EXTRA 2: Cumple Tu Parte del Trato.
Era un hermoso día de primavera, el verde y frondoso bosque que rodeaba a la Orden Negra rebosaba de colores brillantes, de deliciosos aromas florales, el sonido de espadas chocando sus afiladas hojas... ¿espadas chocando?
— ¡ESTÁS MUERTO MOYASHI!
— ¡YA QUISIERAS BAKANDA!
Detrás de la Orden Negra, se encontraba un cuarteto de amigos disfrutando del fresco ambiente primaveral, aunque dos de ellos se habían dispuesto a entrenar a los gritos con sus respectivas armas, mientras que los otros dos solo disfrutaban de comer jugosa fruta fresca.
—Dejen de gritar, ruidosos. —se quejó el pequeño pelinegro. —Vengan a comer algo.
— ¡Sí! Comida, comida. —canturreaba alegre el albino quien se olvidó por completo de la pelea para irse saltando como conejito hasta su pareja que lo esperaba con los brazos abiertos.
— Tsk. Baka Moyashi. —se quejaba por lo bajo el samurái que terminó siendo ignorado.
—Nee, Yuu. ¿Y Barry? Ya se fue hace un buen rato. —preguntó Suzuki a su pareja cuando tomó asiento a su lado en el césped.
—Ni idea, debe estar explorando cada estúpido árbol del bosque. —respondió despreocupado.
—Pero... ¿y si no vuelve? —murmuraba Suzuki. — ¿Qué hacemos si no regresa, Yuu?
—Va a volver. —dijo comiéndose el gajo de mandarina de la mano de Suzu. —Exagerado.
—No seas así, harás que le explote la cara jajaja. —se carcajeo Lavi al ver como el menor se había ruborizado por la acción de Kanda. Después de todo, nunca hacia cosas así frente a otros.
—Muérete, usagui.
El resto de la tarde se la pasaron allí, Lavi y Allen jugueteando con el ya no tan pequeño Lucky, el cual ya no mordía a Junior pero sí lo aplastaba bastante seguido, mientras que Suzuki estaba sentado junto a un tranquilo Kanda que yacía recostado en el verde prado, comiendo las mandarinas que el menor le pelaba.
Era una tarde muy tranquila, hacía ya un tiempo que las misiones se habían reducido así que podían estar en paz por varios días. Lo cual a cierto espadachín se le hacía muy aburrido.
—Esta mañana me llamó Tiedoll. —dijo rompiendo el silencio Suzuki. —Te dejó saludos.
— ¿Para qué llamó?
—Dice que le está yendo bien en su misión. Que dibujó varios paisajes bonitos y compró regalos.
—Hey. —dijo sentándose para mirarlo a los ojos. —No te lo volveré a preguntar.
El pequeño pelinegro comenzó a gimotear y se abrazó fuertemente al brazo derecho de Kanda ante su sorprendida mirada.
—Me... me dijo que tengo que salir de viaje con él.
.....
—Tranquilo, tranquilo. —hablaba apresurado Komui, escondido tras su escritorio. —Es lo mismo que todos hacen Kanda, tú también viajaste unos meses con el General Tiedoll y sabes cómo es, buscando compatibles, buscando inocencias ¡Kyaaa! No me mates, soy demasiado joven para morir. —lloriqueaba el pobre Komui al sentir a Mugen estamparse contra su escritorio.
— ¿Y A QUÉ VIENE ESTE ESTÚPIDO VIAJE REPENTINO? —gritó furioso. —El enano no está listo todavía para salir de viaje con un General.
—Lo...Lo sé.
— ¿¡ENTONCES!?
—Fue idea del General.
.....
Mientras Kanda asustaba de muerte al Supervisor, Suzuki tomaba un baño en el cuarto de Kanda y esperaba la respuesta que le habían dado a su pareja sobre por qué debería irse de viaje.
Estaba preocupado, el General le había dicho que sería un "pequeño viaje" de 6 meses y eso de pequeño no tenía nada. Lo peor de todo, estaba cayendo la noche y Barry aun no regresaba de su paseo por el bosque. Las cosas no podrían ir peor.
