Capítulo 11
En una aldea pacífica, un anciano no podía dejar de pensar en la chica que se fue sin su permiso, pero más que enojo, él sentía temor.
-¿Jefe?- un hombre se le acercó. -¿Se siente bien?
-Si... es sólo que me siento preocupado por Cora. No se cuando volverá.- el anciano comenzó a recordar cuando Cora era sólo una niña y quería salir a cazar un búfalo. -Sólo espero que regrese sana y salva.
En otro lugar, Roger guiaba a un grupo conformado por Drak, Cora, Akiko y el resto de los sobrevivientes del Arca. Cora seguía herida de su pié por su pelea contra Clonn, así que Drak la cargó todo el camino. Después de un rato caminando, decidieron detenerse para descanzar. Roger se sentó a la sombra de un árbol para ver su mapa, luego Akiko se le acercó.
-¿Y ya sabes a donde iremos?- preguntó Akiko.
-No tengo idea de a donde ir. La geografía de este lugar no se parece a la del mapa. Ya no se si esto es Nueva York, ó el producto del movimiento terrestre.
-Relájate, deja que yo me encargue del mapa.
-Descuida, ¿Por qué no vas con Drak y lo ayudas con Cora?
-De hecho, también quería hablar sobre él, y ese tipo pirómano de la aldea. ¿Cómo es eso posble?
-¿Qué quieres decir?
-Me refiero a esas habilidades que tienen.
-Yo supongo que fue a raíz de la llamarada solar. La radiación que que liberó, junto con las nuevas condiciones del planeta, debieron provocar un efecto evolutivo en algunas personas, dándoles estos poderes.
-Vaya, con todo lo que leí sobre la evolución, jamás supe que algo así pasaría.
En otro lugar, Drak estaba tratando de curar la herida de Cora.
-Bueno, ¿Cómo fue que te pasó esto?- preguntó Drak.
-Yo creí que había vencido a ese tipo de las garras, pero me confié y baje la guardia.
-Ok, no se ve tan grave.- Drak envolvió unas hojas en el pié de Cora. -Creo que esto debería ayudar.
-Gracias, y gracias por cargarme.
-No es nada.
Regresando a Roger y Cora...
-Oye, antes de que los capturaran, ¿Lograron comunicarse con los demás?- preguntó Roger.
-¿Quiénes?
-Los otros sobrevivientes.- Roger vió que Akiko se puso triste. -Oye, ¿Qué ocurrió?
-Roger... cuando pasamos la atmósfera de la Tierra, todas las naves perdieron el control. Al aterrizar, nuestra nave se destruyó. Fuimos pocos los que sobrevivimos.
-¿Y los demás?
-Tratamos de contactar con ellos, pero no obtuvimos nada.
Roger no dijo nada, sólo se puso ha mirar a los pocos sobrevivientes que habían.
-Así que somos los últimos de los otros.
-¿Estás bien?
-Si, sólo seguiré revisando el mapa.- Roger no lo demostraba, pero se sentía triste y enojado por la noticia.
Pasaron dos horas. Todos decidieron seguir caminando, ya que Tyrus y su gente podían estar siguiendolos. Akiko caminaba junto a Roger para revisar el mapa.
-¿Por qué sigues viendo este mapa?- preguntó Akiko. -No creo que nos sirva de mucho.
-Tal vez, pero prefiero no arriesgarme.
Cora comenzó a caminar de nuevo, pero seguía apoyandose en Drak como si fuera un bastón.
-Oye, ya puedes soltarme.- decía Cora. -Puedo caminar sola.
-La última vez que dijiste eso, te caiste después de dar tres pasos.- Drak empezó a reirse.
-Hey, no te rías.- decía Cora abochornada.
Siguieron caminando hasta que llegaron a un extraño callejón. Al llegar, vieron una gran puerta de madera que bloqueaba el paso. Arriba de la puerta, había una bandera blanca con la imagen de un martillo verde.
-¿Y eso qué es?- preguntó Drak.
-Es una gran puerta que nos bloquea el paso.- dijo Roger, luego se acercó y golpeó la puerta.
Al principio hubo silencio, pero luego se escuchó un rechinido y la puerta empezó ha abrirse, y de allí salieron unos hombres armados con ballestas.
-Oigan, tranquilos.- le decía Roger a los hombres armados.
Los hombres tenían a Roger en la mira. Drak se preparó para pelear, pero unos gritos hicieron que todos reaccionaran.
-¡Esperen, no los lastimen!
Un sujeto posado en la cima de una colina bajó corriendo y se detuvo e frente de Roger. Tenía el cabello negro y una cicatriz en la mejilla derecha. Traía puesto una especie de chaleca y pantalones verdes, unos zapatos de cuero y unos vendajes en las manos.
-¿De verdad está pasando?- decía el sujeto con lágrimas en los ojos. -Todos creyeron que esto jamás pasaría, incluso yo comenzé a perder las esperanzas, pero están aquí, y sólo eso importa.
-Y tú eres...- dijo Roger, esperando a que se presentara.
-Oh, si. Lo siento. Me llamo Miso. Soy el que está a cargo.- él vió a los hombres armados y les pidió que bajaran sus armas. -Bueno... ¿Quiéren pasar?
Roger y los demás entraron a una aldea que era distinta a todas las que habían visto antes. Las casas estaban hechas a base de piedra. Había un extraño sistema que llevaba agua del rio hacia un pequeño campo. Hasta habían unos niños jugando con un balón hecho de cuero y hojas.
-Esto es lo mejor que he visto desde que llegué.- dijo Roger.
-Lo sé.- dijo Miso. -Pero apuesto que ustedes tienen cosas mejores.
-Wow, esto es increible. -dijo Drak con una enorme sonrisa.
-Y se pondrá mejor. Roger, ¿no? ¿Qué tal si me sigues a mi casa mientras los otros van al comedor?
-Ok.- luego Roger empezó a pensar. -Es increible que este niño esté a cargo de todo. Apenas si se ve un poco mayor que Drak.
-Genial, tengo hambre.- dijo Drak.
-Oye, espera. Llevame con ellos.- le dijo Cora.
-Está bien...
Mientras los demás sobrevivientes fueron a descanzar, Miso llevó a Roger, Drak, Akiko y Cora a su casa. Al entrar, Miso movió una palanca que abrió el techo para que entrara la luz. Todos vieron un montón de cosas como piezas de metal, trozos de vidrio y unos libros viejos.
-¿Y qué opinan?- preguntó Miso.
-Esto es asombroso.- dijo Akiko.
-Si, mi familia a estado reuniendo estos materiales por siglos, por si llegábamos a necesitarlos. Miren esto.- Miso les enseño un trozo redondo de vidrio. -Con esto, puedo ver mejor los objetos pequeños.
-Oh, es una lupa.- dijo Roger. -Oye, espera. Dijiste que nos estabas esperando, ¿Sabes quiénes somos?
-Por supuesto. Son las personas del espacio. Lo supe cuando vi sus ropas. Supe que vendrían en cuanto recibieran mi mensaje.
-¿Qué mensaje?
-Síganme.
Saliendo de su casa, Miso llevó a todos a un lugar alejado de la aldea. Allí había un extraño objeto cubierto por una manta. Al retirar la manta, Roger y Akiko quedaron impresionados al ver una antena de comunicaciones.
-¿Y eso qué es?- preguntó Drak.
-Es lo que he estado buscando todo este tiempo.- dijo Roger con una gran sonrisa.
Después de tanto tiempo, Roger por fin había cumplido con su misión. Lo que pasaban en esa aldea, iba a cambiar el rumbo de las cosas.
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