Capítulo 3

"Reincorporación"

A las afueras de la ciudad se encontraba el mencionado "almacén" que según Wolfer parecía una pequeña base abandonada, no parecía complicado: Entrar, acabar con todos los presentes y llevarle la cabeza al tabernero; a cambio tendría un par de miles de créditos en el bolsillo, dinero facil, muerte rapida.

Salir por dónde entró le llevaría mucho tiempo, sin mencionar las posibles sospechas de los guardias, el tabernero le había entregado un plano de las cloacas las cuales daban con el exterior, se debía tener cautela y gracias a los filtros de su yelmo los fuertes olores y gases posiblemente tóxicos no comprometían sus fosas nasales, evitando así una complicación para la operación.

Entonces guiado por el mapa se dirigió a la salida más próxima de las cloacas la cual lo dejaba algo cerca de la zona objetivo, pero de todas formas debía recorrer una distancia moderada, así que se encamino para llegar lo más rápido posible al lugar deteniéndose a unos cuantos metros ante la estructura, desde esa distancia nadie lo podría ver a él, asi que analizo un poco el área: Guardias al lado de la puerta principal y varios dando vueltas al rededor del establecimiento, no parecian bien equipados ni entrenados asi que para el era como pasear por el parque, uno repleto de cadaveres y agujeros de balas.

Y saltó de su escondite corriendo hacia el flanco derecho del lugar interceptando a uno de los guardias golpeándolo contra su cabeza contra la pared y rompiendole la parte posterior de la cabeza contra la misma dejando una mancha de sangre combinada con materia gris mientras el pobre infeliz se deslizaba hasta quedar sentado en el suelo pegado a la pared, tomó su arma y corrió hacia la parte trasera del lugar deteniéndose al costado de una puerta mientras escuchaba pasos de adentro que se acercaban a la misma, desenfundó su hacha y espero a que la puerta se abriera para soltar un tajo perfecto hacia el cuello, revanando hasta cortar la médula espinal y entrando mientras pisaba su cadaver, se dirigía despacito y con buena letra no quería formar un tiroteo.... Todavía, primero tenía que asegurarse de que no llamarán a sus amigos, dirigiéndose rápidamente a la sala de seguridad donde se observaban las camaras, entrando a la habitación gracias a su habilidad con las gansuas improvisadas y abriéndole la cabeza en dos con su hacha quedando clavada en la mitad del craneo, dejándola ahí un momento para desactivar las cámaras y borrar los videos para así comenzar con su parte favorita: La matansa indiscriminada.

Tomó el arma del cadáver frente a el junto con su hacha desparramando sangre fusionada con materia gris, pedazos de craneo y sesos por el suelo, enfundandola para otra ocasión, y salió de la sala con una pistola que aparentaba ser de calibre .45 en una mano y un subfusil con un gran parecido a una Mac-10 en la otra abriendo fuego contra cualquier infeliz que osaba atravesar su campo de visión; disparando en ráfagas para ahorrar lo máximo posible la munición de ambas armas, dejando tras de si hermosos trazos de color rojo en las paredes.

El sonido de los disparos alertó a la demas gente la base algunos comenzando a correr en la dirección de la que provenían los disparos y otros armaban barricadas en ambos flancos del pasillo que daba con la sala del que estaba encargado de que estuvieran ahí, tomando posiciones detrás de dichas barricadas; mientras ocurria ésto la limpieza del ala este estaba a punto de terminar y no era de sorprenderse, la excelente precisión de Wolfer en combinacion con la estupidez del enemigo armaban el cóctel perfecto para el recien reincorporado mercenario, y aunque su alegría había durado bastante las balas no eran infinitas y se le acabó un poco mas rapido debido a la llegada de nuevos objetivos a los cuales disparar, entonces dejo atrás ambas armas mientras observaba el claro remplazo de estas, un subfusil semejante al MP5 clásico, la principal diferencia venia en un riel incorporado en la parte de arriba que actuaba como compensador dándole un toque futurista al arma.

Tomando el arma e inspeccionandola hasta el mas minimo detalle quitandole el cargador para observar las balas las cuales terminaban de forma puntiaguda junto con una raya de color rojo en el casquillo volviendo a insertar el cargador en el arma colocando el seguro en rafagas y tirando del riel para soltar un casquillo vacío colocando uno lleno en la recamara.