—No quiero irme...ya no.
.....
Ya había caído la tarde y un pequeño albino no se cansaba de jugar con su amigo peludo.
—Nee, Lavi —le habló a su novio que se había recostado bajo un árbol. — ¿Sabes por qué Suzu y BaKanda se fueron así de repente?
—Ni idea. Seguro Yuu quería estar a solas o algo así jeje. Oye Allen, ven un momento.
— ¿Qué pasa? —dijo sentándose junto al pelirrojo, mientras su amigo canino seguía correteando.
—Sabes, llevamos ya dos años juntos y vamos para tres. —empezó a narrar, mientras tomaba las manos del albino. —Sabes que te quiero mucho ¿verdad? Aunque a veces me cueste expresarlo.
—Lavi, me estas asustando.
—Tranquilo, no es nada malo. Allen, te amo. Sé que no tenemos la relación más normal, ni la más bonita, que el viejo Panda a veces nos regaña por esto, pero... —dijo soltando su mano izquierda para tomar algo de su bolsillo. —Aun así quiero darte algo. Espero te guste.
Junior sacó de su bolsillo una pequeña bolsa de color azul marino con letras francesas en dorado, se la entregó al albino el cual miraba sorprendido y con ganas de llorar al ver el pequeño presente, aunque aún no sabía ni que era.
—Anda, ábrelo. Si no te gusta puedes cambiarlo. —dijo nervioso mientras el albino abría su regalo.
Dentro de la pequeña envoltura, el albino se encontró con un hermoso collar con una linda medalla en forma de un librito. Estaba a punto de darle las gracias cuando notó que el pequeño libro podía abrirse, y al hacerlo se encontró con una hermosa sorpresa.
—Ay dios... —murmuró gratamente sorprendido.
— ¿Te gusta?
— ¡ERES UN IDIOTA! —gritó sorprendiendo a su novio. — ¡ME ENCANTA! —y se arrojó a sus brazos para besarlo. —Gracias, gracias.
Mientras el sol se ocultaba, la joven pareja compartía risas, besos y caricias. Hasta que Lucky llegó aplastándolos a ambos para unirse a los besos y abrazos.
.....
Ambas parejas habían pasado por muchas experiencias juntos durante todo este tiempo, peleas, celos, misiones compartidas. Todas eran experiencias que ayudaron a conocerse mejor, a llevarse mejor. A amarse más.
Lavi estaba aprendiendo a vivir como un hombre con pareja y responsabilidades, muy a pesar de las quejas de Bookman, pero eso no disminuía la felicidad que tenía. Las cosas iban bien, ellos se amaban y compartían buenos momentos juntos, eran felices.
Kanda había aprendido muchas cosas, tal vez más que Lavi, claramente no era un hombre muy expresivo pero para Suzuki, él era perfecto así, y además Kanda era más del tipo que demostraba con sus acciones que con palabras. Y eso era más que suficiente para ambos.
De hecho, Kanda nunca supo comprender cuál era el bendito problema que Lavi tenía para dormir con su pareja, además de la "molestia de cuatro patas" claro. Para él fue casi ¿normal? Alrededor de una semana después de haber adoptado al pequeño Barry el menor se le apareció una noche por su habitación diciendo que no le gustaba que el pequeño durmiera en su cuarto, después de todo era una caja de sin ventanas, luego de esa noche jamás volvió a dormir en su propio cuarto, solo iba de vez en cuando a buscar algo, pelo la mayoría de cosas ya estaban con Kanda en su armario.
Definitivamente el tiempo era un buen consejero, los ayudó a crecer, ayudó a sanar. Ayuda a comprender, aunque a veces también duele.
.....
— ¿¡QUÉ!? ¿¡POR QUÉ!?
—Dijo que tengo que viajar con él. Que todos lo hacen.
Suzuki se encontraba en el comedor comentándoles a los muchachos sobre su futura partida con el General Tiedoll. Allen se encontraba totalmente alterado, no quería que su amigo partiera tantos meses de la Orden.
