Luego de esa charla, todos salieron de la cabaña del jefe.
-Disculpa, Ruik.- dijo Roger. -No quiero molestar, pero necesito que reunas a mi gente. Debo saber que familias están aquí, para reunirlos con los suyos en nuestra aldea.
-Déjamelo a mí.
Ruik, Roger y Akiko se fueron juntos, mientras que Drak y Cora se quedaron con Lam.
-Parece que casi todo terminó bien.- dijo Drak.
-Si, eso creo.- dijo Lam. -Aunque no dejo de extrañar a nuestra gente.
-Pues ahora tiene una nueva familia.- dijo Cora. -Sin mencionar que también tiene a su hijo.
-Si, es verdad. Deberían ir al centro de la aldea, vamos a servir el desayuno.
-Genial. Vamos, Cora.
Drak y Cora se fueron corriendo, mientras que Lam los observaba, sintiendo una gran sensación de felicidad.
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