Lamentablemente el sonido de pasos enemigos acercándose interrumpió su admiración a dicha arma dándole una idea que lucía espectacular en su cabeza, guardó el arma y desenfundó el hacha tomando un cuchillo bowie de una de las coladeras de sangré que habia dejado regadas por el piso, al final del día eran escoria y su mera presencia era un peligro para cualquiera; entonces corrió por el pasillo empuñando el puñal en una mano y el hacha en la otra, tacleando al primero que se asomo azotandolo contra la pared clavándole el cuchillo en el pecho hasta la guarda, moviendolo con gran facilidad para usarlo como escudo humano arremetiendo contra los demás presentes.

Sacando el puñal para rasgar y trozar en conjunto con el hacha a cuanto se le pusiera en frente; dejando tras de si cadáveres despedazados, cuellos rajados, rostros desfigurados y algunos decapitados; equivalente a un espectáculo sangriento a lo largo de todo el pasillo mientras continuaba con su danza coordinada hasta que no quedo ninguno de ellos con vida, siendo el último de ellos que soltaria un grito interrumpido por el puñal siendo enterrado por la zona baja del craneo atravesando la mandíbula inferior y llegando hasta mas arriba del paladar, soltando un tajo directo y limpio al cuello con el hacha separandole la cabeza del cuerpo, quedando esta misma pegada al cuchillo que sostenía.

El baño de sangré había terminado y ahora caminaba por encima de los cuerpos en busca de municiones y algo que llevarle al tabernero en caso de que sirva como un pequeño comercio, llevándose algunas cadenas y anillos dorados que portaban los anteriores dueños, pero el tiempo valía oro y tenia que darse prisa; la recompensa mayor estaba cerca y la viaas rápida a el era la violencia indiscriminada, guardo el cuchillo y el hacha para sacar el subfusil, le quito el seguro e inspeccionando cada pasillo se encontró con uno fuertemente protegido, una barricada con un grupo de bastardos con lo que parecian ametralladoras, lastimosamente no tenia una granada o algo por el estilo, entonces recurrió al plan B: disparar y rezar; saliendo de la cobertura mientras abre fuego contra los que estan detrás de la barricada, dandole a uno en la garganta dejandolo con un agujero de un par de centimetros de diámetro, entonces debido a la pequeña distracción de pocos segundos se aproximo corriendo, saltando la barricada y fulminando a los cabrones que se quedaron inmóviles; con las defensas diezmadas y la entrada a la sala del lider despejada, no había nada que lo detuviera entre él y su objetivo.

Rebuscó entre los muertos adyacentes pero no encontró granada alguna, los maldijo y decidió hacerlo de la manera más arriesgada posible: Incursión; levantó una plegaria a algun dios, cambio el seguro del arma a automático y entró pateando la puerta abriendo fuego a los guardias restantes que quedaban, el último hombre con vida solo se rindió mientras suplicaba piedad, pero eso no estaba estipulado en el contrato, así que optó por la solución más relajante y satisfactoria para él: disparandole en el hombro, acercándose a el y colocarlo en el escritorio, enterrandole el puñal en el otro hombro, atravesandolo y dejandolo clavado en la mesa; y mientras los gritos inundaban el lugar, levantó su hacha por encima de la cabeza y la dejo caer sobre el cuello del bastardo, deteniendo sus gritos y metiendo la cabeza decapitada en una bolsa de tela que se amarro al cinturón.

Volvió a tomar el puñal dejando caer el cuerpo del objetivo al suelo, lo guardo y procedió a retirarse de las instalaciones sin bajar la guardia, todavia podrían quedar con vida algunos rezagados.... Mientras pasaba por los pasillos, admiraba su obra: paredes manchadas con el liquido rojo, cuerpos regados por el piso, algunos desfigurados, otros relativamente desmembrados, y algunos sentados en una pared mientras se les salía parte de los sesos... Eso no lo hizo él, hay una entidad que lo vigila y lo sabe, pero mantiene la calma para ir pensando un plan de contingencia, sabía que alguien más había venido por la recompensa, una pena para el intruso, Wolfer es un hueso duro de roer.

Entonces sintió pisadas detrás de él, se giró y lo recibió con un fuerte golpe en la quijada, haciéndolo caer y colocándole un pie encima mientras le apuntaba con su pistola, inspeccionandolo con la mirada.