—No es justo, yo no me fui de viaje con nadie. ¿Por qué Suzu tiene que irse?
—Cariño, tú viajaste con el General Cross "antes" de llegar a la Orden. —dijo Lavi intentando calmar al alterado menor. —Y fueron varios años.
—Pero aun así. No quiero que se vaya ¿Qué dijo Kanda?
—Realmente no hemos hablado mucho del tema. De hecho ahora está afuera buscando a Barry.
Mientras el trio seguía hablando en el comedor, un muy cabreado azabache se encontraba afuera rechinando los dientes, derribando árboles y llamando a la pequeña ave. Luego de un par de horas sin éxito, decidió desistir de su búsqueda y regresar a su habitación, y como cada noche, Suzuki se encontraba ahí esperándolo.
— ¿Lo encontraste? —se apresuró en preguntar.
—No. —respondió cortante. —Tomaré un baño. —dijo cerrando la puerta fuertemente.
Suzuki, no entendía muy bien como sentirse en ese momento, estaba confundido y dolido así que solo se limitó a cambiarse de ropa y meterse a la cama, pero no sin antes abrir bien la ventana y dejar un pequeño plato de semillas por si Barry regresaba mientras dormía. Si es que el llanto le permitía dormir.
Sus ojos estaban comenzando a picar, pero no quería llorar, sabía que a Kanda no le gustaba verlo llorar y muchos menos ver que llorara sobre su cama, así que se resistió lo mejor posible. Pero un pequeño repiqueteo en la ventana llamó su atención haciéndolo levantar rápidamente de la cama.
— ¡BARRY! —lo llamó alegre. — ¿Qué? ¡AAAAAAH! —se escuchó gritar horrorizado al pelinegro, llamando la atención de Kanda que seguía en el baño.
— ¿QUÉ PASA? —gritó preocupado saliendo del baño con solo una toalla a la cintura.
— ¡QUÍTAMELO, QUÍTAMELO! —pedía a gritos asustado.
El repiqueteo de la ventana había sido una lechuza aprovechándose del plato de semillas de Barry.
El ave, al ver al pequeño asiático de pie tan cerca de la ventana lo interpretó como una amenaza, así que comenzó a defenderse a base de picotazos y aleteos. Kanda al ver el enorme animal sobre Suzuki lastimándolo tomó su espada enfundada y lo golpeó fuertemente, enviándolo fuera de la habitación a la primera.
— ¿Cómo diablos entró esa cosa? —preguntó acercándose al menor que seguía en el suelo. Pero este no respondió, solo se abalanzó hacia Kanda y lo abrazó, dejando escapar las lágrimas que tenía retenidas. Y Kanda no supo que más hacer además de abrazarlo y solo por hoy, dejarlo llorar.
.....
A la mañana siguiente, como si no fuesen suficientes los problemas que ya todos tenían, Komui recibió una carta de Levellier explicando lo que todos ya sabían, Taisho Suzuki debía de partir en un viaje acompañado de un General. Eso lo hacía oficial, el menor debería partir.
—Bueno, al menos no tiene una fecha exacta.
.....
Durante el desayuno, se lo podía ver a un solitario Kanda comer en una mesa vacía con su mejor cara de pocos amigos. Como hacía mucho tiempo no lo veían, después de todo, esa actitud totalmente huraña había cambiado radicalmente con la llegada de Suzuki y su eventual relación.
—Buenos días, Kanda. —saludó Lenalee sentándose a su lado.
—Piérdete, no estoy de humor.
— ¿Y Suzuki-kun? —siguió hablando ignorando a Kanda. —Siempre desayunan juntos ¿verdad?
—No quiso levantarse ¿contenta? Ahora déjame comer en paz.
—Nii-san me dijo lo del viaje. Supongo que debe ser difícil pensar en irse tanto tiempo. Ah por cierto, Allen-kun también me contó lo de Barry ¿ya regresó?
Kanda hastiado por la actitud entrometida de la chica dejó de comer, tomó su charola y dio unos pasos hacia la ventana de Jerry para arrojársela dentro creando un gran desastre, luego se marchó del comedor echando humo y rayos como el viejo Kanda solía hacerlo.
