11.Confesiones

Mirei ve entrar a Hikari, tomar asiento en una de las mesas y coger el tarjetón de el menú.

Ella está vistiendo tan elegante con vestido y un abrigo.

Entonces sonrojada se acerca para atenderla.

- Buen día, bienvenida. ¿Que es lo que desea?.

Hikari al escuchar la suave y relajada voz de Mirei no duda en voltear de inmediato para admirarla con ese uniforme. Sus iris rojos vuelven a iluminarse.

- Luces aún mejor en persona, ¿tú no estás incluida en el menú?.

- No lo creo... - responde avergonzada.

- Que lastima - finge tristeza - Entonces llevaré...- se detiene para darle una última mirada al tarjetón - El Mizu shingen mochi .

Mirei toma nota - Estará servido de inmediato - se da la vuelta para entregar la orden a la cocinera.

Una vez en la cocina intenta disimular sus mejillas rojas.

Entrega la nota a la cocinera.

- ¿Aa? un Mizu shingen mochi , hace cuanto que no pedían un pastelillo como este - dice con emoción - el cliente debe ser alguien con mucha clase sin duda.

- Desde luego, nadie gastaría su preciado dinero en un postre tan delicado que desaparece en 30 minutos - otra de sus compañeras entra y se incluye en la conversación.

- La clienta espera...

- Eres una aguafiestas Mirei - sus compañeras hacen puchero y regresan a sus labores.

Mientras la cocinera hace lo suyo en la cocina Mirei sale para seguir tomando las órdenes de otros clientes sin evitar encontrarse con los ojos coquetos de Hikari.

- El pastel está listo - avisa la cocinera a Mirei.

Esta lo recoge en una bandeja para ir a entregarlo a Hikari.

- Vaya se ve más extraño una vez que está servido - comenta Hikari observando y picoteando el postre con un pequeño cuchillo.

Mirei ríe ante su comportamiento infantil.

- Desea algo más.

- Si quiero agregar... - en seguida le menciono una lista algo amplia de otros distintos postres que consumiría.

Mirei hace una reverencia y se vuelve a alejar con la orden en mano, volteando una última vez y Hikari aprovecha para lanzarle un beso que le vuelve a dibujar una sonrisa en el rostro.

Camina distraída hasta que tropieza con una de sus compañeras.

- ¡Oye! - expresa con dolor al ser pisada.

- Lo siento - Mirei se disculpa.

- No importa...te vez diferente hoy - su compañera la analiza intentando descubrir que es lo que a cambiado en Mirei - ¡Ohh!, ya se lo que tienes.

- ¿Que?...

- Estás enamorada - dice burlona. Mirei estaba a punto de decir algo pero es interrumpida por la misma compañera - Descuida se como funciona esto, solo tómalo con calma y deja que todo fluya, es la sensación más bonita que puedas experimentar...- la chica parece recordar mientras lo dice - ¡Que romántico!.

- Baja la voz...

Su compañera ríe - Lo siento, te deseo mucha suerte y que todo salga bien- dice para finalizar y sigue con su camino.

Mirei suspira, ¿está actuando como una tonta enamorada?. Quizás...

Vuelve a mirar a Hikari a lo lejos comiendo su desayuno, dándose cuenta de que le parece tán tierna al hacerlo.

Sin embargo Hikari siguió ordenando más bocadillos sorprendiendo a todas las presentes en el local incluida Mirei pues jamás imaginaria que tuviera tanto apetito por los postres.

- Cielos está clienta es imparable - comenta la cocinera.

- Es la primera vez que se ve por aquí, ¿no lo han notado? - comenta otra de las trabajadoras.

- Sí, no la había visto antes - todas obcervan atentas a Hikari aún en su mesa comiendo escéptica de las miradas sorprendidas por parte de las ahí presentes.

Mirei en cambio vuelve a ir en su dirección para seguir atendiendola.

- ¿Deseas algo más?.

- Es todo, solo la cuenta por favor, agradezco mucho el buen servicio - dice con una amplia sonrisa - Sobre todo por ser atendida en todo momento por una belleza como tú - comenta tímida en lo bajo.

- Fue un gusto - Mirei sonríe igual.

Entonces se retira para regresar con la cuenta en la que se refleja una gran cantidad de efectivo acumulado que Hikari a pagado sin problema y se despide siendo citada por Mirei para que la espere fuera de al terminar su jornada, esperando encontrarse en otra ocasión.

Al pasar las horas hasta llegar la tan esperada finalización de el horario laboral de Mirei, sus compañeras no dudaron en interrogarla respecto a la clienta misteriosa.

- ¿La conoces de alguna parte?.

- ¿Por qué solo quería ser atendida por ti?.

- Yo... tengo que irme - evade por completo el bombardeo de preguntas saliendo de el local.

- ¡Oye tú!, ¡no huyas cobarde!.

Y es ahí donde vuelve a encontrarla justo en la entrada esperándola con un hermoso ramo de flores.

- Aquí estás - la abraza detrás de el cuello rodendola con sus brazos.

- ¿Cuánto tiempo llevas esperando?...

- Descuida son apenas unos minutos - extiende el ramo - Esto es para ti, aunque se que las flores nunca podrán igualar tú belleza.

Mirei las acepta cautivada por el detalle de Hikari.

- Lo agradezco...

- No tienes por qué...

Y así conviven el resto de el día, compartiendo sus pasatiempos bajo el calido clima de verano, visitando distintos sitios en Tokio.

- ¿Antes has tenido relaciones con otras chicas? - Mirei pregunta curiosa a Hikari mientras caminan juntas por las calles de Tokio consumiendo bolas de helado en cono.

Hikari asiente - ¿Solo con chicas y tú?.

- Igual solo chicas...tenemos las mismas preferencias.

Se detienen una vez que llegan frente al edificio donde vive Mirei.

Hikari se acerca, Mirei hace igual hasta unir de nuevo sus rostros, besándo sus labios con ternura.

- La verdad es que...yo me enamore de ti la primera vez que te ví - confieza Hikari aún sobre sus labios - Me gustas y cada día me gustas aún más...

Mirei sonrojada se aparta un poco sin dejar de verla directamente a los ojos mientras su corazón late muy fuerte.

- Hikari...

- Quiero decir, vamos a conocernos. Creo que no soy la única que quiere ir más allá.¿Que opinas?...

- Si vamos a seguir reuniéndonos...- Mirei comienza a hablar.

- ¿Eh?.

- Quiero tener una relación ordinaria.

- ¿A qué te refieres?.

- Como pudiste enterarte en los artículos que leíste sobre el virus, yo nunca tuve esa oportunidad, solo estando en la cuidad y al conocerte pude experimentar algo más real. Lo que quiero es que tú...me enseñes como es el amor ordinario entre dos mujeres.

- ¡Bien!, entiendo. Al principio estaba un poco avergonzada por qué no sabía que querías.

- ¿De verdad?.

- Si, en verdad sigo sintiéndome algo avergonzada por qué yo sé que fuí muy precipitada al acercarme y de pronto trataré como si te conociera de toda la vida.

- Eso ya es pasado, agradezco que fuera así, de lo contrario esto no estaría pasando en este momento.

- Tienes razón.

Se toman de la mano para caminar hasta el departamento donde se despiden con un último beso.

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