— ¿Tu primer trabajo? –Preguntó sin dejar de apuntarle–.

— N-no.

Y el sujeto le apuñalo la pierna liberandose de Wolfer.

— Je me agrada la gente que lucha por mantenerse con vida a toda costa.

— Dame la cabeza y no tendremos que pasar por eso, así nos ahorramos tiempo.

Wolfer se quitó el cuchillo y se lo lanzó, desenfundó su hacha y guardo la pistola, le gustan las peleas justas.

— Tenemos todo el tiempo del mundo de todas formas, y si quieres la cabeza tendrás que pasar sobre mi cadáver.

— Que estúpido.

El desconocido recogió el cuchillo y adoptó una pocision de combate, lo que no sabía era con quién se enfrentaba.

El sujeto se abalanzó sobre Wolfer sacando otro cuchillo intentando apuñalarlo, pero el mercenario lo evadió con facilidad mientras le devolvía el golpe de forma certera, impactando en la nuca haciéndolo caer con su propio impulso.

— ¿Es lo mejor que tiene? –Invitandolo a levantarse– Pareces un novato.

Con ira se colocó de pie mientras no despegaba la mirada de su oponente, decidió optar por estrategia está vez, un golpe distractor y despues una puñalada baja acabaria con todo rápidamente, lastima que le salió mal, la puñalada se deslizó en la armadura y no le causo nada a Wolfer, en respuesta un tajo certero del hacha en las costillas izquierdas lo dejo adolorido y sangrando, cayendo de espaldas nuevamente.

— Te propongo algo, opción A: te vas en este estado y sigues viviendo; opción B: intentalo nuevamente y muere... Tu elijes.

Y así se despidió mientra pasaba a un lado del caza recompensas, sin mirarlo, sin decirle nada más.

Al salir del establecimiento se fue directamente a la alcantarilla por la que salió, dando el mismo recorrido que antes pero en reversa. Al final de los laberinticos túneles se encontraba su destino, una tapa de alcantarilla en medio de un callejón que daba justo en frente de la taberna, salió del alcantarillado colocando nuevamente la tapa del mismo donde iba, entrando por la puerta del almacén de la taberna, pasando al salón principal como si nada; siendo el foco de atención, recibiendo miradas de todos los presentes.

Decidió ignorarlos y se quitó la bolsa del cinturón para colocarla sobre la barra, manchandola del liquido rojo el cual se esparcía lentamente sobre la misma, el tabernero miró con admiración y sin sorpresa.

— Nunca pierdes tus métodos, ni siquiera perdiendo la memoria Jajaja –Dijo para guardar la cabeza bajo la barra– Puedes darte un baño en el piso de arriba, te lo has ganado –Sacando una llave de su delantal y colocansola sobre la barra– También puedes pasar la noche en la habitación, pero solo está noche, después te saco.

Terminó de hablar para servirle un vaso de cerveza al sujeto que tenía al lado, Wolfer tomo la llave y se dirigió a la puerta a su derecha, la cual le daba acceso al piso de arriba.

Al entrar en la habitación encontró que la misma estaba muy bien ordenada y limpia, como si la hubiesen limpiado hace relativamente poco, la cama era como la de cualquier hotel decente y estaba arreglada.

Después de admirar el cuarto pasó al baño, sin destacar nada para no perder el tiempo, pasando directamente a la ducha sin quitarse ninguna prenda, abriendo la regadera y dejando que el agua fluyera por su cuerpo, quitando asi el barro demas que le quedó pegado al estar en las alcantarillas, quitandose y fregando el casco para desaserse de las manchas de sangre seca que tenía el mismo, dejandolo fuera de la ducha y realizó el mismo proceso con las botas, asi sucesivamente con todas sus prendas hasta quedar completamente desvestido, para por fin proceder con su aseo personal.

{Mientras tanto en el hospital}

— Pues a pesar de su ... "Condición" no hay nada más fuera de lo común, su anatomía es la misma que la de un anthro normal, algunos de los ayudantes temian debido a su apariencia pero más nada aparte de eso.

Escribía en su monitor, la oficina cuyo silencio era constantemente interrumpido por el habla del doctor, escribía el informe en voz alta para no pasar por alto ningun detalle importante y así, según él, recordarlo todo proceduralmente.