—Lenalee.
—Oh, Lavi ¡Buenos días! —saludó alegre al recién llegado.
— ¿Qué le dijiste? —preguntó serio.
— ¿Yo? Nada, sólo pregunte por Suzuki-kun es todo. —dijo con su mejor cara de inocencia.
—Lenalee, ya hablamos sobre esto. Déjalos en paz y no te metas donde no te incumbe.
Los muchachos no habían sido los único en cambiar con los años, Lenalee también lo había hecho. Había pasado de ser la niña consentida de todos a ser la piedra en el zapato en la relación de Kanda y Suzuki.
A los pocos días de comenzar a salir, Lenalee se aventuró a la habitación del azabache sin su permiso para declararle su amor, alegando que su relación con el asiático menor de seguro no duraría nada, que no eran compatibles, sin mencionar el hecho de que Suzuki jamás podría darle una familia propia, entre otras cosas. Pero Kanda la ignoró.
Desde ese día, la relación de amistad que Kanda y Lenalee tenían desde pequeños se había roto, Kanda nunca le mencionó la confesión a su pareja, aunque nunca fue realmente necesario, debido a que la china era muy obvia en su descontento con la pareja y más de una vez eso había sido motivo de peleas entre los menores.
La rutina normal de Kanda siempre era la misma; desayunar, entrenar hasta la hora del almuerzo, buscar a Suzuki aun dormido e ir a almorzar juntos, pero hoy no se sentía con ánimos de entrenar. Así que decidió regresar a su habitación para ver cómo seguía el menor, pero grande fue su sorpresa al no encontrarlo allí.
.....
— ¡VEN, CHIQUITO! Chiquito, chiquito.
— ¡BARRY! ¡Te traje semillas, tus favoritas! ¡VEN Y COMAMOS JUNTOS!
Esos eran los gritos de Suzuki y Allen llamando a la avecilla en medio del bosque, con la esperanza de encontrarlo. Lavi había estado ayudando con una ramita golpeando los arboles pero como no era demasiado útil, Allen lo había enviado adentro para conseguir algo para comer.
— ¡BARRY! Por favor... —dijo comenzando a hablar con vos temblorosa.
— ¡No te preocupes, Suzu! —se apresuró en animarlo el albino. —Lo encontraremos, ya verás. De seguro hizo amigos en alguna parte y por eso aún no ha regresado.
—Espero que tengas razón. Vamos, no hemos buscado por allá.
Los menores siguieron buscando a Barry, mientras un pelirrojo regresaba con aperitivos para los exorcistas más comilones de la Orden. Al llegar al bosque, solo se encontró con Suzuki pelando semillas de girasol en un pequeño cuenco.
— ¡Hey! Traje la comida ¿y Moyashi-chan? —preguntó Lavi al acercarse.
—Esta por allá. Yo vine a buscar más semillas. —respondió con desgano.
—Oye, te dije que no lo dejes solo. Podría perderse. Además...
—Tienes que ayudarme. —dijo con voz firme.
— ¿Y qué crees que he estado haciendo?
—No, tienes que ayudarme de verdad. Sé que ahora me estas ayudando de mala gana. Todavía me debes un favor, tienes que cumplirlo. —aseveró el menor dejando de lado las semillas.
— ¿Qué favor? Yo no te debo nada bicho raro. —dijo confundido el pelirrojo.
—Me lo debes, ese día de la pelea. Jamás te pedí nada, ahora ya sé que quiero y tienes que cumplirlo o le diré a Allen que todo este tiempo le estuviste mintiendo, que nuestra amistad es una farsa ¡QUE ME EXTORSIONASTE PARA QUE ME ALEJARA DE ÉL! ¿QUIERES ESO?
—Wow, wow ¿Qué? Espera un minuto, yo no... ¿Qué? ¿Por qué demonios harías eso ahora? Habíamos hecho las paces enano del mal, creí que ya estábamos llevándonos bien. Hasta me había olvidado de ese estúpido trato. —hablaba confundido y asustado Junior.
— ¡Pues no! Todavía me caes mal y un amigo de verdad me ayudaría a buscar a Barry ¡AHORA CUMPLE EL ESTÚPIDO TRATO!
—Bien, bien. Para de gritar ¿Qué diablos quieres? Si es una estupidez te juro que te golpearé.
—Evita que el General me lleve.
.....
Kanda se encontraba caminando por los pasillos de la Orden, aunque su semblante de siempre no lo demostrara, iba preocupado. Había ido a su habitación a buscar a Suzuki, pero no estaba allí así que se dirigió a su vieja habitación pero tampoco estaba ahí ¿Dónde podría estar? Recorrió un par de pasillos aleatorios hasta que recordó que el menor gustaba de ir a un ventanal enorme en uno de los pisos más altos para sentarse a cantar un rato mirando las estrellas, así que se apresuró en ir hasta allá con la esperanza de encontrarlo cantando como esa noche que habían peleado y el menor se había ido a refugiar en ese ventanal, y que no contaba con que fuera a buscarlo allí. Kanda nunca se lo había dicho pero le gustaba oírlo cantar.
No tardó mucho en llegar al enorme ventanal, pero para su mala suerte, tampoco estaba ahí.
Se sentó un rato a descansar, ya estaba hastiado por las circunstancias y le comenzaba a doler la cabeza. Ya había olvidado la última vez que había sufrido dolores de cabeza por preocuparse demasiado.
—Oh pero que sorpresa encontrarte por aquí. Normalmente no eres tú, quien se sienta ahí. —dijo una voz bastante conocida.
— ¿Bookman? Creí que estaba de viaje. —preguntó algo confundido el azabache.
—Sí, lo estaba. Pero regresé esta mañana. He oído por ahí que tienen problemas con cierto viaje ¿verdad?
—Tsk, no me sorprende. Los rumores corren demasiado rápido en este estúpido lugar.
—Bueno, es una lástima que el muchacho deba marcharse tan pronto. Pero así deber ser ¿no? Debe marcharse con un General.
.....
Ya habían pasado tres interminables días, Barry seguía sin aparecer y a Suzuki solo le quedaba esperar por el General Tiedoll para que se lo llevara a su dichoso viaje.
Las cosas no podían estar más tensas para todos, Allen se sentía horriblemente triste por la futura partida de su amigo, Lavi estaba preocupadísimo estudiando día y noche en la biblioteca buscando una manera para evitar que el menor partiera y con ello su relación pereciera y Kanda... Kanda había regresado a ser el Kanda huraño de antaño.
Suzuki parecía una persona totalmente diferente, se lo veía constantemente decaído, desalineado y no se dignaba a ir a comer. Las pocas veces que iba era por las quejas de Kanda.
—Tienes que terminarte el plato.
—No tengo tanta hambre.
—No te pregunté, tienes que terminártelo. —lo regañó Kanda. —Iré al Laboratorio para ver qué diablos quieren. —dijo levantándose de la mesa, pero no sin antes acariciar la oscura cabellera ajena en un intento por animarlo a seguir comiendo.
El japonés salió del comedor rumbo al Área Científica, no estaba de ánimos para experimentos locos pero Komui había insistido en que tenía algo para él. Una vez allí se encontró no solo con los científicos de siempre, sino que también estaban Bak Chang, Wong y un trio de científicos que no recordaba sus nombres, pero sabía que ayudaban a Bak con sus locuras.
— ¡Oh Kanda! Ven aquí, mira. Ya está casi listo. —dijo mostrándole lo que parecía una pequeña pluma dorada. —Aun no lo hemos probado pero estoy seguro que funcionará.
— ¡Por supuesto que funcionará! Bak-sama es una eminencia en tecnología. —gritó Wong.
— ¿Qué porquería es esta?
— ¡ESO! Que tú llamas porquería Kanda Yuu, es mi más reciente invento. —dijo Bak mientras no paraba de rascarse con ambas manos. —Es un comunicador súper poderoso y además muy ligero, para una sola línea y es esta. —afirmó mostrándole otra pequeña pluma plateada. —Podrás usarla cuando tu chico se vaya de misión a quien sabe dónde.