— La llegada de la paciente fue debido al inesperado regreso del capitán Wolfer bajo el protocolo

Su redacción se vió interrumpida por el golpeteo de la puerta, se levantó y la abrió, el llamado era realizado por la enfermera, aparentemente trayendo noticias.

— La paciente acaba de despertar, está preguntando por el "capitán"... Ese tipo me da escalofríos.

— Lo dices como si fueras a estar en su contrato, a cualquiera le da miedo el capitán, y más cuando está manchado de sangre.

— Por eso lo digo, el sujeto da miedo con su mera presencia ¿No deberían encerrarlo? Quiero decir, por si su estado mental se sale de control.

— No te metas con cosas de las que no sabes, su mente está bien ya pasó por mucho y pasará por mucho más, y no hay necesidad de meterlo preso por como se ve o el aura que desprende, como dice el refrán: "no juzgues a un libro por su portada", podría salvarte la vida algún día... Pero dejemos de hablar de él ¿Cómo se encuentra la paciente?.

— Lo dices como si lo conocieras de hace mucho...Está estable, ya le hicieron el análisis y todo está correcto... Dejando de lado claro su "condición".

— Eh estado investigando eso, es un caso muy particular, solo ah habido otro caso igual que el de ella, pero fue hace mucho... Tampoco se tiene constancia de alguna cura, por lo que aparentemente se quedará así durante lo que le queda de vida.

— Es algo triste si lo dices así... También hemos observado que su herida se ah comenzado a cerrar de manera natural, los primeros 3 puntos ya se cayeron y va por el cuarto, calculamos que dentro de un par de días podrá reincorporarse por completo.

— Esa es una maravillosa noticia, me recuerda a alguien.

— ¿Al sujeto ese?

— Claramente, en una de las últimas visitas que nos hizo llegó sin un brazo, también trajo su brazo amarrado al cinturón y nos pidió que se lo colocaramos donde iba.

— ¿Y que pasó?

— Una semana después de haberle cocido el brazo, había dejado caer los puntos y las grapas que le pusimos, el brazo estaba funcional, al cien porciento, como si nunca se le hubiera caído... Supongo que con ella será diferente si ocurre algo así.

— Eso es imposible ¿Cómo regeneró sus tendones, nervios y arterias en una semana? Más importante ¿Cómo fue que en una semana se volvieran a generar los huesos y sus uniones?

— ¿Crees que lo se? El sujeto es un misterio en todo lo que cabe, solo sacamos teorías y suposiciones, pero ninguna que sea confirmada.

— Vaya y parecía que conocías bastante cosas sobre el hace tan solo un momento.

— Sé algunas cosas, pero nada relevante.

— Claro, que conveniente... En fin, se le informará alguna otra cosa sobre la paciente.

Y la enfermera se retiró dejando solo al doctor ¿Que tanto sabía él de Wolfer? Absolutamente nada, era de las personas más misteriosas y extrañas que ah tenido el placer de precensiar.

El doctor se encogió de hombros al pensar en las últimas palabras de la enfermera, derrotado ante tal realidad se dió la vuelta cerrando la puerta detrás de él y sentándose nuevamente frente al computador de su escritorio, guardó y cerró el archivo que estaba escribiendo, no tenía importancia en ese instante, de todas formas lo podía enviar el fin de semana, abrió un archivo nuevo y comenzó a redactar todo lo sucedido durante las veces que ah tenido contacto con Wolfer, sus dedos se deslizaban sobre el teclado haciendo un baile en conjunto con una sinfonía de tecleteo.

Un rato después, terminó de escribir dicho archivo y lo guardo en una carpeta oculta en otra dificultando el acceso de este a los chismosos, se relajó dejándose caer sobre el espaldar de la silla, el cual se inclinó un poco mientras soportaba el peso del doctor, el cual miraba al techo pensando en sus encuentros con el mercenario ¿Porque las demás veces solo era él y no otras personas? ¿Porque está vez era diferente? ¿Quizás sea su amiga? Muchas incógnitas y ninguna está resuelta, decidió dejarlo de lado al momento en que el golpeteo de la puerta volvió, volviendo a levantarse para abrirla y salir finalmente de su oficina, volviendo a su trabajo diario.... Atender señoras locas y enojadas de la tercera edad.






Continuará.....

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