— ¿NO ES GENIAL? —gritó feliz Fou. —Podrán comunicarse sin los golems que son rastreables.
— ¿Es un comunicador? —dijo mirando la pluma en su mano, notando que era una especie de prendedor para la ropa. — ¿Cómo funciona? ¿Y POR QUÉ DEMONIOS TE RASCAS COMO PERRO?
—Bak-chan tiene urticaria. —dijo divertido Komui.
— ¡No es urticaria! Es alergia. —dijo intentando defenderse. —Pero no sé a qué sea esta vez.
—Mmh, Bak-sama tiene alergia a las aves. —opinó Wong. — ¿Ha tocado alguna? Ooh, ya sé. ¡Debe ser por la señorita Lenalee! Han estado trabajando juntos hoy y mi señor es muy débil.
— ¡CÁLLATE! No es por eso. —dijo sonrojándose. —Además ya te dije que es alergia, no urticaria.
Mientras los chinos se burlaban y suponían a que se debía la "alergia" de Bak, Kanda estaba a nada de explotar como hace mucho no lo hacía. Hasta que ya no lo soportó y explotó.
—No sé de qué hablas Bak-chan Chang, mi linda Lenalee no produce alergias. ¿Verdad Kanda?
— ¡TÚ Y TU HERMANA PUEDEN PUDRIRSE EN EL INFIERNO!
Kanda después de gritarle a Komui, dio media vuelta para salir corriendo mientras gritaba el nombre de la china. Su ira era tal que Bak, Komui y Wong no pudieron evitar seguirlo.
— ¡LENALEE! MALDITA MOCOSA ¿DÓNDE ESTAS? ¡LENALEE!
—Señor Kanda deténgase por favor ¿Qué ocurre? —preguntó calmado Wong.
— ¿¡DÓNDE MIERDA ESTA ESA MUJER!? —seguía gritando como loco por los pasillos ignorando al grupo de científicos siguiéndolo.
Kanda caminó a paso veloz hasta llegar a la habitación de la chica. Una vez allí la derribó de una sola patada a pesar de que Komui y Bak intentaron detenerlo.
— ¿¡DÓNDE ESTÁ!? —gritó entrando a la habitación seguido de los chinos.
— ¿Kanda? —preguntó asustada. — ¿Qué sucede? ¿Qué hacen todos aquí?
— ¡SI NO QUIERES QUE TE ARRUINE LA CARA MÁS TE VALE DECIRME DONDE ESTÁ!
Komui, Bak y Wong sujetaban fuertemente al japonés aun sin entender que ocurría. Cuando de pronto, una pequeña vocecita murmuró.
—"Chiquito...chiquito" —se pudo oír en el baño, alertando a Kanda quien fue de inmediato a ver.
Y ahí estaba, un pequeño y decaído Barry encerrado en uno de los muebles del baño. Por suerte, Bak tenía alergias a las aves y por suerte, Suzuki había insistido en enseñarle a hablar al pequeño Barry, de no ser por eso tal vez nunca lo hubieran encontrado.
Lenalee se llevó el regaño de su vida y por poco también un golpe de Kanda, no solo había ocultado al pequeño Barry, sino que también le había recortado muy mal sus alas.
Luego de salir de la habitación de la china, Kanda le confirmó a Komui algo que hace mucho tiempo se había negado a hacer y que el científico apañaba, pero hoy más que nunca iba a tener que tomar la responsabilidad, después de esa charla, se dirigió a toda prisa en busca de Suzuki, mientras más rápido se lo mostrase de seguro más rápido volverían sus ánimos.
.....
—Lavi, deja de leer un rato y volvamos al bosque. Quiero encontrar a Barry.
—Perdón, Allen. Pero tengo que estudiar bastante. —dijo ocultando el libro de su pareja. Estaba leyendo libros secretos de la Orden con la esperanza de encontrar una solución para Suzuki.
—Bueno, te ayudo.
— ¿¡Qué!? No, no, no. Puedo hacerlo solo, enserio.
—Pero quiero ayudarte. Quiero estar contigo ¿Por qué no me dejas? —gritó el albino para después salir enojado de la biblioteca.
—Argh, maldito enano del demonio. Si logro que te quedes en la Orden te haré la vida imposible.
.....
Suzuki iba de camino a la habitación que compartía con Yuu cuando de repente, la imagen de su pareja corriendo a toda prisa en su dirección lo tomó por sorpresa.
— ¿Yuu? ¿Por qué corres? —preguntó al verlo detenerse frente suyo.
—Lo encontré. —decía agitado. —Así que ya basta de llorar, maldita sea. —y le entregó a Barry.
—Oh dios. Barry, es Barry. ¡YUU LO ENCONTRASTE! —decía entre lágrimas mientras abrazaba suavemente al pajarito. — ¿Dónde estaba? ¿Qué le pasó?
— ¿Eso importa? Esta aquí. Hey, te dije que dejaras de llorar.
—Perdón, estoy feliz. Gracias, gracias. —dijo poniendo al pequeño sobre su cabeza como muchas veces antes lo había hecho y se dispuso a abrazar a Kanda fuertemente. —Me alegro de poder verlo antes de partir. Gracias.
—No vas a partir a ninguna parte. —dijo con voz firme.
— ¿Qué? —preguntó confundido el menor.
—Al menos no con el viejo.
— ¿Cómo? Acaso él...ya no quiere viajar conmigo.
—No, tendrás que hacer ese viaje. Son órdenes.
— ¿Entonces? No entiendo.
—Iremos juntos. Seré tu General.
.....
Ese mismo día, en la noche.
— ¡Mira Lavi! Tengo uniforme nuevo. —dijo contento el albino al entrar al cuarto de su pareja.
— ¿¡QUÉ!? Allen, pero eso es... es dorado. —dijo estupefacto al ver a su novio dar vueltas con su uniforme nuevo puesto.
— ¡SIP! Lo sé.
—Eso significa... ¿¡ERES UN GENERAL!? —gritó Lavi, sin poder contener su sorpresa.
— Sip jeje. ¡Adivina quién va a ser mi nuevo alumno! Ahora estaremos juntos más tiempo.
— ¿Khé? ¡EEEEEEEEEEH!
.....
Al día siguiente.
Mientras Johnny le tomaba las medidas a Kanda para confeccionar su nuevo uniforme de General, su pequeño novio lo esperaba afuera mientras le daba mimos a su pequeño hijo.
Pensaba acerca de todo lo que había sufrido en tan pocos días, habían perdido a Barry, temían por su partida de al menos seis meses, alejarse de sus amigos, alejarse de Yuu. Y ahora estaba allí, junto a Yuu y Barry eligiendo como se vería un nuevo uniforme dorado en el espadachín. Sí, todo parecía marchar bien ahora. Incluso se había enterado que el pequeño albino también había recibido su título como "General" de manera oficial. Todo estaba bien ahora.
—Bueno, al final todo resultó bien... ¿verdad? —preguntó el pelirrojo, acercándose al lugar.
—Sí, es verdad. Pero aún me debes el favor.
— ¿¡Qué!? Estás loco. ¿Por qué? Vas a viajar con Yuu ¿Qué más quieres? ¿Un hipopótamo?
—Pero tú no hiciste nada, Yuu decidió por si mismo ser un General. Así no cuenta.
—Nunca jamás... volveré a hacer tratos contigo. Bicho raro.
—Lo harás tarde o temprano... cabeza de escoba.
Hola! yo de nuevo. Se preguntarán ¿por qué otro extra? ¿No faltaba el epílogo?
Pues sí, estaba haciendo el epílogo...pero no parecía un epílogo jeje y aquí está. Lo dejé como extra...sorry. Bueno a mí me encantó XD espero que a ustedes también.
(Discúlpenme si no les pareció romántico el regalo del librito 😅 yo no sé de esas cosas, mis parejas nunca me regalaron una mierd@)
Nos vemos en el epílogo verdadero. Bye. Los amo 💕💕
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